viernes, 4 de octubre de 2013

LENGUA Y ESTILO EN EL SES


             Cada vez que, muy a mi pesar, iba "in illo tempore" a mi centro de salud a por recetas manuales, cuando no hubiere tarjeta sanitaria, mi pobre vista se veía asaltada por un sinnúmero de anuncios en el vestíbulo, junto al mostrador de la entrada y en las puertas de los despachos de médicos y enfermeras. El centro, como el hospital, se parece cada día más a la calle, donde las farolas y los paneles ad hoc se ven desbordados por anuncios de alquileres y ventas de todo tipo, y el ruido de conversaciones en alta voz y por los telefoninos, que nadie apaga en estos santos lugares, no parece que acogieren a enfermos que padecieren mal alguno, sino, más bien, a tertulianos que se enfrascan en inútiles conversaciones, preguntando por los nombres de la lista, por la hora de su cita, por si están ocupados médico y enfermera..., en un guirigay más propio de taberna que del centro en el que nos encontráremos.
              La lectura de todos los carteles y avisos demuda mi ánimo tanto como la lectura diaria de los periódicos cuando veo concordancias supinas, nombres de instituciones inexistentes o muletillas del lenguaje que alguien crea un día y todo el mundo repite sin cesar. Singulares colectivos con verbo en plural, casi todos los días: "Cerca de un millar de cacereños estudian ya en la Universidad a Distancia", en lugar de "un millar estudia"; o "Una veintena de empresas exhiben productos de la tierra" (por una veintena exhibe); instituciones que alguien se inventó un día y los informadores desinformados escriben al dictado sin cesar, como Gobex (http://www.expansion.com/2013/09/27/extremadura/1380276711.html); pero qué eso de "GobEx" con la E de Extremadura en mayúscula, como si fuere la matrícula de un auto...; en qué ley está escrito el citado acrónimo y la institución...; muletillas del lenguaje que reiteran políticos y estrellas de la cosa "rosa", que para nada alumbran, sino la memez ambiente que repite sin vergüenza alguna lo que oyeren: "como no podía ser de otra manera", con que unos pretenden remarcar sus afirmaciones y que ciertos periodistas utilizan como conjunciones copulativas impropias que no vinieren al caso, porque las cosas pueden ser, ocurrir y son, de mil y una formas y maneras, tantas como aristas hubiere una sierra.
 
              No pretendiere, como el maestro Senabre --Medalla de Extremadura, pero no académico de la Extremeña de las Letras y las Artes-- un estudio exhaustivo de la lengua y el estilo del Servicio Extremeño de Salud (SES), que no hubiere para el castellano las medicinas que prescribiere para el cuerpo. Senabre  presentó su tesis doctoral titulada "Lengua y estilo en Ortega y Gasset" en la Universidad de Salamanca, en junio de 1963, que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude y, posteriormente, Premio Extraordinario.
              Ya se sabe que las ciencias y las letras parecen estar reñidas cuando no divorciadas. Lo que unos saben, otros lo ignoran. La excesiva especialización conduce a eso, menos a la utilización con propiedad de la lengua materna hablada y escrita.
 
              Recién elegido presidente de la Junta de Extremadura, Monago se ufanaba de los curriculum de varios folios de sus consejeros comparados con los miembros de anteriores gobiernos socialistas, (http://www.20minutos.es/noticia/1104954/0/).... que cabían en un post-it. Vanitas vanitatis (vanidad de vanidades) la suya, cuando su tercer consejero de Salud Pública y Política Social en dos años de legislatura comete cuatro faltas de ortografía en una carta, en la que me remite la tarjeta sanitaria, que le agradezco, pero que solo servirá para cinco años, tras aprobarse la tarjeta única para todo el Sistema Nacional de Salud de España, no solo de Extremadura. Dice en el párrafo cuarto: "En el reverso de la tarjeta encontrará impreso los datos..." (por impresos) de la Unidad Básica Asistencial (Medico y Enfermero) --Medico sin acento --que tiene adscrita" (sic). Si son dos profesionales, querrá decir "adscritos"; y en el último párrafo, concluye: "Le recordamos que en caso de que se cambie su domicilio o número de teléfono..." (como si uno "se cambiara todos los días de domicilio, o lo trasladare como si fuere una casa prefabricada, o número de teléfono). ¿Qué es eso de que "se cambie"? Querrá decir "en caso de que cambie de domicilio o..." ¿Habrá pensado quizá que yo me cambio de ambas cosas, como de calzoncillos, diariamente...? En fin, el tercer consejero de la cosa de Monago es maestro, y no médico, y por ello debería tener un mayor conocimiento de su propia lengua, porque ya nos demostró que habla mejor que escribe..., al contrario que nuestra ministra del ramo, que lo mismo que ignorare que su marido tenía un Jaguar en el garaje, no sabía lo que decía en cierta ocasión que hablare para los medios: "Buenas, buenos días, buenas tardes a todos..." al proclamar "la universalización de la sanidad para los españoles"... Podrá decir el consejero que la carta la escribió su secretaria; sí, pero la firma él.
              Nada comparable a los anuncios del personal del SES en los centros de salud, que cada día me disparaban a la vista, a la espera de la cita..., y que dejaba atrás con los ojos bañados en lágrimas... por las dolencias que me provocaren su continuada visión y lectura.
 
              He aquí algunas perlas: "No se atenderá a pacientes que vengan sin cita previa, salvo urgencias médica." (Una en plural y otra en singular, para un mejor maridaje de la urgencia).
              Aviso de la "Responsable de Enfermería" al comienzo del verano: "Algunos profesionales de enfermería se encuentran de vacaciones (es de suponer...) y debido a la falta de sustituciones puede que se produzcan retrasos en las consultas, debido a las acumulaciones. Rogamos, (coma que sobra) disculpen las molestias..." En cuatro líneas de media columna, dos palabras repetidas; es decir, la jefa se cura en salud --nunca mejor dicho-- y echa la culpa de las acumulaciones (se supone que de pacientes)  a su patrón, el SES, que no se digna sustituir las vacantes que se producen por vacaciones. Ya lo recuerdan los sindicatos cada año...
 
              Sin duda, no hubiere otra perla lingüística mayor que la que nos encontramos hace poco: "Radiografía y Ecografía se citan en el mostrador (excepto las mamografías)", cuando lo que se desea anunciar a los pacientes es que, en el mostrador de la entrada, pueden solicitar, pedir, demandar, suplicar o instar la realización de radiografías y ecografías, excepto, claro está, las mamografías, que se supone que tendrán que ser prescritas y autorizadas por el médico de cabecera; pero, ¿cómo se van a citar en el mostrador una radiografía y una ecografía, como si fueren una pareja de novios para un encuentro virtual...?, si no fueren personas físicas ni jurídicas que necesitaren tales pruebas. Es posible que las enfermeras no estudien más lengua castellana que la que cursaren en Bachillerato y estos ataques a la lengua les pasen inadvertidos, como no podía ser de otra manera..., que dicen los yupis políticos y plumíferos del mal llamado Gobex, iluminados por la luz del Espíritu Santo del arlequín joseantoniano...

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