Una nueva obra del cronista oficial de Trujillo [1] nos traslada a vivir su historia política, social y cultural de 120 años de la vida de la ciudad, los comprendidos entre el siglo XX más las dos primeras décadas del XXI. El retrato social y costumbrista de los cambios trascendentales de la reciente historia de la ciudad de Pizarro son recreados en este libro como si de un periódico de su vida se tratare.
El autor subraya en su Introducción que la obra tiene
como referencia las miles de páginas de los periódicos y revistas “Comarca de
Trujillo”, “La Región” (1896-1900), el primer periódico que recogía noticias de
la comarca; “El Binomio” (1899-1900), “La Voz de Trujillo” (1901-1902); “El Eco
de Trujillo” (1902); “La Unión Republicana” (1903-1905); “El Campeón”
(1905-1907), semanario liberal-conservador; “El Obrero” (1905); “La Opinión”
(1908-1974); “El Adelanto” (1915), “Voz Regional” (1919), periódico
regionalista y acción social; “Ensayos” (1922), revista quincenal ilustrada de
Arte y Literatura; “La Muralla” (1932-1936), semanario, órgano de la Agrupación
Ciudadana; “Campo” (1953), hoja informativa del Instituto Laboral de Trujillo;
“Semilla” (1953), boletín informativo del Instituto Laboral; “Adelante” (1955),
“Trigo” (1977), así como los diarios El Periódico Extremadura y Hoy.
Con estos mimbres, el cronista quiere recordar a los
lectores, con la ayuda de las páginas de los periódicos, los momentos
culturales, político-sociales, deportivos, festivos o lúdicos por los que
pasado la ciudad en algo más de un siglo, que el autor califica como “una
auténtica crónica histórica de Memorias”, en la que la historia pasada se funde
con el presente.
Cronológicamente, a lo largo de más de doscientas
páginas, a las que se añade un apéndice documental fotográfico muy interesante
del pasado siglo y las primeras décadas del presente, el cronista va desgranando
los sucesos de los que habla la ciudad, las tiendas en la que compran las mujeres,
las fiestas en parajes o junto a los ríos Almonte y Magasca, el turismo
cinegético, los colegios, el casino, las ferias, las corridas de toros, su
ciudadano más longevo (Ismael, que vivió 120 años) y que asistía a todas las
corridas que se celebraron en la ciudad; las celebraciones religiosas; el
ferrocarril Cáceres-Trujillo-Logrosán, que no pudo concretarse y que tanto hubiera dinamizada la vida de la
ciudad; el primer automóvil, en 1905, número cuatro de los entonces existentes
en la provincia…; la inauguración del monumento a Pizarro el 2 de junio de
1929, con asistencia del rey Alfonso XIII, el general Primo de Rivera y la
viuda del autor de la obra, la señora Mary Harriman… La Historia, en fin, de un
siglo interminable de sucesos con la que el cronista quiere dejar su estela en
la memoria del lector desde la serenidad de una mirada que ya es historia.
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[1]
Vid.: Ramos Rubio, José Antonio: Crónica social, política
y cultural de Trujillo en el siglo XX, TAU Editores, Cáceres, 2024, 319 págs.
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