sábado, 23 de febrero de 2019

EL LINAJE EMERITENSE DE LOS VERA (I)



            Hasta dieciséis varones naturales de Mérida con apellido Vera recoge Nicolás Díaz y Pérez (Badajoz, 1841; Madrid, 1902), en su Diccionario de autores, artistas y extremeños ilustres, que tardó cuatro años en escribir (1884-1888). [1] Recogemos aquí unos breves apuntes de cada uno de ellos para un mayor conocimiento de la historia de la capital de Extremadura entre los siglos XV y XIX.
 
              Diego de Vera (Mérida, mediados del siglo XV). Ingresó en la milicia y fue caballero de la Orden de Santiago y comendador de Calzadilla. En las guerras contra Italia y Francia y contra los moros, en especial las sostenidas en el reino de Granada, a las que ya iba de general, mostró su valor. Por sus servicios, los Reyes Católicos le concedieron elevados honores. Retirado en su ciudad, fundó una capilla en la parroquia de Santa Eulalia, dotándola de mandas y beneficios para su alma y las de sus herederos. Todavía se lee en los muros de dicha capilla la siguiente inscripción: "Esta capilla de Nuestra Señora de los Remedios fundó el muy ilustre caballero D. Diego de Vera, capitán general, y trece de la Orden de Santiago, comendador de Calzadilla, a quien los Reyes Católicos D. Fernando y Doña Isabel, hicieron por sus muchos y señalados servicios de que él y sus sucesores en su casa puedan hacer treinta escusados (los ingresos procedentes de las Tres Gracias cada año perpetuamente --bula de Cruzada, subsidio y escusado--, concedidas por la Santa Sede a la Corona española para su utilización en la defensa de la fe católica) cada año perpetuamente. Reedificóla su séptimo nieto D. Vizente Xavier de Vera, conde la Roca y de el Sacro Imperio, mayordomo de semana de la reina nuestra señora. Año de 1742."  En 1530 era un afamado general y su nombre figuró como alcalde de la fortaleza de Mérida en años anteriores.
            Francisco de Vera, diplomático, nacido en Mérida en los primeros años del siglo XVII. Abogado, sirvió en el Consejo de S. M., pasando después a la embajada de Venecia. A su regreso escribió una obra que se conserva manuscrita en la Biblioteca Nacional con el siguiente título: Relación del embajador Francisco de Vera, al Rey Católico, sobre la República de Venecia.
            Vicente Xavier de Vera, caballero linajudo y palaciego de la corte de Fernando VI, nacido en Mérida a principios del siglo XVIII. Gentilhombre del rey, mayordomo de la reina y del Consejo de S. M. Perteneció a la Orden de Santiago y, a la muerte de su padre, heredó los títulos de conde de la Roca y del Sacro Imperio. En 1742 reedificó la capilla que su séptimo abuelo, el general Diego de Vera, había construido en la parroquia  de Santa Eulalia, en Mérida.
            Juan de la Vera y Campos, militar, nacido en Mérida el 14 de agosto de 1779. Estudió en el Seminario de Nobles. Sirvió en el arma de caballería y después ingresó en el cuerpo de ingenieros, en el que llegó al empleo de director-subinspector del arma en Extremadura. Participó en la campaña de Portugal en 1801. En 1807 fue destinado al ejército del Norte, al mando del marqués de la Romana, y el 30 de julio del mismo año fue nombrado segundo ayudante general del estado mayor del cuerpo expedicionario. De regreso a España, participó en la Guerra de la Independencia y en mayo de 1815 fue nombrado ayudante general del estado mayor del ejército de observación de los Pirineos occidentales. Llegó al empleo de director-subinspector.  Falleció en Madrid, donde se hallaba accidentalmente, el 15 de marzo de 1854. Fue caballero de la Orden de Alcántara y Gran Cruz de Isabel la Católica.
            Juan de la Vera y Campos, militar, nació en Mérida en 1786, hijo de D. Alfonso de la Vera y Pantoja. Cursó estudios de Ciencias Exactas e ingresó en el cuerpo facultativo de ingenieros militares, en el que llegó al empleo de brigadier. Fue caballero de la Orden de Alcántara, Gran Cruz de Isabel la Católica, Cruz y Placa de San Hermenegildo, y otras por acciones de guerra. Formó parte como segundo ayudante general del estado mayor del cuerpo expedicionario que fue al Norte a la órdenes del marqués de la Romana, por lo que fue condecorado con la Cruz del Norte. Fue gobernador militar de Badajoz y jefe del Parque de aquella plaza. En colaboración con D. Bartolomé Venegas escribió y publicó en 1813 una obra denominada Memoria sobre la plaza de Ceuta. Falleció a muy avanzada edad en su ciudad natal.
            Manuel de la Vera y Campos, distinguido militar, hermano del anterior, nacido en Mérida a finales del XVIII. Como su padre y hermano, se dedicó a la milicia, prestando servicios a la patria en los cuerpos de infantería, realizando la campaña de la Guerra de la Independencia en Cataluña, Extremadura y Andalucía. Logró la Cruz de San Fernando y las encomiendas de Carlos III y de Isabel la Católica. Era caballero de la Orden de Alcántara y se retiró a Mérida con el empleo de coronel, primer comandante de infantería. Falleció el 25 de agosto de 1860 en Mérida.
            Fernando de Vera y Mendoza, hijo del conde de la Roca, nació en Mérida en 1604. Estudió en Salamanca y Sevilla y mostró aficiones a las letras desde su más tierna infancia. Andrés de Claramante y Corroy, en su obra Letanía moral, dice de él, reseñando a los varones célebres de su tiempo, lo siguiente: "Don Fernando de Vera, ilustradísimo caballero y doctísimo ingenio de Mérida." Escribió una obra en honor de la poesía titulada Panegírico por la poesía, impresa en Montilla en 1627, sin nombre de autor, que compuso a los 17 años. Luis Josef Velázquez, marqués de Valdeflores, da noticia de esta obra en su Ms. Observaciones sobre las antigüedades de Extremadura de León, conservada en la Academia de la Historia (tomo XXXV de la colección de Valdeflores). Vio el marqués el Panegírico en la librería del conde la Roca y dice de él: "Está de mano de su mismo autor, y en una nota que le precede se advierte que la escribió de edad de 16 años y que se imprimió sin nombre del autor, dedicándola al conde de Olivares. Este pequeño libro merece leerse por la mucha noticia de poetas españoles de todos los tiempos, y es muy importante para la historia de la poesía castellana, y prueba lo mucho que este caballero había leído a una edad tan corta de 16 años." Lo cita también Nicolás Antonio, quien asegura que, en el prólogo, acabó de escribir su obra a los 17 años; es decir, que está terminada en 1621. El erudito bibliógrafo D. Cayetano Alberto de la Barrera y Leiva, en su obra Catálogo bibliográfico del teatro antiguo español (Madrid, 1860), dedica un bien razonado artículo a examinar quién fue el verdadero autor de este interesantísimo libro, atribuido también al conde de la Roca, D. Juan Antonio de Vera y Zúñiga. Aunque varios autores se han disputado este panegírico, el autor se muestra de acuerdo con Claramonte y Corroy y Nicolás Antonio en que lo escribió D. Fernando de Vera, como lo confirma también el erudito La Barrera y Leirado, cuando en su concepto el autor debió ser persona unida por vínculos de parentesco al duque de la Roca, toda vez que el libro ostenta en la portada un águila, de cuyo pico sale una cinta con el lema Viritas vincit, aunque cree equivocadamente que era de la rama de ese apellido, trasplantado ya a Andalucía. No opone razonamiento formal en estas indicaciones, ni trata de aducir citas ni otras autoridades para robustecer su opinión, porque está probado que los duques de la Roca son emeritenses y que el autor del Panegírico para la poesía no fue otro que D. Fernando de Vera y Mendoza. (Continuará).
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[1] Vid.: Díaz y Pérez, Nicolás: Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de autores, artistas y extremeños ilustres. Prólogo de Francisco Cañamaque  y con noticias del autor por Fernando de Gabriel y Ruiz de Apodaca ( dos volúmenes). Madrid, Pérez y Boix Editores, 1884. Dehesa. Repositorio institucional Universidad de Extremadura.

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