lunes, 26 de agosto de 2024

CAÑAMERO, PERFIL DE UN PERIODISTA


Juan Manuel Cañamero González (Mérida, 22/09/1968; Badajoz, 25/09, 2024), periodista, escritor, editor de periódicos y director de Diario de Mérida y Diario de Plasencia, falleció ayer domingo en el Hospital Universitario de Badajoz, a los 56 años de edad, víctima de una larga enfermedad, según ha informado hoy su familia. Sus restos mortales fueron incinerados hoy en el crematorio de Badajoz “Nuestra Señora de la Salud” del cementerio nuevo de la ciudad.

    Juan Manuel Cañamero González asumió desde temprana edad una condición de periodista sin serlo --porque el hábito no hace al monje--, sino una profesionalidad de un oficio liberal, en el que la vocación, la ética y los principios que la encarnan están por encima de títulos y carnés que no hacen ni al periodista ni al escritor, por mucho que se empeñen en afirmar lo contrario quienes, aun siéndolos, continúan pensando que el ser periodista, como el oficio de escritor, tiene un horario funcionarial, que solo consiste en acudir a ruedas de prensa y actos mil y poner el micrófono para limitarse a transcribir lo que los convocantes le manifestaren, y descansar el fin de semana. Véanse en el espejo de determinados políticos... A pesar de sus errores que, como todo profesional hubiere cometido, Cañamero hizo honor a una profesión sin horarios, con la verdad por delante y con la investigación por bandera. No hubiere en mis largos años en el periódico decano de la región más que otro como él, Isidoro Campos,  --quizá los únicos de la región-- que ejercieren un periodismo de investigación como nunca antes se hubiere realizado en Extremadura.

    Caña, como era conocido cariñosamente, inició su carrera profesional en 1985. Radiocadena Española (RCE), Radio Nacional de España (RNE), la SER (Sociedad Española de Radiodifusión), conocieron sus comentarios y críticas siempre conectadas con la realidad al minuto. En El Periódico Extremadura, comenzó su andadura como redactor de Deportes (1985), además de colaborar en RNE, RCE, Radio Guadiana, Agencia Efe y Diario As, y más tarde (1989) es nombrado responsable de la sección de Local en la delegación en Mérida. Como redactor de Local supo adaptarse al cambio de rol como solo lo hacen los profesionales. El director del periódico en esa época, el malogrado Francisco Pérez de Torres, pensó en él para reforzar la delegación del periódico en Plasencia, en 1991. En la capital del Jerte se distinguió como el periodista de raza que fuere. Sus informaciones no dejaban a nadie indiferentes y elevó el diario a las cotas más altas que conociere. Recibí llamadas de dos alcaldes ---José Luis Díaz y el fallecido Cándido Cabrera (alcalde de 1989 a 1995), en cuyo funeral coincidimos el 21 de enero de 2015--, que, durante veinte minutos, me retuvieron en horas inoportunas para protestar por las informaciones de Cañamero; pero no le dieron réplica, porque no había lugar a ella.

  En Plasencia, publicó dos libros fundamentales para conocer la historia de la transición placentina y la vida política de la ciudad desde las primeras elecciones democráticas hasta el final del mandato del último alcalde citado en 1995:  "Bastón de mando: de la caída de Mariño a la estatua de Cabrera" (Plasencia Diseño Gráfico, S.L, 1995), con prólogo de Gonzalo Sánchez Rodrigo. Ya en aquel acto de presentación se dignó llamarme "maestro" (véase El Periódico Extremadura de 14/03/1995, pág. 48), y "Cándido, perfil humano y político de un alcalde de Plasencia" (Plasencia Diseño Gráfico, SL, 1996), con mi prefacio "Olvido y perdón", publicado en El Periódico Extremadura el 29 abril de 1995, y prólogo de José Luis Mariño, que fue presentado en el Ateneo de la ciudad el 4 de enero de 1996.  Con los dos tuvo las suyas y con ambos terminó como amigo. También yo las hubiere con él cuando, como superior suyo que fuere, se despendolaba en ocasiones más allá de los debidos cánones que hubiere de guardar.

    Antes, su reconocida vocación periodística le llevó a fundar con 14 años su primer periódico, "Panorama escolar", en el colegio católico "Santo Ángel" de Mérida. En 1985 fue nombrado redactor jefe de Deportes de Radio Mérida Centro. En 1988 funda su segundo periódico, "El Deportivo Local de Mérida". En 1997 se le invito a trasladarse a la Redacción central en Cáceres. En 1988, el director, José Higuero Manzano, le nombra cónsul de El Periódico Extremadura en Barcelona, en la redacción de la cabecera madre del Grupo Zeta, El Periódico de Catalunya. En 1999 se traslada a Ceuta, donde es asesor del presidente de la Ciudad Autónoma, Jesús Cayetano Fortes Ramos (PP). En 2004 es nombrado director en funciones y director editorial del periódico "El Pueblo de Ceuta". En 2006 es asesor editorial de "El Faro de Ceuta" y en 2009 se jubila por enfermedad.

    Escribió diez libros (nueve ensayos políticos y uno de cocina típica ceutí). Era diplomado en Hostelería por la Junta de Extremadura, socio de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) y de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos). En 1992 fundó la Asociación de Periodistas, Corresponsales y Colaboradores de España (ASEPCO): era socio de la Peña Madridista "Emérita Augusta" de Mérida. Colaboraba en Digitalextremadura (DEX), en la revista "Grada" como crítico gastronómico, méridaycomarca.com y  en el periódico mensual "Mérida comarca".

    Desde su incorporación a DEX el mes de octubre de 2014, Cañamero dio nítidas muestras de su buen quehacer periodístico como analista político en sus acertados análisis sobre la política regional. Su anterior recorrido profesional por la región --Mérida, Plasencia y Cáceres-- le dieron una visión global de la clase política actual, heredera de la que conociere en su época en El Periódico Extremadura, que profesó, libre de ataduras políticas, con la libertad total con la que un periodista debe ejercer su profesión: la crítica no por la crítica misma, sino como una actitud ética de compromiso con la sociedad a la que sirve, en la que sobran periodistas vendidos y comprados por el poder, como otros que se limitan a hacer faenas de aliño y miran para otra parte, o los políticos de pacotilla..., para no complicarse la vida y seguir viviendo a espaldas de una realidad, que, en modo alguno, es la que ellos pintan, y contra la que el cronista se rebela, denunciándola desde la perspectiva de los débiles que no tienen quien les defienda, frente a los poderosos, que sí tienen quienes les sirvan. El hecho de que uno de sus primeros artículos en este periódico, "La estafa de Podemos" (véase DEX, de 31 de octubre pasado) obtuviera 1.700 "me gusta", revela hasta qué punto el analista político remueve las conciencias de quienes, por encima de sus legítimas ideologías, tratan de imponerlas al contrario, que tan bien las hubiere como tales, a veces tan impropias como la visualización de un presunto cambio, como el que IU pretendió dar a su coalición abstencionista con el PP en 2011, con el cambio del nombre de las instituciones de la Comunidad, que no en los boletines oficiales. Desde luego, un periodista crítico como él no es capaz de firmar chorradas como estas de las que ha vuelto a ser testigo en su tierra.

    El 27/01/2022, Cañamero funda Diario de Mérida con un editorial titulado “¡Va por ustedes!”, en el que afirma que el diario venía a servir a una sociedad madura “que no siempre lo tiene fácil, pero con esfuerzo encara el día a día y está lista para asumir nuevos retos futuros”.  El 30/01/2023, tras cumplirse un año de su fundación, coincidente con la festividad de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas, ambos periódicos --. Diario de Mérida y Diario de Plasencia-- publican un editorial conjunto titulado “Un año después”, en el que, tras recordar el artículo 20 de la Constitución, que reconoce y protege los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción, así como reconocía que el periódico era posible gracias a un grupo heterogéneo y diverso de escritores, políticos y empresarios que contribuyen a elaborar estos periódicos digitales gracias a su oferta cultural distinta, que no admite otra dependencia que la libertad y el derecho constitucional.

    Era –fue—un pesado impertinente, pero un periodista pertinente, que nunca dio su brazo a torcer a fuerza de ser sincero, aunque le despidieren sin dar la cara quienes debieren, sin que nada consiguieren.

    Descanse en paz quien defendió siempre la verdad, como el buen periodista que fuere.



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