El comunicado de la Casa de S. M. el Rey de ayer
tarde fue claro y conciso: cuatro puntos escuetos en los que se afirmaba que
había concluido la ronda de consultas iniciada el día 18 con los representantes
designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, en
cumplimiento del artículo 99 de la Constitución; que en el transcurso de la
última consulta (por orden de menor a mayor representación), celebrada con don Mariano Rajoy Brey, Su Majestad el Rey
le ha ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno, que este le ha
agradecido y declinado; el Rey informó al presidente del Congreso, don Patxi López Álvarez, de la decisión del
señor Rajoy Brey, y convocó a aquel para el lunes 25, a las cinco de la tarde,
al objeto de que le facilite la preceptiva lista de representantes designados
por los grupos políticos para llevar a cabo una nueva ronda de consultas que se
iniciará a partir del miércoles día 27
de la próxima semana...
Declinar
es, según el Dicionario de la RAE, rechazar cortésmente una invitación; rehusar;
rechazar una invitación o responsabilidad, sin el valor de conformidad o
aceptación que se da en algunas informaciones. No es, por contra, aunque hubiere similitudes,
el conjunto de casos o variaciones morfológicas de una palabra (sustantivo,
adjetivo, pronombre, artículo), organizado en paradigmas que expresa diferentes
funciones sintácticas en ciertas lenguas, como en los casos de la declinación
latina: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo y ablativo. No ha declinado
Rajoy los casos de la lengua madre;
ha rechazado simplemente la invitación del monarca, que le asistiere por
derecho y deber. Declina sin renunciar, lo que no supone renunciar a la
Presidencia; simplemente le pasa la palabra al siguiente. Es la primera vez que
el candidato del partido más votado rechaza presentarse a la investidura. ¿Por
qué? Él mismo lo ha dicho: porque no cuenta con la mayoría para lograrla,
aunque mantiene la candidatura.
La
decisión del primer candidato "in pectore", al ser el más votado,
obliga al Rey a realizar una nueva ronda de contactos hasta proponer otro
candidato. La renuncia de Rajoy, empero, no hace correr el plazo de dos meses
para unas nuevas elecciones, que solo empieza a partir de la primera votación.
El
jueves, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, sorprendía a la opinión pública al desvelar
que "Rajoy
tiene un plan B de cara a la gobernabilidad de España y que no tira la toalla"
(véase larazon.es/españa, de 21/01/2016)
y añadía que Moncloa está preparando el discurso de investidura y que no le
constaba que se estuviera planteando renunciar al debate. El ministro ha fallado
en sus previsiones iniciales; pero, efectivamente, el presidente en funciones
tenía un plan B a más largo plazo. No puede decirse, en cambio, como el
secretario general del PSOE y líder de la oposición, Pedro Sánchez, afirmare el mismo día que "si Rajoy no se
presenta a la investidura, que
se vaya para casa", ni tiene por qué dimitir, como
dijere su secretario de Organización, César
Luena, porque tiene la misma legitimidad de diputado que ellos. (Véase elpais.com/politica, de 21/01/2016),
sobre todo tras su negativa de "no
es no" a pactar con él, con su partido o con cualquier otro candidato que
se presentare". El día 28, Rajoy recibía a Pablo Iglesias (Podemos) quien, tras
una hora y 45 minutos de reunión, dijo a la salida lo que ya se sabía: que su
partido no
apoyará ningún gobierno del PP ni con Rajoy ni con ningún otro candidato.
(Véase 20minutos.es, de 28/12/2015).
En su reunión con Albert Rivera el
mismo día, el líder de Ciudadanos dejó claro que "no
va a apoyar a ningún gobierno del Partido Popular ni va a estar en ningún
gobierno que presida o encabece", (véase 20minutos.es, de 28/12/2015) sino que estaría
en una "oposición útil y responsable", aunque se mostró partidario de
favorecer con su abstención la investidura de Rajoy.
Por
qué, entonces, ha declinado presentarse a la investidura el líder del partido
más votado... Rajoy se ha visto
obligado porque "no estaba en condiciones de ser investido", al no
tener los votos suficientes para presentarse a la sesión de investidura
(véase okdiario.com/españa, de
22/01/2016) y porque no solo no tiene mayoría, sino por la mayoría absoluta en
su contra, liderada por Pedro Sánchez,
con el respaldo de sus "socios" de Podemos. El candidato del PP
manifestó ayer en su rueda de prensa que seguirá trabajando para conseguir una
mayoría de gobierno, al considerar que la suya es la mejor opción de gobierno
para los españoles y, mientras tanto, deja la `patata caliente´ a Pedro Sánchez para que intente cerrar
su pacto de izquierdas, que contaría con más votos a favor que la suya y menos
votos en contra. Sin embargo, ayer mañana se produjo un hecho que hizo cambiar
el guión que tenía preparado Rajoy: Pablo Iglesias ofrecía una rueda de
prensa en el Congreso tras su entrevista con el Rey por la mañana y lanzaba un
órdago a Pedro Sánchez ante el
asombro e indignación de los socialistas, que lo consideraron
"humillante" e "insultante". Rodeado de su `futuros
ministros´, exigía de entrada ser el vicepresidente de un hipotético gobierno
presidido por Sánchez y reclamaba
para su formación los principales ministerios: Economía, Defensa, Interior, Asuntos
Exteriores y Educación; más aún: un Ministerio de la Plurinacionalidad, que
estaría en manos de Xavier Domenech,
de En Comú Podem, de Ada Colau,
además del control de TVE. (Íbid.). Pedro
Sánchez fue informado en Zarzuela por el propio Rey de la propuesta de Iglesias: "Entré en Zarzuela sin
un gobierno y parece que ya tengo los ministros y ministras. Hay que ser muy
cuidadosos con los procedimientos, los tiempos de la democracia... Hoy es el
turno de Mariano Rajoy, que como
primera fuerza política tiene el derecho y la obligación de presentar su
investidura al Congreso de los Diputados, candidatura que votaremos en contra.
En caso de que Rajoy no logre formar
gobierno, el PSOE va a responder a su responsabilidad para que haya un gobierno
estable en España..." (Véase diario.es/politica,
de 22/01/2016).
Querer
no siempre es poder: Rajoy quería,
pero no puede todavía; Sánchez e Iglesias quieren, pero no deberían.
Todos somos responsables; podemos cambiarlo todo y ser dueños de nuestro
destino; pero no a cualquier precio. No podemos seguir sufriendo teniéndolo
todo, sin tener nada. Es mejor una retirada a tiempo que una batalla perdida; una
retirada a tiempo que un sufrimiento perecedero. El Comité Federal socialista del
sábado 30 debe poner freno a la arrogancia de Iglesias que, como afirmare
Madina en twitter, "se parece más a una humillación que a un intento
de negociar nada", y Rubalcaba
añadía: "Es la primera vez en mi vida que oigo ofrecer
un acuerdo de gobierno insultando gravemente al partido con el que quieres acordar."
(Véase abc.es/españa, de hoy). O lo
que dijo García Page, presidente de
Castilla-La Mancha: "Para
pactar con Podemos, lo primero que hay que tener claro es lo que no podemos."
(Véase huffinttonpost.es, de 21/01/2016). Muevan ficha, señores, por el
bien de España, porque aquí el único que parece estar en su sitio es el Rey. El
resto sopla según por donde venga el aire. "¡Qué tropa, joder, qué
tropa!", que diría el conde de
Romanones.
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