Confirmada la
investidura de Fernández Vara
(PSOE-SIEX) a la Presidencia de la Junta de Extremadura, tras las declaraciones
efectuadas ayer tanto por el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, como por el presidente regional, José Antonio Monago, en el sentido de
dejar gobernar a la lista más votada --como reiteradamente había solicitado el
segundo y confirmó el primero ayer--, surge ahora el reparto del otro poder
territorial no menos importante: las diputaciones provinciales.
A tenor de lo manifestado en la noche electoral por el
presidente de la Diputación cacereña, Laureano
León, que "da por perdida" la institución que preside, siempre gobernada por el
partido que más concejales obtiene (véase eldiarioex,
de 25/05/2915), resulta notorio que el PSOE seguiría conservando la Diputación
de Badajoz, que ha gobernando siempre en democracia, mientras que la de
Cáceres, salvo el paréntesis anterior (2007-2011), volvería a manos
socialistas.
Si como decía León,
la Diputación siempre ha sido gobernada por el partido que obtiene más
concejales, es lo cierto que el PSOE resulta ser la fuerza con más concejales:
en Cáceres, 818 frente a 720 del PP, 35 de IU y 31 de Ciudadanos; y en Badajoz,
825 del PSOE por 575 del PP y 86 de IU.
En la provincia de Cáceres, hay que tener en cuenta que,
pese a que el PP conserva los feudos conquistados en la legislatura anterior de
Cáceres, Plasencia, Trujillo, y Coria, aunque
con menor número de concejales en las principales ciudades, el PSOE ha
ganado Navalmoral y Miajadas, aunque no con mayoría absoluta, que es más clara
en los principales municipios pacenses. donde el PSOE arrebata al PP sus plazas
de Mérida, Don Benito, Olivenza, Montijo, y Zafra, y aumenta su presencia en
Villanueva de la Serena, mientras que el PP mantiene Almendralejo y Badajoz,
donde pierde la mayoría absoluta de que había venido gozando.
Aunque Valentín
Cortés Cabanillas, presidente de la Diputación de Badajoz en las dos
últimas legislaturas y alcalde de Llerena desde 1999, ha dejado escapar su deseo
de seguir en su pueblo como alcalde, es probable que su partido intente
convencerle para que siga, dada su gran trayectoria política, el conocimiento
de la provincia y la labor desarrollada en todos los campos que abarca una
diputación, cuyo desarrollo rural ha sabido combinar con unos servicios a la
población para nada desmerecedores del mundo urbano. O tendría papeles para ser
consejero.
En todo caso, --si decidiere no continuar--, Badajoz ofrece
políticos bien preparados y con experiencia, para suplirle con la dignidad y
preparación que merece el cargo, como José
Luis Quintana (Don Benito, 1960), exconsejero
de Agricultura y Fomento, y flamante
ganador en su pueblo, que ha arrebatado al PP la Alcaldía tras veinte años, o
el alcalde de La Coronada desde 2003, José
María Sánchez (1979), con cuatro mayorías absolutas (la última 10 a 1 al
PP), diputado provincial en las dos últimas legislaturas, y que en 2011 fuere
el candidato más votado en Extremadura. En Cáceres, se perfila como relevo
natural del hasta ahora portavoz del Grupo Socialista, Miguel Ángel Morales, diputado electo en la Asamblea, el alcalde de
Calzadilla, exdiputado provincial, Carlos
Carlos Rodríguez, que acumula igualmente una larga trayectoria política y
de gestión, y es presidente provincial del
PSOE. Ya veremos.
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