viernes, 30 de agosto de 2013

GRAFITIS EN EL TEATRO ROMANO Y PARLAMENTARIOS DE VUELTA


           Extremadura estaba ayer y hoy con los fastos de la Vuelta Ciclista a España y la gran gala del Teatro Romano, en la que el latín macarrónico, inexistente, del intérprete de Julio César, hubiera sonrojado al autor de sus obras en latín, "De bello Gallico" y "De bello civili", tanto como la leyenda en verde sobre los frisos de la scenae frons, como si de grafitos se tratare, que deseaba arrogarse para sí una obra que, en ningún caso, fuere suya, porque hubiere más de dos mil años de antigüedad. Entre el sermo plebeius de uno y la leyenda que pareciere surgir de Ab urbe condita de Augusta Emerita, jamás escrita por Tito Livio, no hallamos tampoco la obra De vulgari eloquentia, de Dante, porque la "pintada" inédita en el Teatro Romano bien pudieran haberla hecho los grafiteros de la ciudad, que tantas veces y sin rubor alguno las efectúan en otros monumentos legados por el Imperio, y porque el latín utilizado por el conductor de la gala no contextualizaba la historia recreada. Ni sus silencios ad hoc ni sus sonrisas, que no se sabe a dónde conducen, como las de quien se creyere hoy el César extremeño, allí presente, a quien solo le faltare acompañarla con el gesto de los emperadores en el circo..., en nada contribuyen a solucionar los problemas del pueblo, sino a darle su ración de panem et circenses de otros tiempos. El pan de 600.000 euros que se les da a los de fuera y se les niega a los de aquí.
              Como estos fastos estaban previstos, tampoco se cumplió lo dicho en vísperas vacacionales por el que dice ser, y se hace llamar, presidente del "Parlamento de Extremadura", locución inexistente en la legislación española y extremeña, que el 27 de julio pasado había anunciado que el nuevo periodo de sesiones comenzaría el 1 de septiembre, aunque la actividad parlamentaria se reanudaría el 27 de agosto, pese a que sí dijera que ayer, día 29, habría reunión de la Mesa de la Cámara y de la Junta de Portavoces, con el objetivo de aprobar el nuevo calendario de sesiones. Pura coincidencia con las fechas señaladas de los citados fastos, en las que los titulares de las instituciones extremeñas y muchos diputados estuvieron presentes. Y todo para decirnos que los Plenos comenzarán a las 9.00 de la mañana, en lugar de a las 10.00, para ahorrar luz, y para que sus señorías descansen de sus largas jornadas parlamentarias en el sexto periodo de la VIII Legislatura.
              Todo esto les suena a chino a los extremeños, que nada esperaren del nuevo periodo de sesiones, porque sus señorías hablan un lenguaje distinto al de la realidad que vive el pueblo. Que el titular de la Cámara hable de una "actividad realista" que "ofrezca soluciones a los principales problemas extremeños", como el paro, no se lo cree ni él; que el portavoz popular diga más de lo mismo, además de pedir consenso en la elaboración de los Presupuestos, es de risa; que el portavoz socialista reitere otros problemas, que sí afectan a todos, como la educación, la sanidad, el paro, o la deuda histórica --que ya llueve sobre mojado-- se adecua más a las preocupaciones de todos. Aquí, el único que ha acertado de pleno -y lo escribiere el día 23 en su blog, en un post titulado "Extremadura real" -- ha sido Fernández Vara, quien decía: "O conseguimos más empleo para + ciudadanos, o la política tendrá - sentido."
              Obviamos referirnos a la "sorpresa" anunciada por el portavoz de IU, que parece reírse de los extremeños, como el intérprete de Julio César, si no nos la dice en latín clásico, como podría deducirse de su mismo porte de senator romanus o de civis romanus sum; pero como nada dice en la Asamblea, al ver los toros desde la barrera de la Mesa, a cuento de qué viene anunciar sorpresas... La única sorpresa para los extremeños es que les importa un bledo lo que se diga en la Asamblea, porque si la ignoran como institución --ya que su presidente y algunos diputados se refieren a otra institución que no existe-- tanto más a lo que se diga o vote en ella, excepto en aquella ocasión de la abstención activa de IU, que elevó a los altares de la patria al actual presidente, instigada por quien dice ahora que el nuevo curso político será "sorpresivo". ¿No me diga, Nogales? ¿Acaso  desean darle la vuelta a la tortilla?
 

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