miércoles, 15 de mayo de 2024

ATRAPADOS EN CASA


Foto: Pixaby. Luis Francisco Pizarro Ruiz 

    Más de 100.000 personas están presas en sus casas por no poder salir. Lo afirma el Comité Español de Personas con Discapacidad (CERMI) en su último informe sobre el cumplimiento de la Convención de la ONU de los derechos de las personas con discapacidad. Son personas que requieren ascensores, rampas o elevadores, pero sus vecinos no pueden, o no quieren, costear las obras que les permitirían salir de sus casas. El 70 por ciento de los inmuebles españoles no son accesibles, afirma el delegado de Derechos Humanos para la Convención de CERMI, Gregorio Sarabia, quien añade que con “la ley de vivienda hemos perdido una oportunidad para abordar este tema y dar subvenciones y ayudas a los vecinos que pueden costear estos sistemas para garantizar viviendas dignas para todo el mundo”. Es la accesibilidad que acumula más incumplimientos de la Convención.

    Es verdad que, en los últimos años, el parque de viviendas de más de cincuenta años se está adecuando a las necesidades vecinales de accesibilidad y de eficiencia energética. Lo que hoy es una necesidad, ayer no se previó como tal. La instalación de ascensores, rampas o elevadores, que rompan las fracturas que sufren las personas con discapacidad, las vemos cada día en el mundo urbano, no construido en su momento pensando no solo en las personas con discapacidad, sino en aquellos mayores que, por sí solos, no podían hacer frente a las barreras físicas que les fueron impuestas en sus viviendas.

    Los domicilios no son el único espacio que infringen el derecho de las personas con discapacidad. Hay denuncias contra hoteles, restaurantes, cines, teatros, catedrales…, que infringen el derecho de las personas discapacitadas. Las estaciones de ferrocarril tampoco están adaptadas, aunque la ley les obligue.

    El citado informe recoge 140 denuncias o incumplimientos, 61 propuestas de mejora y 42 avances. “Aún hay una importante brecha respecto a las personas con discapacidad en España y nos queda mucho por hacer”, declara Gregorio Sarabia.

    Señala CERMI en su informe algunos de los incumplimientos que más llaman la atención respecto a los incumplimientos. Por ejemplo, que a una persona invidente no la dejen subir a un taxi con su perro-guía; una niña que no pudo ver el concierto de Aitana porque, al tener movilidad reducida, le tocó sentarse al final; un programa de televisión puso en duda la capacidad de una persona sorda para ser candidata en unas elecciones municipales… “Tenemos una legislación de vanguardia, pero no se cumple”, según el delegado de Derechos Humanos de CERMI.

    Hay otras personas con discapacidad cuyos déficits no han sido corregidos: por ejemplo, los de las personas sordas, que siguen reclamando la presencia de la lengua de signos en los informativos de televisión; el escaso apoyo educativo para las personas con discapacidad, porque los modelos inclusivos no son lo son, al carecer de personal.

    Sin duda, el de la accesibilidad continúa siendo el problema más importante de todos. Una cárcel en su propia casa, sin poder salir ni en silla de ruedas, a tomar el sol o ver la luz, si no fuere desde la ventana con vistas, pero con barrotes a su propia libertad como seres humanos. Atrapados en su propia casa, como si fueren animales enjaulados…


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