miércoles, 16 de febrero de 2022

JÓVENES EN EXCLUSIÓN SOCIAL SEVERA



Cáritas y la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada) presentaron a mediados del pasado mes la primera radiografía social completa de la crisis provocada por la pandemia, bajo el título “Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España”. [1]

La secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro, y Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de la Fundación, han alertado de que la cohesión social en España ha sufrido un “shock” sin precedentes como consecuencia de la tensión que ha sufrido la actividad económica y el empleo a causa de la irrupción del SARS CoV-2.

En el capítulo del Informe referido a los jóvenes, se destaca el hecho de que serlo es uno de los factores de exclusión que ha sacado a la luz la crisis sanitaria de la covid-19. En España hay 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años afectados por procesos de exclusión social intensa y multidimensional que les impide realizar proyectos de vida para transitar hacia la vida adulta.

En 2021, añade el Informe, más de 650.000 nuevos jóvenes (16-34) se sumaron a la situación de exclusión severa. Son 500.000 personas jóvenes más con respecto a 2018 que están afrontando situaciones de especial complejidad, lo que hace un total de 1,4 millones de jóvenes en situación de exclusión severa.

A nivel generacional, la tasa de exclusión de la población menor de 30 años es algo más de tres veces superior a la de la población mayor de 65 años y la tasa de exclusión severa se llega a multiplicar por cinco entre ambos grupos etarios.

“Hay un grupo de jóvenes --subraya Flores-- que ha experimentado ya dos crisis muy importantes justo en una fase esencial de sus proyectos vitales en los que se plantea la transición al empleo, a la vida adulta, la emancipación o la construcción de nuevos hogares: a los que tenían 18 años en 2008 les ha alcanzado la crisis de 2020 con 30 años.”

La investigación --llevada a cabo por un equipo de más de 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social-- pone de relieve que la precariedad laboral durante la crisis sanitaria se ha duplicado y alcanza a casi dos millones de hogares que dependen económicamente de una persona sustentadora principal que sufre inestabilidad laboral grave, lo que significa que, en el último año, ha tenido tres o más meses de desempleo, tres o más contratos diferentes en tres o más empresas distintas.

Otros datos significativos revelados por el Informe señalan que la brecha digital constituye un nuevo factor de exclusión, que califica como el nuevo analfabetismo del siglo XXI. La pandemia, asimismo, ha aumentado la brecha de género, que ha tenido más impacto en sectores más feminizados, como el comercio o la hostelería, lo que ha implicado un retroceso mayor para muchas mujeres en términos de integración social. La población inmigrante es la más perjudicada en varios frentes: el 50% de los hogares con extranjeros están en situación de exclusión social en 2021, casi tres veces mayor que en los hogares españoles.

Frente a esta situación y a otras desarrolladas en el Informe, FOESSA y Cáritas Española consideran necesario perfeccionar el sistema de protección social, en el caso de la salud, la vivienda o la protección social; mejorar la cobertura del IMV (Ingreso Mínimo Vital); reimpulsar el modelo de estado de bienestar; garantizar un sistema de salud público de calidad; políticas frente a la exclusión social; superar la brecha educativa provocada por el apagón digital y avanzar hacia servicios sociales adaptados a la realidades sociales del siglo XXI.

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[1] Vid.: Evolución de la cohesión social y consecuencias de la COVID-19 en España. Edit. FOESSA y Cáritas Española, de 18/01/2022.1


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