Juan
de Ábalos y Taborda (Mérida, 21/10/1911; Madrid, 06/07/2006),
escultor, profesor y académico, nació en Mérida de padre extremeño y madre
castellana. A los 6 años comenzó a demostrar excelente dotes para el dibujo,
cuando recibía clases del párroco de Santa Eulalia, Juan Carmona, junto a otros tres niños, "quienes dejaron de
asistir porque no creían que fuera el autor de los dibujos". [1] Afiliado número 7 del PSOE de Mérida, en una
de sus últimas entrevistas explicó su pasado, diciendo que "me afilié por
amor al prójimo, porque consideré que era bueno sentar precedente y animar al
resto. Así me lo pidió el alcalde de Mérida, don Andrés Nieto Carmona, y así lo hice. Más que socialista me
considero cristiano", dijo el escultor. [2] Fue
un artista de proyección nacional e internacional, sobre todo en los monumentos
conmemorativos y estatuas ecuestres. Su obra se encuentra en los cinco
continentes, organismos oficiales, colecciones privadas, lugares religiosos y
en la calle. Su escultura es una de las más representativas del arte español
contemporáneo, siguiendo la corriente figurativa. Su carrera, impulsada por el
régimen de Franco, quedó asociada a
las esculturas realizadas para el Valle de los Caídos, llegando a ser
considerado como uno de los escultores españoles más destacados del siglo XX. [3] Su padre se quedó ciego y, con 8 años de edad,
su familia se trasladó a Madrid, donde inició su formación artística en un
taller de restauración de muebles y antigüedades de la capital y completó sus
conocimientos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (1926-1931), logrando
el Premio Extraordinario en los cursos de Modelado, Dibujo y Grabado en hueco y,
al año siguiente, el Premio Aníbal
Álvarez de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1933, con
22 años, logra una plaza en la Universidad de Sevilla, desarrollando diversos
trabajos de recuperación de restos romanos, entre ellos los del Teatro Romano
de Mérida. En su ciudad natal conjuga su trabajo con su gusto por el teatro, y
conoce a Unamuno durante el estreno
de Medea. Un año después es nombrado
subdirector del Museo Arqueológico de Mérida, cuyos fondos cataloga y amplía.
En 1933 fue nombrado por concurso profesor de Término de Modelado y
Vaciado de la Escuela de Artes y Oficios
de Mérida y, en 1936, director de la Escuela de Artes y Oficios. Al inicio de
la Guerra Civil, desertó del ejército republicano y se incorporó al de los
nacionales. A los 25 años, al comienzo de la contienda, era funcionario republicano.
Cuando las tropas nacionales entraron en su ciudad, el excavador del peristilo
de Mérida le denunció ante el teniente coronel Yagüe, a quien le contó su relación de amistad con Unamuno. Según contó Ávalos, le llevaron al Casino junto a
otras personas a las que estaban rapando el pelo y obligando a beber aceite de
ricino, para más tarde fusilarlas. El párroco de Santa Eulalia le salvó de una
muerte segura, intercediendo entre los ejecutores y el escultor, quien aseguró
que "Juan era una persona
decente". Más tarde, participó en la guerra en el Ejército nacional
destinado en Andalucía, donde fue herido en 1938.[4]
Ese mismo año contrae matrimonio con Soledad
Carballo Núñez en Pontevedra.
Al terminar la guerra, en 1942, Ávalos fue depurado por el régimen, por no ser afecto a él y falta
de confianza. Este hecho le obliga a abandonar España, "harto de hacer
santos baratitos garantizando los milagros y de pintar retratos de señora a
cambio de una miseria". Bajo el asiento del Lusitania Expres, solo pudo llevarse un busto que le hizo a Manolete cuando vivió con él en la
misma fonda madrileña y toreaba con trajes prestados. Volvió a Madrid en 1950 y
se presentó a la Exposición Nacional en la que exhibe el Héroe muerto. Franco
visita la muestra "y se paró ante mi estatua diciendo: Este es el escultor que necesita España."
(véase Joel Calero). Un año más
tarde se presenta al concurso para elegir al escultor que habría de ornamentar
el Valle de los Caídos, además del grupo representativo de "La
Piedad", y le adjudicaron la obra. Ávalos
quiso renunciar al proyecto por las protestas de varios académicos. El ministro
de la Gobernación, Blas Pérez, le
aconseja que fuera a hablar con Franco,
a quien le dijo que en el Valle no debería haber escena alusivas a la guerra,
pues el monumento donde serían enterrados los muertos de ambos bandos no tenía
que herir a nadie. El escultor firmó un contrato con el Estado, en el que se
recogía que el conjunto estaría compuesto por nueve piezas, de las cuales
destacaría La Piedad, otras cuatro
estatuas que representarían a los evangelistas San Juan, San Marcos, San Lucas y San Mateo, además de la virtudes cardinales: Prudencia, Justicia,
Fortaleza y Templanza. El presupuesto fue de nueve millones de pesetas, de los
cuales más de ocho se fueron para el material y la mano de obra. Ávalos tuvo que pagar a Hacienda una
parte de su propio bolsillo. Al final, sus honorarios se redujeron a 300.000
pesetas. (Ob. cit.). En esta obra de
carácter colosalista empleó cuatro años de trabajo y utilizó nuevas técnicas
para trasladar los bocetos a su tamaño definitivo. [5]
Ávalos siempre incidió en entrevistas en el "carácter reconciliador" del
Valle de los Caídos y que "el
general nunca quiso enterrarse allí" [6]
A lo largo de su dilatada vida profesional, Ávalos realizó una veintena de exposiciones
en Madrid, Sevilla, Lisboa, Oporto, Badajoz, Nueva York, Bilbao, Valencia y
París, entre otras. Asimismo, sus obras públicas se encuentran en España y el
extranjero, entre ellas el monumento al Héroe
muerto (1950, Badajoz, también conocida como Al soldado caído, inaugurada en 1969); el monumento a la gesta del
Alcázar de Toledo (1961, Alcázar, Toledo); el monumento al Cid Campeador (1954, Plaza de España, Valencia); el monumento a los Extremeños universales (1982, Badajoz), el monumento a Manolete (Córdoba); el monumento a la
libertad, a la Constitución y la paz (1990, Almendralejo, Badajoz), el Cristo de la paz (1965, parroquia de
Nuestra Señora de la Purificación, Almendralejo); y Los amantes de Teruel (capilla anexa a la iglesia de San Pedro,
Teruel).
Entre los numerosos premios y distinciones recibidos
sobresalen: el premio Aníbal Pérez,
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1932). primera medalla en
la Exposición Nacional de Bellas Artes (1957), subdirector del Museo
Arqueológico de Mérida (1936), director de la Escuela de Artes y Oficios de
Sevilla, medalla de oro al mérito en las Bellas Artes, Gran Cruz de Isabel la
Católica, Hijo predilecto de Mérida, Medallas de Oro de Badajoz y Mérida,
miembro honorífico de la Real Academia Rusa (1970), académico de número de la
Real de Bellas Artes de San Fernando (1979), presidente del Círculo de Bellas
Artes de Madrid (1979), miembro de número de la Real Academia de Extremadura
(1981), de la Hispanic Society of America
de Nueva York, de la Junta de Mejora y Ornato de Bogotá, del Instituto de
Cultura Hispánica de Venezuela, de la Real Academia de Bellas Artes de Santa
Isabel de Hungría de Sevilla y de la Real de Bellas Artes y Ciencias Históricas
de Toledo. [7] En
Extremadura puede verse su obra en su ciudad natal: A los emeritenses muertos en la guerra y el Homenaje a los arqueólogos, en la Puerta de la Villa, entre otras,
En Badajoz, el monumento a Covarsí y
al Héroe caído. así como la fuente El Genio de Extremadura y la alegórica La ciudad y el río, el Monumento a los Extremeños Universales y la dedicada al
fundador de la ciudad, Ibn Marwan.
En Cáceres, la talla de la parroquia de San Pedro de Alcántara y, en el Parque
del Rodeo, Las ninfas del delfin,
delante de la cascada del lago.[8]
El Ayuntamiento de Mérida cuenta con 31 nuevas esculturas
del escultor, que conformarán la exposición permanente del Museo de la Ciudad,
y otras 18 que nunca estuvieron en Mérida. Las obras donadas abarcan toda la
vida creativa del artista, desde 1951 hasta 2005. El Museo de Mérida, de
titularidad municipal, se encuentra en el popular edificio del Posturero, un
espacio que anteriormente acogió el Museo de Geología.[9]
Tras su muerte, a los 94 años de edad, fue inhumado en el
panteón familiar de Mérida.
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[1]
Vid.: Calero, Joel: La verdadera historia del socialista Juan de
Ávalos: el escultor del Valle de los Caídos, en El Cierre Digital, de 03/09/2018.
[2]
Ob. cit.
[3]
Vid.: Robles Blanco, Feliciano: 40
intelectuales extremeños ilustres (inédito) y Wikipedia.
[4]
Vi.: ob. cit. de Joel Calero.
[5]
Vid.: Biografías y vidas. La
Enciclopedia biográfica en línea, en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/avalos.htm.
[6]
Vid.: La verdad del Valle de los Caídos, según uno de sus escultores, en La
Gaceta, de 25/06/2018.
[8]
Vid.: Escultura y arte en Cáceres:
Fuente de las ninfas del delfin, en http://esculturayarte.com/024232/Fuente-de-las-Ninfas-del-Delfin-02-en-Caceres.html#.XAI9O8vQbX4.
[9]
Vid.: Morcillo, M. Ángeles: La Fundación Juan de Ávalos dona más de
treinta esculturas al Ayuntamiento (Diario Hoy de 01/07/2014) y
turismoextremadura.com, en http://turismoextremadura.com/viajar/turismo/es/explora/Museo-de-Merida_1924203554/.
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