Es lo que hay; quizá
los que nos merecemos. Monago había
elegido Pinofranqueado, en Las Hurdes cacereñas, para oficializar su
candidatura a la Junta de Extremadura. Vino el sábado 18 hasta la localidad la
secretaria general del partido, María
Dolores de Cospedal, tan conocida por sus yerros lingüísticos como por sus
explicaciones tan enrevesadas, como aquella de la indemnización en diferido a Bárcenas. Puede que de Extremadura tan solo
conozca el Museo Nacional de Arte Romano, donde le acompañare en su toma de
posesión el 8 de julio de 2011; pero no Las Hurdes. Y como sí podía ser de la
misma manera, se cargó el acto en sus primeras palabras "Encantada de estar
aquí, en Las Hurdes, en Andalucía... (rumores del publico).
No: en Extremadura", rectifica su tremendo error.
(Véase El Plural.com). Quizás el
video de "los sures" del
presidente en funciones le hayan inducido a la confusión geográfica. Recuerda
el periódico digital progresista otros de sus lapsus linguae y de calami
(de palabra y de pluma) como el de la casas
colgantes (por colgadas o voladas) de Cuenca, en FITUR 2011; o cuando
escribió Puerto LLano por Puertollano en las redes sociales, y son poblaciones
de su Comunidad... ¡Cómo no iba a hacerlo en Las Hurdes, que conoce de
oídas...! Tras los protocolarios
saludos, afirma que todos los hombres y mujeres del partido son personas "honradas"
(eldiario.es) (no todas, menos aún tras
el escándalo de Rato) y califica a Monago como "político honrado,
convencido y valiente" y le anima a seguir siendo como es... ¡Qué poco le
conoce y qué suplicio nos desea!
Habla Monago y
explica los puntos de su contrato social
con todo su pueblo: lo primero, el empleo (repetición de la promesa de 2011),
con especial atención a los jóvenes y a los mayores de 45 años, a quienes se lo
promete si se forman en Extremadura... Sí, sí: aquí se han formado muchos y se
han tenido que marchar por cientos para hallarlo fuera. Habla del campo del
siglo XXI, y prosigue con su retahíla de la economía inteligente, el
emprendimiento desde la escuela, la recuperación del poder adquisitivo de los
funcionarios (cuyo voto desea comprar a finales de mes, pagándoles 10,3
millones de euros (véase DEX de hoy) por el nivel 1 de la
carrera profesional, como el de las mujeres mayores de 75 años con la paguina de 300 euros anuales) y la
creación de una industria cultural... Y dónde deja a los parados --los jóvenes
mejor formados de toda la historia de Extremadura entre 30 y 45 años--, en paro
forzoso en casa, sin prestación alguna, sin horizonte y sin futuro; dónde el
poder adquisitivo de los autónomos y de los trabajadores por cuenta ajena;
quién atiende a los dependientes y a los enfermos de los pueblos sin
consultorio, como desde el último tercio del siglo XX para atrás...; por qué se
olvida de la igualdad --salarial incluso-- entre hombres y mujeres; de los
desahuciados... Deje de repetir lo del empleo, porque con lo que usted deja, es
tomarle el pelo a los extremeños; no repita más lo de la cultura del
emprendimiento y déjeselo también a las mujeres de su gobierno, que lo único
que han emprendido ha sido su carrera política por enchufe, como los primos y
asesores, además de los comprados con sinecuras. Y no venga a Cáceres durante
el novenario a hacerse la foto (aunque estuviere en su derecho) con la patrona
de todos los cacereños, porque nos ofendería. Ya lo hizo el pasado año: una
foto especial, solo para usted, con el mayordomo esperándole. Con la patrona de
los cacereños no se hace política. Ya nuestra alcaldesa le entrega a las
puertas de la ciudad su bastón de mando como alcaldesa honoraria que fuere mientras esté en ella, según la
tradición.
Haga realidad el sermón de la montaña (Mt.: 5: 3-12), el
mayor alegato social en favor de la justicia social de todos los tiempos, de
cuyos principios se halla más cercana la izquierda que la derecha que
representa. Usted se ha apartado tanto del contrato social de Rousseau como del sermón de la montaña
de Cristo. Solo las Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, a quienes usted denunció, nos aseguran la
libertad; pero no la libertad e igualdad de los hombres bajo un Estado
instituido por medio de un contrato social. De Rousseau parten los principios de la filosofía política socialista,
como del sermón de la montaña, los de la igualdad, que nos diferencian a unos
de otros en este valle de lágrimas, en el que todos nacimos iguales ante Dios y la ley, principios de los que usted se halla tan alejado, como
la señora Cospedal en Las Hurdes de
Extremadura.
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