Un caballero nace, no
se hace. Cáceres ha sido una ciudad de caballeros en la acepción antigua y
noble de la palabra. En la Edad Media, la caballería se relacionaba con un
código de conducta, que definía no solo el arte de la guerra, sino que
implicaba la conducta social. Han variado las acepciones históricas del
vocablo: del caballero de las Órdenes de caballería al caballero que se porta
noblemente. Caballero como sinónimo de persona: es todo un caballero, o de señor: ha venido un caballero. De los caballeros de conquista a los
caballeros pardos, los que obtenían
tal consideración o preeminencia, o por privilegio real.
No ha tenido nuestro caballero de Cáceres ni caballos ni
armaduras propias de los antiguos caballeros, Más bien, quizá, subsume su
figura los ideales de los reyes del periodo heroico de la caballería. Es
título, según la Enciclopedia Británica, aplicado a aquellas personas, por
encima de los comerciantes comunes, que reúnen modales de refinamiento e
inteligencia. Podría haber pertenecido a los Fratres de Cáceres; pero no
naciere tras la reconquista de la ciudad en 1169 por Fernando II de León, sino
en 1931. Ni fuere Golfín, ni Ovando, ni Carvajal...
Elpidio Bernáldez
Solano no ha sido un comerciante común de Cáceres, sino todo un señor y
caballero de su ciudad. Desde 1965 ha recopilado una hemeroteca temática,
recogida de los periódicos regionales, que ha donado al Museo "Casa
Pedrilla" para satisfacción de investigadores. Casi 3.000 artículos clasificados;
más de sesenta años de la vida de la ciudad, por la que pasan escritores,
pintores, artesanos, escritores, poetas, espectáculos, hombres y mujeres de las
bellas artes, deportistas..., como el modista que fuere, junto a su hermano Leo, unidos en la firma por su nombre,
en él trascendida más allá de la creación y de la aguja y en su hermano, en un
peculiar estilo en el vestir.
Dedicó su tiempo libre a la música: fue cofundador y
después presidente de la Asociación Musical Cacereña, cofundador del Centro de
Iniciativas Turísticas, difundió la Semana Santa Cacereña..., y ahora, en un
gesto que le honra, dona a su ciudad, su legado. Un caballero de Cáceres que
sigue la senda de Pedro de Lorenzo,
que donó su obra a la Institución Cultural El Brocense, o de Antonio Rodríguez-Moñino y su esposa María Brey, que hicieron lo propio con
gran parte de la suya a la Biblioteca Pública cacereña que lleva su nombre.
Un no lejano día necesitaba conocer una fecha de una
entrevista realizada hace años. Conocedor de su tesoro, le llamé. Al día
siguiente tuve la respuesta. Fui a la biblioteca, solicité la colección del
periódico y lo comprobé. No se equivocaba quien lo tenía todo coleccionado por
orden temático.
A principios de los 70, otros dos caballeros cacereños,
los hermanos Berzosa, nos invitaban
a cenar a un compañero de profesión y a mí para solicitarnos nuestra ayuda ante
las dificultades con que se enfrentaba la enseñanza de la música en Cáceres,
entonces en el esquinazo de la avenida de Primo de Rivera, que ocupaba Radio
Cadena, frente al Edificio de Servicios Múltiples. Años después, un
conservatorio ampliado en el Complejo Cultural San Francisco, llevare su
nombre. ¿Quién pondrá tu nombre a tu historia de Cáceres articulada, caballero
sin otras armas que la aguja, tu refinamiento e inteligencia y el amor a tu
ciudad, caballero andante de Cáceres, defensor de todas sus buenas causas...?
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