Hacía tiempo que no
había vuelto a saber de él, ni a leer sus artículos en periódicos nacionales
que, como los de su maestro Lázaro
Carreter, tanto nos enseñaban sobre nuestra lengua. Le conocí en Salamanca,
a las puertas de la Facultad de Letras, mientras hablaba con una profesora. Ya
entonces --principios de los 70-- era reconocido y conocido por su primer
apellido que, con el nombre de doctor por delante, cuando llegó a Cáceres a
dirigir el Colegio Universitario, --inaugurado el 16 de octubre de 1971--, le
confundían con un médico por aquello de la sinonimia con facultativo, aunque
muchos de estos no hubieren el doctorado universitario.
Ricardo Senabre
(Alcoy, 1937-Alicante, 2015), primer director del Colegio Universitario de
Cáceres durante los cursos de Comunes de Letras (1971-1973), primer
decano-comisario de la Facultad de Letras de Cáceres y decano de la misma en
dos periodos consecutivos, hasta 1986, en que regresó a la Universidad
salmantina, falleció en Alicante el pasado miércoles a los 78 años de edad,
tras una vida fecunda dedicada a la enseñanza, la crítica literaria y la
dirección de centros durante cuarenta y ocho años de su vida, quince de ellos
pasados en Cáceres (1971-1986), ciudad en la que dejó una estela imborrable en
todos los campos que abarcó su actividad.
Licenciado en
Filología Románica en la Universidad de Salamanca en 1960 con premio
extraordinario, obtuvo el doctorado con una tesis titulada "Lengua y estilo
de Ortega y Gasset" (Acta salmaticensis, Filosofía y Letras, tomo XVIII,
número 3, Salamanca, 296 págs., 1964), que obtuvo también el premio
extraordinario. Desde 1967 enseñó Historia de la Lengua Española en la
Universidad de Salamanca y en 1971 obtuvo la cátedra de Gramática Histórica de
la Lengua Española de la Universidad de Granada por concurso, a la que renunció
para venirse a Cáceres a poner en marcha y dirigir el recién creado Colegio
Universitario de Letras, que impartiría los dos cursos de Comunes. (Vid.
"Conversaciones en Extremadura", de Marciano Rivero Breña (Universitas Editorial, 1981, págs. 55-56).
Al crearse la Universidad de Extremadura en 1973, el Colegio Universitario se
prolongó en la Facultad de Filología y
posteriormente en la Facultad de Filosofía y Letras, con las especialidades de
Filología Hispánica e Historia, en la que Senabre
fue catedrático de Gramática General y Crítica Literaria. Tras su regreso a
Salamanca, ejerció la cátedra de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada
hasta su jubilación, y posteriormente sería nombrado profesor emérito.
En la citada entrevista con el periodista Rivero Breña, realizada en junio de
1980, cuenta el profesor Senabre los
avatares de la puesta en marcha del Colegio Universitario y la Universidad de
Extremadura. Recordaba que "el Colegio procuró no solo cumplir su papel
dentro de las aulas, sino que buscó al mismo tiempo una proyección hacia el
exterior", manifestada en una actividad cultural de la que Cáceres había
carecido hasta aquel momento: un ciclo de conferencias sobre la cultura
española en la última década, conferencias-coloquios de escritores como Miguel Delibes o Luis Berenguer; el
premio "Cáceres" de novela corta, exposiciones de prensa salmantina y
cacereña, el recordado recital del cantautor José Antonio Labordeta en el conventual de san Benito de Alcántara,
a quien Senabre conociere tras
prologar las "Obras completas" de su hermano Miguel (Ediciones Javalambre, Zaragoza, 1972), que firmare como
catedrático de Granada. Resulta imprescindible la obra de Rivero Breña para conocer la personalidad del profesor Senabre y su vinculación con
Extremadura: su admiración por Eugenio
Frutos, cuya hija María Luisa estuvo
en la Facultad como profesora de Geografía, y por Rodríguez Moñino; la creación de la Universidad de Extremadura,
cuyo emplazamiento casi llegó a "jugarse a los chinos", a propuesta
del catedrático de Historia y director general de Universidades, Luis Suárez Fernández, durante una
reunión celebrada en Mérida, y que derivó en el primer decreto que llegó a la
mesa del Consejo de Ministros, que preveía la creación de la Universidad de
Extremadura radicada en Badajoz, y que en una posterior reunión fijó en la capital
pacense las facultades científicas y técnicas y las humanísticas y jurídicas en
Cáceres. En aquel Consejo de Ministros se sentaba a la mesa el que fuere
ministro de Justicia del 7 de julio de 1965 al 11 de junio de 1973, Antonio María de Oriol y Urquijo (Guecho,
1913; Madrid, 1986), cuñado del alcalde de Cáceres, Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano (Corrales de Buelna, 1911;
Santander, 1994) y alcalde de Cáceres entre 1963 y 1976, quien le transmitiere
a este lo que pasó en aquel Consejo y que don
Alfonso se lo hizo saber a su archivero municipal, Antonio Rubio Rojas (Cáceres, 1938-2011), y que él, a su vez, me
transmitiere a mí con la observación que le diere el alcalde Díaz de Bustamante: "No lo cuente
usted hasta que haya muerto", y que revelé así titulado en Digital
Extremadura el 6 de febrero del mismo año, una vez fallecido Rubio Rojas.
Al cumplirse el "XXV aniversario de la creación del
Colegio Universitario de Filosofía y Letras (1971-1996)", el Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Extremadura editó en 1997 un libro con este
título, que recoge todas las vicisitudes de la creación del Colegio, documentos
de prensa y apéndices documentales, junto a los artículos de personajes
vinculadas al centro y que tanto tuvieron que ver con su creación; el propio Senabre, Daniel Serrano, Felipe
Camisón, Marcelino Cardalliaguet,
primer secretario del centro; José
Manuel González Calvo, profesor desde sus comienzos y hoy catedrático en la
Facultad de Letras, y Jesús Terrón,
alumno y hoy catedrático de la Facultad de Educación en Cáceres. Senabre me lo dedicó generosamente:
"Para Félix, que tanto vivió y tanto nos ayudó, con el afecto de..."
Recoge ese libro muchas notas informativas, reseñas de prensa y entrevistas
realizadas tanto en su despacho como en las aulas y centros en los que tuvieren
lugar, que también publicara en otros periódicos, como "El Adelanto de
Salamanca", ya desaparecido, al depender el Colegio desde su creación de aquella Universidad regida por el
rector Lucena Conde.
Su vinculación y dedicación a Extremadura le hicieron
merecedor de la Medalla de la Comunidad en 1986; del título de hijo adoptivo de
Cáceres en 1997; y la Medalla de Oro de la Universidad de Extremadura en 1996,
al inaugurarse los actos conmemorativos del XXV aniversario del Colegio
Universitario. Como profesor, estudió el origen de la imprenta en Extremadura,
ponencia que presentó a un congreso de escritores extremeños, y que recibió la
felicitación de su presidente, Pedro de
Lorenzo; y publicó, entre otras obras, "Introducción a la poesía de
Eugenio Frutos" (1982), "Escritores de Extremadura" (1988),
"Cuplés y tonadillas de principios de siglo", transcripción de la
charla con la que inauguró el Aula de la Tercera Edad en Cáceres el 20 de
noviembre de 1978.
Las Universidades de Salamanca, Granada, Extremadura y Las
Palmas, que le nombrare doctor honoris
causa en 2009, están de luto por el fallecimiento de un profesor que elevó
la enseñanza de la lengua, la literatura y la crítica literaria al podio de los
vencedores, y que dejó aquí la estela del gran profesor que fuere. Descanse en
paz.
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