La restauración y rehabilitación del
patrimonio histórico-artístico supone, a la vez, comprender y rescatar los
testimonios notables del legado heredado, señalan los autores de esta obra en
su Introducción. En arquitectura, entendemos por rehabilitación la recuperación integral desde lo cultural y
lo utilitario habitacional de ámbitos urbanos considerados patrimonio
histórico. No es otro, pues, el objetivo de este libro, que pretende
interpretar y valorar las obras artísticas mediante el estudio de dos edificios
emblemáticos de Trujillo, que han sufrido en los últimos cinco años un proceso
de acondicionamiento y rehabilitación: los juzgados, entre 2016 y 2017, y la
recuperación de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo para destinarla como
sede del Centro de Visitantes "Los Descubridores", entre 2015 y 2016.
[1]
En la presentación de la obra, el constructor y editor de
la misma, Antonio Abreu, tan apasionado por la rehabilitación del pasado,
entiende que "una ciudad viva, una arquitectura viva, son las que
reutilizan los elementos del pasado y a la vez construyen el presente e innovan
el futuro" y "toda ciudad y toda arquitectura han de transformarse
para poder acoger las funciones actuales, como ha ocurrido con las edificaciones
del siglo XVI, que en su día fueron Cárcel Real, Archivo de Escribanos y Casas
Consistoriales para adaptarlas a dependencias judiciales..., servir a la vida
de hoy y seguir siendo útil y conservarse".
Trujillo levantó sus Casas Consistoriales en el frente
occidental del espacio donde se celebraba el mercado, consiguiendo con ello
crear el nuevo centro urbano de la ciudad. Junto al ayuntamiento viejo
existieron otras dependencias anejas, como la Cárcel y el Archivo de
Escribanos, aunque las reformas hacen difícil distinguir las estancias. La
Cárcel Real dejó de llamarse así en 1834, cuando se establecieron las
demarcaciones judiciales y, desde entonces, se llamó Prisión del Partido
Judicial de Trujillo. Cuatro proyectos transformaron y ampliaron sucesivamente
desde finales del XV y a lo largo del XVI la zona cercana al Palacio del
Marqués de la Conquista: un edificio multiusos, que albergó la primera
Alhóndiga municipal, la Cárcel Real, la llamada Capilla del Buen Gobierno, y el
Archivo de Escribanos.
A partir del año 1888, el ayuntamiento se traslada
provisionalmente a la Casa de Comedias tras las obras de ampliación y reforma
necesarias. En 1957 se volvió a actuar arquitectónicamente sobre el antiguo
edificio del concejo en la Plaza Mayor, suprimiéndose la fachada de Sebastián
Rebollar de finales del XIX, sustituyéndola por una estructura de dos niveles
de arquerías procedentes de un patio del siglo XIX. En los años sesenta se
reordena el tráfico y se construye la rampa y escaleras que comunican la plaza
con los edificios concejiles y con el Palacio de la Conquista. En 1984, el
edificio fue reformado integralmente para situar allí el juzgado. A lo largo de
la historia, los alcaldes impartían justicia como jueces de paz o en primera
instancia hasta que, definitivamente, estas competencias se trasladaron a los
jueces municipales a comienzos del siglo XX. El juez municipal aparece con tal
nombre y función en la Ley del Poder Judicial de 1870. En 1944 se realizaron
importantes obras de adaptación en el actual Palacio Municipal (antes Casa de
Comedias o Alhóndiga) para instalar los servicios del Juzgado Comarcal, que
venía ocupando unas habitaciones no aptas, instalándose la sala de audiencias y
juzgado de primera instancia, despacho y oficinas. La Ley Orgánica 6/1985 del
Poder Judicial da los primeros pasos para lograr la conversión de los juzgados
de distrito en juzgados de primera instancia e instrucción.
El proyecto de ejecución de las obras acometidas entre
2014 y 2016 fue redactado por el arquitecto Luis González-Mariscal, por encargo
del Ministerio de Justicia, para acometer las obras de adecuación. El edificio,
situado en la Plaza Mayor, da a esta con dos fachadas en esquina de 4,90 y
14,50 metros, y forma medianería con algunos palacios de la plaza, como la Casa
del Peso Real y el palacio del Marqués de la Conquista y deja pasar por medio
una vía pública peatonal, el Cañón de la Cárcel, que comunica la plaza mayor
con la ciudad antigua. El solar, con una planta de 2.205 metros cuadrados, es
un edificio con la fachada de piedra y mampostería. En la restauración se ha
incorporado la estructura de muros de carga en el perímetro y como cerramiento
y pilares de hormigón armado en el interior del juzgado número 1 o de piedra en
el patio del juzgado número 2. El edificio se distribuye de la siguiente forma:
planta baja, 885,30 metros cuadrados; planta primera, 906,60; y planta segunda,
413,90. La idea principal del proyecto ha consistido en adaptar el edificio en
la medida de lo posible a la normativa vigente, teniendo en cuenta la
racionalidad de la inversión y la necesidad de mantener el edificio en
funcionamiento durante la ejecución de las obras. Se han habilitado, además,
espacios de espera para testigos y detenidos junto a sala de vistas. Las
oficinas del número 1 ocupan la planta primera. El número 2 sigue ocupando las
plantas baja y primera. En las obras ejecutadas no se contemplaba variar la
estructura existente, excepto la obra puntual de la apertura de los huecos en
los forjados de los juzgados para instalar dos ascensores para el cumplimiento
de la Ley 8/1997 de Promoción de la Accesibilidad de Extremadura.
La fundación de la iglesia de la Preciosa Sangre de
Cristo está relacionada con las disposiciones testamentarias de don Gabriel
Pizarro de Hinojosa y Arévalo, inquisidor en Granada y Córdoba, que habría de
fallecer en 1625. En 1626 se firma la autorización para la construcción del
templo, que se ejecutaría entre 1630 y 1635, de manos del maestro de obras
Gabriel Pentiero. El templo es una obra de elegante sencillez, que responde al
clasicismo del barroco del primer tercio del siglo XVIII. Es un templo de
planta basilical, de una sola nave y con transepto, construido a base de
mampostería y ladrillo, aunque la cantería se deja ver en las dos portadas..
Destaca la cúpula con cimborrio de ladrillo, que corona el edificio. En 1924,
el obispo de Plasencia, ante la petición del párroco de Trujillo, dio permiso
para convertir la iglesia en casa rectoral de la parroquia de San Martín,
adaptando gran parte de la morfología arquitectónica de una iglesia en casa
rectoral. En 2015 se llevaron a cabo las obras de rehabilitación de la iglesia
y su adaptación para Centro de Visitantes "Los Descubridores". La
iglesia se encontraba en estado de abandono
tras la muerte de su último inquilino. El edificio pasó a otros usos
hasta que en 2011 quedó totalmente deshabitado. El edificio se sitúa en la
calle Cuesta de la Sangre, en la salida noroeste de la Plaza Mayor y a medio
camino de la Puerta de Santiago, al lado del recinto intramuros. En el proceso
de rehabilitación se ha actuado con gran escrupulosidad, teniendo en cuenta el
Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de la ciudad. Una primera
rehabilitación ha ido destinada a la rehabilitación constructiva del edificio,
que cuenta con una superficie construida de 324,75 metros cuadrados, liberando
el espacio interior y recuperando el volumen completo de la iglesia, para la
que fue necesaria la demolición de los dos forjados interiores y la escaleras;
una segunda actuación con el objetivo de recuperar la morfología original y una
tercera, orientada a la dotación requerida para el nuevo uso previsto.
El Centro de Visitantes ha restaurado y rehabilitado la
iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo entre los años 2015 y 2016. Organizada
la exposición del Centro de Interpretación en diversos ámbitos, se muestra
información histórica sobre la iglesia y facsímiles de documentos sobre sus
construcción. El centro museístico se completa con una zona en la que se
exponen los más importantes descubridores de América nacidos en Trujillo:
García de Paredes, Pizarro, Orellana, Inés Muñoz..., así como otros
conquistadores extremeños de relevancia en la historia del Nuevo Mundo. Esta
zona se divide en cuatro subzonas: piezas, documentos e información gráfica,
hitos históricos relacionados con la época; réplicas de piezas incas de oro y
plata, con lo que se representa el mito de El Dorado. El País de la Canela es
el otro gran mito motivador de grandes descubrimientos: piezas en vitrinas,
elementos gráficos y audiovisuales. En otra zona se expone la enorme importancia
que alcanzó Trujillo y sus habitantes en el descubrimiento y colonización del
Nuevo Mundo. En la zona titulada "La religión y el descubrimiento" y
"La trascendencia del descubrimiento del Nuevo Mundo" se exponen dos
paneles gráficos explicativos de la trascendencia que el descubrimiento de un
nuevo continente tuvo para el mundo y la diferencia que marcó el sentido
evangelizador de la Conquista, respecto a las que realizaron otros países
posteriormente.
[1] Ramos Rubio, José Antonio y De San Macario Sánchez, Óscar: Edificios emblemáticos de Trujillo.
Restauración y rehabilitación. Edit. Construcciones Abreu- Cáceres,
Badajoz, 2017.
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