miércoles, 23 de agosto de 2017

MÉRIDA, UNA CAPITAL, UN PUEBLO…


            Siempre oímos decir, desde el inicio de la etapa autonómica, --cuando Mérida fuere consagrada por el Estatuto de Autonomía de Extremadura capital de Extremadura--  que la antigua capital de la Lusitania romana y del mundo hasta entonces conocido, era una ciudad por la mañana y un pueblo por la tarde. Los funcionarios de las instituciones radicadas en la ciudad romana daban nueva vida a la antigua capital; pero, concluida su jornada laboral, volvían todos a su ciudad de residencia, principalmente las capitales de provincia, Badajoz o Cáceres. Mérida, entonces, volvía a ser lo que fuere antes de ser capital de Extremadura: el pueblo enterrado sobre sus propias ruinas que reconocieren los viajeros ingleses del XIX.

              La puesta en funcionamiento de varias consejerías agrupadas en torno al complejo de Morerías, revitalizó el casco antiguo de la ciudad por las mañanas a límites insospechados hasta hacía poco: la Presidencia de la Junta, la Asamblea, las consejerías…, todo en la ciudad antigua, a un paso unos de otros. Por la tarde, tras el regreso de los funcionarios a sus puestos, la capital volvía a ser el pueblo de los vecinos de siempre. Lo  oímos decir de boca de políticos, empleados y funcionarios: Mérida es la capital por las mañanas y un pueblo por la tarde. La implantación de nuevas consejerías y servicios en Nueva Ciudad, volvió a dejar solo parte del casco histórico. Aun así, diversas consejerías y servicios continuaban en el centro de la ciudad a la espera de destino definitivo, como los propios funcionarios.

              La instalación de las nuevas consejerías de Administración Pública, Educación y Cultura, la sede del 112, la ampliación de Fomento, el Palacio de Justicia y el Edificio Administrativo de la Junta, además de 446 viviendas del Plan 60.000 euros (véase www.elperiodicoextremadura.com,  de 22/02/2008) en Mérida III Milenio, trasladó a san Lázaro a un millar de funcionarios, que dejaron, de nuevo, el casco histórico vacío. Más de uno se arrepintió del cambio. ¿Dónde se han ido los funcionarios…?, se preguntaban hosteleros y comerciantes…

              En marzo de 2014, el alcalde de la ciudad, Pedro Acedo, y el consejero de Fomento, Vivienda y Ordenación del Territorio y Urbanismo, Víctor del Moral, inauguraban las obras construidas en la zona, donde se levantó un nuevo parque paralelo al acueducto de san Lázaro y tres aparcamientos en superficie con capacidad para 500 vehículos… “La Consejería, en colaboración con el Ayuntamiento, ha hecho ciudad” declaraba el entonces alcalde tras descubrir la placa conmemorativa (véase: http://merida.es de 19/03/20014). Sin embargo, durante su construcción, se sucedieron los actos vandálicos y unos jóvenes intentaron entrar en un bloque aún no entregado. Rompieron vallas de acceso y arrancaron unos columpios (véase www.elperiodicoextremadura.com, de 26(02/2008). En octubre de 2015, la Junta de Extremadura renunciaba definitivamente a la venta del III Milenio en Mérida y el Edificios de Servicios Múltiples en Cáceres, descartando la operación “por los costes financieros y porque no serviría para reducir el déficit” (véase http://www.hoy.es/extremadura/201510/14/junta-renuncia-vender-tercer-20151014113609.html) de 14/10/2015). ¿Para qué se hicieron, entonces? Es como la Casa de la Madre en Cáceres, antigua Delegación Territorial de la Junta, que para nada sirviere, sin uso ya durante años, como aquellos servicios… que para nada fueren útiles a los ciudadanos.          

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