Elizabeth Hawkins-Whitshed
[1], escritora y
fotógrafa de origen irlandés, conocida como Mrs. Elizabeth Main, apellido heredado de su segundo marido, escribe
en 1899 uno de sus libros de viajes: Cities and sights of Spain (Ciudades y lugares de España) [2]. Mrs. E. Main llega a Mérida procedente
de Sevilla el mismo día en tren y anota: "El gran acueducto romano de
Mérida está cerca de la estación del tren; de hecho, el tren pasa en verdad por
debajo. Está ocupado por montones de cigüeñas lo cual lo hace aún más
pintoresco. Estos pájaros tienen sus nidos en cada una de las ranuras de las
antiguas murallas y producen un curioso sonido que puede escucharse desde
cierta distancia. Los alrededores del acueducto impresionarían a cualquier
fotógrafo entusiasta que podría hacer aquí preciosas fotos sin fin..."
Lo que llama la atención del capítulo dedicado a Mérida en su libro es la fascinación que a la viajera irlandesa le producen los puentes romanos. "El cercano puente romano, visto desde las pasaderas --de piedra romana tallada también-- del arroyuelo, es encantador y me puedo imaginar a un artista deleitándose durante días y días en este lugar." [3].
Reconoce Mrs. E. Main que "se necesita un día entero para ver concienzudamente Mérida, y añade: "Merece la pena caminar hasta el otro extremo del puente romano porque solo así puede uno darse cuenta de su sorprendente longitud (ahora se refiere al puente romano sobre el Guadiana), el más largo de la antigüedad, con una longitud de 755 metros, y realiza una comparativa con otros puentes bien conocidos o muy largos. [4]
Así, el "Puente sobre el Volga en el ferrocarril siberiano, 4 millas (1 kilómetro equivale a 06214 millas); 2, puente del Tay, 3.593 yardas o más de 2 millas; puente de Mérida, 2.675 pies o alrededor de media milla; puente de Westminster, 1.160 pies; puente de Córdoba, 730 pies... La anchura del puente de Mérida, veintiséis pies, es excepcionalmente grande para un puente antiguo", sostiene la viajera irlandesa.
Además de resaltar esta singularidad sobre los puentes romanos, Mrs. E. Main no se olvida citar las casas de huéspedes --como la Fonda Madrileña de Florentino Cámara (Santa Eulalia, 22), de sus estancias y menús; los viajantes de comercio que pululan por las fondas de las más pequeñas ciudades, y se pregunta "cómo es posible que pueda existir tanto comercio en un país que puede estar prácticamente en bancarrota"; pero aprecia que "España es curiosamente engañosa" y pone como ejemplo la existencia de la luz eléctrica en casi todas las ciudades (a veces donde no se dispone de agua que genere energía), las magníficas carreteras, los costosos ferrocarriles, los limpios y aseados campesinos y los niños de mejillas sonrosadas que se encuentran incluso en Galicia..., y nos preguntábamos los unos a los otros dónde están las señales de pobreza que habíamos esperado..."
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[1] Elizabeth Alice Frances Hawkins Whitshed
(1860 en Greystones;
† 27 de julio de 1934 en Llandrindod Wells ), viuda desde 1900, Elizabeth
Alice (Aubrey) Le Blond era una alpinista, fotógrafa y escritora de origen
irlandés. Fue una de los más famosas
alpinistas de su tiempo;
sus fotografías aparecieron en las revistas y en sus propios libros. En 1879 se casó con Frederick Gustavus Burnaby
(1842-1885), un coronel de caballería y aventurero. En 1886 contrajo nupcias
con John Frederic Main (1854-1892), un profesor universitario (Bristol,
Londres) de ingenieria, que tras la separación, se fue a vivir a Denver, donde residió hasta
su muerte como banquero de inversión. Ya en 1900 se
casó con Francis Bernard Le Blond Aubrey (1869-1951), hijo mayor de un hombre
de negocios. Con él, ella viajó
en 1912 por Egipto, Ceilán y el Lejano Oriente, y en 1913 volvió de nuevo a
Rusia. Voluntaria del cuerpo médico del ejército durante la Primera Guerra
Mundial, en 1933 fue distinguida con la Legión de Honor.
[2] Cities
and sights of Spain (Ciudadades y lugares de España), edic.
George Bell and Sons, London , 1899, del viaje realizado entre
1899-1900, edición revisada en 1904.
[3]
Referencia al puente romano sobre el Albarregas, que tiene al Acueducto de Los
Milagros al fondo.
[4] Vid.: Viajeros
ingleses por Extremadura (1760-1910),
edic. de Jesús A. Marín Calvarro,
Diputación de Badajoz, vol. II, 2004, capítulo XIV, págs. 175-182.
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