El 21 de diciembre de 1983 --hace hoy treinta años--,
vísperas del sorteo de la Lotería de Navidad, era un día anodino en la espera.
Llovía. Un amigo y yo quedamos para ver el partido en el bar de la esquina. Más
que ver la retransmisión, dialogábamos sin parar de nuestras cosas. Ganar por
11-0 a una selección modesta, de
jugadores amateurs, lo veíamos, como casi todos, hazaña imposible. Más aún, cuando
Malta nos empató en el minuto 24 al desviar Maceda la trayectoria del balón, que se coló en la portería de Buyo. El primer gol lo marcó Santillana de cabeza en el minuto 15,
que completó con dos más en los minutos 26 y 29. El 3-1 del primer tiempo se
hacía insuficiente. Seguíamos hablando sin prestar demasiada atención al
partido.
Para pasar
a la fase final de la Eurocopa de Francia 1984 se clasificaban los primeros de
los siete grupos participantes en la fase de clasificación. España estaba a dos
puntos de los Países Bajos (la victoria, entonces, se premiaba con dos puntos)
y cinco goles de diferencia. Necesitábamos ganar en principio por 11-0 para
empatar a puntos con los neerlandeses y superarlos en la clasificación. Con su
gol del empate, la cifra se elevaba a doce. Nadie pensaba en el descanso que el
partido estaba amañado, o comprado. Ellos también jugaban, aunque fueran los
últimos del grupo. En su casa solo logramos ganar por 2-3. Y la selección
española no había pasado de marcar más de cuatro en los partidos de la fase
clasificatoria.
La
Federación adelantó la Liga una jornada. Los seleccionados fueron: Marcos Alonso, Carrasco y Tente Sánchez (FC Barcelona); Camacho, Gallego y Santillana (Real
Madrid); Guerri, Salva y Señor (Real Zaragoza); Goicoetxea, Manu Sarabia y Zubizarreta (Athletic Club); Rafa Gordillo y Poli Rincón (Betis); Paco
Buyo (Sevilla); y Antonio Maceda
(Sporting de Gijón). Con el portero titular, Arconada, lesionado, Buyo y
Zubi carecían de experiencia
internacional. El seleccionador optó por el primero. Muñoz declaraba: "Hablar de un 11-0 es pensar en un milagro,
aunque no hay nada imposible." El portero de la selección maltesa decía
que no volvería a su país si le marcaban once goles...
Comienza
el segundo tiempo en el "Benito Villamarín" de Sevilla. La selección
necesita nueve goles. Poli Rincón marca en el 47 y 57. Maceda marca el sexto en el 62 y un minuto después, el séptimo...
Los goles seguían cayendo. Abrieron las puertas del campo para que se
completara el aforo y la gente animara para buscar lo que todo el mundo veía
imposible, empezando por los holandeses. Mi amigo y yo dejamos de hablar y
comenzamos a seguir el partido por televisión. Doce segundos después, Poli Rincón hizo el octavo.
"Podemos ganar", me decía mi amigo... Santillana marcó el 9-1 en el minuto 76, y Rincón, el décimo dos minutos después. En el 90, Sarabia marcó el undécimo. La suerte
parecía estar echada. Faltaban diez minutos y un gol. La selección empujaba
sobre la portería de Bonello. Los
malteses se dedicaban a perder el tiempo. España falló cuatro ocasiones. En el
minuto 85, Señor recogió un rechace
al borde del área, disparó y el balón entró, logrando el 12-1 definitivo. Mi
amigo y yo, los clientes que seguían el partido, se abrazaban y bailaban
eufóricos ante tan clamorosa como inesperada victoria. Al locutor que
retransmitía el partido por TVE, José
Ángel de la Casa, se le rompió la voz al cantar el duodécimo: "Señor... gooooool, goooool de Señor, el número 12...!" El campo
fue invadido por los aficionados, que festejaron la victoria durante toda la
noche. Fue uno de los partidos épicos del fútbol español, del que hoy
conmemoramos el 30 aniversario. El ministro de Cultura, Javier Solana, felicitó a la selección en nombre del Gobierno. El
presidente Felipe González llamó a Miguel Muñoz para felicitarle por este triunfo que tanto alegraba la vida
de los españoles en unos momentos en que lo necesitaban. Los españoles, que no
ganaban un partido de competición oficial por semejante goleada, volvieron a
creer en una selección que no nos había dado más que el triunfo ante la URSS en
la Eurocopa del 64 y un gran disgusto en nuestro Mundial del 82. En Holanda no
se lo creían y en el resto de Europa se puso en tela de juicio la victoria
española; la televisión oficial de los Países Bajos despidió sus emisiones con
un crespón negro. Malta se tomó la derrota como una humillación; el
seleccionador fue cesado y el Gobierno abrió una investigación sobre la
derrota. Durante los últimos goles, el público gritaba: "¡Sí, sí, sí, nos
vamos a París...!", y fuimos a París y jugamos la final contra Francia, en
un partido que no merecimos perder, de no haber sido, en primer lugar, por el
terrible fallo de Arconada, al que
se le coló un balón lento por debajo del sobaco. Después, Platini, hoy presidente de la UEFA, remataría la faena cuando ya
estábamos vendidos.
Aquel
también fue el gran día del seleccionador. Miguel
Muñoz (1922-1990) debió tener algo más que "una flor en el culo"
(expresión ideada por quienes le achacaban una buena suerte) para conseguir catorce títulos en catorce temporadas en el Real Madrid. Levantó la
primera Copa de Europa que ganó su equipo y, como entrenador, las Copas de
Europa de 1960 y la de 1966, la sexta, con un Madrid renovado, el Madrid ye-yé,
más cinco Ligas consecutivas.
Fue Pablo Porta, entonces presidente de la
Federación, quien hizo famosa la frase de que Miguel Muñoz "tenía una flor en el culo", que el
académico Manuel Seco traduce por
"que se tiene suerte o que se ha nacido de pie". Tenerla, o salirle a uno una flor en el culo, es
ser una persona afortunada, sensu
contrario de que éramos pocos y parió
la abuela; es decir, tener buena
suerte. La noche en la que España eliminó a Dinamarca en la tanda de penaltis,
tras el 1-1 final, en la fase final de
la Eurocopa del 84, Pablo Porta
descorchó una botella de champán, asegurando que Miguel Muñoz tenía una flor en el culo; aquella que tanto temiere su colega
francés, y no sin razón, Michel Hidalgo;
pero, tras perder la final con Francia, Muñoz proclamó: "La flor se ha
marchitado. Me cago en la madre que la parió." Años después, con Luis Aragonés primero y después con Vicente del Bosque, la flor volvió a
prender en el culo, con los dos campeonatos de Europa de selecciones (2008 y
2012) y el Campeonato del Mundo de Sudáfrica 2010. Unos nacen de pie --parto
podálico-- y tendrán mucha suerte en la vida; otros nacen con una flor en el
culo, y otros mean colonia, que son
las personas que se creen superiores a las demás; aunque, al final, humanos
todos, la flor termine por marchitarse, porque todos expelemos por esa parte
las flores marchitas de la vida. (El partido será retransmitido en su
integridad hoy viernes, a las 22.30, por Canal + Liga --dial 10- y mañana
sábado, a las 14.00 horas).
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