Bajo este título [1], los
autores abordan en esta obra el medio físico y natural, la historia, las
manifestaciones artísticas y las tradiciones populares de Casar de Cáceres,
localidad próxima a la capital de la provincia, que el alcalde de la localidad,
Rafael Pacheco Rubio, califica en su
prólogo como "componente de la realidad total de la historia" que
"propone un acercamiento... a través de no pocos parámetros capaces de
transportarnos a otras épocas..."
Casar de Cáceres dista de la capital 10 kilómetros. Posee
dos entidades de población: el municipio y La Perala. El término tiene una
superficie de 12.902 hectáreas. La red hidrográfica se enmarca en la cuenca del
río Almonte, afluente del Tajo. Cursos destacables son el arroyo de Villaluengo
y el arroyo de la Aldea. Son conocidas también las charcas próximas al término
urbano, como la Charca del Casar, las
del Cojuge y la del Hambre. En los años 60 del pasado siglo
se construyó el pantano Antiguo, por
oposición al Nuevo, levantado en los
90, con el que se superó con creces la insuficiencia de agua de la población.
En cuanto a la vegetación, predomina la encina, junto con el monte bajo de
cantuesos, retamas y paisaje de dehesa en el Monte y en el lugar de la Jara,
donde los quercus comparten suelo con infinidad de variedades de flora
mediterránea. El 99 por ciento de la superficie cultivada es de secano,
destacando el olivo y la avena. En el sector ganadero, predomina el ganado
bovino y ovino, en una localidad que se dedica primordialmente al sector
primario, sobre todo a la producción de leche, con más de cuarenta empresas ganaderas
de leche de vaca de alta producción. La localidad tiene cada vez más peso en el
sector terciario, sobre todo en construcción e industria, y cuenta con tres de
las diez primeras empresas en ranking de producción y facturación de
Extremadura, además del Polígono Industrial La Cañada y Semillero de Empresas
de la N-630. La gastronomía del pueblo reposa en tres importantes pilares: la
torta, la tenca y la repostería.
Uno de los personajes más representativos en la historia
del Casar es el maestro Ángel Rodríguez
Campos (Mogarraz, Salamanca, 1884; Casar de Cáceres, 1956), famoso maestro
y escritor casareño que se hacía llamar Helénides
de Salamina, quien ejerció de
profesor en la localidad entre 1913 y1956.Vestía como un griego, lengua que
hablaba junto al latín. Escribió el Panelenio,
obra cumbre de veintiún libros y veintiún mil versos.
Los orígenes de Casar de Cáceres hay que buscarlos en el
Medievo, pues durante el siglo XII Casar formaba parte de la villa de Cáceres.
Debido a la situación de precariedad que soportaban los labradores, existían
numerosos enfrentamientos con los caballeros de la villa de Cáceres. En Casar
vivían jornaleros y pequeños propietarios libres que, por su condición de
aldeanos, no tenían autoridad para gobernarse por sí mismos, a la vez que
tenían un término municipal muy reducido. Los propietarios ricos de Cáceres
entraban con sus ganados hasta la aldea, pero los vecinos del Casar no podían
abrevar sus ganados en los arroyos de Cáceres. En el siglo XIII, los habitantes
de aquella época estaban tan desesperados por la situación que presentaron sus
quejas al rey don Sancho IV el 18 de
febrero de 1291, quien les concedió un privilegio real, por el cual otorgaba
unas tierras en propiedad para uso de los lugareños y que nadie pudiera
adehesar en media legua de terreno alrededor de la población; y el derecho a
reservar para sus ganados el espacio de media legua en derredor del pueblo.
Este importante hito histórico le permitió a Casar un auge económico que conllevó
un aumento de la población (hasta 900 habitantes, siendo la aldea más poblada
de la villa de Cáceres) y un sustancial desarrollo ganadero. Tras finalizar la
reconquista, comenzó el proceso de descubrimiento, conquista, colonización y
evangelización de América, en el que participaron numerosos hijos de la villa,
entre ellos fray Juan de Quevedo,
primer obispo en la América austral.
En el siglo XVIII,
Casar era la aldea con más población del partido de Cáceres, con 1.200
habitantes. El primer decenio del siglo XIX está marcado por la Guerra de la
Independencia. Tras la caída del Antiguo Régimen, la localidad se constituyó en
municipio constitucional, quedando integrado en 1834 en el partido judicial de
Cáceres. En la segunda etapa del siglo XIX, el descubrimiento del yacimiento de
fosfatos en Aldea Moret conllevó el cambio de residencia de muchos vecinos. La primera
mitad del siglo XX fue dura y complicada para los habitantes del Casar por la
escasez de trabajo y por las condiciones sanitarias inexistentes. Tras la
dictadura de Primo de Rivera, la II
República no trajo la estabilización necesaria y, tras la contienda civil,
Casar continuó vertebrado en torno a la base agroganadera y a la producción
lechera. En 1965 finalizan las primeras obras de conducción de agua potable.
La más importante de las manifestaciones artísticas es la
iglesia parroquial de Nuestra Señora de
la Asunción. construida a finales del XV y ampliada en los siglos XVI y
XVII, declarada Bien de Interés Cultural en 1991. El templo tiene tres capillas,
dos situadas a modo de crucero, y la tercera cubierta con cúpula semiesférica
sobre pechinas.
En Casar de Cáceres existe un gran número de ermitas que
destacan no solo por su historia y arquitectura, sino por la devoción de que
son objeto desde tiempos remotos. En el casco urbano encontramos una ermita en
cada uno de los cuatro puntos cardinales: San Bartolomé al sur; Santiago al
norte; Los Mártires, al este. En las afueras destacan La Encarnación, y más
lejos, las de San Benito y San Blas y la de la Virgen del Prado.
La ermita de
Nuestra Señora del Prado se encuentra en el lugar conocido como La Jara, a 8 kilómetros de la localidad.
Los primeros testimonios documentales corresponden al año 1524. La nave es de
finales del XVII y el camarín, del siglo XVIII. En la hornacina principal del
retablo mayor se encuentra una imagen de inicios del XIV. Es una talla completa
a la que se tiene gran devoción, bajo la advocación de Santa María del Prado. Fue coronada canónicamente por el obispo Jesús Domínguez en 1988. La fiesta se
celebra el lunes de Pascua de Resurrección, celebrándose una importante
romería, a la que acuden vecinos de la localidad y otros lugares cercanos.
El Museo del Queso, inaugurado en junio de 2005, ofrece
la historia y el proceso de elaboración de un referente identificativo de la
población casareña: la Torta del Casar.
Casar de Cáceres acoge a lo largo del año varias
tradiciones populares de origen secular, que refuerzan trabajos o relaciones
sociales, hechos históricos, o las festividades religiosas.
"El Ramo"
se celebra el primer domingo de septiembre, coincidente con el fin de la
cosecha agropecuaria, en el que las manifestaciones culturales se mezclan con el hecho religioso. El primer domingo del
mes se celebra la Mesa del Ramo.
La Fiesta de la
Tenca tiene lugar el último fin de semana de agosto de forma itinerante por
todos los pueblos de la Mancomunidad (este año se celebra en Casar el día 25).
Tres elementos principales centran la fiesta: los certámenes de gastronomía y
de pesca y la entrega de las Tencas de Oro.
Romería de la
Virgen del Prado.-Es la última romería del año y se celebra el último
domingo de septiembre en honor a la patrona, la Virgen del Prado. Nueve días antes, la patrona visita la localidad,
donde tiene lugar la novena en su honor. A su regreso a la ermita se celebra
una misa y la procesión por los alrededores. Amigos y familiares se reúnen
después a pasar un día de campo en los alrededores de la ermita.
___________________________
[1]
Ramos Rubio, José Antonio; De San Macario Sánchez, Óscar, y Holgado Alvarado,
Rosa María: El Patrimonio
histórico-artístico de Casar de Cáceres y su entorno arqueológico,
Diputación Provincial de Cáceres, Cáceres julio de 2018, 456 págs.
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