El único titular
nacional del mensaje de Año Nuevo del presidente de la Junta de Extremadura ha
sido el de la reforma de la Constitución “garantizando el Estado de las
autonomías, reforzando el papel del Estado en nacionalidades y regiones”.
Estamos de acuerdo con Monago en que “reforzar el papel del Estado es necesario
para que exista más cooperación con quienes más lo necesitan” y para no seguir
siendo un país con diecisiete autonomías unas veces y otras, “un país con
necesidades nacionales”, como la cartilla sanitaria o las licencias de caza y
pesca únicas, como antes existieren, pequeños y grandes problemas que siguen
sin resolverse, como si no existiere una voz única de España en sus
conferencias sectoriales.
Monago no ha dirigido su mensaje de año nuevo a España,
sino a los extremeños, a los que ha hablado, además, de educación, cultura del
emprendimiento y economía.
Al referirse a la educación –el tema más amplio de su
mensaje-, el presidente lo ha relacionado directamente con el paro que padece
la Comunidad y con el nivel de estudios estadístico de los parados. Monago
sostiene que “no bajaremos la tasa de paro hasta que tengamos más profesionales
formados” y se logre invertir la tendencia; es decir, formarse para encontrar
trabajo, y para ser más competitivo quien lo hubiere. A primera vista, dejando
a un lado los 2.400 jóvenes que van a cursar la ESO que no pudieron hacer en su
día, como el 10 por ciento más de las Universidades de Mayores, en su mayoría
fuera ya del mercado laboral por edad, la tesis del presidente se deshace al
decir, de un lado, que se va a invertir más y, de otro, que “el dinero nunca ha
podido comprar un buen sistema educativo”. Hace más de treinta años, solo podían
acceder a la educación quienes tenían dinero y los que pudieron después, ahora
no tienen trabajo. Los “ninis” seguirán existiendo, muy a su pesar, cuando se
suben las tasas, se reduce el profesorado; 6.000 alumnos se quedan sin plan de
refuerzo o cuando se baja a 1 millón de 9 las ayudas para libros, y se elimina
el transporte para la enseñanza no obligatoria, como ha recordado en su balance
del año el jefe de la oposición, Guillermo Fernández Vara. Hay una generación
de extremeños formada, la mayor de la historia, que no halla empleo y se ve
obligada a dejar su región para buscarlo en otras tierras. De eso nada ha dicho
el presidente, y no podrán conservar su idea de España, Extremadura y Europa si
no tienen trabajo, o hay que pagar por estar enfermo y adquirir medicinas, como
también recordaba Vara.
Emprender en Extremadura siempre ha sido difícil. Los
extremeños han rechazado el emprendimiento como cultura por un puesto de
trabajo fijo, aunque la necesidad vaya cambiando esa forma de pensar. Aunque
sea verdad que las dificultades de otro tiempo para poner en marcha un negocio,
hoy se abran con más facilidades; pero la crisis ha cerrado más negocios que
los que abre y los autónomos, como los funcionarios, se ven más perseguidos que
motivados.
Anunciar una bajada de impuestos si continúan
cumpliéndose los objetivos de déficit y deuda, como adelantar las pagas
extraordinarias para incentivar el consumo, no dejan de ser simples deseos,
como el constatar si 2013 será peor o mejor que el año que termina. No todo es
dulce en esta Navidad: se ha perdido el tren “Lusitania” por Cáceres, el paro
se cierne sobre los paradores, perdimos el Eje 16 y, aunque nos hayan tocado
280 millones, no sabemos aún a dónde irán. Mientras, los parados, formados o
no, seguirán aumentando. No estamos para tirar cohetes porque comience un nuevo
año, aunque la felicidad sea un deseo común para todos.
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