viernes, 16 de septiembre de 2016

PLASENCIA, PREMIO DE ACCESIBILIDAD

 
           Nuestros pueblos y ciudades no fueron hechos ni pensados para los discapacitados. Apenas para que circulasen por sus calles y plazas carros y caballerías. Jamás pensaron que llegarían los vehículos, ni camiones y autobuses, que pudiesen circular libremente para llevar de un lado a otro a personas y mercancías. El espacio se redujo. Los peatones fueron condenados a las aceras. Algunas calles ni siquiera podrían tenerlas, como la céntrica del Sol placentina, por la que antes circulaban los vehículos que me asustaren siendo niño.
            Los cascos históricos, con sus calles estrechas, no fueron trazados para la circulación de vehículos. En pueblos y ciudades, nadie pensare menos aún en los discapacitados, con tantas barreras arquitectónicas como se alzaren ante ellos. Poco a poco se van reduciendo. Recuerdo que un día, en el antiguo Ateneo de Cáceres, situado en el Nuevo Cáceres, una discapacitada en silla de ruedas no pudo acceder a la segunda planta, donde un político iba a pronunciar una conferencia,  porque no había ascensor. Un alcalde de Coria mostraba su satisfacción un día por haber logrado que un colegio lo tuviere, al fin, y el padre de una alumna no tuviere que llevar a su hija a clase en brazos hasta la segunda planta.
            Plasencia ha recibido en julio pasado el Premio Reina Letizia 2015 de Accesibilidad en la categoría de Municipios. Los premios distinguen, en nombre del Real Patronato que preside Su Majestad, la labor de diferentes actores en la inclusión y en la accesibilidad. El Gobierno reconoce con estos premios la dedicación y empeño de los diferentes actores sociales por mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.
            Paso a paso, poquito a poco, se van abriendo puertas para mejorar la accesibilidad de los discapacitados. Qué sería para ellos un Metro sin escaleras mecánicas; acceder a un avión o un barco sin otros medios más que las escaleras convencionales. Las barreras que antes lo impedían van cayendo paulatinamente. Iniciativas y premios como estos van removiendo las barreras que impiden a muchos el acceso a sus propios domicilios.
            En 2010, el gobierno de Plasencia inauguró una escaleras mecánicas entre las avenidas del Valle y Alfonso VIII como medio de comunicación rápido, práctico y accesible para salvar el empinado tramo existente entre ambas calles, a la vez que se facilitaba el acceso al casco histórico. Era un paso más en la vertebración de la ciudad, unos peldaños menos para los discapacitados, como este premio por facilitar su vida...
 

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