Juan Ángel Iglesias Marcelo, alcalde
de Cáceres (1983-1987), considera que la
declaración de su ciudad natal como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el
26 de noviembre de 1985, fue "el hecho más importante de mi etapa como
alcalde" y "uno de los sellos de identidad de la legislatura",
según se pone de relieve en una reciente obra biográfica[1]
dada a conocer por el periodista cacereño Florentino
Velaz Domínguez (Nuñomoral, Cáceres, 1956), que fuere director de RNE en
Extremadura, y que ha buceado y reconstruido la peripecia vital, profesional y
política de un hombre dedicado "vocacionalmente a la enseñanza,
eventualmente a la función política municipal y senatorial" y
"siempre al cultivo de la amistad, de la solidaridad y de la más estricta
humanidad", como afirma el prologuista, que ejerciere como su primer
teniente de alcalde y catedrático de Enseñanzas Medias, Marcelino Cardalliaguet.
Iglesias Marcelo
evoca en esta obra los precedentes de la declaración. Un día recibe la llamada
del arquitecto cacereño Dionisio
Hernández Gil, director general de
Bellas Artes con el ministro Javier
Solana, quien le informa del plan
del Gobierno de tramitar ante la UNESCO el expediente para que Cáceres fuese
declarada Patrimonio de la Humanidad. Da
instrucciones para que se elabore el correspondiente dossier, de cuya
coordinación se encargan el concejal de Cultura, Marcelino Cardalliaguet, y el archivero municipal Antonio Rubio Rojas. Lo envían al
Ministerio y este, a su vez, lo remite a París, sede de la Organización de
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, así
conocida por sus siglas en inglés). El 10 de diciembre del mismo año reciben a
los técnicos del ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
vinculados a la Organización), que redactan el informe final, en el que se dice
que "el ejemplo de Cáceres es único debido a las características
históricas de esta ciudad que, desde la Edad Media hasta la época clásica,
lleva las huellas de influencias muy diversas y contradictorias: las artes
islámicas, arte gótico, renacentista italiano, arte del Nuevo Mundo..." El
miércoles 26 de noviembre, el alcalde asiste en París, junto al concejal
encargado de Relaciones Internacionales, Juan
Bazaga, al acto, acompañados por el embajador de España. El profesor de
Historia del Arte de la Sorbona, Léon
Pressouyre, hace una defensa "apasionada" de Cáceres, a la que
llama "la pequeña Florencia de España" y "expresión del tránsito
de la Edad Media a la Moderna", que "debe ser conocida por sus
valores artísticos y monumentales". El director general anuncia que en la
sala está presente una delegación de la ciudad, presidida por su alcalde, que
se pone en pie y saluda a los delegados con una inclinación de cabeza. El
alcalde envía un saludo a los vecinos desde París, en el que los convoca a a
que "colaboren en la conservación, el mantenimiento y la rehabilitación de
este conjunto histórico-artístico para que lo podamos legar a nuestros
descendientes mejorado, conservado y lleno de vida". El alcalde en
funciones publica un bando para explicarles la importancia de la declaración y
recordar la "necesidad de cooperar en la conservación de las
construcciones históricas por parte de sus moradores".
El segundo alcalde socialista de Cáceres, tras el
malogrado Antonio Canales
(1931-1937), nació en Cáceres en vísperas de la declaración de la II República,
el 1 de marzo de 1931. Fue concejal en las primeras elecciones democráticas
celebradas en 1979. En las siguientes, celebradas en 1983, fue elegido alcalde
por encabezar la lista más votada. Ofrece un discurso integrador, llama a la
colaboración de todos los concejales, funcionarios y ciudadanos, homenajea a
sus predecesores; se presenta como el "alcalde de todos, en el respeto y
tolerancia a todas las ideas". Agota la legislatura y saca adelante los
asuntos con el consenso de todas las fuerzas políticas. En 1987 no se presenta
a la reelección y termina su periplo en el ayuntamiento. Ha revisado el Plan de
Urbanismo, formula un plan especial para el casco antiguo, termina las obras
del Parque del Príncipe, acaba con la venta de leche a granel, y con el riego
de las hortalizas de la Rivera del Marco con aguas del colector; crea la
Universidad Popular; promueve la construcción de 800 viviendas en varias fases
para las barriadas del Espíritu Santo, Nuevo Cáceres y Aldea Moret... Ha sido
una legislatura agotadora y fructífera. En 1987 no se presenta a la reelección.
El alcalde de la Ciudad Patrimonio heredó el gen de la
política de su abuela Regina Ramajo,
mujer luchadora ante la adversidad y combativa ante una realidad social que
desea cambiar. El 18 de julio del 36 le sorprende en Candelario, a donde ha ido
con su familia de vacaciones. Detenida y trasladada a Cáceres, se le abre una
causa "como autora de un delito de excitación para cometer el delito de
rebelión", por el que se le piden ocho años de cárcel, que sufre durante
varios años. Se le abren nuevos cargos para la incautación de sus bienes. Es
puesta en libertad a los 54 años, aunque el embargo de bienes permanece abierto
hasta 1954, en que se cierra cuando ya ha fallecido. Su nieto, el alcalde
ingresa en el PSOE tras la aprobación de la Constitución del 78.
Senador por Cáceres durante cinco legislaturas
(1982-2000), Juan Iglesias tuvo una
activa participación en los debates de la Ley Orgánica del Estatuto de
Autonomía de Extremadura y en sus reformas, así como las leyes educativas, la
LODE y la LOGSE. Como senador, se siente satisfecho por haber contribuido a la
organización territorial del Estado, aunque echara de menos no haber sido
diputado autonómico. Su bagaje político lo configura su legislatura como
concejal en la primera corporación democrática, su etapa de senador y como
alcalde de Cáceres entre 1893 y 1987. En 2001 fue elegido presidente del
Consejo Escolar de Extremadura.
Tras cumplir los 83 años, el 15 de septiembre de 1984 fue
elegido hijo predilecto de Cáceres por su curriculum
académico y su trayectoria profesional como humanista. En su discurso, agradece
a la corporación, regida por el PP, la distinción; recuerda a sus compañeros de
corporación, evoca el memorial de las presencias y a José María Saponi, que emergiere como político en su legislatura...,
y a la única mujer de aquella corporación, ya fallecida, Vicenta Naranjo. Recuerda al alcalde Elviro Meseguer, quien conocedor de su situación cuando fuere
funcionario municipal, convocó dos becas, unas de las cuales obtuvo, y que le
permitió finalizar sus estudios de Pedagogía en Madrid. Treinta años más tarde
sería alcalde. "Tenía la oportunidad de empezar a pagar esa deuda que me
ligaba a la corporación. Tuve la ilusión de que así lo hice. He pagado en parte
la deuda que tenía. La gratitud no perecerá." La alcaldesa, Elena Nevado, le respondió: "Ya no
tienes ninguna deuda con nadie. Enhorabuena."
Como humanista, fue además catedrático de Bachillerato,
inspector de Educación del Estado, director del Instituto "Claudio
Moyano" de Zamora, y catedrático en "El Brocense" de Cáceres...
Una vida dedicada a la enseñanza y la política, en la que pone en práctica su
discurso dialogante y moderado, que busca siempre la convicción del oyente.
[1] Vid.: Velaz
Domínguez, Florentino: Juan Iglesias Marcelo, alcalde ejemplar,
Diputación Provincial de Cáceres, 2016, depósito legal: CC-134-2016, 179 págs.
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