sábado, 28 de diciembre de 2013

LA JUNTA CAMBIA HASTA SUS CORREOS...


           Una funcionaria de la Junta de Extremadura me informaba ayer de que una de las instituciones a través de la cuales ejerce sus poderes la Comunidad Autónoma (la Asamblea de Extremadura, el Presidente y la Junta de Extremadura,  artículo 15-1 del Estatuto de Autonomía) había dispuesto por su divina gracia cambiar los correos oficiales de todo el personal a su servicio, sustituyendo el hasta ahora "juntadeextremadura.net" por el nuevo nombre que se dieron a sí mismos sin bautizo previo ni cambio legal alguno que lo sostuviere.
            Monago y sus asesores parecen empeñados en meternos por la boca y los sentidos lo que no está escrito ni en la Constitución, ni en el Estatuto ni en la Ley del Gobierno y de la Administración de la Comunidad Autónoma (1/2002, de 28 de febrero), que hablan de los mismos órganos de poder que el propio Estatuto.
            Ahora son los correos; pero es que antes fue la nomenclatura, el papel timbrado; los citados nombres en sus bocas y reiterados por los medios de comunicación y, de un tiempo a esta parte, hasta grandes carteles en edificios públicos que proclaman los nuevos nombres de sus propietarios, como en el Multiusos de Cáceres, por si los extremeños no se habían enterado de quién manda en esta tierra, y hasta un acrónimo que hace las delicias de quienes ponen titulares a sus noticias, que me niego a escribir porque nadie, empezando por la ley, me obliga a ello.
            Los asesores del presidente deben pensar que los extremeños somos tontos de capirote, o inocentes de solemnidad, como para dar por bueno el "hecho diferencial" con que el ejecutivo y el legislativo han querido distinguirse respecto de la anterior etapa y que cambiar de nombre porque sí, sin motivo legal alguno que lo sustente, solo por capricho, no solo es un "derecho a decidir" no del pueblo, sino de sus gobernantes, y que ese derecho entra de "iure" en el "ámbito extremeño de decisión", siguiendo la terminología vasca peneuvista.
            La nueva terminología con que se han bautizado las instituciones extremeñas no solo va en contra de la ley orgánica fundamental de la Comunidad que aprobaron por consenso el PSOE y el PP, tanto en la Asamblea de Extremadura como en el Congreso, sino que más bien se trata de un capricho que les diferencie de quienes gobernaron desde las primeras elecciones autonómicas, en 1983, hasta junio de 2011, por voluntad del pueblo. Y, por lo demás, supone un dispendio que pagamos entre todos y una pataleta de niños, que a los extremeños, por lo general, les trae al pairo.
            En lugar de preocuparse de resolver los problemas de los extremeños, y de la caída del PIB en 2012, así como de todos los indicadores del Estado del Bienestar; del empobrecimiento progresivo de la población, del crecimiento del paro..., y de tantos problemas como afectan a un sociedad, que sufre en silencio y con resignación el estado a la que la han conducido sus gobernantes, los dirigentes se entretienen en cambiar la cartelería, los correos y los nombres de quienes ya fueren bautizados, sin pasar por la pila bautismal de rigor.
            Y junto a sus discursos triunfalistas, que no faltaren, como ayer el del presidente de la Asamblea, se atreven a pedir "altura de miras" y "lealtad institucional" por el bien de la región, junto al anuncio de la intensidad de trabajo del nuevo periodo de sesiones, algo que ni él mismo se cree, ni mucho menos los extremeños, a los que no les llega ni su voz, ni la sonrisa bobalicona con que intenta revestir de solemnidad lo que carece de ella, porque ellos mismos se la quitan, por no llamar a las instituciones ni por el nombre con que fueron bautizadas. ¡Cómo creer en lo que hacen si solo les sirve a ellos mismos!, en la creencia de una gran mayoría. Y puestos a cambiarse de nombres y de correos, empiecen por cambiarse los propios, a ver si así resultan más guapos y graciosos, como si fueran una casta aparte de lo que dicen que se llama `sociedad civil´, como si ellos no fueran ciudadanos y formaren parte de ella, ¿o se han dado también una `ciudadanía romana´ aparte...?
 

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