jueves, 8 de octubre de 2015

EUROPA, O LA NADA

 
           Aunque del discurso del rey Felipe VI, pronunciado ayer ante el Parlamento Europeo, solo haya quedado una frase --"soy europeo, porque soy español"-- y una anécdota --la de las banderas republicana y la gallega independentista, a su izquierda--, en una Cámara ante la que intervenía por primera vez como rey, con motivo del 30 aniversario del ingreso de España en la UE, no pueden soslayarse las claves de un discurso europeísta, en una Cámara llena hasta la bandera. No de otra forma cabe deducirse de las palabras con que el presidente de la institución, Martin Shulz, introducía al monarca: "Me gustaría que siga contribuyendo con su tarea y pasión al éxito de la UE" que "en estos tiempos necesita más que nunca a España". O la reacción del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, a su discurso: "Emocionado escuchando el discurso profundamente europeo e inspirador del rey Felipe VI", que reflejare en su perfil de twitter. (Véase elconfidencial.com, de 07/10/2015).
            En su discurso, el Rey ha resumido en el último punto que "no hay alternativa a una Europa unida" y ha recordado el "apasionante reto de construir una Europa renovada para un tiempo nuevo en un mundo distinto",  extrapolando sus palabras del día de su proclamación como rey antes las Cortes: "una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", y ha apelado a tener confianza en Europa "y en nosotros mismos, los europeos". (Véase  casareal.es, de 07/10/2015).
            Felipe VI subrayó en su discurso la pertenencia de España al proyecto europeo y sus objetivos de paz, concordia y convivencia entre naciones; la identidad europea del país del que es soberano "por cultura y geografía, por historia y también por vocación política". "No es posible --dijo-- concebir España sin Europa, ni Europa sin España. Y, por tanto, soy europeo porque soy español", una frase dicha para disipar las dudas ante desafíos separatistas; y una categórica afirmación dirigida a todos los miembros de la Cámara: "Tengan la seguridad de poder contar con una España leal y responsable hacia el proyecto europeo; con una España unida y orgullosa de su diversidad, con una España solidaria y respetuosa con el Estado de Derecho..."
            No ha olvidado el Rey recordar la contribución de España a la Unión --lo que llamó la "vuelta de España a Europa"-- , donde nuestro país pudo ver "el horizonte de la democracia social y política. Europa es --señaló-- donde los españoles queríamos estar, donde nos merecíamos estar y donde permaneceremos siempre"; pero tampoco de lo mucho que hemos recibido y lo que hemos aportado, sin olvidar, por ello, uno de los principales problemas de nuestra economía y sociedad: la alta tasa de desempleo, y la contribución de las instituciones europeas para aliviar el problema.
            Ante el futuro que nos espera, el Rey ha subrayado que "nada está ganado para siempre, y no podemos permitirnos estancarnos o retroceder ante las dificultades o desafíos, que requieren un nuevo impulso político". Así, el monarca apeló a que "la UE recupere su protagonismo en el mundo", en una comunidad política reforzada, porque sin "una UE fuerte no habrá solución eficaz a los problemas de nuestras respectivas naciones". Tras recordar los principios y valores europeos, fundamento mismo de Europa, ha recordado las prioridades: la prosperidad, el crecimiento y el empleo de los ciudadanos como claves, para alcanzar un nivel de empleo y protección social, de educación y protección de la salud. En las relaciones exteriores, subrayó, la UE "debe configurarse como un actor global, desde la fortaleza que le aporta la cohesión interna y la unidad de acción". No olvidó la Política Europea de Vecindad ante el problema migratorio, impulsada por España el pasado 13 de abril en la reunión interministerial con los Vecinos del Sur; además de la agenda comercial, por los intercambios que tienen en el bienestar y la prosperidad social, y el drama de los refugiados, que vienen a Europa huyendo de la violencia y el fanatismo, "a los que debemos responder  desde la generosidad, la solidaridad y la responsabilidad", porque "no hay alternativa a una Europa unida". Europa, o la nada... Y somos europeos por españoles. Y en el hemiciclo de Estrasburgo, no hay, ni debe haber, otras banderas más que las de los países miembros y la europea, que a todos acoge. Recados para ciegos y sordos...
 
 

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