martes, 7 de octubre de 2025

MAFALDA DE CASTILLA, LA INFANTA PLACENTINA HIJA DE ALFONSO VIII


Lápida de la infanta Mafalda de Castilla en la catedral de Salamanca, 

réplica de la original, escondida tras el retablo de la Capilla Mayor de la Catedral Vieja. 

(Del blog https://lachovapiquirroja.blogspot.com/2023_03_05_archive.html)

    A los 811 años de la muerte del rey Alfonso VIII de Castilla y Toledo (Soria, 11/11/1155; Gutierre-Muñoz, Ávila, del 5 al 6 de octubre de 1214), fundador de Plasencia en 1186, conviene recordar a su hija, la infanta Mafalda de Castilla (Plasencia, 1191; Salamanca, 1204), de las Casas Reales de Ivrea y Plantagenet, habida en su matrimonio con la reina Leonor de Plantagenet (1162-1214), y fallecida a los 19-20 años de edad  (a los 13 años, según otros historiadores) tras ser prometida en matrimonio al infante Fernando de León, hijo de Alfonso IX de León, que no llegó a celebrarse tras morir aquella en Salamanca. Al momento de su compromiso, Alfonso IX estaba casado con la hermana mayor de Mafalda, Berenguela, pero su matrimonio fue anulado por el papa Inocencio III ese mismo año.

    Los abuelos paternos de Mafalda de Castilla fueron Sancho III de Castilla y Blanca Garcés de Pamplona y los maternos, Enrique II de Inglaterra y su esposa Leonor de Aquitania. Alfonso VIII tuvo, además de a la infanta Mafalda, otros nueve nueve hijos: Berenguela (Segovia, 1179; Burgos, 1246), reina de Castilla en 1217 y reina consorte de León entre 1197 y 1204 por su matrimonio con el rey Alfonso IX; Blanca (Palencia, 1188; Melum, 1252), reina consorte de Francia por su matrimonio con el rey Luis VIII y madre del rey Luis IX, que fue canonizado; Constanza (c. 1199; Burgos, 1243) fue monja y señora del monasterio de Santa María la Real de Burgos); Leonor (c. 1190; 1244), reina consorte de Aragón por su matrimonio con el rey Jaime I de Aragón; Enrique I de Castilla (Valladolid, 1204; Palencia, 1217), rey de Castilla entre 1214 y 1217, tras fallecer en accidente, y a quien sucedió en el trono su hermana Berenguela, quien renunció en favor de su hijo, el futuro Fernando III;  Fernando  (Cuenca, 1189; Madrid, 1211); Sancha (1182;1184); Sancho (abril-julio de 1181), primogénito varón y heredero, que falleció a los tres meses de edad; Urraca (Castilla, 1186; Coimbra, 1220) fue reina consorte por su matrimonio con Alfonso II de Portugal desde 1211 hasta su fallecimiento.

    Algunas crónicas señalan que la infanta Mafalda de Castilla recibió sepultura en la Catedral Vieja de Salamanca y otras que fue trasladado a Burgos e inhumado en el Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, donde recibirían sepultura sus padres y varios de sus hermanos.

    En el lado del Evangelio de la Catedral Vieja de Salamanca, y oculta por su retablo, se halla una placa con la siguiente inscripción: “Aquí yace doña Mafalda, hija de Alfonso VIII y de la reina doña Leonor Berenguela, que finó en Salamanca en 1204.” Sin embargo, en el monasterio de las Huelgas de Burgos se encuentra un sepulcro atribuido a la infanta castellana nacida en Plasencia, situado en la nave de Santa Catalina, junto al que contiene los restos del infante Pedro de Castilla y de Molina, hijo de Sancho IV de Castilla y de la reina María de Molina.

    Plasencia debe al rey Alfonso VIIII su fundación en 1186, en que, además de otorgarle el escudo con la leyenda Ut placeat Deo et hominibus (para que agrade a Dios y a los hombres), que reforzaba la línea del Tajo, con la creación de una retaguardia en el avance de la Reconquista hacia el sur de la Península, al tiempo que restringía la expansión del reino de León en la Trasierra o Sierra de Béjar, obligaba a volver a utilizar la Vía de la Plata como límite entre ambos reinos. Su creación castellaniza el territorio no solo civilmente, sino también eclesiásticamente, por lo que promovió la creación de la nueva diócesis de Plasencia, que consolida la ciudad, que pasa a depender de la metrópoli toledana en lugar de la compostelana.

    El Obispado de Plasencia fue erigido canónicamente por el papa Clemente III, a instancias de Alfonso VIII, en el año 1189, poco después de la fundación de la ciudad. Aunque no se conserva la bula original, su texto íntegro está inserto en otra obra del papa Honorio III, firmada en 1221, en el que se confirma la creación de la diócesis. De otro lado, los orígenes del mercado del martes, que ese día de la semana se celebra en la ciudad, se remontan a finales del siglo XII, coincidiendo con su fundación, que estuvo muy ligada al comercio.

    En 1995, el entonces alcalde de la ciudad, Cándido Cabrera, se despidió de los placentinos con el pregón de la Feria y Fiestas e inauguró la estatua ecuestre levantada en su honor, en la Plaza de San Pedro de Alcántara, entre la Puerta del Sol y la Avenida de La Salle.

    Y, además, en Plasencia nació su hija, la infanta Mafalda de Castilla.


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