jueves, 29 de noviembre de 2018

JOSÉ FERNÁNDEZ LÓPEZ, INDUSTRIAL Y MECENAS DE MÉRIDA


            José Fernández López (Lugo, 08/09/1904; Madrid, 21/12/1986), empresario, benefactor, filántrapo,  como le conoce Juan Carlos López Díaz en un trabajo sobre su vida y obra,[1] llegó a Mérida en 1935 para hacerse cargo del Matadero Provincial" y "durante los siguientes cuarenta años, este industrial gallego desarrolló en Extremadura, y sobre todo en Mérida, una de las trayectorias empresariales más destacadas del siglo XX". Su padre, Antonio Fernández Fernández, o Antón de Marcos --nombre con el que era conocido--, fue uno de los comerciantes de ganado más afamado de la provincia de Lugo, y de Carmen López Valcarce, con quien tuvo cuatro hijos: Antonio, José, Manuel y Concepción Fernández López. El padre falleció en accidente de circulación en 1931, a los 55 años de edad. Los hermanos Fernández López estudiaron en Madrid en la década de los años veinte: Antonio, Ingeniería de Caminos; y José, Derecho. Este último se licenció en  la Universidad de Santiago y obtuvo el doctorado en Madrid, en 1927. Contrajo matrimonio con María del Rosario Sousa-Faro Sanjurjo, en 1944 en Barcelona, con la que tuvo seis hijos: José María (Madrid, 1945, doctor en Bioquímica, presidente de Zeltia), María de la Paloma (doctora en Políticas, Derecho Internacional y abogada), Luis Carlos, Manuel María (presidente de Pescanova y de Kiwi España, S. A.), María Margarita y Fernando (abogado).[2] Falleció en Madrid el 21 de diciembre de 1986 y fue inhumado en la cripta de la catedral de la Almudena.
 
            En su dilatada trayectoria empresarial destacan la dirección y gestión del Matadero de Porriño (Pontevedra), la patente de Conservas Louriña y la fundación de los Laboratorios Zeltia en 1939. En 1941 formó Frilugo y en 1951, Grigsa y otras industrias como Industrias Pecuarias Gallegas, Granxa do Louro, Industrias Forestales Gallegas, Construcciones Louriña y Sial, ICI Farma y las empresas filiales Xilazel, S. A. y Helixsa. El despegue del negocio de Fernández López surgió del Matadero Industrial de Mérida, instalación arrendada por el joven abogado gallego en la que, además de las tareas de sacrificio del ganado, se elaboraban embutidos, salchichas y conservas de carne muy populares en los años cuarenta, especialmente las comercializadas con la marca Apis.[3] Durante su gestión, la industria se potenció espectacularmente a nivel nacional. Fundó Corchera Extremeña, S. A., mayor referente mundial en la producción de productos de corcho;  Frutos Selectos, Semillas Selectas, Pelefise, Alumbres Químicos de Levante, Paternal Española (Sica), Nutrimentos Animales, S. A. (Nuasa), Productores de Actinidia y Pielefrisa. En el campo minero-metalúrgico, fue propietario y gestor de la granja Céspedes, declarada como modelo nacional. Intervino junto a sus hermanos en Kaolines de Lage, en Titania, en Sial y en las minas cacereñas de Logrosán. En 1944  fundó Transportes Ferroviarios Especiales, S. A. (Transfesa) para la explotación del material ferroviario de su propiedad o arrendado y transportes por carretera, mar o aire. Los vagones de su propiedad fueron de ancho internacional, lo que le permitió circular por vías ibéricas y el resto de Europa hasta Rusia. Concibió el cambio de ejes en frontera, que en la actualidad está operativo y es el único para mercancías. Introdujo el kiwi en España, procedente de Nueva Zelanda, bajo el reclamo "Kiwis aus Galicien", hoy denominada Kiwi España. S. A., que produce más de mil toneladas y que dirige el cuarto de sus hijos, Manuel María. Además de la Sociedad de Estudios y Explotación de Material Auxiliar de Transportes (Semat) en 1942, en 1948 participó en la creación de la Sociedad de Almacenaje y Transporte (Saltra), dedicada al transporte y almacenaje de toda clase de productos, tanto en el tráfico nacional como internacional. En 1961 fundó Pescanova, empresa pionera en el sistema de pesca y en creación de puestos de trabajo, que llegó a ser la mayor empresa pesquera de Europa occidental.
            Como filántropo, donó el Museo de Minerales de Mérida; contribuyó a la restauración de la iglesia de Santa María la Mayor, donó el edificio de la Casa de Cultura y ayudó a fundar la Escuela de Maestría Industrial de Mérida, sufragando el edificio y sus gastos. Apoyó el Museo de Pontevedra y la creación del Colegio Universitario de Vigo. Fue un gran coleccionista de pintura de finales del siglo XIX y principios del XX, que cedió en su mayor parte al Museo de Pontevedra.
 
            Como reconocimiento a su obra le fueron otorgados la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (1944), la Encomienda de la Orden del Mérito Civil (1965), la Gran Cruz del Mérito Agrícola (1969), la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco (1972), la Gran Cruz del Mérito Militar (1972), la Medalla de Oro de Mérida (1974) y Medalla al Mérito en el Trabajo. Fue hijo adoptivo de Mérida (1945) y de Porriño (1974); Uve de Oro de Vigo (1973), miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1973) y Mejor Empresario Extremeño (1981). Una calle y un colegio de Porriño llevan su nombre.[4]
            José Fernández López creó riqueza (más de 5.000 fichas de empleados, solo del Matadero, se conservan en el Archivo Histórico de Mérida). En la hora de su muerte, el entonces alcalde de Mérida, Antonio Vélez, dijo que "Fernández López había conseguido que el Matadero fuese una bandera de proyección de Mérida, casi tan importante como el Teatro Romano". [5] Su hijo, Luis Fernández, declaró durante el acto inaugural de la exposición "Cuando sonaba la sirena, José Fernández López y la Mérida industrial" que "su padre creó 1.000 puestos de trabajo en el Matadero Industrial y 800 en Corchera Extremeña".[6] Días antes, se anunciaba la creación de la Fundación José Fernández López para promocionar el conocimiento de su figura  y la Mérida de su tiempo y fomentar proyectos y actuaciones de carácter cultural y patrimonial.[7]  El industrial gallego afincado en Mérida da nombre a la avenida donde se sitúa la casa en la que vivió, hoy residencia oficial de los presidentes de la Junta de Extremadura, conocida en Mérida por su nombre,[8] y que el presidente Monago anunció que se ponía a la venta, junta a  la Oficina de Extremadura en Lisboa, durante un debate parlamentario tras saltar a la luz sus viajes a Canarias como senador, anuncio que ahogó el objetivo del propio debate.[9]
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[1] Vid.: López Díaz, Juan Carlos: José Fernández López, industrial y mecenas de Mérida. Treinta años de su muerte, en Revista de Estudios Extremeños, Vol. 72, núm. 3, 2016, págs. 2049-2078.
 
[2] Vid.: Martínez Gil, José Luis: Diccionario de biografías de la Real Academia de la Historia, y Wikipedia.
 
[3] Vid.: Sánchez Calvo, Isabel:  Fernández López, José (1904-1986), en La web de las biografías.
 
[4] Vid.: Ob.cit.
 
[5] Vid.: López Díaz, Juan Carlos: José Fernández López, el empresario de Extremadura, en  el Diario Hoy de 27/12/2016.
 
[6] Vid.: Mérida repasa su historia en el siglo XX a través de la figura de José Fernández López,  en el diario.es, de 16/12/2017.
 
[7] Vid.:  Morcillo, M. Ángeles: La Fundación Fernández López impulsará proyectos culturales y de patrimonio, en el Diario Hoy, de 13/12/2017.
 
[8] Vid.:  Barrasa, D.: Monago cierra la casa para presidentes, en La Crónica de Badajoz, de 11/11/2011.
 
9  Entonado Arias, Rocío:  Monago pone a la venta la casa oficial del presidente para obtener al menos 2 millones, en El Periódico Extremadura de 28/11/2014.
 
 

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