Los acuerdos tomados por los Reyes Católicos en Extremadura tuvieron un impacto significativo en la historia no sólo de España, sino también en el desarrollo global de la época, afectando a áreas como la política, la economía, la religión y la exploración. Esta es la conclusión que ofrecen el cronista oficial de Trujillo, José Antonio Ramos Rubio, y el jurista José Luis Pérez Mena, autores de la obra “Historia de los Reyes Católicos. Su presencia y protagonismo en Extremadura”, de reciente aparición. [1]
Los acuerdos tomados por los Reyes Católicos en Extremadura son, según los autores, de suma importancia en la historia de España y de Europa por varias razones:
Extremadura fue una región clave en el proceso de la reconquista y reunificación de España, ya que en su territorio se libraron importantes batallas y se establecieron estratégicas ciudades fortificadas, como Cáceres y Trujillo.
Otra razón importante es el descubrimiento de América y la conquista, pues, desde esta región, numerosos conquistadores partieron hacia el Nuevo Mundo en busca de riquezas y territorios para la Corona española, como Hernán Cortés, Francisco Pizarro y Pedro de Alvarado. Los acuerdos tomados por los Reyes Católicos en esta región facilitaron la planificación y financiación de estas expediciones, que llevarían a la colonización y exploración de vastas regiones en América.
En otro orden de cosas, los Reyes Católicos establecieron la Santa Hermandad en Extremadura, concretamente en Trujillo, una especie de policía rural que tenía como objetivo principal mantener el orden y la seguridad en las áreas rurales.
En último término, Extremadura sirvió como base para muchos de los exploradores y conquistadores que ampliaron los horizontes del mundo conocido en ese momento. Los acuerdos tomados por los Reyes Católicos en la región proporcionaron el apoyo necesario para financiar estas empresas, que conduciría a la expansión del Imperio español y el intercambio cultural y comercial con el resto del mundo. No solo Guadalupe fue el eje esencial del descubrimiento, sino también otras poblaciones como Plasencia y Trujillo
Los Reyes Católicos tuvieron una amplia relación con el monasterio de Guadalupe, en una clara devoción a la Virgen, transmitida de generación en generación de los reyes a sus hijos.
Isabel de Castilla (Madrigal de las Altas Torres (22/04/1451; Medina del Campo, 26/11/1504) llegó por primera vez a Extremadura, concretamente al monasterio de Guadalupe, cuando aún era infanta, en 1464, que visitó en veintidós ocasiones, según se recoge en el epistolario que se conserva en el archivo del monasterio.
La presencia de los reyes en ciudades importantes como Cáceres o Trujillo; las disputas entre los nobles, las juras de los fueros o leyes de una ciudad, la corte asentada en Trujillo, donde los Reyes Católicos firmaron en 1475 la unificación de Aragón y Castilla; su estancia en la ciudad durante casi todo el año 1479, en el palacio de Luis de Chaves, donde a finales de enero reciben la noticia del fallecimiento en Barcelona de Juan II de Aragón, padre de Fernando, celebrándose los funerales en santa María la Mayor y el 29 de diciembre de 1479 firman el primer documento como reyes de España.
En junio de 1477 la reina Isabel conquista Trujillo y pacifica Cáceres, donde, según el cronista de Cáceres, Santos Benítez, concedió a la ciudad unas Ordenanzas para lograr la pacificación de la tierra y la represión de los bandos y parcialidades de la villa, y derrota a los portugueses en la batalla de la Albuera. El 30 de junio de 1477, la reina jura ante la Puerta Nueva defender y guardar el fuero municipal.
En Guadalupe, el 29 de diciembre de 1479, los Reyes Católicos firman el primer documento de Cancillería, donde aparecen unidos Castilla y Aragón y figuran ya como Reyes de España. El 20 de junio de 1492, los Reyes Católicos firman en la Puebla cartas en las que se especifica la entrega inmediata de las carabelas con su tripulación a Colón para el descubrimiento de nuevas tierras. Colón, al regreso de su primer viaje, bautizó en Guadalupe a los dos primeros indios que le acompañaron y puso en su segundo viaje el nombre de Guadalupe a una isla de las Antillas, a donde llegó el 4 de noviembre de 1493.
Fernando el Católico (Sos del Rey Católico, Zaragoza, 10/03/1452; Madrigalejo, Cáceres, 23/01/1516) estuvo en Plasencia el 20 de octubre de 1488 y tomó posesión de la ciudad y su tierra e hizo juramento público en la catedral de no enajenar esta ciudad de la Corona, que ese día se sustraía del dominio de los duques que la poseían desde 1492.
Los lugares que permanecieron en el realengo durante toda la Edad Media fueron Cáceres y Badajoz, mientras que Plasencia fue entregada al Señorío de los Zúñiga en 1442 y permaneció en él hasta 1448, en que pasó al control de los Reyes Católicos. Trujillo y Coria siguieron rumbos paralelos. La primera fue considerada inicialmente como de realengo y Coria, tras un paréntesis en que perteneció a la catedral de Santiago y a los templarios, fue de realengo hasta 1469, en que Enrique IV la pasó a los condes de Alba. Al morir la reina Isabel, el rey tomó el título de regente o gobernador de Castilla, según lo dispuesto en el testamento de la reina. El 19 de octubre de 1505 se casó por poderes con Germana de Foix, de 18 años, cuando él tenía 53 años, En 1509 visitaron Guadalupe, y el rey, por última vez, en 1511. Pasó la última Navidad de su vida por tierras placentinas en 1515, donde se trasladó a cazar en una finca del duque de Alba. Convocó el Capítulo General de la Orden de Calatrava en Guadalupe, pero su estado de salud empeoró y paró en la Casa de santa María, que los monjes de Guadalupe tenían en Madrigalejo, donde otorgó testamento y falleció el 23 de enero de 1516.
[1] Vid.: Ramos
Rubio, José Antonio y Pérez Mena, José Luis: Historia de los Reyes Católicos. Su presencia y protagonismo en
Extremadura, TAU Editores, Cáceres, 2024, 176 págs.
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