viernes, 30 de agosto de 2019

BARTOLOMÉ ROMERO LEAL, EL GOBERNADOR DE EXTREMADURA, HIJO ADOPTIVO DE MÉRIDA



           Bartolomé Romero Leal (Puebla de la Calzada, 17/08/1823: Madrid, 1895) vivió desde su niñez en Mérida, en cuya ciudad mantuvo un bufete abierto hasta que se entregó a la política, desde la que favoreció en todo lo que pudo a la ciudad, razón por la que el ayuntamiento le otorgó el título de hijo adoptivo y puso su nombre a la calle Mirabel en la que vivió.[1]
            Desde su infancia vivió con su familia en Mérida. Ingresó en el Seminario de San Atón de Badajoz y después cursó la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid, en la que logró la licenciatura en 1844. En Mérida ejerció su profesión de abogado y fue presidente de la Sociedad Económica emeritense. En 1854 fue nombrado secretario del Gobierno Civil de Badajoz. Pocos días después de su estancia en la capital pacense, el cólera morbó atacó la ciudad. Víctima del contagio, falleció el capitán general Trillo y enfermó muy grave el gobernador civil, Ramón Cuervo. Romero Leal se hizo cargo interinamente de la provincia y durante esta etapa creó la Escuela Normal de Maestras y logró que la Comisión de Monumentos publicase a sus expensas en 1857 la Historia de las Antigüedades de Mérida, de Fernández Pérez.

            En 1855 fue nombrado gobernador civil de Cáceres, cargo en el que cesó en agosto del mismo año, al ser nombrado para el mismo cargo en Pontevedra, en el que cesó al caer el gobierno de O´Donnell.
            En 1858 fue elegido diputado a Cortes por el partido de Mérida, por el que fue reelegido en 1863 y 1865. Durante estos mandatos logró el ferrocarril Ciudad Real-Badajoz, la construcción de numerosos cuarteles para la Guardia Civil en los pueblos extremeños, la finalización de las carreteras Madrid-Badajoz, Mérida-Sevilla y Cáceres-Mérida. Asimismo, impulsó el inicio de los trabajos de las carreteras de Almendralejo al Puente del Entrín  y la de Zarza de Alange a su estación. Sobre el ferrocarril a Sevilla,  Sáenz de Buruaga recoge de las actas municipales que "el diputado a Cortes por este distrito, don Bartolomé Romero Leal, consejero de Administración de la Compañía del Ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz, comunica que se va a subastar el f. c. (sic) de Mérida a Sevilla, que partirá de nuestra ciudad. La inauguración de esta vía se festeja repartiendo pan a los pobres, repique general de campanas, iluminación, música de aficionados en la plaza y bailes, uno de ellos con refresco en el Teatro. El alcalde, don Alonso Pacheco y Blanes, pone la primera piedra de la vía el 21 de septiembre de 1863." [2]
 
            Romero Leal fue también diputado provincial en los años 1854-1856 y presidente de la Diputación pacense desde el 01/12/1854 hasta el 10/04/1855.

            Según cuenta García Cienfuegos, Romero Leal, junto a otros influyentes vecinos de Mérida, demostrando su ardiente catolicismo y fidelidad al papa, envió el 3 de marzo de 1874 una protesta al obispo de Badajoz, don Fernando Ramírez Vázquez, ante la situación en que se encontraban las iglesias emeritenses, cuyos sacerdotes se habían declarado en rebeldía ante el prelado pacense a raíz de la bula Quo gravius, promulgada por el papa Pío IX, el 14 de julio de 1873, debido a la extinción de la jurisdicción eclesiástica de la Orden de Santiago en Extremadura, la cual había pasado al obispado pacense. En dicha protesta se le exponía al obispo que la ciudad de Mérida vivía una situación muy agitada y deplorable, ya que los antiguos clérigos santiaguistas se habían apoderado de los templos con el apoyo de la autoridad civil, expulsando a los sacerdotes nombrados por el obispo, habiendo tenido que habilitar estos una capilla en una casa particular para poder celebrar los cultos.
           
            El cura párroco de Puebla de la Calzada, Eugenio García Carrasco, al inscribir, el 27 de febrero de 1874, una partida de defunción, practica esta diligencia: “como cura propio de esta villa de Puebla de la Calzada, Obispado de Badajoz, por incorporación acordada en la bula Quo Gravius de las jurisdicciones exentas de las Ordenes Militares”. Este espinoso asunto quedó zanjado el 20 de febrero de 1875, en el que una vez asentada la Restauración con el monarca Alfonso XII, el Gobierno Civil de Badajoz ordenó entregar las iglesias a los representantes del obispo de Badajoz.
 
            La rebeldía de los clérigos santiaguistas queda reflejada también en La Nava de Santiago, localidad cercana a Montijo, ya que el cura, José Nevado Peña, no acata al obispo de Badajoz, siendo declarado  inhábil. No obstante, un año más tarde este acepta al prelado pacense, aunque no se le volvió a nombrar para regir ninguna parroquia. Falleció el 10/X/1888 de una forma trágica, ya que se quitó la vida pegándose un tiro. 
            En similitud a la actitud del cura Nevado de La Nava de Santiago, se encontró también Juan de Dios Ávalos, cura de Carmonita, que juró obediencia al papa y al obispo diocesano, al tiempo que pedía el público perdón de su pasada falta de rebelión.[3]
 
             Tras la restauración monárquica con Alfonso XII,  Romero Leal fue nombrado gobernador civil de Valladolid y, posteriormente, secretario del Gobierno Civil de Madrid. Después fue gobernador civil de Valencia y finalmente, oficial mayor del Ministerio de la Gobernación.
            El Ayuntamiento de Mérida le nombró hijo adoptivo de la ciudad por su preocupación constante por ella durante su actuación como diputado en Cortes y le dedicó la calle en la que vivió durante años. Falleció víctima de una cruel enfermedad en 1895.

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[1] Vid.: Navarro del Castillo, Vicente: Historia de Mérida y pueblos de su comarca, T. III. Familias e hijos ilustres de Mérida (siglos XV al XX), págs. 322-323.
 
[2] Vid.: Álvarez Sáenz de Buruaga, José: Materiales para la historia de Mérida (de 1637 a 1936), Diputación Provincial de Badajoz, Ayuntamiento de Mérida, 1994. Colección Historia, núm. 18.
 
[3] Vid.: García Cienfuegos, Manuel, cronista oficial de Montijo y Lobón: El político Bartolomé Romero Leal y su tiempo (1823-1895), en Cronistas de Extremadura, mayo de 2016.


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