Concluimos hoy nuestro artículo anterior sobre el linaje emeritense de los Vera con los restantes recogidos por Nicolás Díaz y Pérez en su citado Diccionario de autores, artistas y extremeños ilustres.
Alonso María de la
Vera y Pantoja (Mérida, 1764). Ingresó en la milicia como teniente del
regimiento provincial de Trujillo, de la que se retiró para llevar los
intereses de la familia. Fue regidor perpetuo de Mérida. Hizo considerables
donativos con motivo de la Guerra de la Independencia, entre ellos el de
suministro de alimentos y medicinas a los enfermos que dejaron en el hospital
de San de Dios las tropas que pasaban por la ciudad en dirección a la batalla
de Talavera de la Reina. En 1809 fue gobernador y presidente de la Junta de
Salvación y Defensa de Mérida y, a su instancia, se restableció el batallón de
voluntarios por decreto de la regencia del Reino. Fue elegido diputado por Extremadura
para las Cortes generales y extraordinarias de Cádiz. Caballero de la Orden de
Alcántara, falleció en Mérida, dejando por heredero de sus cuantiosos bienes a
su hijo D. Fernando.
Fernando de la
Vera y Pantoja, caballero linajudo, nacido en Mérida en 1798, hijo de
Alonso María y primogénito de la noble Casa de los Vera. Fue alcalde mayor de
Mérida, regidor de su ayuntamiento y persona influyente en su época. Falleció
en Mérida con el hábito de Santiago y dejando un solo hijo, Fernando.
Fernando de la
Vera y Pantoja, distinguido militar de la ilustre familia que lleva su
apellido. Nació en Mérida en 1751. Estudió Filosofía y Humanidades en el
Seminario de San Atón. Dejó los estudios por la milicia. Su carrera militar la
inició como teniente del Regimiento de Extremadura en 1766. En 1778 fue
destinado al colegio de cadetes de Ocaña, donde permaneció dos años explicando
matemáticas. Destinado al regimiento de granaderos, acampó en 1782 bajo los muros de Gibraltar y estuvo a bordo
de la batería flotante de Santa Ana, mandando en ella dos cañones en el ataque
de la plaza en septiembre del citado año, por cuyo servicio fue ascendido a
teniente coronel. En 1793 sirvió en el cuerpo de carabineros reales en el
ejército de operaciones que se formó en Cataluña. El 18 de diciembre de este
año tomó al enemigo seis cañones al frente de una columna de caballería que no
llegaba a 280 hombres. Permaneció en operaciones hasta marzo de 1795, en que
fue nombrado ayo (encargado en la casa real de la educación inicial y custodia
de los niños y jóvenes) y ascendido el mismo año a mariscal de campo, en recompensa
de sus muchos méritos de guerra. En los primeros años del XIX fue gobernador
militar de Madrid y su amigo Godoy le honró con varias encomiendas y grandes
cruces. Falleció en Madrid en vísperas de la Guerra de la Independencia. Fue
hermano de D. Alonso, diputado en las Cortes de Cádiz.
Fernando de la
Vera y Saavedra (Mérida, 1531). Fue el primer poseedor del mayorazgo que
para la Casa de la Vera fundó su abuelo D. Fernando de la Vera, alcalde la
fortaleza de Mérida, en cabeza de su nieto. Casó con doña Inés Arias del Pilar
y Moscoso, biznieta de doña María de Vera, hija del capitán general y trece de
Santiago, D. Diego de Vera, por donde entroncó el apellido de la Vera con el de Vera,
cuya representación tenía en Mérida la ilustre casa del conde (después duque de
la Roca). Sirvió a los reyes Felipe II y Felipe III en los empleos de capitán
hasta maestre de campo en las guerras de Flandes, Francia y Portugal. Por sus
muchos y señalados hechos de guerra, el rey le hizo merced de castellano del
castillo de Babliet, en Bretaña. Felipe III le hizo gentilhombre en 1612.
Falleció en Alburquerque en 1618.
José de Vera
Valencia y Salazar (Mérida, 1720), ilustre general, hijo de D. Manuel de
Vera Valencia y Ocampo y doña Teresa Salazar y Satín. Sirvió como cadete de
guardias reales en 1734 y ascendió a capitán en el regimiento mandado por el
duque de Osuna, Hizo la campaña de Portugal y participó en la guerra contra
Inglaterra, obteniendo el empleo de brigadier por la primera y el de mariscal
de campo y la Gran Cruz de Carlos III por la segunda. Falleció el 2 de febrero
de 1794.
Fernando de la
Vera y Velasco (Mérida, 1816),
caballero muy principal de la ciudad de Mérida, hijo de D. Fernando de la Vera
y Pantoja. Estudió Derecho en Sevilla; fue caballero maestrante de la de Ronda
y heredó los mayorazgos de sus mayores. Desempeñó el cargo de regidor y alcalde
de Mérida.
Juan de la Vera y
Vargas, personaje político del siglo XVI, afamado militar y literato.
Nacido en Mérida, ciudad en la que tienen su casa solariega los de su linaje,
sirvió a Felipe II en la guerra contra Portugal. En el curioso libro Flores de poetas ilustres, de Pedro de
Espinosa (Valladolid, Luis Sánchez, 1605) aparece un poema de Vera y Vargas, que
dice, entre otros versos: "Mi señora, asi yo viva,/que esta carta que se
aguarda/ según lo mucho que tarda/no debe ser de missua./ Si es carta de pago,
ha sido/ muy mal pagado mi amor,/ y si es carta de favor/ otro es el
favorescido."
Juan Antonio Vera
Zúñiga y Figueroa, conde la Roca, diplomático, militar y escritor, nació en
Mérida a finales del siglo XVI. En su juventud estuvo en Italia de embajador en
Venecia y después en Milán, donde escribió su mejores obras: Discurso sobre la batalla de Norlinga (1634),
La vittoria de Norlinga, conseguita á 6 de settembre de 1634 (Milano, 1638),
Cartas del conde la Roca á la embajada de
Saboya, de 1630 a 1633, Epítome á la
vida y hechos del emperador Carlos V (Madrid, 1622; Madrid, 1654; Milán,
1645; Madrid, 1649; París, 1662; Bruselas, 1667). Fernando ó Sevilla restaurada, poema heroico (Milán, 1632); El rey D. Pedro defendido, ofrecido á la
majestad del rey D. Felipe IV (Madrid, 1648); Fragmentos históricos de la vida de don Gaspar de Guzmán, conde de
Olivares (Semana de Valladares, tomo II, pág. 147 y siguientes); Resultas de la vida de D. Fernando
Álvarez de Toledo, tercer duque de Alba, dedicada á la nobleza española
(Milán, 1634); Historia de Santa Isabel,
reina de Portugal (¿Milán, 1640?); El
embajador (Sevilla, 1620). Sus escritos se traducían y publicaban a la vez
en Italia, Francia y Bélgica. Por los servicios prestados a su patria con la
espada y la pluma, Felipe IV le concedió la merced del título del reino, con la
denominación de conde de la Roca. Calos IV elevó en 1703 a ducado, con grandeza
de primera clase, el condado de la Roca. Perteneció a la Orden de Santiago, fue
conde la Roca desde 1628; embajador en Roma, Saboya, Milán y Venecia, conde la
Barra, de los Consejos de Guerra, India y Hacienda; tercer alférez mayor de
Mérida; alcalde perpetuo de los castillos, fortaleza, alcáceres y puertas de la
ciudad de Badajoz; señor de las villas de Torre mayor, Siruela, San Lorenzo, Don
Tello, Enguidamos y La Pesquera.
Vicente María de la Vera y Ladrón de Guevara, conde del Santo Imperio, nacido en Mérida en 1729, hijo del conde D. Vicente Xavier de Vera y octavo nieto del general D. Diego de Vera. Fue un valiente militar, brigadier de los reales ejércitos, coronel del Regimiento de Infantería de Extremadura, académico de número de las Reales Academias de la Historia y la Española, consiliario de la de San Fernando, honorario de la de Buenas Letras de Sevilla, conde la Roca, señor de las villas de Boton y Cubillos y de otras más que poseyó el señor conde; caballero de la Orden de Santiago, Carlos III le hizo grande de España de segunda clase en 1771.
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