martes, 30 de junio de 2009

VINCULACIÓN EMOCIONAL CON EL TERRITORIO

Si algo distingue la dialéctica política del Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, es su proverbial cercanía a la gente; la humildad del político que, lejos de reconocer sus limitaciones por las circunstancias, las admite con la naturalidad que le otorga la responsabilidad encomendada por los ciudadanos y las afronta con el realismo que deviene de las circunstancias actuales.

El recuerdo inicial de su discurso de hoy en la Asamblea de Extremadura, sobre orientación general de la política general de la Junta de Extremadura, al fallecido alcalde del Valle de Santa Ana, que le ratifica “la riqueza que supone para Extremadura el trato de nuestros gentes en los pueblos”, ratifica la virtud de un político apegado a la tierra y sus habitantes, consciente de que “la política es el instrumento para gobernar el espacio público que compartimos”, y de la confianza en el talento como motor del desarrollo y su aprovechamiento para generar igualdad.

Vara ha pronunciado esta tarde en la Asamblea de Extremadura un discurso que, más de orientación sobre política general, cabría calificar del estado de la región, su presente y su futuro; los logros conseguidos y las metas por alcanzar.

El Presidente ha subsumido en una frase el estado de la situación, tras reconocer las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que se ciernen sobre la región y ofrecer a la oposición una gran pacto social, que tendría como grandes objetivos: introducir cambios en el modelo de desarrollo, crear empleo, recuperar la confianza y apuntalar la solidaridad: “la vinculación emocional con el territorio”.

No se entendería esta frase sino situada en el contexto de las veinticinco propuestas expuestas ante la Cámara en las que se deben centrarse los esfuerzos de futuro. Se refería el Presidente a su apuesta por el desarrollo rural como “un camino solvente y rentable para el conjunto de la sociedad extremeña, poniendo en valor lo local” como impulso a la descentralización administrativa y el compromiso con la mancomunización de servicios.

A los dos años de su elección como Presidente, Vara se ha ratificado en su concepción de la “moderación como virtud de los fuertes”, en hacer del diálogo el mejor instrumento para ejercer la política, en la negociación en los asuntos trascendentales para la Comunidad y “en los tratamientos comunes en todo aquello que los ciudadanos entienden que debe estar por encima de la lucha partidaria o de clase”, porque, como ha reconocido “estoy aquí para asumir mi responsabilidad, para decir bien claro que esta crisis no va a determinar nuestro destino como pueblo, porque no están en juego los votos, sino el futuro”.

El diagnóstico realizado por el Presidente es el propio que, por profesión, le vendría dado al forense que no solo examina y certifica las causas de la muerte, sino que pronostica las razones morales que condujeron a la misma y ofrece remedios compartidos para que una vez, “producido el desenlace”, apelar a la política para salvar el sistema, y ofrecer una reforma del modelo como obra de reforma y rehabilitación, sin olvidar que “en el edificio sigue viviendo la gente”.

El gran pacto social y político por Extremadura propuesto por Vara, por su desarrollo, por la protección social, por la cohesión territorial, por la distribución adecuada del esfuerzo y de sus resultados, reclama, como bien dijo, “soluciones excepcionales ante problemas excepcionales”.

El reconocimiento de nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, junto a los indicadores de la situación actual, le permiten ofrecer a la oposición ese gran pacto social y político, centrado en veinticinco medidas, que, además de otros grandes temas de actualidad, como la financiación autonómica, la educación, la sanidad, la dependencia, las medidas anticrisis, el apoyo a las familias, el fomento del empleo, el apoyo a las empresas y el fortalecimiento del sistema financiero, subsumen un discurso político en el que la “vinculación emocional con el territorio” es la columna vertebral de quien asume su responsabilidad “para ponerse de frente y delante, y no de lado”.

El PP tiene hoy, además de las sonrisas inexplicables de alguno de sus diputados, la palabra, por el bien de Extremadura, “porque está en juego el futuro”.

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