Aunque del discurso del
rey Felipe VI, pronunciado ayer ante
el Parlamento Europeo, solo haya quedado una frase --"soy europeo, porque
soy español"-- y una anécdota --la de las banderas republicana y la gallega
independentista, a su izquierda--, en una Cámara ante la que intervenía por
primera vez como rey, con motivo del 30 aniversario del ingreso de España en la
UE, no pueden soslayarse las claves de un discurso europeísta, en una Cámara
llena hasta la bandera. No de otra forma cabe deducirse de las palabras con que
el presidente de la institución, Martin
Shulz, introducía al monarca: "Me gustaría que siga contribuyendo con
su tarea y pasión al éxito de la UE" que "en estos tiempos necesita
más que nunca a España". O la reacción del
presidente de la Comisión, Jean-Claude
Juncker, a su discurso: "Emocionado escuchando el discurso
profundamente europeo e inspirador del rey Felipe
VI", que reflejare en su perfil de twitter. (Véase elconfidencial.com, de 07/10/2015).
En su discurso, el Rey ha resumido en el último punto que
"no hay alternativa a una Europa unida" y ha recordado el
"apasionante reto de construir una Europa renovada para un tiempo nuevo en
un mundo distinto", extrapolando
sus palabras del día de su proclamación como rey antes las Cortes: "una
Monarquía renovada para un tiempo nuevo", y ha apelado a tener confianza
en Europa "y en nosotros mismos, los europeos". (Véase casareal.es,
de 07/10/2015).
Felipe VI
subrayó en su discurso la pertenencia de España al proyecto europeo y sus
objetivos de paz, concordia y convivencia entre naciones; la identidad europea del
país del que es soberano "por cultura y geografía, por historia y también
por vocación política". "No es posible --dijo-- concebir España sin
Europa, ni Europa sin España. Y, por tanto, soy europeo porque soy
español", una frase dicha para disipar las dudas ante desafíos
separatistas; y una categórica afirmación dirigida a todos los miembros de la
Cámara: "Tengan la seguridad de poder contar con una España leal y
responsable hacia el proyecto europeo; con una España unida y orgullosa de su
diversidad, con una España solidaria y respetuosa con el Estado de
Derecho..."
No ha olvidado el Rey recordar la contribución de España
a la Unión --lo que llamó la "vuelta de España a Europa"-- , donde
nuestro país pudo ver "el horizonte de la democracia social y política. Europa
es --señaló-- donde los españoles queríamos estar, donde nos merecíamos estar y
donde permaneceremos siempre"; pero tampoco de lo mucho que hemos recibido
y lo que hemos aportado, sin olvidar, por ello, uno de los principales
problemas de nuestra economía y sociedad: la alta tasa de desempleo, y la
contribución de las instituciones europeas para aliviar el problema.
Ante el futuro que nos espera, el Rey ha subrayado que
"nada está ganado para siempre, y no podemos permitirnos estancarnos o
retroceder ante las dificultades o desafíos, que requieren un nuevo impulso
político". Así, el monarca apeló a que "la UE recupere su
protagonismo en el mundo", en una comunidad política reforzada, porque sin
"una UE fuerte no habrá solución eficaz a los problemas de nuestras
respectivas naciones". Tras recordar los principios y valores europeos,
fundamento mismo de Europa, ha recordado las prioridades: la prosperidad, el
crecimiento y el empleo de los ciudadanos como claves, para alcanzar un nivel
de empleo y protección social, de educación y protección de la salud. En las
relaciones exteriores, subrayó, la UE "debe configurarse como un actor
global, desde la fortaleza que le aporta la cohesión interna y la unidad de
acción". No olvidó la Política Europea de Vecindad ante el problema
migratorio, impulsada por España el pasado 13 de abril en la reunión
interministerial con los Vecinos del Sur; además de la agenda comercial, por
los intercambios que tienen en el bienestar y la prosperidad social, y el drama
de los refugiados, que vienen a Europa huyendo de la violencia y el fanatismo,
"a los que debemos responder desde
la generosidad, la solidaridad y la responsabilidad", porque "no hay
alternativa a una Europa unida". Europa, o la nada... Y somos europeos por
españoles. Y en el hemiciclo de Estrasburgo, no hay, ni debe haber, otras
banderas más que las de los países miembros y la europea, que a todos acoge.
Recados para ciegos y sordos...
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