lunes, 23 de marzo de 2020

FELIPE CORCHERO JIMÉNEZ, EL INDUSTRIAL DEL TOMATE Y PRÓCER DE MÉRIDA



De Felipe Corchero Jiménez (Mérida, 1909-1981) se ha dicho que fue, junto a José Fernández López (Sarriá, Lugo, 1904; Madrid, 1986) uno de los dos grandes empresarios extremeños. En una solicitud dirigida al alcalde de la ciudad para que se le diera su nombre a la calle conocida como Vía Ensanche (la Avenida Felipe Corchero actual que le dio el Ayuntamiento es la que discurre por la margen derecha del río Albarregas, entre el parque y unos edificios allí construidos, en una zona ocupada por un pequeño polígono industrial), el cronista oficial de Mérida José María Álvarez Martínez decía de él que "fue un cualificado industrial hecho a sí mismo, que supo aprovechar las ocasiones que le brindaba el periodo difícil y oscuro de la posguerra para crear un grupo de empresas que trascendieron los límites locales y regionales y se situaron entre las más importantes del contexto industrial hispano de entonces". [1] El exdirector del Museo Nacional de Arte Romano y cronista de la ciudad relacionaba, además, los méritos que concurrían en su persona para que se le diera su nombre a una calle: la promoción de personas e instituciones que se beneficiaron con sus aportaciones para hacer posible la formación y promoción social de las primeras y el buen funcionamiento de las segundas; las becas a seminaristas y emeritenses que seguían estudios mercantiles o de ingeniería; su labor en favor de la vida religiosa de la ciudad; la labor social, plasmada en ayuda a los necesitados, bien directamente o a través de las organizaciones caritativas de las iglesias, como Cruz Roja de Mérida, de la que fue presidente; su entrega a la vida cultural de la ciudad. "Dos de las entidades en las que la acción de Felipe Corchero, según el cronista, tuvo más importancia, fueron la Biblioteca Pública Municipal y el Museo Arqueológico, además de las cantidades que concedió para la adquisición de libros y enseres para la primera y la acción de Corchero a la hora de la adquisición de piezas para la colección estable del Museo, para su biblioteca, reformas..." Añade también su obra para difundir la cultura francesa en Extremadura, principalmente en Mérida, con la fundación de la Alianza Francesa, en la que se formaron numerosos emeritenses en la lengua de Molière, y que le valió el reconocimiento del título de Caballero de las Palmas Académicas y el nombramiento de Agente Consular de Francia en Mérida. Finalmente, la solicitud del cronista concluía diciendo que "Corchero fue "un propulsor de la justicia social  y benefactor de los humildes".
 
          Sin duda alguna, Felipe Corchero, importante industrial y mecenas emeritense, casado con Juana Rivera Riola, pasó a la historia por ser el pionero del concentrado de tomate en España, en su fábrica de conservas vegetales de Montijo, en las Vegas Bajas del Guadiana y en la regadíos del Plan Badajoz. De una buena tienda de ultramarinos en Mérida, pasó a tener  Carnes y Conservas Españolas, S. A. (CARCESA, con fábricas en la actual capital regional, Don Benito y Montijo). En los años 50 del pasado siglo, Montijo amanece con un importante avance en el sector secundario con las modernas instalaciones de Industrias Vegetales y Conservas, S. A. (INVECOSA, la fábrica dedicada a la conservación del pimiento, promovida por Corchero). La Sociedad Corchero y Cía, S. L. presentaba en el año 1951 el proyecto de lo que iba a ser la fábrica conocida como "fábrica del pimentón". Fue uno de los licitadores al que se le adjudicaron en pública subasta 63.993,07 metros cuadrados. En el BOE de 27 de junio de 1953, la Dirección General del Ministerio de Industria autorizaba al industrial Corchero la instalación en Montijo de una fábrica de conservas vegetales. En esa fecha se habían edificado ya más de 3.000 metros cuadrados, estando en funcionamiento un equipo de siete hornos para el asado del pimiento. En aquellos años, Corchero transformó el pimentón en una industria de conservas vegetales abriendo la puerta del trabajo a la mujer. La maquinaria del régimen integró la fábrica en el Instituto Nacional de Industria (INI), naciendo así INVECOSA, cuyo consejo de administración presidió el militar Manuel Gutiérrez Mellado, que durante el ejercicio de su cargo logró el empleo de general de División. Los empleados le ofrecieron una cena-homenaje y le regalaron el fajín de tan alta graduación. Posteriormente llegó la fusión con  Industrias Frigoríficas Extremeñas (IFESA) y el nacimiento de CARCESA en 1972. El número de trabajadores fijos durante todo el año oscilaba entre 70 a 90, aumentando durante la campaña (de julio a diciembre) a 175 hombres y 450 mujeres. La fábrica era un ejemplo o modelo en el empleo de mano de obra femenina, aunque sus funciones quedaron relegadas a trabajar en la cinta en la que se seleccionaban tomates y pimientos y en sus sueldos, menores a los del personal masculino. De ahí viene el dicho: "La niñas del pimentón, descalzacitas y sin sandalias, esperando que Corchero les pague la extraordinaria." En el marco del Plan Badajoz, fue autorizada la ampliación y modernización de sus instalaciones; pero las dificultades financieras encontradas por la firma le llevaron a solicitar al INI su colaboración técnica y económica. Vinculada  al Plan Badajoz y al Plan Frigorífico Nacional, se trataba de aplicar a las modernas técnicas de industrialización de los productos agrícolas la tecnología derivada de la aplicación del frío industrial. La participación del INI en el proyecto de Corchero se ve alentada por la buena trayectoria de la empresa que, en 1960, tenía una capacidad productiva en fresco de 8.000 Tms. de pimiento y 10.000 de tomates. [2] 
 
           En 1957, "Maino" escribía en una revista que "la fábrica de Conservas Vegetales de Montijo ha transformado la situación de la mujer. Hoy, decía, la mujer montijana necesitada ha encontrado el trabajo que la dignifica y la eleva a un nivel humano de sus actos y libre económicamente, a la vez que se ha educado y se ha especializado, lo que significa una ilustración suave y sin estridencia", gracias "a la obra modelo del señor Corchero. [3] 
 
          El 4 de noviembre de 1960, cuando Juan Carlos de Borbón llegó a Mérida para conocer el Plan Badajoz, ni siquiera era el sucesor del Jefe del Estado. Recorrió Mérida, Montijo y pedanías, como Guadiana del Caudillo y Valdelacalzada. Comió en la finca La Orden y se despidió en Badajoz. [4] También visitó en Montijo la fábrica del industrial emeritense Felipe Corchero, acompañado por el gobernador civil de Badajoz, Federico Gerona de la Figuera, donde departió con el industrial y su esposa, Juana Rivera Riola.
 
           Del 5 al 19 de octubre de 2018 tuvo lugar en la Sala Centinela, del Teatro Nuevo Calderón de Montijo, una exposición titulada "Cuando el tomate era un cultivo social: de Corchero a Invecosa", en la que se mostraron más de sesenta fotografías inéditas que recogen la actividad industrial y social de las factorías de Corchero. La muestra agrupaba la evolución de la fábrica, instalaciones, producción, visitas de personalidades, fiestas del tomate y de los Reyes, celebración del Día del Trabajo, construcción de viviendas, participación en la Feria de Muestras Iberoamericana de Sevilla y equipo de fútbol. [5] 
 
           Por otro lado, la participación del INI en el proyecto de Corchero se debió, en primer lugar, a "razones de orden nacional, según las cuales debía evitarse la diseminación de la producción en pequeñas unidades de fabricación, que trabajaban con reducidos rendimientos y elevados costos, lo que hacía prácticamente prohibitiva la concurrencia a los mercados internacionales de su producción, por lo que resultaba conveniente estimular y fomentar el proyecto de Corchero de establecer una gran fábrica dotada con la tecnología más moderna. Ello encuadraba, además, en la necesidad de reestructuración que tenía el sector nacional de las conservas vegetales de acuerdo con la competencia internacional. La aspiración del sector a producir no solo para abastecer al país, sino también para incrementar las exportaciones, exigía asegurar unas condiciones de producción ventajosas para las empresas españolas. En cuanto a las razones de orden regional, se partía de la consideración de la producción agrícola, junto con la ganadera, como el capítulo más importante de la economía extremeña, lo que aconsejaba la ampliación de esta factoría, cuya capacidad de producción había quedado ampliamente superada por la abundancia de materias primas disponibles". [6]

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[1] Vid.: Álvarez Martínez, José María: Solicitud al Ilmo. Sr. Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Mérida, de 03/06/2002.
 
[2] Vid.: Cuerpo Rocha, Manuel: Retazos bibliográficos de personajes de Montijo, de 10/02/2016.
 
[3] Vid: "Maino": obras son amores. Una visita a la fábrica del señor Corchero, en Revista de Feria y Fiestas de Montijo, septiembre de 1958, págs. 39-41.
 
[4] Vid.: Valdecalzada ayer. Visita del Príncipe Juan Carlos. Valdecalzada en 1960, en el blog https://valdelacalzadaayer.wordpress.com/2017/11/23/1561/.
 
[5] Vid.: Crónicas de un pueblo.com: Cuando el tomate era un cultivo social. De Felipe Corchero a INVECOSA, de 09/10/2018.
 
[6] Vid.: Barciela López, Carlos; López Ortiz, María Inmaculada y Melgarejo Moreno, Joaquín: Revista de Historia Industrial, núm. 14, 1988, págs. 151-152.


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