domingo, 15 de septiembre de 2024

LOS OTROS JUEGOS EN PARÍS


Comité Paralímpico Español

    Finalizados los Juegos Olímpicos de París, celebrados entre el 26 de julio y el 11 de agosto pasados, hemos presenciado los otros Juegos, los Paralímpicos, del 28 de agosto al 9 de septiembre, en la misma ciudad. Son los Juegos de los otros, personas discapacitadas, sí, pero deportistas de alta competición.

    Ludwig Guttmann (1899-1980), médico neurólogo y neurocirujano, es considerado el creador de los Juegos Paralímpicos. Alemán y judío, pudo salir de su país tras la Noche de los Cristales Rotos para tratar al dictador portugués Antonio Salazar. No volvió a Alemania y se quedó en Inglaterra, mientras se libraba la guerra contra Alemania.

    Tras pasar por Oxford, Guttmann recaló en el hospital de Stoke Mandeville, al noroeste de Londres, con el propósito de rehabilitar a los soldados y civiles heridos durante la contienda. Sus pacientes, en su mayoría parapléjicos, pasan el tiempo acostados y sedados. Tienen veinte años. No pueden volver a caminar. “Solo les resta aliviar su dolor hasta que se produzca su piadoso final”, escribe Roberto Riccardi en “Corazón de campeón”, sobre la historia del doctor.

    El Gobierno británico encarga a Guttmann la creación de una Unidad Espinal. Allí comienza a introducir el deporte con el objetivo de rehabilitar a los heridos en la guerra, como herramienta de recuperación física y psicológica. Pasado el tiempo, la rehabilitación da paso a la recreación y a la competición.  

    En 1944 crea el juego de polo en silla de ruedas para mejorar la evolución y condiciones médicas de los tetrapléjicos de su unidad. Saca a sus pacientes al jardín y dispone un equipo para jugar contra otro de no discapacitados, también en silla de ruedas, con un objetivo: ganar al contrario, la esencia del deporte en igualdad de condiciones. El 29 de julio de 1948, coincidiendo con la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres, el doctor Guttmann organiza la primera competición con otros hospitales de ámbito nacional para deportistas en sillas de ruedas, que bautiza como Juegos de Stoke Mandeville.

    El éxito de esos Juegos se extendió internacionalmente entre las federaciones nacionales que fueron surgiendo. España participa por primera vez en unos Juegos Paralímpicos, entonces llamados Juegos Internacionales de Stoke Mandeville de minusválidos, en los de Tel Aviv de 1968. Tras las Olimpiadas de Roma, en 1960, y Tokio, en 1964, donde los Juegos ya compartieron ciudad con los de verano, los de México 1968 no pudieron albergarlos y comenzó una larga travesía del desierto. Seúl, en 1968, supuso un hito importante en la historia del movimiento paralímpico y Barcelona 92 marcó un antes y después en los Juegos Paralímpicos como los conocemos hoy. En 2020 los Juegos se truncaron por el Covid, aplazándose los Juegos de Tokio a 2021. En la capital nipona se dieron cita más de 4.200 deportistas de 162 países.

    En los XVII Juegos Paralímpicos de París 2024 se dieron cita 4.440 atletas de 185 Comités Paralímpicos Nacionales, que participaron durante los once días de competición en veintidós deportes. España compitió en 16 de ellos.

    Teresa Perales, leyenda del paralimpismo español e internacional, con veinte medallas en natación en seis Juegos, aprendió a vestirse sola en los vestuarios. La sociabilización y la actividad física mejoraron su calidad de vida, como pensó Guttmann al introducir el deporte de élite para discapacitados, del simple juego en el hospital a la motivación de ganar al contrario.                                                                                                                                                                                                         

viernes, 13 de septiembre de 2024

ÁNGELA MURILLO, LA FIRMEZA DE UNA MAGISTRADA EXTREMEÑA


La magistrada extremeña de la Audiencia Nacional Ángela Murillo (Almendralejo, 13/09/1952) se ha jubilado a los 72 años, tras 33 años en la Audiencia Nacional. Murillo fue, además, la primera mujer en formar parte de la Sala de lo Penal, elegida por la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el 15/04/2008. Ingresó en la Audiencia Nacional quince años antes, en la que fue ponente de juicios como el `caso Nécora´, el clan de los Charlines o en las vistas contra la célula de Al Queda en España o la organización EKIN.

    Tras ganar las oposiciones a la Carrera Judicial, ejerció la judicatura en San Sebastián y Valencia. Fue inspectora delegada del Consejo General del Poder Judicial y, en 1977, magistrada en la Audiencia Nacional, sección de lo Penal y presidenta de la Sala.

    Trabajadora infatigable, ha pasado a la historia por aceptar las pruebas que se proponen para el juicio oral, como cuando contestó a la petición de un abogado de si podía dar agua a su defendido y le contestó: “Por mí como si bebe vino”, dando a entender con ello que la función del letrado en el juicio oral es luchar para lograr una sentencia de acuerdo con sus conclusiones. Fue la respuesta a la abogada de Otegi, en huelga de hambre, sobre si podía beber… Asimismo, los juristas han destacado de ella su facilidad para aceptar las pruebas que se proponen para el juicio oral, sin rechazar pruebas periciales o testificales, por numerosas que fueren, salvaguardando el derecho de las defensas, de acusadores o acusados.

    Sin embargo, su firmeza en la aplicación de la justicia le llevaron a excederse en ocasiones al formular prejuicios que invalidaron sus sentencias. Así, en 2018, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que la magistrada no debió volver a juzgar a Arnaldo Otegi por sus comentarios despectivos durante un juicio y haber permitido que le juzgara después por tratar de restaurar la ilegalizada Batasuna. El Tribunal Supremo, por otro lado, anuló la condena de dos años de cárcel que le impuso la Sala que presidía por homenajear a un preso de ETA.

    El Supremo ordenó repetir el juicio con un nuevo tribunal al estimar que se “prejuzgó” su culpabilidad al preguntar la magistrada si condenaba la violencia de ETA. La vista se celebró de nuevo y fue absuelto. “No voy a contestar”, respondió el dirigente `abertzale´. A lo que Murillo respondió: “Ya sabía yo que no iba a responder”, y Otegi replicó: “Y yo que iba a hacerla” (la pregunta).

    En otro juicio, tras escuchar el testimonio de la viuda del concejal de UPN en Leitza (Navarra), José Javier Múgica, sobre el asesinato de su marido en 2011, la magistrada no pudo evitar la exclamación, ante la indiferencia mostrada por los acusados: “¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones…!”, al ver la reacción de “Txapote” y otros tres acusados, sin percatarse de que tenía abierto el micrófono. Renunció para no “causar perjuicio alguno” a la causa, aunque reconoció que su expresión fue “ciertamente desafortunada”, si bien su imparcialidad se mantenía “inalterada”.

    A la etarra Idoia Mendizábal, en otra causa, le espetó: "¡Que no está usted en un bar, señora… Que se siente normal”, cuando la acusada puso los pies encima del banquillo…

    El odio de ETA hacia ella iba más allá de sus ocasionales exabruptos: en 1997 se descubrió que la jueza figuraba entre los objetivos de asesinato planificados por la banda terrorista, un asesinato que se desbarató solo tres días antes de la fecha prevista.

    Cuando volvía a su ciudad natal, Almendralejo, siempre lo hacía con escoltas que le guardaban las espaldas. En una ocasión, tras entrar en una tienda de ropa, los mandó a la puerta para que no fueran testigos de lo que iba a comprar: cosas de mujeres.


sábado, 7 de septiembre de 2024

VIDAL GIL TIRADO, EL FISCAL PLACENTINO DEL “CASO JOSÉ ANTONIO”, REPUDIADO Y REHABILITADO POR EL AYUNTAMIENTO


    Vidal Facundo Gil Tirado (Plasencia, 28/04/1879; Argelès-sur-Mer, Francia, 19/02/1939) fue el fiscal en el proceso seguido a José Antonio Primo de Rivera, en la cárcel de Alicante entre el 16 y el 20 de noviembre de 1936 y que le llevó al fusilamiento en la última fecha citada, durante la Guerra Civil Española. Nueve días antes, la comisión gestora del ayuntamiento de su ciudad natal emitió un decreto en el que le repudiaba y le despojaba de la ciudadanía placentina. Casi setenta y nueve años después (el 31 de julio de 2018), el ayuntamiento de su ciudad natal, a propuesta de la Asociación Cultural “Pedro de Trejo”, revocó el edicto de repudio y rehabilitó su memoria.

    Gil Tirado nació en el seno de una familia placentina y se crio en las calles san Martín y Coria, hasta que se marchó a Madrid a estudiar Derecho, que pudo cursar gracias a la ayuda que le prestó el ayuntamiento por su extraordinario curriculo de Bachillerato. Su padre, Pedro Gil Berrocoso, jornalero de oficio, había presentado en el ayuntamiento en septiembre de 1891 una instancia solicitando para su hijo “una de las seis plazas para otros tantos jóvenes pobres”, que el ayuntamiento le otorgó atendiendo a la “notoria pobreza del recurrente” y a las notas de “meritissimus” obtenidas en el Seminario. En julio de 1896, su progenitor presenta otra instancia para solicitar una subvención que le permita irse a Madrid a estudiar Derecho, que el ayuntamiento no duda en otorgarle por el “buen comportamiento y probada aptitud en los estudios”.
    
    En la primera década del siglo XX, el ya joven abogado Vidal Gil Tirado se encuentra en Plasencia, pues aparece empadronado en 1910 en la calle Monroy (actual calle Coria), junto con su esposa, Victoria Sánchez, natural de Guadalajara, y sus dos hijos, Elena y Pedro.
    
    En 1914 inicia su carrera en la judicatura y el ministerio fiscal. Algunos de sus destinos como teniente fiscal y juez de instrucción fueron Boltaña (Huesca), Hervás (Cáceres), Castuera (Badajoz), Tarragona y Melilla. Su afinidad a la II República le llevó a ser nombrado en los años 30 gobernador civil de Badajoz y Santa Cruz de Tenerife. En 1935 fue destinado como teniente fiscal a Alicante, donde ascendió a fiscal jefe de la Audiencia Provincial en enero de 1936. A partir del 1 de septiembre de ese mismo año presidió junto a dos jueces el Tribunal Popular de Alicante.

    Su designación como fiscal en el proceso contra Primo de Rivera marcó a Vidal Gil Tirado para el resto de sus días. Poco después fue elegido magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, y el 4 de julio de 1937 se publicó en el BOE su nombramiento como primer presidente del Tribunal Central de Espionaje y Alta Traición, creado durante la guerra expresamente “para la exigencia y efectividad de los delitos de rebelión, sedición, contra la seguridad del Estado, traición y espionaje, y para la de aquellas otras en que hayan podido incurrir los que hubieran participado en el movimiento rebelde”.

    Gil Tirado permaneció en ese cargo hasta marzo de 1938, cuando regresó a la Sala Segunda del Supremo. Según apunta el investigador José María Sánchez y Torreño, en su libro sobre el fiscal que enjuició a José Antonio, tras la salida del Gobierno republicano de Valencia, recaló en Barcelona, desde donde marchó al exilio en el sur de Francia a principios de 1939, al igual que otros miles de españoles que huían de la inminente victoria franquista. Acabó como refugiado en el recién construido campo de Argelès-sur-Mer, bajo unas terribles condiciones de vida, donde murió el 19 de febrero a la edad de 59 años.

Repudiado por su ciudad

    Gil Tirado es el único placentino del que se tiene constancia que haya sido desnaturalizado, un castigo simbólico que ni siquiera aparecía en 1939 en las ordenanzas, pero que fue adoptado por los regidores municipales de entonces con el objeto de cubrir de oprobio la figura del fiscal que, a sus ojos, fue uno de los responsables directos de la muerte de José Antonio Primo de Rivera.

    El edicto, que se ordenó fijar en todas las carteleras de la población, califica de “indignidad y traición” el papel de Gil Tirado durante el juicio. Según recoge Flores del Manzano, “la Comisión Gestora de este Excelentísimo Ayuntamiento, en sesión celebrada el pasado día 3 del mes de enero, con vista de documento que confirma plenamente de una manera oficial la participación del nacido en esta localidad Vidal Gil Tirado en el asesinato del fundador de Falange José Antonio Primo de Rivera, acordó por unanimidad en nombre de la ciudad de Plasencia, hacer una solemne repudiación de la conducta de indignidad y traición del citado Vidal Gil Tirado, y borrar su nombre de entre los de sus hijos para siempre, en la forma pública que sea procedente”.

Revocación del repudio

El repudio apenas era conocido más que por un puñado de placentinos. El investigador Sánchez y Torreño lo mencionó en su libro de 2009 sobre la vida municipal a través de las actas de sesiones de 1936 a 1939. Flores del Manzano también lo recoge en su libro sobre la guerra y la represión en el norte de la región.  La Asociación Cultural placentina Pedro de Trejo, presidida por Francisco Valverde, hizo pública su intención de solicitar al ayuntamiento la rehabilitación del nombre de Gil Tirado y devolverle la condición de placentino. El alcalde, una vez presentada la solicitud, encargó un informe histórico sobre el personaje al Archivo Municipal y otro jurídico al secretario para determinar la forma legal sobre la que debería resolverse la restitución del nombre de Gil Tirado, que fue aprobada en el pleno municipal del 31 de julio de 2018, procedente en base a la Ley de la Memoria Histórica.

El alcalde de la ciudad, Fernando Pizarro, dijo que “es un caso especialmente denigrante” y que había actuado lo más rápidamente posible para cumplir con la ley. Para Sánchez Torreño, “la figura de Gil Tirado fue distorsionada por el franquismo y repararla es una cuestión de justicia”. Flores del Manzano afirmó que “se limitó a cumplir con su obligación de funcionario de un régimen legítimamente constituido”.

-----------------------------------------

Bibliografía consultada: Archivo Histórico Municipal de Plasencia; Biblioteca Histórica, Jurídica y Filosófica: 339: José Antonio Primo de Rivera y juicio en Alicante. II, Biografía de los jueces y fiscales. A (biblioteca-fag-blogspot.com; Diario Hoy, de 22/07/2018; BOE; Sánchez Torreño, José María: Vidal Gil Tirado, fiscal en el proceso a José Antonio, Ediciones del Ambroz, 2019, y Plasencia 1936-1939. La vida municipal a través de las actas municipales, 2009; Flores del Manzano, Fernando: Guerra civil y represión en el norte de Extremadura, Editorial Raíces, Madrid, marzo de 2018.