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Álvaro Gómez Becerra (cuadro de Eduardo Balaca, Palacio del Senado. Madrid) |
Álvaro Gómez Becerra (Cáceres,
26/12/1771; Madrid, 23/01/1855), fue un abogado y jurisconsulto español, hijo
de Pedro Joaquín Gómez, procurador de número de la villa de Cáceres, y de Teresa
de Jesús Becerra Figueredo. Vivió en el seno de una familia de juristas en
Cáceres, en una sociedad envuelta en conflictos y crisis agrícola.
El jurista José Luis Pérez Mena y José Antonio Ramos
Rubio, historiador y cronista oficial de Trujillo, bucean en esta nueva obra en
el itinerario vital, profesional, doctrinal e ideológico de Gómez Becerra, según
afirma en el prólogo el profesor de Historia del Derecho de la Uex, Sixto
Sánchez-Lauro. [1]
El primero aborda aborda sus escritos jurídicos y el segundo, su biografía. Los
autores continúan con esta obra la estela de otros destacados extremeños
liberales en las Cortes: Muñoz Torrero, José María Calatrava y Juan Muñoz
Chaves, cuyas biografías ya vieron la luz.
Gómez
Becerra estudió Leyes en Salamanca. En junio de 1792 obtuvo el grado de bachiller
en Leyes y el de licenciado, en 1796, año en que oposita a una Prima de Leyes.
Tras licenciarse, dejó de transitar las aulas salmantinas y pasó a practicar la
abogacía en Cáceres, ingresando en el Colegio Oficial de Abogados el 9 de
febrero de 1792.
El
letrado cacereño, como reconocen los autores, fue uno de los personajes más
importantes de la vida pública nacional y uno de los más destacados juristas y
políticos de la historia de Extremadura. Ocupó las más altas magistraturas de
todos los poderes del Estado: en política, fue ministro de Gracia y Justicia
tres veces (1835-1836), presidente del Consejo de Ministros (1843);
legislativo: senador del Reino por Badajoz y diputado a Cortes por Cáceres,
presidente del Senado, presidente del Congreso; judicial: magistrado del Supremo,
fiscal de la Audiencia de Madrid, regente de la de Zaragoza…
Gómez Becerra tomó parte activa durante la
invasión francesa en la defensa de Cáceres. Tras el levantamiento contra el
invasor, el 23 de marzo de 1809, la Junta Revolucionaria del partido de
Cáceres, nombra a Gómez Becerra corregidor de la villa por aclamación popular,
en atención a sus servicios, instrucción y conocimientos. Estuvo a punto de ser
fusilado cuando se opuso a los atropellos y abusos que los franceses estaban
generando en Cáceres y poblaciones colindantes. En agosto de 1812 fue nombrado juez de Primera
Instancia, funciones que desempeñó hasta mayo de 1913. En esos años preside la Sociedad
Patriótica de Cáceres (1812-1813), una época histórica para España con la
aprobación de la Constitución de Cádiz el 19 de marzo de 1812. Fundó el primer
periódico de Cáceres (La Asociación de Cáceres) que se elaboraba en su casa de
la calle Sancti Spiritu manualmente y se exponía en una tienda de la calle
General Ezponda, ya que la primera imprenta se creó en la ciudad en 1820. Del
citado periódico, que salió el 11 de enero de 1813, se hicieron 31 números.
El
24 de mayo de 1813, Gómez Becerra abandonó Cáceres tras ser nombrado por la
Regencia Jefe Político de Extremadura, trasladándose a Badajoz. La Diputación
Provincial de Extremadura se constituyó el 24 de octubre de 1812 en Badajoz y
estuvo funcionando hasta que las Cortes decretaron su anulación el 13 de mayo
de 1813. En cumplimiento de la Constitución de Cádiz fue creada la Diputación
de Extremadura, precedente de las actuales diputaciones de Cáceres y Badajoz.
Las instituciones liberales volvieron en el año 1820, la Diputación de
Extremadura se reinstauró y Gómez Becerra fue restituido en su cargo.
Al
regresar Fernando VII en 1814, determinó el retorno de los realistas y la huida
de Gómez Becerra hacia Badajoz. La expulsión de los franceses de España se
materializó con la promulgación del Real Decreto de 4 de mayo de 1814, por el
que se declaraba nula y sin ningún valor la Constitución de 1812. En Badajoz,
el 15 de mayo de 1814, cesa en sus funciones como jefe político Álvaro Gómez
Becerra, así como la Diputación de Badajoz. Regresa a Cáceres y vuelve a
ejercer la abogacía. En la noche del 15 de mayo, tras la vuelta del rey, se
produjo en la capital cacereña un importante alboroto, en el que se quemaron ejemplares de la Constitución y
se restituyeron en sus puestos, por la voluntad popular, los antiguos
concejales. A los pocos meses, Gómez Becerra se marcha a vivir a Madrid con su
madre y hermana, a buscar mejores horizontes a su carrera. Abre un despacho de
abogado. Sus contactos con políticos y letrados madrileños marcan un cambio de
orientación en la vida política de Gómez Becerra.
Gómez
Becerra ingresó en el Colegio de Abogados de Madrid el 13 de octubre de 1814.
En 1820, durante el Trienio Liberal, regresó a su antiguo destino a Badajoz
donde ejerció como Jefe Político Superior de la provincia extremeña, con el
triunfo del pronunciamiento de Riego. La elección de diputados de la Diputación
de Extremadura se hizo conjuntamente con la de diputados a Cortes en mayo de
1820 en Badajoz, en la que él sale elegido como Jefe Político de Extremadura.
Las segundas elecciones para Cortes y para la Diputación de Extremadura
tuvieron lugar en Badajoz los días 2 y 3 de diciembre de 1821. El 9 de marzo de 1820 se restableció el
sistema constitucional y cuanto sobre ayuntamientos había legislado la
Constitución de Cádiz. Gómez Becerra presidió la Diputación de Extremadura el
22 de mayo de 1820. El 25 de octubre de 1821 fue nombrado Jefe Político de
Toledo.
Gómez
Becerra fue elegido diputado a Cortes en 1822 y presidente de la Cámara. Con la
firma del Decreto que declaraba traidores a todos los diputados que hubieran
votado la destitución de Fernando VII, entre los que se encontraba Gómez
Becerra, este tiene que marcharse al exilio. Se encontraba en Cádiz donde
presidió las últimas Cortes. Salió de
Cádiz por Gibraltar junto a su hermana para instalarse en Malta. Entre Malta,
Sicilia y la costa del norte de África vivió siete años y después se traslada a
Marsella. También residió en Bayona, donde recibió la ayuda de otros emigrantes.
Pudo hacer frente a su mala situación económica gracias a una pensión que le concedió
el Gobierno francés de 40 duros mensuales en su calidad de último presidente de
las Cortes de Cádiz. Durante su exilio le llegó la triste noticia del
fallecimiento de su madre y el de sus hermanas Mariana y Ana. El Gobierno
francés le concede una pensión de 200 francos mensuales como último presidente
de las Cortes españolas. Cuando fallece Fernando VII, Gómez Becerra regresa a
Madrid en marzo de 1834, acogiéndose a la amnistía de 1833 concedida por la
reina regente María Cristina de Borbón dos Sicilias. A su llegada a España
ocupa los puestos de Regente de la Audiencia de Zaragoza y Magistrado del
Tribunal Supremo. En julio de 1834 es designado fiscal de la Real Audiencia de Madrid, cargo que ocupa un mes. Al mes siguiente es nombrado regente de la de Zaragoza, cargo del que toma posesión el 25 de
septiembre. El 14 de septiembre de 1835, Juan Álvarez Mendizábal le confió la
cartera de Gracia y Justicia,
ejerciendo su cargo entre el 28 de septiembre de 1835 hasta el 5 de junio de
1836. En 1836 fue nombrado magistrado del Tribunal Supremo y elegido otra vez diputado
por Cáceres. Ocupa de nuevo la
presidencia del Congreso, primero de
forma interina desde el 18 al 21 de octubre de 1836 y con carácter definitivo
del 24 del mismo mes al 1 de diciembre de 1836. Gómez Becerra fue senador por
la provincia de Badajoz en las legislaturas de 1837, 1838 y 1838-1839 y en las
elecciones de 24 de julio de 1839, diputado
por Cáceres, renunciando al cargo para tomar posesión de su escaño de
senador por Badajoz, para el que había sido elegido de nuevo en septiembre. En octubre
de 1840 fue nombrado de nuevo ministro de Gracia y Justicia, en el que se
mantuvo hasta el 21 de mayo de 1841. Fue senador por la provincia de Toledo en
las legislaturas de 1841 a 1843 y tres veces presidente del Senado durante este
período. Miembro del Gabinete de
Regencia en 1840, al renunciar la reina gobernadora María Cristina a su función
de regente y embarcarse para Francia. Gómez Becerra fue nombrado ministro. El
19 de mayo de 1843 cae el gobierno presidido por Joaquín María López, siendo
sustituido por Gómez Becerra en la Presidencia del Gobierno. En 1843, tras
disolverse las Cortes, fue nombrado senador vitalicio. En 1845 dirige una junta
progresista revolucionaria contra el Gobierno de Narváez. A los 75 años, en
1846, fue acusado de conspirador durante el ministerio de Narváez y fue desterrado a Cuenca. En 1847 fue nombrado por la
reina senador vitalicio, permaneciendo en él hasta la legislatura de 1851-1852.
Fallece
el 23 de enero de 1855, en el número 11 de la calle Señores de Luzón, a los 84
años de edad. Fue enterrado en el cementerio La Patriarcal. Un año después del
fallecimiento, el gobernador civil de Cáceres, Bartolomé Romero Leal,
recomienda al ayuntamiento se sirva dar su nombre a la calle de esta villa en
la que vio la luz titulándola “Calle de Gómez Becerra”.
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[1] Vid.: Pérez
Mena, José Luis y Ramos Rubio, José
Antonio: Álvaro Gómez Becerra,
político constitucional y constitucionalista, TAU Editores, Cáceres, 2022,
294 págs.