Estaría bueno que lo
único que más parece unir a los españoles --el fútbol-- hubiere levantado más pasiones
en la Eurocopa, en la que no pasamos de octavos, que la situación política
actual derivada de las recientes elecciones del 26-J. No debiere, pero así lo
parece. Pocas banderas en los balcones, no tantas como sería de desear --hasta
a la Policía Local de Cáceres le da vergüenza poner las propias en sus mástiles,
huérfanos desde el tripartito, y eso que gobierna el PP desde 2011--; algunas
camisetas más en niños que en adultos, y solo algunas en los estadios, con
nuestro himno sin letra -- ¿hasta cuándo?--, tatareado, además, a lo bobo por los
tontos españolitos que no se avergüenzan de su propia estulticia y tampoco
aprenden de la pasión y el fervor con que lo cantan los jugadores y aficiones
que se disputan con los nuestros el honor de la victoria deportiva, para
vergüenza propia.
Así parece serlo, aunque no trascienda: la bandera del
arcoiris ha reemplazado a la enseña nacional en las calles y en balcones
oficiales --con todo el respeto que merece por lo que representa esta enseña de
la igualdad de género--, mientras que nuestros símbolos nacionales son
aparcados como si hubiéremos vergüenza de ellos, y determinados partidos
políticos la lucen ahora con claros fines partidistas y no nacionales y
patrióticos.
Al primer partido de la oposición, el PSOE, le
correspondía haber celebrado su XXXIX Congreso Federal en febrero pasado,
cuatro años después del celebrado en Sevilla del 3 al 5 del mismo mes de 2012,
que eligió a Alfredo Pérez Rubalcaba
como secretario general, en ajustada pugna con Carme Chacón, a la que ganó por tan solo 22 votos. En julio de 2014,
tras la derrota en las elecciones europeas, y la dimisión del secretario
general, se celebró un congreso extraordinario que eligió a Pedro Sánchez nuevo secretario general.
Al día siguiente de las elecciones del pasado 20-D, el secretario de Organización
federal, el inefable César Luena,
afirmaba que el congreso se aplazaba "hasta que culmine la investidura de
un nuevo Gobierno" porque lo primero "es la situación política en
España y después, el periodo ordinario. No vamos a meter al PSOE, aunque toque
y estatuariamente tenga que ser así, en un periodo de congresos en estas
circunstancias, cuando ni siquiera se sabe quién será el próximo inquilino de
la Moncloa" (elconfidencial.com,
de 21/12/2016). Y seguimos sin saberlo seis meses después. Primer aplazamiento...
No obstante, Luena
matizaba a finales de enero: "En los próximos meses, con un mínimo
aplazamiento, aconsejable por la situación política de España, habrá, como está
previsto, y no podía ser de ninguna otra forma, un congreso" y ratificó la
decisión de la ejecutiva del 21 de
diciembre de celebrar el congreso en primavera, a la espera de saber si se
forma gobierno o se convocan nuevos comicios (lne.es/españa, La Nueva
España, de 30/12/2015). Pues sí, ni hubo gobierno y se convocaron nuevas
elecciones. Sin embargo, el 30 de enero la Ejecutiva Federal convocaba el
congreso para el 21 y 22 de mayo y la votación para la elección del secretario
general, el día 8, si se presentaran candidatos alternativos. Luena llegó a proponer la fecha de
mediados de junio, con las primarias previas, en el caso de que otro candidato
llegare a plantarle cara a Sánchez.
El barón extremeño, Fernández Vara,
se pronunció en este sentido: "Ya está bien de debates internos; la gente
está muy cabreada. Me parece una ligereza que, mientras los españoles están
preocupados, nosotros vayamos a discutir" (lavanguardia.com/politica, de 30/01/2016). Segundo
aplazamiento...
El Comité Federal celebrado el 2 de abril avaló por
unanimidad aplazar el XXXIX Congreso Federal y dejó la puerta abierta en la que
se celebrará el cónclave "hasta que haya un Gobierno constituido" (nuevatribuna.es, de 02/04/2016), que
cedía sin efecto el calendario aprobado el 30 de enero. Tercer aplazamiento...
Llegó el 2 de mayo y se convocaron nuevas elecciones, porque ningún
partido fue capaz de formar gobierno. La presidenta andaluza, Susana Díaz, dijo entonces: "Lo
que toca es que España tenga gobierno" y el presidente de Castilla-La
Mancha, Emiliano García Page, señalaba
que "lo primero es atender el escenario institucional y la formación del
nuevo Gobierno y después, la situación interna del PSOE" (expansion.com, de 02/04/2016).
Mientras, se espera con
expectación la reunión del Comité Federal del próximo sábado, día 9, con un
partido dividido; con un secretario general que tan solo ha logrado aplazar sine die el congreso y que deseaba ser
presidente a toda costa, incluso con los podemitas; con elecciones en Galicia y
Euskadi en otoño y el PSC, en noviembre... todo hace prever que el PSOE estudie
en la citada reunión aplazar el congreso hasta fin de año. Sería el cuarto aplazamiento
y, con él, los congresos regionales y provinciales, además de los locales; es
decir, año y medio más como mínimo de retraso. Y César
Luena, afirmando, ufano, a finales de enero, que el aplazamiento
"sería mínimo"... (elconfidencial.com,
de 03/07/2016). Ya se ve, ya. Sigan ustedes vetando a Rajoy y terminarán siendo fagocitados por los podemistas, que no
cejarán en su empeño de asaltar los cielos,
con IU o sin ella. Y ya llevan demasiados cadáveres en el camino..., más
líderes todos que Sánchez, que desea
el poder a toda costa, aun en contra de los intereses de España; pero, ¿qué
piensa usted: que el partido y usted están antes que España, o la nación y su
destino, antes que el partido...? Los electores no le han dicho eso. "El Coletas" lo ha sabido leer muy
bien... No esconda usted la cabeza bajo tierra, como el avestruz, sin querer
enterarse y seguir con más aplazamientos y debates...
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