jueves, 25 de octubre de 2012

LOS 8 € DE LOS JUBILADOS Y EL BIENESTAR DEL MAÑANA

           El Ministerio de Sanidad dio a conocer ayer un avance de lo que ha supuesto el copago farmacéutico desde su entrada en vigor el pasado mes de julio con datos cerrados al 30 de septiembre: en Extremadura, el Servicio Extremeño de Salud (SES) se ha ahorrado casi 9,5 millones de euros por la bajada del gasto farmacéutico durante este periodo, un 32,6 por ciento. En junio, ha aclarado, mes anterior a la entrada en vigor de la medida, gastó 28,8 millones en recetas y en septiembre, el desembolso fue de 19,4 millones. El Ministerio de Sanidad añade que los datos son consecuencia de la caída del número de recetas facturadas desde entonces: 719.000 menos, un 29,1 por ciento, de 2,4 millones en junio a 1,7 a finales de septiembre.
              Para justificar la entrada en vigor de la medida, la ministra justificó en un “espléndido” discurso que nadie, salvo ella, entendiere, que “se trata de un sistema en el que aporta más el que más tiene, a la vez que salvaguarda a los que menos tienen, como los parados de larga duración que, por primera vez, quedan exentos de pagar por las medicinas” (traducción libre de su enrevesada declaración justificativa del pasado 19 de abril para quienes supieren y entendieren lo que dijo y no quiso decir): “que el Gobierno ha universalizado la sanidad”, “que no hay cosas que tengan más valor que una medicina que cura enfermedades” o “que hemos aprobado una medida aprobada” y “adoptado una medida que ya estaba adoptada: que los pensionistas sin prestación parlamentaria; perdón, sin  prestación por desempleo…” (Escúchese la grabación de la SER de 19-4-2012 en la web de emisora, de 25-10-2012)
              Para rematar la “faena”, el consejero de Salud de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, miembro del gobierno de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, en Castilla-La Mancha, declaró que la medida aprobada por el Consejo Interterritorial de Sanidad suponía para los pensionistas “cuatro cafés al mes; es decir, “un café a la semana, 0,20 céntimos al día” que, “desde el punto de vista recaudatorio, es una medida muy menor”, y la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudí, dijo  que creía que “ocho euros daban para seis periódicos”, a lo que la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, le respondió que “la medicina para el enfermo no se parece en nada a un café; son unas declaraciones crueles y muy poco inteligentes” (véanse “El País” y “Expansión” de 19 de abril último).
              Lo que les pareciere a los políticos que implantaron la medida “un mal menor” no puede ser nunca equiparable y justificable de lo que afirman: “Estamos pidiendo un sacrificio a todos los ciudadanos.” Qué reciben ellos al ser elegidos por los ciudadanos para que defiendan sus derechos, en lugar de retirárselos: estos ocho cafés: un Ipad, un PC en el despacho, un Modem 3G, voz y datos pagados, ADSL en casa pagado; si eres asistente del PP o del PSOE, un asistente para cada dos diputados; si eres de otro partido, uno propio; más un despacho…, se supone que para trabajar para todos los ciudadanos y no limitarse a apretar un botón.
              “Tendremos el Estado de bienestar que podamos”, dicen otros políticos. Ellos sí que tienen su propio bienestar para circular libremente: si usan su propio coche, reciben 0,25 € por kilómetro; es decir, 25 € cada cien kilómetros, además del pago de los peajes; si no tienen coche oficial asignado, 3.000 € anuales para taxis (250 € al mes), además de billetes de primera clase en avión, tren o barco.
              Cuando les escuchamos decir que “los sacrificios de hoy son la puerta al bienestar del mañana”, observen cuáles son sus sacrificios de hoy y su bienestar del mañana: sueldo base de 3.126,52 € mensuales y dos pagas extras; si forman parte de alguna comisión, reciben entre 775,15 € y 1.590,30 € más al mes; si tienen algún cargo (portavoz, secretario…) reciben, en el peor de los casos, 2.318,96 € más al mes. Pueden tener trabajos y cargos fuera del Congreso sin límite en el sueldo/ayudas; los sueldos de su partido no afectan para nada a los ingresos mencionados.
              Además de los sueldos, reciben diversas ayudas porque, como dijere en su día la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, “con lo que gano de presidenta, me cuesta llegar a final de mes”, como afirmara en septiembre de 2011, aunque días después diera a conocer su nómina: 5.825,92 € netos, sin pagas extras; 9.600 en bruto; es decir, un salario bruto de 108.720 € al año (véase  diario “Público” de 28-9-2011).
              Sostienen nuestros políticos que “los ciudadanos pueden estar seguros de que no habrá sacrificios ni esfuerzos que no estemos dispuestos a hacer”; pero ellos reciben las siguientes ayudas mientras que a los pensionistas les hacen pagar por las medicinas que necesitaren, a su pesar. Si el diputado ha sido elegido por una circunscripción electoral fuera de Madrid, recibe 1.823,86 € mensuales, más alojamiento y manutención; si ha sido elegido por Madrid, recibe 870,56 €; si viaja por el territorio nacional, 120 € diarios y si viajare fuera de España, 150 € diarios, y menos mal que Bono  dio un drástico recorte a los viajes al extranjero.
              “La salida de la crisis llegará con el esfuerzo de todos”, es otra de las frases con la que los políticos intentan hacer comprender a los ciudadanos, a quienes consideraren ignorantes, que deben colaborar con sus impuestos. ¿Y cuál es su esfuerzo? Vean: las dietas relacionadas con el transporte no tributan a Hacienda, ni tampoco las relacionadas con alojamiento y manutención, ni los sueldos/dietas por tener un cargo en el Congreso. Cuando dejan de ser diputados, perciben una paga mensual de 2.813,87 € hasta un máximo de dos años, aunque tuvieran un sueldo privado.
              “Todos tenemos que hacer sacrificios”, aseguran. ¿Y cuáles son los suyos? Veamos: si se disuelven las Cortes porque va a haber elecciones, los diputados tienen derecho a una indemnización en el sueldo de los días transcurridos hasta que se constituya el nuevo Congreso (el sueldo de dos meses aproximadamente, vuelva o no a la Cámara). El Congreso le paga las cuotas de la Seguridad Social, derechos pasivos y otros asuntos durante este período, y mantendrá su póliza de accidentes, así como el ADSL y voz, y la mudanza de su despacho corre a cargo de los servicios de la Cámara.
              Los políticos son los “más adecuados” a la hora de hablar de recortes y sacrificios. Nadie como ellos sufren en propia carne el apretado cinturón de los demás. Sus perspectivas ante la jubilación no va pareja al resto de los mortales. Observen: si tiene 55 años y ha sido diputado durante once años, recibe el cien por cien de la pensión máxima: 2.466,20 €; si lo fuere durante nueve y once años, el noventa por ciento de la pensión máxima; entre siete y nueve años, el ochenta por ciento; y por el diez por ciento del salario base, derecho a pensión privada a cargo de una importante entidad bancaria española. Podrían alcanzar la pensión máxima con solo quince años de cotización. (Web de RTVE.es, blogs de Carmelo Torres y de Domingo Castellano: “El faquir escribe de todo un poco”).

             De esta manera pueden decir que “ocho euros no son nada, que solo son cuatro cafés al mes”. “De ninguna manera, porque los jubilados no son diputados y necesitan esos ocho euros para comer, y esos ocho euros dan para mucho más que para eso, aunque para sus señorías constituyan una minucia. “En realidad, a los precios del café de Zapatero, darían para diez cafés; al precio de los cafés de mi entono (1,20 €) para más de seis cafés; al precio de los cafés de la máquina de mi trabajo (0,30 €) da para 26 cafés; pero muchos pensionistas abandonan el café del bar con la edad: la tensión, el insomnio y la pobreza. Con ocho euros, el consejero de Sanidad castellano-manchego puede ir a Mercadona y comprobar lo que puede comprar un pensionista con sus miserables cuatro cafés: 1 litro de aceite, 1,99; cuatrocientos gramos de peras, 1,66; tres barras de pan, 1,20; un paquete de galletas María, 0,99; un litro de leche, 0,83; un paquete de macarrones, 0,43; media docena de huevos, 1; un kilo de lentejas, 0,95; y un kilo de arroz, 0,71. Total: 8,52 euros”. (Datos extraídos del blog de Millares).

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