“Un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza”, ha advertido el Jefe del Estado, “porque la división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece.” Frente a la división, el Rey ha apelado al espíritu constitucional en el que los españoles deben seguir encontrando la unión “que nos asegura estabilidad, cohesión y progreso”.
En tiempos convulsos por los enfrentamientos partidistas, Su Majestad llama a una convivencia “que requiere en nuestra vida colectiva el reconocimiento en plenitud de nuestras libertades, junto al respeto y la consideración a las personas, a sus convicciones y a su dignidad; que necesita guiarse por la razón” y que “demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir”. En este sentido, el monarca nos convoca a todos los españoles a “fortalecer nuestras instituciones”, que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos. Asimismo, ha subrayado que las instituciones deben responder al interés general y ejercitar sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y las leyes y ser un ejemplo de integridad y rectitud, “un propósito diario en el que las instituciones debemos estar siempre comprometidas” y ha invitado, por ello, a realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para la convivencia y las instituciones.
No ha olvidado el monarca nuestro compromiso con Europa; “que representó y representa para España la libertad, que contribuyó a consolidar nuestra democracia, a potenciar nuestro crecimiento económico y nuestro desarrollo social”. Recordó que Europa es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y, por ello “nos ofrece certeza y seguridad”.
En tiempos de incertidumbre, el carácter de los españoles, la personalidad y el espíritu que mueve a su sociedad, son razones para mirar al futuro con esperanza, recuerda el Jefe del Estado, e invita a cuidar nuestra democracia, proteger la convivencia y fortalecer nuestras instituciones.
El Rey recordó al inicio de su discurso, al referirse al año que concluye, “complicado y difícil”, la guerra de Ucrania, “que ha causado un nivel de destrucción y ruina difíciles de imaginar en nuestra realidad cotidiana” y al profundo impacto que ha producido sobre la economía, la crisis energética y en las economías familiares.
Finalmente, el Jefe del Estado ha recordado a los españoles que, en tiempos difíciles, “necesitamos el mayor compromiso de todos con nuestra democracia y Europa, las dos columnas vertebrales sobre los que se asientan nuestro presente y nuestro futuro”.
El estado de la nación ha sido definido por el Rey con pocas palabras y sus remedios, con menos: la Constitución y las leyes; la integración frente a la exclusión. Los que tengan oídos para oír, han oído. Quienes buscan la división, hablarán hoy de otra cosa, que no es la del común sentir de la mayoría de los españoles: vivir en paz en la España responsable, creativa, vital y solidaria, según palabras de nuestro monarca.
Ese es su papel constitucional y el nuestro nos lo ha recordado: cuidar de nuestra democracia, proteger la convivencia y fortalecer las instituciones.
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