La primera Juanita Elguezábal era vasca de origen; matrimonió con un cacereño; quedó viuda y fundó el primer Teatro de Variedades de Cáceres, a finales del XIX. Enviudó Juanita y, en tiempos en que la mujer no hubiere ni derecho a voto, rompió lanzas en favor de la cultura y del espíritu emprendedor de la mujer.
La primera edición del premio que lleva su nombre, promovido por el Instituto Municipal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento cacereño y su Área de Igualdad, con el objetivo de reconocer la labor a favor de la promoción femenina y a las mujeres destacadas por su trayectoria personal, social y profesional, recayó en Ángeles Luaces, periodista, jefa de Informativos de la Cadena COPE en Cáceres.
Ángeles es gallega de nacimiento y extremeña de vocación. Llegó a Cáceres a comienzos de los 70 por su matrimonio con un cacereño, por aquel entonces director de la COPE, Pepe Higuero. Fue una de las pioneras del periodismo femenino en Cáceres en una época en que la profesión la dominaban los hombres. Hoy es al revés.
Ángeles, mi querida compañera, amiga y ex presidenta de la Asociación de la Prensa, ha sido premiada “por tratarse de una mujer referente periodístico en Cáceres, por su labor informativa y por haber defendido la profesión de forma digna y respetuosa con la cultura extremeña”. No pudo el jurado, compuesto por mujeres, elegir de forma más afortunada entre las propuestas formuladas.
Luaces fue el ángel de Galicia advenido en un tiempo en que ella sola fuere a un acto o rueda de prensa entre hombres. Nada le arredró a quien, en los empieces de su profesión en la radio de El Ferrol, hiciere horas por un tubo para situarse a la altura de los hombres. Su venerable madre la esperaba sin cesar, como me confesare un día. Como ahora, en el ocaso natural de la vida, sin las cuatro luces cacereñas que le diere por descendencia: Silvia, Marta, José y Jorge.
Desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche bregamos entre actos y plenos municipales por una profesión tan bendita como maldita, que no nos diere tiempo bastante para ejercerla en sus múltiples quehaceres; pero ella luchó en sus programas e informativos por la dignidad de la mujer, por la igualdad que nos hace libres, por los derechos que nos igualan a todos los seres humanos.
Como presidenta de la Asociación de la Prensa de Cáceres (2002-2008), de cuya directiva fui parte en su segundo mandato, logró elevarla al podio más alto que jamás conociere: en la dignidad de la profesión, en su lucha constante por la igualdad, en los referentes de Cáceres y Extremadura, en su preocupación por los parados, en la difusión y ayuda a la candidatura de Cáceres 2016 como Ciudad Europea de la Cultura, en la dignidad de la profesión que acogió como afiliados a más mujeres que hombres la ejercieren.
No madrugué profesionalmente tanto como un día para darle la noticia que me requiriese. La había llamado casi a las 10 de la noche para darle cuenta de un importante hecho; pero ella me rogó que la necesitaba más fresca para su informativo de las 7:30 de la mañana. A las 6:30, quizá por la única vez en mi vida a una colega profesional, le daba el último parte de lo acaecido durante la noche. Y, así, era ella la primera de la mañana, la última de la noche. ¿Cómo conciliar tantos frentes, la vida laboral y familiar, el trabajo fuera de casa todo el día y la casa misma por arreglar? No tuvo Ángeles un ángel del cielo que le ayudare en sus múltiples faenas.
Por sus manos y saberes pasaron las primeras mujeres que salían de la Facultad para encontrarse con un mundo desconocido, que ella les aligeraba con sus consejas, induciéndolas a entrarse en él sin miedos ni tapujos. Mujer, sí, pero una igual entre los hombres; gallega, sí, pero una cacereña de toda la vida, como Pepe; periodista como el que más, luchadora como ninguna; madre y esposa, hija sufrida hasta su hora. ¿Me dejo algún rol más en el tintero, admirada compañera?, segunda Juanita Elguezábal de Cáceres…, que diste a tu ciudad de acogida tanta luz como la primera en su época y tú en tu tiempo...
La primera edición del premio que lleva su nombre, promovido por el Instituto Municipal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento cacereño y su Área de Igualdad, con el objetivo de reconocer la labor a favor de la promoción femenina y a las mujeres destacadas por su trayectoria personal, social y profesional, recayó en Ángeles Luaces, periodista, jefa de Informativos de la Cadena COPE en Cáceres.
Ángeles es gallega de nacimiento y extremeña de vocación. Llegó a Cáceres a comienzos de los 70 por su matrimonio con un cacereño, por aquel entonces director de la COPE, Pepe Higuero. Fue una de las pioneras del periodismo femenino en Cáceres en una época en que la profesión la dominaban los hombres. Hoy es al revés.
Ángeles, mi querida compañera, amiga y ex presidenta de la Asociación de la Prensa, ha sido premiada “por tratarse de una mujer referente periodístico en Cáceres, por su labor informativa y por haber defendido la profesión de forma digna y respetuosa con la cultura extremeña”. No pudo el jurado, compuesto por mujeres, elegir de forma más afortunada entre las propuestas formuladas.
Luaces fue el ángel de Galicia advenido en un tiempo en que ella sola fuere a un acto o rueda de prensa entre hombres. Nada le arredró a quien, en los empieces de su profesión en la radio de El Ferrol, hiciere horas por un tubo para situarse a la altura de los hombres. Su venerable madre la esperaba sin cesar, como me confesare un día. Como ahora, en el ocaso natural de la vida, sin las cuatro luces cacereñas que le diere por descendencia: Silvia, Marta, José y Jorge.
Desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche bregamos entre actos y plenos municipales por una profesión tan bendita como maldita, que no nos diere tiempo bastante para ejercerla en sus múltiples quehaceres; pero ella luchó en sus programas e informativos por la dignidad de la mujer, por la igualdad que nos hace libres, por los derechos que nos igualan a todos los seres humanos.
Como presidenta de la Asociación de la Prensa de Cáceres (2002-2008), de cuya directiva fui parte en su segundo mandato, logró elevarla al podio más alto que jamás conociere: en la dignidad de la profesión, en su lucha constante por la igualdad, en los referentes de Cáceres y Extremadura, en su preocupación por los parados, en la difusión y ayuda a la candidatura de Cáceres 2016 como Ciudad Europea de la Cultura, en la dignidad de la profesión que acogió como afiliados a más mujeres que hombres la ejercieren.
No madrugué profesionalmente tanto como un día para darle la noticia que me requiriese. La había llamado casi a las 10 de la noche para darle cuenta de un importante hecho; pero ella me rogó que la necesitaba más fresca para su informativo de las 7:30 de la mañana. A las 6:30, quizá por la única vez en mi vida a una colega profesional, le daba el último parte de lo acaecido durante la noche. Y, así, era ella la primera de la mañana, la última de la noche. ¿Cómo conciliar tantos frentes, la vida laboral y familiar, el trabajo fuera de casa todo el día y la casa misma por arreglar? No tuvo Ángeles un ángel del cielo que le ayudare en sus múltiples faenas.
Por sus manos y saberes pasaron las primeras mujeres que salían de la Facultad para encontrarse con un mundo desconocido, que ella les aligeraba con sus consejas, induciéndolas a entrarse en él sin miedos ni tapujos. Mujer, sí, pero una igual entre los hombres; gallega, sí, pero una cacereña de toda la vida, como Pepe; periodista como el que más, luchadora como ninguna; madre y esposa, hija sufrida hasta su hora. ¿Me dejo algún rol más en el tintero, admirada compañera?, segunda Juanita Elguezábal de Cáceres…, que diste a tu ciudad de acogida tanta luz como la primera en su época y tú en tu tiempo...
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