jueves, 25 de febrero de 2016

EL GOBIERNO TENDRÁ QUE ESPERAR...

 
           La primera revelación de las elecciones del 20-D ofrecía una primera lectura: o formar la gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos, como propugnara el presidente en funciones, líder del PP y partido más votado, Mariano Rajoy, o nuevas elecciones. La aritmética parlamentaria no ofrecía como posible lo que se deseaba, y los gobiernos en minoría no podrían prosperar... La gran coalición, preferida por Europa, los empresarios y por algunos sectores del PSOE, suponía para el PP la única posibilidad de continuar en el poder; y para el PSOE, la inmolación de su líder y la fagocitación del partido por su adversario más próximo. Se dilucidaba el pacto de gobernabilidad de Rajoy o el reformista de Sánchez.
            La gran alianza garantizaría la estabilidad: pero, a un tiempo, amenazaría al PSOE su hegemonía de la izquierda, al dejar a Podemos como líder de la oposición. De otro lado, se renunciaría al giro social propugnado. Las mayoría deseadas por el PP y Europa no eran posibles. Los barones socialistas, alarmados ante el pacto soñado por Sánchez, le impusieron condiciones. Este hizo una finta y dejó en manos de los órganos del partido y de los militantes la respuesta final a los posibles pactos. No se quemaba, así, las manos y no obedecía dictados de nadie. Su fracaso no sería solamente suyo, sino de todos, sabedor de que la derrota, sin la venia de sus compañeros de viaje, recaería sobre él como una losa que le sepultaría políticamente. En esas estábamos cuando Sánchez resuelve de un plumazo una ecuación de dos incógnitas ante la pasividad de Rajoy, rendido por sus reiterados noes, que no mueve ficha, a la espera... El tiempo pasa y apremia. Sánchez abre una mesa negociadora con Ciudadanos, que desea la gran alianza no solo con PSOE, sino con el PP. Rivera parece demostrar más sentido de Estado que nadie y, tras dos intensas semanas de negociaciones, firma ayer el pacto con el PSOE ante el cuadro El abrazo, de Genovés, en el Congreso.
            Consciente de la necesidad de más socios, Rivera apela --en muy clara alusión al PP-- a quienes defienden el marco constitucional, al pacto por el euro y Europa, la estabilidad presupuestaria y el pacto antiterrorista. "Este --argumenta-- es un pacto de gobierno entre los constitucionalistas." (véase politica.elpais.com, de hoy) y añade: "El problema no es de aritmética, es de generosidad y capacidad de diálogo. No hay voluntad política. Les invito a sumarse a esta nueva transición." (Íbid.)
            ¿Y cuál es la respuesta del resto de los partidos a este pacto? Para Rajoy (PP), el pacto del PSOE y Ciudadanos "no sirve para nada" y lo define como "ni de investidura ni de gobierno" (Véase elperiodico.com, de ayer). Podemos ve "peligroso y preocupante el pacto" y observa en él "un puente con el Partido Popular y los rescatadores del bipartidismo", en palabras de su secretario de Relación con la Sociedad Civil, Rafa Mayoral. (Véase lavanguardia.com, de ayer). "IU y Compromís abandonan la negociación y dejan al PSOE sin apoyos en la izquierda" (eldiarioes.politica, de ayer). Garzón (IU) dice que es "muy regresivo y contrario a los intereses de las clases populares y le traslada al PSOE la suspensión de las negociaciones". (elpais.com/politica, de ayer).
            En este contexto, Pedro Sánchez suma 131 votos (los 90 de los suyos, los 40 de Ciudadanos y el de Coalición Canaria), cuando la mayoría absoluta se fija en 176. En segunda votación, en la que necesitaría más votos afirmativos que negativos, la mayoría absoluta estaría en su contra:  123 votos del PP, 65 de Podemos, 4 de Compromís y 2 de IU (194 noes). No salen las cuentas, y ningún partido de los restantes ha comprometido, por el momento, su abstención.
            Las elecciones del 26 de junio no serán la panacea. Hemos perdido de entrada medio año para los intereses de España y los españoles. Los partidos han fracasado: el sentido de Estado ha brillado por su ausencia y, por encima de él, el egoísmo partidista, el enrocamiento de las posturas de unos y otros, las líneas cruzadas de vetos..., como si España no fuere la único importante por encima de las diferencias que les separen.
            Será la primera vez que España celebre una segunda vuelta.  El comportamiento electoral será una incógnita. ¿Para qué sirvió mi voto; para qué votar otra vez, si no saben o no quieren negociar? Y por supuesto, cobrando de todos sin arreglar nada, hasta junio. Y ahora, ¿volverán los mismos para escribir con renglones torcidos? Nos jugamos el todo o la nada; pero, entonces sí, por el bien de nuestro país, tendremos que tener un gobierno: o la gran alianza, o el ahora esbozado. Mirémonos en el espejo de la UE, o en Alemania, con su grosse koalition, de la CDU, de Merkel,  con sus socios bávaros de la CSU, y los socialdemócratas del SPD. Miremos a Francia, donde para parar al Frente Nacional en segunda vuelta, la izquierda se retiró para que la derecha tradicional batiera a Marine Le Pen. Es preciso frenar a los anticonstitucionalistas, que nada bueno nos podrían traer. Echemos una mirada a nuestra tierra, aún sin presupuestos. ¿Por culpa de quién? De los salvadores de la patria que nos quisieren dejar fuera de juego por pobres y parias... hasta en su programa económico. ¡Hasta ahí podríamos llegar...!, que diría Rajoy.
 
 

jueves, 11 de febrero de 2016

MÉRIDA EN "LA FAZ DE ESPAÑA", DE GERALD BRENAN

 
          Gerald Brenan publica en 1950 "La faz de España", uno de tantos libros de viajes en el que narra el que su esposa y él hicieron por el centro y sur de España en 1949. En doce capítulos --uno de ellos dedicado por completo a Mérida-- Brenan desentraña esa "faz de España" que tanto le atraía y donde quiso vivir y morir.
            El impenitente viajero inglés había visitado Mérida quince años antes (en 1934). "Era una tarde de verano -comienza diciendo--; el sol se ponía; una pálida luz rojiza caía sobre las murallas romanas y las torrecillas erizadas de nidos de cigüeñas. Tuve la impresión de una ciudad perdida, alejada de la civilización, en el remoto y desértico oeste." El segundo viaje comienza una mañana del 7 de abril de 1949, procedente de Badajoz. "El efecto fue totalmente distinto. Era primavera, esa estación irreal cuando la Naturaleza pone sobre esas tierras calcinadas por el sol un breve acertijo, de tal modo que los vívidos verdes de las acacias, los plátanos, las higueras y los olmos parecen no tener las habituales hojas, sino gallardetes colgando para decorar un carnaval."
            Brenan comienza su itinerario emeritense por la plaza del mercado, "atestada de gente del campo y, cuando bajamos a la calle principal, nos encontramos con nuevos tipos de gente, hombres altos moldeados por el clima con anchos sombreros sobre sus cabezas y largos látigos en sus manos y hermosas gitanas de lentos andares que nos dijeron que nos hallábamos en la región de España que había dado a México sus vaqueros y a Argentina sus gauchos. Las ruinas de Emérita Augusta, capital de la Lusitania romana, puede que estuvieran por allí, pero Mérida no era más que una pequeña ciudad provinciana, dedicada a la cría de ganado", observa. Visita el puente sobre el Guadiana, que "reptaba como un amarronado ciempiés sobre el lecho del río, apoyado en sus sesenta y cuatro arcos de granito". Observa desde él la ciudad y se encuentra con el "amigo policía periodista de Badajoz", que le habla del matadero, "el mejor de toda España", que "ha hecho que el nombre de Mérida sea conocido de un extremo a otro del país". Se pregunta Brenan si su amigo de Badajoz es un "espía de la policía" y se responde a sí mismo que "es un miembro de ese ejército de expósitos flotantes que se gana la vida de la manera más variada. Uno no necesita recurrir al pasado árabe para verlo como un país de nómadas, vendedores de loterías ambulantes y limpiabotas, vendedores callejeros y corredores de apuestas, contrabandistas y agentes a comisión, cesantes que tan pronto tienen trabajo como no." Como se ve, Brenan no solo anota lo que ve, sino que trasciende su visión preguntándose el porqué de las cosas y, en este sentido, apunta que "el sistema económico español es como un juego de las sillas vacías, en el cual solamente hay la mitad de sillas que de jugadores".
            Tras la comida, se dirige a visitar la basílica de Santa Eulalia, "una espléndida iglesia del siglo XIII con un techo artesonado". El párroco se la enseña. Cuenta la historia de la Mártir, sus tormentos y cómo tras morir, "una paloma blanca  (su alma)  surgió volando de su boca y ascendió a los cielos"... De la basílica se dirige al museo, "alojado en una iglesia cupulada del siglo XVIII". Subraya el visitante que "el auténtico tesoro de este museo reside en su colección de escultura visigoda, extraída de iglesias desaparecidas" y acentúa su impresión de que, "aunque España no es un país de ideas o descubrimientos atrevidos, existe sin embargo una sorprendente cantidad de talento artístico durmiendo en las distintas regiones"...
            Ahora, el visitante se sienta en la terraza de un café, instalada bajo un toldo, en medio de la plaza plantada con acacias. Observa desde allí "uno de los grandes rasgos de Mérida: las cigüeñas, que anidan en los muros  romanos, acueductos y pilares, "pero cuando no encuentran ninguno condescienden en hacerlo en la torre de una iglesia o en alguna porción sobresaliente del edificio de un convento, actitudes graves y dignas"...
            Para el viajero e historiador inglés, de los restos romanos que llenan desordenadamente Mérida, el más famoso es el teatro, que "ha sido inteligentemente restaurado", pero resalta que "más hermoso es el alcázar o fortaleza, que se alza escarpado sobre el río con sus corroídas piedras de granito y sus altos contrafuertes".
            Se pregunta Brenan por qué los romanos "crearon una ciudad de este tamaño e importancia en un lugar así" y responde con la tesis de Mrs. Isobel Henderson, una experta en la España romana, quien se lo hubiere explicado. "Mérida --dice--  fue construida por Augusto para ser su capital y centro administrativo... La Lusitania, la provincia que comprendía Portugal, Extremadura y la franja occidental de Castilla, había sido sojuzgada pero no asimilada; es decir, le faltaban ciudades y su economía era más ganadera que agrícola... Su propósito inmediato era proporcionar hogares y pensiones para veteranos y, a más largo plazo, desarrollar toda la región y educarla en las artes de la paz y la civilización. Su actual posición fue determinada por hallarse en la gran ruta hacia el norte, el Camino de la Plata, que iba de Sevilla a Astorga..."
            "Don Gerardo", como fuere conocido en la Alpujarras granadinas, "cansado de tanta contemplación, se va a caminar por el puente romano. Detiene su mirada en los hombres y mujeres, mulas y asnos, que regresan a la ciudad desde la otra orilla. Observa a las mujeres lavando ropa en los remansos y extendiéndola a secar; "al ganado indolentemente quieto, moviendo sus colas, y jinetes a lomos de caballos y mulas dejando beber a sus monturas... Uno nunca se cansa de la belleza de la luz y los escenarios de España..." Observa Brenan un paseo entre amigos, ese mirarse a la cara, tan distinto al comportamiento inglés, en el que dos hablan sin mirarse. "Los españoles son incapaces de conversar, como hacen los ingleses, sin mirarse... Todo es calor y amistad: las palmadas en la espalda, esos toques en el brazo, sirven para reafirmar."
            ¿Qué le queda al viajero por visitar? "Puesto que la mañana era más bien cálida, cruzamos la plaza en dirección a la iglesia parroquial de Santa María (hoy, concatedral del recuperado arzobispado que hubiere Mérida, cuyo metropolitano comparte su cátedra pacense con esta de la ciudad). "Es una iglesia medieval, iniciada en el siglo XIII, y ampliada en el XV con una corta y ancha nave y dos alas, en las que se abren las habituales capillas atestadas con el brillo de los sobrecargados ornamentos barrocos". Observa el visitante las ventanas, situadas justo debajo del techo, "de tal modo que la luz, entrando desde arriba, revela la configuración general de las paredes y bóvedas, pero deja abajo una penumbra que satisface a los sentidos". Le sorprende como la más hermosa que haya visto en este viaje, "a excepción tan solo de la Mezquita de Córdoba". Queda extasiado con las capillas, con su retablos tallados y dorados, sus extáticos Cristos y Madonas, sus complicadas volutas de yeso y apenas entrevistas pinturas  ennegrecidas por el humo. "Es en iglesias como esta, no relacionada por la Baedeker y a menudo desconocidas para cualquier otra guía, donde se descubren las principales alegrías y sorpresas de un viaje por España."
            Y después de comer, Brenan toma un taxi para visitar el denominado Lago de Proserpina, la represa romana que se halla a unos cinco kilómetros en las afueras de la ciudad y de una extensión de terreno ondulado, cubierto con rocas, hierbas, asfódelos y unos cuantos álamos dispersos. "Este es el principio de la gran región de cría de ovejas y ganado de Extremadura. Abajo, en una hondonada, hay un lago azul, de unos ochocientos metros de diámetro..." Habla del dique que bloqueaba el valle, "un largo muro de piedra finamente tallada, sostenido por fuertes puntales: un espléndido ejemplo del arte de los constructores, mostrando la belleza que puede conseguir la construcción sencilla". Habla con el taxista, hijo de un pastor, educado en medio de una gran pobreza, que le dice:
            --Mire la España de hoy. El trabajador se está muriendo de hambre, las clases medias apenas pueden resistirlo. Nos estamos acercando a un completo desastre. Y todo el mundo sabe la razón...¡Pobre España! ¡En qué estado se encuentra! Todo abandonado, todo abandonado...
 

lunes, 8 de febrero de 2016

"NI CONTIGO NI SIN TI..."

 
            Transcurridos 44 días desde las elecciones legislativas del 20-D, el Rey propuso  el pasado día 2 a Pedro Sánchez (PSOE) como candidato a la Presidencia del Gobierno, tras escuchar por segunda vez el desistimiento, aunque no definitivo, del presidente en funciones y del PP, Mariano Rajoy, quien le manifestó al monarca su deseo de encabezar  un "Gobierno moderado, sensato y razonable" con el apoyo de PSOE y Ciudadanos. Rajoy constató por segunda vez ante Felipe VI que, por ahora, solo tiene a los suyos (123) y "aparca su candidatura" hasta comprobar si Sánchez fracasa en el empeño.
 
            El jefe del Ejecutivo en funciones se resiste a claudicar y continúa soñando con la gran coalición deseada por la mayoría de los españoles, el IBEX y la UE; pero los vetos cruzados entre unos y otros parece que hacen imposible, a primera vista, no solo la primera, sino la deseada, según la última encuesta de Metroscopia publicada ayer por El País: un Gobierno del PSOE y Ciudadanos. La segunda opción sería un gobierno en solitario del candidato con apoyos puntuales de otros partidos, que cuente con el apoyo o la abstención de terceros. El pacto progresista y reformista auspiciado por Pedro Sánchez cuenta con la cuarta fuerza política como la opción que menos rechazo suscita y, en el extremo opuesto, se sitúa la de Pablo Iglesias con un Ejecutivo compuesto por PSOE, Podemos e IU. (Véase politica/elpais.com de ayer).
            Los vetos cruzados no parecen aclarar de momento el panorama: el PP no apoyará a ningún aspirante a la Moncloa que no sea Rajoy, a quien Sánchez ha citado en el Congreso para una entrevista el próximo miércoles. El presidente en funciones ya ha dicho que nunca aceptará un gobierno del PSOE con Ciudadanos. Podemos exigió a Sánchez en su reunión del pasado viernes que elija entre él y "las derechas", o "la derecha en diferido", como tilda a Ciudadanos. Rivera, por su parte, no apoyará ningún gobierno en el que esté Podemos. El PSOE mantiene su "no" al PP y una parte de su partido rechaza que sea investido con la abstención o la ausencia de ERC y Democràcia i Llibertad, a quienes él dio senadores en la Cámara Alta para que pudieran formar grupo parlamentario.
            De otro lado, el recelo hacia el partido de Iglesias suscita todas la reservas de los barones críticos, como se puso de manifiesto en el último Comité Federal celebrado el sábado 30 de enero, según las grabaciones emitidas por la SER. Susana Díaz, presidenta de Andalucía, afirmó:  "Un gobierno de coalición con Podemos no lo veo." Javier Fernández, presidente de Asturias: "Está diciendo claramente que quiere ocupar nuestro espacio político." Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura: "Somos un partido de gobierno; ellos, no: no quieren nada donde haya un rostro humano sufriendo detrás...", aludiendo a su rechazo de los ministerios sociales. (Véase cadenaser.com, de 01/02/2016). El último en sumarse a una posible coalición con Podemos ha sido el exvicepresidente socialista Alfonso Guerra, quien ha considerado "una infamia" que "unos niños mal criados que confunden la novedad con la mala educación, se permitan como una pataleta infantil identificar al Partido Socialista con el `búnker´" y añadió que hay "una semejanza de posición entre estos jóvenes altaneros y el búnker que se opuso a la transición política en febrero de 1981". (Véase abc.es/españa, de 06/02/2016). Para Iglesias, solo hay dos salidas: o un Ejecutivo de cambio y de progreso entre PSOE, Podemos e IU o una alianza a tres bandas entre socialistas, PP y C´s, y ambos son incompatibles. Así que "tendrá que decantarse por la formación morada o por Rivera". (Véase elconfidencial.com, de 02/02/2016).
            La citada encuesta de Metroscopia publicada ayer por El País recogía que una mayoría de ciudadanos reprueba la decisión de Rajoy de declinar el ofrecimiento del Rey para formar Gobierno en la primera ronda de consultas. Según una información que publica hoy el director de El Mundo, "el Ibex presiona para que Rajoy deje gobernar a PSOE y Ciudadanos", en la que, además, afirma que "nadie en el Ibex da un duro por la continuidad de Rajoy". Sea como fuere, los españoles no desean nuevas elecciones generales que, de llegar a celebrarse, darían unos resultados similares a los del 20-D, aunque Podemos podría robar el segundo puesto al PSOE, mientras que el PP se mantendría el primero, según la citada encuesta. De otro lado, ya el 15 de enero, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, hizo un llamamiento para que España tuviera lo antes posible "un gobierno estable" y que "esté a la altura" (Véase noticiaslainformacion.com, de 15/01/2016) que, por otra parte, espera que el futuro gobierno tendrá que hacer ajustes por 20.000 millones si España quiere cumplir con el objetivo de déficit pactado con la UE.
            La situación, imprevisible, no da derecho a nadie a subirse a la parra ni tampoco  a esperar el santo advenimiento. España se la juega y aquí no caben banderías de tipo alguno más que su bandera  porque, de lo contrario, todos perderíamos: los políticos, la confianza de los ciudadanos y estos, su dinero y su tiempo. Como decía la copla de Antonio Machado y cantara Emilio José, entre otros,
 
"Ni contigo ni sin ti,
Tienen mis males remedios
Contigo porque me matas
Sin ti porque yo me muero
Ni contigo, ni sin ti..."