lunes, 4 de julio de 2016

EL PARTIDO ANTES QUE ESPAÑA, O ESPAÑA ANTES QUE EL PARTIDO

 
           Estaría bueno que lo único que más parece unir a los españoles  --el fútbol-- hubiere levantado más pasiones en la Eurocopa, en la que no pasamos de octavos, que la situación política actual derivada de las recientes elecciones del 26-J. No debiere, pero así lo parece. Pocas banderas en los balcones, no tantas como sería de desear --hasta a la Policía Local de Cáceres le da vergüenza poner las propias en sus mástiles, huérfanos desde el tripartito, y eso que gobierna el PP desde 2011--; algunas camisetas más en niños que en adultos, y solo algunas en los estadios, con nuestro himno sin letra -- ¿hasta cuándo?--, tatareado, además, a lo bobo por los tontos españolitos que no se avergüenzan de su propia estulticia y tampoco aprenden de la pasión y el fervor con que lo cantan los jugadores y aficiones que se disputan con los nuestros el honor de la victoria deportiva, para vergüenza propia.
            Así parece serlo, aunque no trascienda: la bandera del arcoiris ha reemplazado a la enseña nacional en las calles y en balcones oficiales --con todo el respeto que merece por lo que representa esta enseña de la igualdad de género--, mientras que nuestros símbolos nacionales son aparcados como si hubiéremos vergüenza de ellos, y determinados partidos políticos la lucen ahora con claros fines partidistas y no nacionales y patrióticos.
            Al primer partido de la oposición, el PSOE, le correspondía haber celebrado su XXXIX Congreso Federal en febrero pasado, cuatro años después del celebrado en Sevilla del 3 al 5 del mismo mes de 2012, que eligió a Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general, en ajustada pugna con Carme Chacón, a la que ganó por tan solo 22 votos. En julio de 2014, tras la derrota en las elecciones europeas, y la dimisión del secretario general, se celebró un congreso extraordinario que eligió a Pedro Sánchez nuevo secretario general. Al día siguiente de las elecciones del pasado 20-D, el secretario de Organización federal, el inefable César Luena, afirmaba que el congreso se aplazaba "hasta que culmine la investidura de un nuevo Gobierno" porque lo primero "es la situación política en España y después, el periodo ordinario. No vamos a meter al PSOE, aunque toque y estatuariamente tenga que ser así, en un periodo de congresos en estas circunstancias, cuando ni siquiera se sabe quién será el próximo inquilino de la Moncloa" (elconfidencial.com, de 21/12/2016). Y seguimos sin saberlo seis meses después. Primer aplazamiento...
            No obstante, Luena matizaba a finales de enero: "En los próximos meses, con un mínimo aplazamiento, aconsejable por la situación política de España, habrá, como está previsto, y no podía ser de ninguna otra forma, un congreso" y ratificó la decisión de la ejecutiva del  21 de diciembre de celebrar el congreso en primavera, a la espera de saber si se forma gobierno o se convocan nuevos comicios (lne.es/españa, La Nueva España, de 30/12/2015). Pues sí, ni hubo gobierno y se convocaron nuevas elecciones. Sin embargo, el 30 de enero la Ejecutiva Federal convocaba el congreso para el 21 y 22 de mayo y la votación para la elección del secretario general, el día 8, si se presentaran candidatos alternativos. Luena llegó a proponer la fecha de mediados de junio, con las primarias previas, en el caso de que otro candidato llegare a plantarle cara a Sánchez. El barón extremeño, Fernández Vara, se pronunció en este sentido: "Ya está bien de debates internos; la gente está muy cabreada. Me parece una ligereza que, mientras los españoles están preocupados, nosotros vayamos a discutir" (lavanguardia.com/politica, de 30/01/2016). Segundo aplazamiento...
            El Comité Federal celebrado el 2 de abril avaló por unanimidad aplazar el XXXIX Congreso Federal y dejó la puerta abierta en la que se celebrará el cónclave "hasta que haya un Gobierno constituido" (nuevatribuna.es, de 02/04/2016), que cedía sin efecto el calendario aprobado el 30 de enero. Tercer aplazamiento...
            Llegó el 2 de mayo y se convocaron nuevas elecciones, porque ningún partido fue capaz de formar gobierno. La presidenta andaluza, Susana Díaz, dijo entonces: "Lo que toca es que España tenga gobierno" y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, señalaba que "lo primero es atender el escenario institucional y la formación del nuevo Gobierno y después, la situación interna del PSOE" (expansion.com, de 02/04/2016).
              Mientras, se espera con expectación la reunión del Comité Federal del próximo sábado, día 9, con un partido dividido; con un secretario general que tan solo ha logrado aplazar sine die el congreso y que deseaba ser presidente a toda costa, incluso con los podemitas; con elecciones en Galicia y Euskadi en otoño y el PSC, en noviembre... todo hace prever que el PSOE estudie en la citada reunión aplazar el congreso hasta fin de año. Sería el cuarto aplazamiento y, con él, los congresos regionales y provinciales, además de los locales; es decir, año y medio más como mínimo de retraso. Y César Luena, afirmando, ufano, a finales de enero, que el aplazamiento "sería mínimo"... (elconfidencial.com, de 03/07/2016). Ya se ve, ya. Sigan ustedes vetando a Rajoy y terminarán siendo fagocitados por los podemistas, que no cejarán en su empeño de asaltar los cielos, con IU o sin ella. Y ya llevan demasiados cadáveres en el camino..., más líderes todos que Sánchez, que desea el poder a toda costa, aun en contra de los intereses de España; pero, ¿qué piensa usted: que el partido y usted están antes que España, o la nación y su destino, antes que el partido...? Los electores no le han dicho eso. "El Coletas" lo ha sabido leer muy bien... No esconda usted la cabeza bajo tierra, como el avestruz, sin querer enterarse y seguir con más aplazamientos y debates...
 

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