´Abd al-Raꜧḥmān Marwān b. Yūnus al-Ŷillӯqӯ (Mérida, Badajoz, primera mitad del siglo IX?-finales del siglo IX), más conocido como Ibn Marwān, fue un rebelde muladí (converso del cristianismo al islam) de la época de la fitna (periodo de inestabilidad y guerra civil durante el Califato de Córdoba entre los años 1009 y 1031). Su familia, de origen hispanogoda, procedía posiblemente del norte de Portugal y se instaló en Mérida bajo el emirato omeya, ocupando su padre el puesto de wali o gobernador de la ciudad bajo el emir abd-ar-Rahman II, hasta ser asesinado en el año 828 a manos de un grupo rebelde formado por rebeldes y muladíes.
Durante dos décadas, Ibn Marwān fue uno de los más rebeldes del Occidente andalusí, manteniendo tensas relaciones con los soberanos cordobeses, rechazando aceptar su autoridad y firme en su afán de ejercer y mantener el control de los territorios del sur de Extremadura.
Ibn Marwān encarna el sector social muladí de Mérida y alcanza las más altas cotas de poder en la ciudad favorecido por una clientela más o menos amplia por el gobierno de su padre o el éxito posterior de la sublevación marwaní.
Hacia mediados del siglo IX (año 868) tuvo lugar una sublevación muladí en Mérida, donde Ibn Marwān fue hecho prisionero y enviado como rehén a Córdoba. Allí permaneció alrededor de siete años, durante los cuales se ganó la confianza del emir, gracias a su discreción y otras habilidades, convirtiéndose en capitán de guardias reales. Este ascenso le aportó muchas satisfacciones, pero también enemigos, como el háyib Hashim ibn abd al-'Aziz. Ocurrió un incidente entre ambos delante del emir. El abuso de poder del háyib y la humillación que sufrió Ibn Marwān provocó que este decidiera abandonar Córdoba junto a unos fieles compañeros, estableciéndose en Alange, población cercana a Mérida.
El emir omeya era entonces Muhammad I, que envió un ejército hasta la zona para reducir al rebelde. Sitiaron el castillo durante tres meses hasta la capitulación de los insurrectos. Ibn Marwān pidió retirarse a vivir a la zona cercana de Batalius o Batalyaws (Badajoz) y eligió un enclave frente al cerro de la Muela, aunque el emir solo autorizó que se estableciera sobre el cerro. Su situación estratégica cumplía buenas condiciones de defensa natural, sumada a las fecundas tierras de la vega del río Guadiana, con tierras de labranza, ganadería y pesca. En este momento se sitúa el origen de la ciudad de Badajoz, ciudad cuya fundación le atribuyen las fuentes árabes.
Muy poco tiempo después de su primer asentamiento en Badajoz, Hasim emprendió camino de Badajoz al mando de un ejército con el objetivo de capturar a Ibn Marwān. Enterado este, se dirigió hacia la fortaleza de Albuquerque o Lamego, según distintas fuentes. En ayuda del emeritense acudió al señor de Évora, Sad'dun al-Surumbaqi, a un lugar conocido como Munt Salut, cuya situación se discute, aunque probablemente se sitúe al norte del Tajo portugués. Lo cierto es que se produjo un enfrentamiento entre los partidarios de Ibn Marwān y las tropas emirales, con la consecuencia de la captura de Hasim por parte de los rebeldes, quienes lo entregaron a Alfonso III de Asturias, que a su vez lo devolvió a Córdoba previo pago de una cuantiosa suma. Es entonces cuando Ibn Marwān adquiere fama como señor del occidente andalusí y se establece en el monte próximo a las ruinas romanas de Ammaia, que tomaría el nombre de Marvȃo.
Desde Marvȃo, Ibn Marwān, necesitado de gentes y pertrechos, lleva a cabo una serie de razias por todo el suroeste peninsular, desde el estuario del Trajo hasta la zona onubense y sevillana pasando por el Bajo Alentejo. Junto a Alfonso III, ataca Lusitania en su parte hoy extremeña (Nafza, Coria, Mérida). Se ignora si a causa del arrasamiento de su propia tierra o no, lo cierto es que Ibn Marwān rompe su alianza con el cristiano y vuelve a establecerse en Badajoz hacia el 883-884.
El nuevo emir –Abd Allah, hermano del anterior—reconocerá el señorío sobre Badajoz por parte de Ibn Marwān, que, sin embargo, poco pudo disfrutar de la paz, pues fallecería a finales del año 889 o principios de 890.
La ciudad que fundó le recuerda hoy con una estatua en el entorno de la alcazaba, a la salida de la puerta de Yelbes, o de Elvas.
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Bibliografía consultada: García
Sanjuán, Alejandro: Diccionario
biográfico español de la Real Academia de la Historia; Rebollo Bote, Juan: La ruta de Ibn Marwān, en Lusitaniae,
Guía de Historiadores, en El Trapezio;
y Simón, Elisa, Ibn Marwān “al –Yilliqí”,
fundador de Badajoz.
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