viernes, 8 de enero de 2016

LA MÉRIDA ROMANA DEL MATRIMONIO WORKMAN EN 1895

          
           Fanny Bullock Workman (Worchester, Massachusetts, 1859; Worcester, Massachusetts , USCannes, Francia, 1925) y su marido William Hunter Worman (Worchester, Massachusetts, 1847; Newton, Massachusetts, 1937), la primera, exploradora, ciclista, montañera, sufragista y escritora, y el segundo, médico, con quien contrajo matrimonio en 1881, realizaron un viaje de 5.000 kilómetros por España en el verano de 1895 --otros autores lo sitúan en 1897--, tras haber recorrido Suiza, Francia, Italia, Argelia, Indochina y la India. Juntos, los Workman exploraron el mundo y coescribieron ocho libros de viajes, en los que describen el arte, la arquitectura y la gente de las áreas por las que viajaban.
            En 2004, la Diputación de Badajoz editó un libro, "Viajeros ingleses por Extremadura (1760-1910), en dos volúmenes, en edición de Jesús A. Marín Calvarro, en cuyo volumen II se inserta un capítulo sobre la Mérida romana vista por el matrimonio norteamericano.
            Los Workman afirman que "Mérida es interesante por sus restos romanos, de los cuales tienen una mayor cantidad que cualquier otro lugar de España". Tras asegurar que los restos romanos de España, con la excepción de algunos puentes y acueductos, no están tan bien conservados como los de Italia, Francia y Argelia, sostienen que "algunos se hallan en tan ruinosas condiciones que uno no se puede formar una idea del conjunto global y apenas merece la pena desviarse del camino para verlo".
            Recuerdan que Mérida se dio a conocer como ciudad romana por primera vez en el año 23 a. d. C., cuando Augusto estableció allí a algunos de sus soldados veteranos, y que muy pronto creció en población y riquezas, convirtiéndose en un lugar importante y en la capital de la provincia, con un foro, un circo máximo, un anfiteatro, palacios y varios acueductos. La ciudad cayó en manos de los godos en el siglo V y en la de los moros en el 715, ninguno de los cuales le causó daños y retuvo su prosperidad y aspecto romano, hasta que fue capturada por Alfonso X el Sabio en el 1229. Su decadencia --señalan-- empezó con el dominio cristiano. "Lo que los godos y los moros valoraron y preservaron fue saqueado y destruido, además de permitirse su deterioro. La que otrora fuese una ciudad populosa y floreciente se ha quedado reducida a un aburrido pueblo provinciano de seis mil almas y de sus orgullosos monumentos romanos solo quedan unos ruinosos fragmentos."
            Para los Workman, la reliquia romana mejor conservada, "y la única completa en todos los sentidos", es el puente de piedra de dos mil quinientos setenta y cinco pies de largo que cruza el Guadiana, construido bajo Adriano. Aunque reparado varias veces en varios sitios, consideran que en lo principal es "esencialmente romano". El siguiente monumento mejor conservado es el arco de Santiago, construido bajo Trajano que, con un simple arco circular de cuarenta y cuatro pies de alto cruza la calle y une los edificios de ambos lados. "Alzándose en un prado desde un lecho de hierbas y arbustos, los cimientos bañados por un riachuelo que fluye entre los pilares, se hallan las ruinas de un acueducto  del cual hoy solo quedan unos cuantos arcos... Los gráciles contornos, el contraste de colores de los ladrillos y el granito utilizados en su construcción y el verde entorno hacen que esta reliquia de la pericia romana sea incluso más pintoresca que la cinco arcos cerca de Constantinopla."
            Los Worman terminan señalando que del teatro "las siete Sillas" queda suficiente para mostrar bien la disposición del auditorio, aunque "el proscenio ha desparecido casi todo"... "Una depresión en un campo de cereal sembrada con montones de mampostería rota representa el anfiteatro y el área del circo máximo ha sido volteada tan a menudo por el arado que sus límites no se aprecian a simple vista en ninguna parte, aunque pueden localizarse con cuidado.
            Concluyen los viajeros americanos refiriéndose a "los macizos muros del castillo romano-árabe, más tarde El Conventual que, vistos desde el puente, son impresionantes" y señalan, por fin, que "los otros indicios de la Mérida romana desparramados por la ciudad y los suburbios apenas merecen ser mencionados"...
 
 

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