"Belén y su territorio",
que el autor subtitula "Historia y
patrimonio cultural en el Valle de Papalbas",[1] propone, según afirma el alcalde de Trujillo, Alberto Casero Ávila, "un
acercamiento a la historia y al patrimonio de la localidad", pedanía de
Trujillo, que con este libro entra en el "concierto turístico
regional". La nueva obra del cronista oficial de la ciudad de Pizarro, José Antonio Ramos Rubio, supone para el prologuista de la obra y concejal
de la ciudad, Rafael Rebollo Martín,
situar a la localidad en un libro que ensalza "la riqueza e inmensidad
históricas de las que ha hecho gala durante siglos". Ya el autor expresa
en su Introducción su extrañeza tras comprobar que una población que cuenta con
un rico patrimonio histórico-artístico no haya despertado la atención de
estudiosos e investigadores, estando tan cercana a Trujillo.
El medio natural.-Belén
es un pequeño núcleo de población sin ayuntamiento propio, dependiente de
Trujillo, del que siempre fue considerado pedanía, situado a tres kilómetros de
la ciudad en zona de abruptos peñascales. En 1234 ya hay noticias de la
existencia de los arrabales de Papalbas (Belén), Huertas de Ánimas y Huertas de
la Magdalena en el reparto de las tierras reconquistadas entre los ilustres
linajes de Trujillo. El municipio recibió tal denominación de la Vega de
Papalbas hasta el 24 de septiembre de 1728, fecha en la que pasa a denominarse
Valle de Nuestra Señora de Belén por acuerdo concejil, arrabal o pedanía
dependiente de Trujillo. El relieve territorial forma un espacio
compartimentado en pleno berrocal, que recibe las aguas del Merlinejo y los
arroyos de la Luz y Caballo, que permite los cultivos, al tiempo que las
vaguadas situadas junto a los manantíos propician el arraigo de herbáceas
necesarias para el abastecimiento del ganado. Cerca del municipio pasa una de
las cañadas más frecuentadas del Medievo, así como el Cordel de Torrecillas de
la Tiesa y Dehesa Descansadero. Belén tiene hoy un crecimiento vegetativo
negativo, llegando en la actualidad a 269 habitantes. En Belén, la vivienda
responde a la tipología de la casa tradicional extremeña que domina la comarca:
de pequeño tamaño, de una o dos plantas, situadas en parcelas irregulares, con
poco frente a la calle y mucho fondo. La pieza más característica de la
vivienda tradicional está en su fachada y la constituye el portalino, consistente en un portal en arco de medio punto entrante
que deja la puerta protegida, consiguiendo un vestíbulo abierto y, a los lados
de la puerta, dos poyetes para sentarse. Testimonios materiales de arquitectura
tradicional que definen la identidad del territorio de Belén son los bohíos (bujíos)o chozos, los pozos de agua,
fieles testigos de la cultura y herencia del Valle de Papalbas, que ha
mantenido su uso durante cientos de años. En el transcurso de los años, el
paisaje rural de Trujillo y sus arrabales ha experimentado grandes cambios,
pero aún se conservan un número considerable de construcciones tanto de
vivienda como de actividades agrícolas que forman parte de la historia de la
arquitectura tradicional o vernácula. Trujillo y sus arrabales han estado bien
abastecidos de agua potable, por los numerosos manantiales de agua dulce que
conserva en el suelo.
La historia.-La
historia de Belén no puede desligarse de los acontecimientos históricos de
Trujillo. La población se reparte entre la ciudad y los cuatro arrabales
dependiente de la jurisdicción municipal: Huertas de Ánimas, Huertas de la
Magdalena, Belén y Pago de San Clemente. Con testimonios que se remontan al
Neolítico, estas pedanías han estado habitadas por un vecindario
fundamentalmente agrícola, asentada sobre las fértiles vegas de Papalbas,
Valfermoso o Mimbreras. En las inmediaciones de Belén se constatan hábitats
desde el Paleolítico Medio, aunque la presencia humana más estable llegaría con
el final de la Prehistoria. A finales del III Milenio descubren la aleación del
bronce, cobre y estaño, que ofrecen un material más duro para las armas y
herramientas… Los primeros pobladores rendían culto a la madre Tierra y al
padre Sol y sacrificaban animales para hacer sus oráculos, con altares
localizados en "La Dehesilla" y en "Los Canchalejos". En el
territorio se conservan restos del Neolítico, Calcolítico (castros) y de la
Edad del Bronce, como el conjunto pictórico de "Los Canchalejos". Las
primeras noticias del arte rupestre en el entorno se remontan al año 1971, en
la Cueva Larga del Pradillo, descubiertas por Alfonso Naharro. De la Edad del Bronce se halló una alabarda en
excelente condiciones. Trujillo fue el antiguo Turgalium romano, una población de suma importancia, tributaria de Norba Caesarina. Tras una época
paleocristina y visigoda, como queda constancia por los restos de una basílica,
la dominación musulmana hace de Trujillo un importante enclave, que mantendrá
una notable actividad en el mercado ganadero. Durante la construcción de la
fábrica de Navidul en 1999, en el Cerro del Moro, se hallaron restos de la
etapa califal. En el entorno se han encontrado lápidas romas, hebreas y árabes.
Trujillo, crisol de culturas, fue uno de los puntos de establecimiento de
judíos en España, como confirman algunos restos y el padrón de Huete, de 1290.
La Reconquista de Trujillo se efectuó el 25 de enero de 1233. A partir de
entonces, se conocen tiempos de prosperidad, fomentada por los reyes con repoblaciones,
exenciones tributarias, privilegios mercantiles y otros incentivos. Alfonso X
otorga Fuero propio a la villa y la población se divide desde entonces entre
los hidalgos, eximidos del pago de tributos, y los pecheros, vecinos
contribuyentes. Del paso de los visigodos se conservan numerosas tumbas
localizadas en el berrocal. A partir del siglo XIII, la población judía de Trujillo
conoce la época de mayor prosperidad. En 1430 traspone la pubertad medieval al
otorgarle Juan II de Castilla el
título de ciudad y, en 1465, Enrique IV
le da el privilegio de Mercado Franco. El siglo XVI será definitivo para la
historia de Trujillo por su importante participación en el descubrimiento,
conquista y civilización de América. El desarrollo demográfico y el
enriquecimiento de ciertos sectores como consecuencia de la empresa americana
impulsa el desarrollo arquitectónico-urbanístico, que proporciona a Trujillo el
aspecto de ciudad con la que llega al siglo XVIII. En 1728, la pedanía de
Belén, denominada hasta entonces Papalbas, cambia su nombre por el de Nuestra
Señora de Belén. En 1887 se inaugura el cementerio católico de Belén. El 8 de
diciembre de 1993 se hermana con la ciudad palestina del mismo nombre.
Obras artísticas.-La
iglesia parroquial de Nuestra Señora de Belén fue construida hacia 1728. Se
trata de una sencilla fábrica de mampostería, fruto de una serie de una serie de
transformaciones decimonónicas, sobre la modesta ermita barroca del siglo
XVIII. Tiene una única nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, al igual
que la capilla mayor. En los pies del templo hay un Niño Jesús de Praga, de
1670, en perfecto estado. Destacan bienes muebles procedentes de la iglesia de
San Andrés de Trujillo, como una talla del Crucificado, de finales del XV. En
la nave del templo se conservan dos lienzos con representaciones de santos, que
formaron parte de un retablo desaparecido de finales del XVIII. Asimismo,
procedente de la iglesia de San Andrés se encuentra un cuadro de santo con la
cruz en aspa. El presbiterio está presidido por los restos de dos columnas de
un antiguo retablo, que acoge un cuadro que representa el tema de la Virgen de
Belén. El obispo placentino Pedro Laso
de Vega regaló, en 1728, un cuadro que representa a Nuestra Señora de Belén,
patrocinando la construcción de una ermita que, con el tiempo, se convertiría
en la iglesia de la pedanía. El templo cuenta con otras imágenes más modernas
de estuco: un Crucificado, una Inmaculada de Olot y una imagen de la Virgen. En
la sacristía se conservan algunas piezas de platería, procedentes de la extinta
parroquia de San Andrés de Trujillo.
Palacio Viejo.-El edificio palacio conocido como Palacio
Viejo es una mansión campestre de recreo construida a finales de la Edad Media,
en la que aún pueden apreciarse elementos defensivos como aspilleras o matacán
y, próximo a él, restos de edificaciones de una villa romana. El edificio
perteneció al padre de Diego García de
Paredes, Sancho de Paredes. En sus orígenes tuvo carácter defensivo (casa-fuerte),
una de sus torres era de planta circular y, en la reforma para convertirlo en
palaciego, fue aprovechada para convertirlo en el ábside de una pequeña capilla
que se adosa al extremo del ala oeste del edificio residencial, y que ha sido
restaurada por los actuales propietarios.
Palacio del Carneril de Los Llanos.-El paraje está
dominado por la imponente casa fuerte que ostenta un escudo de la familia Chaves. La citada casa se asentó sobre
una villa tardorromana, como evidencian elementos propios de estos
asentamientos. La casa fuerte surgió, desde el comienzo en la segunda mitad del
siglo XV, como un gran complejo residencial y agrícola. La edificación se
caracteriza por un distinguible estilo señorial, así como por su carácter
palaciego, completándose con otras construcciones de uso agropecuario, como
tinados, cuadras, corrales y pajares.
Cruces de piedra.-En Belén subsiste una cruz de término y
un crucero, como monumento religioso, constituido por una cruz de piedra. A
partir de la Edad Media las marcas de los caminos se situaban en las entradas
de los pueblos como símbolo de fe cristiana, y de reconquista a los musulmanes,
avisando a los foráneos que entraban en una población leal a la cristiandad. En
las cañadas de ganado, que en principio se señalaron con hitos o mojones,
también se colocaron cruces para servir de guía a los ganaderos. En la segunda
mitad del siglo XVI, especialmente en el XVII, se da prioridad a la creación y
reparación de nuevos caminos, situando en las entradas de los pueblos cruces de
término. En 1772 se aprueban las reglas que deberían observarse para la
conservación de los caminos del Reino. En el siglo XIX, la información
cartográfica registra un gran avance con el Atlas Geográfico de España, de Coello, a escala 1.20.000. Los mapas de
la red de caminos correspondientes al siglo XVIII, como la guía de Pedro Pontón (1705), Matías Escribano (1760), Tomás López (1767) y, en el siglo XIX,
la de Santiago López (1828) o Javier Cabanes (1830) dieron fe del
esfuerzo de la Corona por fomentar y conocer la red de caminos nacionales. A la
entrada de Belén encontramos una cruz de término, de la que solo se conserva la
columna esculpida en piedra. Frente a la capilla del cementerio municipal se
alza un majestuoso crucero cilíndrico, de granito, sobre una base cúbica, alta
y estilizada, que soporta una cruz latina de brazos redondos, que remata con la
cartela del titulus "INRI".
Tradiciones populares.-Entre las tradiciones populares
más destacadas de Belén sobresalen la Cabalgata de Reyes, los Carnavales, la
Semana Santa; la romería, que se celebra el domingo anterior al de Ramos; el
lunes de Pascua tiene lugar la "gira"; la procesión del Corpus; y las
fiestas patronales de la Asunción, el 15 de agosto.
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[1] Ramos
Rubio, José Antonio: Belén y su
territorio. Historia y patrimonio cultural en el Valle de Papalbas". Edit.:
Diputación Provincial de Cáceres, Cáceres, mayo 2018.
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