Tenemos por lema aquella frase que expresa un
pensamiento que sirve de guía para la conducta de alguien o para un asunto
determinado; es lema el tema de un discurso; la letra o mote que se pone en los
emblemas; la contraseña de las composiciones literarias presentadas a un
concurso para descubrir quién es su autor una vez fallado el concurso; es, en
fin, el enunciado, la consigna, la divisa, la marca, la leyenda, el mote, el
título, la inscripción...
Arrancó anoche la campaña electoral y hoy el Europeo de
fútbol con lemas que podrían definirlos: "la campaña del desbloqueo"
(politica.elpais.com), "la
Eurocopa más vigilada" (mundodeportivo).
Los obispos latinos tienen entre sus atributos un escudo de armas y un lema que
deberán tener siempre en sus actuaciones. Ambos van más allá de la simple frase
o heráldica; expresan el latir más íntimo y su aspiración en el desempeño del ministerio.
Así, el papa Francisco tiene por lema
"Miserando atque eligendo" ("Lo miró con misericordia", o "Amándolo
lo eligió"); Benedicto XVI
eligió "Cooperatores veritatis" (cooperadores de la verdad); Juan Pablo II adoptó para su ministerio
petrino el "Totus tuus" ("Todo
tuyo"), en clara evidencia de acogerse a la protección de la Madre.
De la misma forma, los partidos políticos --que
"expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación
de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación
política..." (Constitución Española de 1978, Título preliminar, artículo
6)-- llegada la hora de las campañas electorales, lanzan sus lemas tratando de
condensar en ellos valores o sentimientos con los que sus electores puedan
sentirse identificados, extrapolando un programa más amplio que identifique el
momento, la época, la aspiración que, según sus ideales, les lleve a la
formación de gobierno para desarrollar su proyecto.
En 1977, Adolfo
Suárez ganó las elecciones con su lema "Vote centro, la vía segura a
la democracia"; en 1979 dio un paso más y acertó: "Dicho y hecho: UCD
cumple". En 1982, con el partido que pilotó la transición en desbandada, Felipe González arrasó con su lema
"Por el cambio"; en 1986 dio un paso adelante: "Por el buen
camino", tratando de asegurar su continuidad con el espíritu del cambio.
En 1989 pide el aval por una "España en progreso" y en 1993 lo
reitera: "Por el progreso de la mayoría". Sin embargo, agotado el
proyecto socialista, la mayoría se vuelca en 1996 con el PP de José María Aznar, que apela al
electorado a estar "Con la nueva mayoría" y en 2000 logra la absoluta
con su "Vamos a más". En 2004 se produce un viraje tras los sucesos
del 11-M, en el que gana José Luis
Rodríguez Zapatero con su lema "Merecemos una España mejor/ZP",
que revalida en 2008 "Con Z de Zapatero". En ambos personifica en las
siglas de su segundo apellido una voluntad de confianza en su liderazgo y
programa. En 2011, con unas elecciones adelantadas, Mariano Rajoy arrasa con su lema "Súmate al cambio",
obteniendo 186 diputados frente a los 110 del PSOE, que parecía dejar en las
manos perdidas su suerte con un "Pelea por lo que quieres"...
Obsérvese cómo la bandera del cambio fue utilizada por Felipe González y Mariano
Rajoy con idéntico sentido en 1982 y 2011 para dar el giro necesario en el
momento oportuno.
El 26-J, fecha de las próximas elecciones, los partidos
se han posicionado, tras lo ocurrido en la legislatura perdida, con unos lemas
definitorios de sus aspiraciones: el PP, con "Ahora más que nunca",
apela a la continuidad de su programa frente a la inexperiencia de inexpertos o
populistas, como hiciera en 2015 con "España en serio". El PSOE, en
cambio, apela a una mayoría que sabe que tiene detrás, pero que no le vota, y
llama a dar "Un sí por la mayoría", frente a las políticas del PP
"para unos cuantos", como en las anteriores apostaba por "Un
futuro por la mayoría". Podemos, en alianza con IU, afianza con "La
sonrisa de un país" el anterior de "Un país contigo" y el de IU
en 2015: "Por un nuevo país", con el que postulaba un cambio radical
en España. Por último, Ciudadanos se presentó por primera vez en las pasadas
elecciones generales "Con ilusión", que ahora aparca para definir su
papel con el lema "Tiempo de acuerdo, tiempo de cambio", con el que
deja claros sus objetivos ya mostrados en la legislatura más breve de la
democracia.
Veremos qué nos depara el 26-J, con todos los partidos
convencidos de que no llegaremos a unas terceras elecciones, pero enrocados en
los mismos principios que en las anteriores: Rajoy insiste en su gran coalición, que Pedro Sánchez desecha, y llama a rebato a los suyos ante el peligro
del adelantamiento (sorpasso) de
Unidos-Podemos, y todos contra el previsible ganador, el PP, mientras los
anteriores esperan al PSOE, cuyo líder asegura: "Me dijeron dos veces que
no. A la tercera va la vencida." (politica.el
pais.com, de hoy). Ciudadanos, marginado por el resto, a la espera de otra
oportunidad para demostrar su arbitraje para el verdadero cambio.
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