En su prólogo al “Diccionario de Refranes”, de Luis Junceda (Espasa
Calpe, Madrid, 1994), el prologuista, el escritor Gonzalo Torrente Ballester,
personifica en Sancho Panza la síntesis del intelectual analfabeto que poblare
las Españas hasta hace poco más de medio siglo, a muchos descendientes de los
cuales proyecta rescatar la Junta de Extremadura para sacarlos de la lista
oprobiosa que significa hoy no pasar ni la ESO, que supusiere, de un lado,
analfabetismo, y, de otro, haber dejado pasar una oportunidad perdida, por la
que ahora pagan lo que no debieren, como si a sus ascendientes no les resultare
suficiente la Primaria o la intelectualidad aprendida en la vida de los surcos
del analfabetismo.
Para
Torrente Ballester, la cultura de Sancho Panza, como la de los intelectuales
analfabetos, “está hecha de la experiencia heredada y del sentido común”,
resumidas en los dísticos conocidos por refranes en los que se resume, además
de una filosofía vitalista, “la experiencia de la vida a través de los siglos”.
Los refranes son, así, para el prologuista, “fórmulas sintéticas de verdades
obvias”, en las que el pueblo vierte la sabiduría adquirida durante la
convivencia, la observación, el comportamiento social o la personalidad
variable de los individuos. El refranero subsume el tratado de filosofía de los
intelectuales analfabetos, de los doctores de la vida, hechos y moldeados en su
lengua y estilo por la vida misma.
La crisis
agudiza el ingenio, como el hambre, y da a luz nuevos refranes que son síntesis
de la filosofía popular, del escepticismo, o de la ironía, con las que el
pueblo resume los nuevos avatares de la vida. El refranero español está plagado
de dísticos sobre la avaricia, que tantos ahorros ha esfumado en los últimos
años: “la avaricia rompe el saco”, que advierte contra los males que siempre
acarrea el exceso de codicia; o aquel que dice: “quien todo lo quiere, de rabia
muere”, que recrimina la ambición desmedida que, por inalcanzable, desemboca en
el rencor rabioso. “No por no ladrar, deja de menear su rabo el perro”. La
crisis ofrece luces que la abundancia nubla. De ahí que el pueblo, más sabio
que sus dirigentes, añada este apéndice al Diccionario de refranes:
1.-En
Bankia cerrada no entran moscas.
2.-Al pasar la Bankia, me dijo el
bankiero: me sobran ladrillos; dame más dinero.
3.-Al pasar por Bankia, me dijo el
bankiero: aunque seas bonita, me quedo el dinero.
4.-Aquí
hay Mariano encerrado.
5.-El que avisa, no es Rajoy.
6.-.El perro de san Roque no tiene
rabo, porque Mariano Rajoy se lo ha cortado.
7.-En casa del herrero, cartilla
del paro.
8.-Aunque la Merkel vista de seda,
Merkel se queda.
9.-En abril, recortes mil.
10.-Lo prometido es deuda.
11.-A la cama no te irás, sin
deber un poco más.
13.-No hay mal que por el INEM no
venga.
14.-Todos los caminos llevan a la
cola del INEM.
15.-No por mucho recortar, nos
rescatan más temprano.
17.-Más vale trabajo poco remunerado que ofertas volando.
18.-En martes, ni te cases ni te
“embanques”.
19.-A río revuelto, ganancia de
rescatadores.
20.-No hay mal que con recortes no
venga.
21.-Donde dije digo, dije rescate.
22.-A suelo recalificado, no le
mires el diente.
23.-Más vale euro en mano que
ciento en el banco.
24.-Al mal tiempo, mucha cara.
25.-Al ciudadano honesto, todo son
impuestos y a los defraudadores, todo son favores.
26.-Ojos que no ven, las
preferentes se lo llevan.
27.-Nunca digas de esta agua no
beberé, este cura no es mi padre, ni este ERE no me afecta.
28.-Tanto va el cántaro a la
fuente que al final habrá que privatizarlo.
29.-Hasta el 40 de mayo no te
sellan el paro.
30.-En casa del obrero, ni
cuchillo ni palo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.