sábado, 31 de diciembre de 2011

LOS ANHELOS MARCHITOS

           En los empieces del año, las uvas, una por cada hora, una por cada mes, símbolo de las aspiraciones y anhelos, deseos de realidad para el próximo. Vana ilusión del tránsito de un año a otro, que no fuere propicio, muletillas inapropiadas ante la adversidad: “feliz entrada y salida”, cuando la última nunca lo fuere y la primera, se supone, aunque habrá de esperarse hasta el final.

            Pasa el tiempo y somos incapaces de sujetar el tiempo. Es vida el tiempo y vivimos el tiempo sin vivirla; es oro el tiempo y se nos escurre entre los dedos sin aprehenderlo. Nos acomodamos con el tiempo, conformistas de la ocasión, y perdemos el tiempo, el tiempo perdido, sin sacar provecho al tiempo. Nos sobra el tiempo y buscamos tiempo para el tiempo. Solicitamos “tiempos muertos” cuando estamos en plena posesión del tiempo. Damos tiempo al tiempo y no nos llega el tiempo. Dejamos las cosas al tiempo y el tiempo nos devuelve a la realidad del tiempo. Jugamos con el tiempo y el tiempo nos deja fuera de tiempo. Anhelamos tiempo para matar el tiempo y nos mata el tiempo en su devenir. Tiempo sin vida, vida sin tiempo, para vivirla en el tiempo que nos da la vida… tiempo de nuestras vidas, vidas de nuestro tiempo, que nos dais la vida y no os damos el tiempo…, al azar de la rosa de los vientos, norte del tiempo.

            Detened la mirada en los hombres del campo: cómo viven su tiempo, como esperan sus tiempos, cuando su cosecha llegue en el tiempo marcado por la naturaleza y los tiempos que a ella dedicaren. Observad con qué dispendio los urbanitas miran el tiempo; cómo fluyen como mareas los tiempos que marcan los políticos para sí y no para los ciudadanos a los que se debieren…

            Muchos viven en un permanente estado de tránsito; otros viven la realidad. El tránsito es espiritual; la realidad material. El tránsito evapora la realidad; no halla firme adecuado para sobrevolar lo material; levita sobre la propia realidad. La realidad se apega al alquitrán, a la materia que ofrece un fruto material. El hombre en tránsito navega entre la fantasía y la ilusión; el práctico, el realista, solo vive su realidad. ¿Quién es más feliz: el hombre en tránsito, el realista? Definitorios de la persona, tránsito y realidad sintetizan un modo de vida. El hombre en tránsito fluctúa entre varios estados, no halla tránsito para el tránsito hasta la hora del tránsito; el realista vacía su existencia en un único tránsito: la existencia real y efectiva, sin más existencias que aquellas que le reportan bien. Llegado el tránsito, el hombre que vivió en estado de tránsito tendrá justa fama por su rectitud; la realidad borrará el nombre del hombre materialista. Utopía y realidad del tiempo, dos caras de una moneda contrapuestas en una única moneda: la cara del tránsito; la cruz de la realidad, en los anhelos marchitos de un año que acaba, en la utopía de los deseos que no nos traerá un año por llegar.

            Ha sido un año de tránsitos, en el que el tiempo pasado nos ha recordado lo que somos. Venteamos la memoria como un asidero al pasado, conscientes de la felicidad hallada y acaso perdida, que repetiríamos como si cualquier tiempo pasado fuere mejor. Batimos la memoria en un intento de hacer puré un  pasado que no nos dio el fruto esperado, o la evocación de lo imperfecto. “Prefiero olvidar el pasado”, o la síntesis de la exculpación. Los recuerdos, si felices, motivan; si infelices, traicionan. Como enseñanza, vale la memoria; como motor de futuro, solo nos queda la inteligencia y la voluntad; el ser frente al existir. El tránsito del tiempo, solo testigo de nuestro quehacer, de los afanes truncados, de los anhelos marchitos como de los amores perdidos, del tiempo ido que jamás volverá, porque no fuere el mismo que ya vivimos…, tiempo pasado frente al tiempo futuro.

MENSAJE DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE

           Resulta difícil sorprender en un mensaje de fin de año, de pocos minutos de duración, a un espectador crítico que asiste desde su sillón a escuchar el mensaje de fin de año de su Presidente entre el escepticismo que nos ofrece la situación, la poca esperanza que nos brinda el Año Nuevo y la ilusión que pocos, y menos la clase política, suscita entre su auditorio.

            Si contentar a todos resulta de por sí difícil, más aún lo fuere cuando el mensaje que se brinda, lejos de ofrecer ilusión y ánimos ante el futuro, convierte la anécdota del propio mensaje en lo más significativo del mismo. Afirmar que “Extremadura no es más que nadie, pero tampoco somos menos que nadie”, está muy bien; pero decirlo, además, en euskera y catalán, está de más en una Comunidad que tiene por lengua propia el castellano y no hubiere deber alguno, y sí derecho, a dar cumplimiento al artículo 3.2 de la Constitución: “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.”  Y no se hablaren en Extremadura esas lenguas vernáculas, aunque sí un habla peculiar de nuestra tierra, Bien de Interés Cultural, “·A fala”, no utilizada en el discurso presidencial, así como ni el gallego ni el valenciano, también lenguas españolas. Es un brindis al Sol con el que muchos políticos, subidos en la pirámide del poder, son incapaces de escuchar y ver, de anunciar lo que el pueblo desea oír, porque si nunca hablaren con sus bases, menos aún con quienes siendo “queridos paisanos” no reconocieren ni su voz ni su “Divina nacencia”, pero sí el incesante goteo de medidas que asfixian sus deseos de felicidad.

            Monago nos ofrece un discurso con seis partes diferenciadas: el recuerdo a los ausentes, a las víctimas del terrorismo, y a los extremeños en paro y sus familias y a los secuestrados, que se agradece; cinco lecciones “que no deberíamos olvidar nunca”, a saber: la austeridad, el entendimiento con la oposición, la colectividad de los retos por encima de las ideologías, la necesidad que Extremadura tiene de España y de Europa, hacer entre todos una Extremadura de realidades, el inicio de un nuevo tiempo de renovados desafíos, liderar una nueva transición para nuestros hijos, y unidad para la recuperación económica, para terminar con los deseos de “paz, salud y felicidad”.

            Más bien pareciere que el Presidente ha hecho un discurso para la clase política aposentada en la Asamblea, porque las lecciones que pretendiere ofrecer no van con el pueblo llano, austero de toda la vida y condenado a una mayor austeridad; que no hubiere diálogo alguno ni con el gobierno ni con la oposición, más que su palabra en las urnas; que están con las ideologías como parte de su ser, aunque ahora nos pidan que las anulemos en favor de un consenso necesario, pero que a ellos no les da beneficio alguno; que Extremadura necesita a España se da por hecho, aunque hasta la primera transición fuere una madrastra con los extremeños; y que necesitamos a Europa, es una obviedad porque también somos lo que somos gracias a ella y nada seríamos sin ella. Convertir Extremadura en una tierra de oportunidades, sino también de realidades, está muy bien como enunciado; pero cuando los más preparados tienen que seguir marchándose fuera, porque nada hubiere aquí sino naturaleza en estado puro, no pueden afrontar 2012 como “un  nuevo tiempo de renovados desafíos”, porque no tuvieren trabajo, ni apoyos, ni políticas a su servicio, ni les insuflaren ilusión ni medios los políticos, ni el nuevo año fuere garantía de nada, sino del paso inexorable del tiempo mismo.

            La paz y la felicidad no se construyen con lenguas que no hablamos, ni con ilusiones no compartidas ni con una unidad política que solo pueden compartir, si lo hicieren, nuestros representantes políticos, porque el abismo entre los políticos y sus paisanos no lo fuere ya de cultura, sino económico, y sus aspiraciones, por tanto, distintas y distantes a las suyas.

       


miércoles, 28 de diciembre de 2011

LOS OTROS INOCENTES

           Hay inocentes en estado puro porque en su alma y corazón no hubiere anidado la malicia. Inocentes conscientes e ignorantes; a sabiendas y a traición. Inocentes ignorados e inocentes perseguidos; inocentes perversos y malvados; inocentes sin maldad, pero sañudos.

            La inocencia no tiene edad, como la de los niños sacrificados por Herodes. Hay una inocencia marcada por la edad y otra sin edad que deviene de un estado del alma. Todos los niños son inocentes y, aun mayores, lo siguieren siendo, porque su corazón no albergare malicia ni maldad.

            En un tiempo en que se pone en tela de juicio la presunción de inocencia, son más reos de la inocencia quienes no creyeren en ella que los inocentes condenados de antemano. Todos somos inocentes, porque la inocencia no solo se halla en quien fuere encontrado culpable “a posteriori” de un delito, sino en los que fueren condenados sin culpa y sin justicia de antemano.

            Son inocentes quienes sufren persecución por causa de sus ideas; los que buscan justicia y no la hallaren; quienes buscan trabajo y no lo encontraren; quienes piden pan y reciben piedras; quienes pagan sus impuestos y a cambio nada reciben; los que creen en gobernantes que solo pensaren para sí y no para todos; los que buscan culpables para todo y solo hallan inocentes en lugar de los perversos… Los inocentes sacrificados ante la vida porque nadie oyere su llanto y clamor, culpables en su inocencia de la maldad humana; inocentes de toda la vida machacados por su inocencia.

            La inocencia despierta deviene en desconfianza perpetua ante quienes, perversos, llenaren sus graneros a costa de la inocencia ajena. Hombres nacidos para torturar y aprovecharse de la inocencia ajena para seguir reinando, como Herodes, en el reino de los impuros. Pilatos se lavó las manos porque no hallare culpa alguna en el único inocente salvado de la matanza, pero condenado a morir, inocente, para pagar los yerros de los más.

            Los inocentes continúan siendo condenados como si fueren culpables; los culpables siguen libres como si la inocencia aureolare su alma. Brilla más la culpabilidad que la inocencia, al no suponerse lo que debiere antes de juzgarse aquella. Todos somos inocentes y no todos culpables, aunque reine hoy más la maldad que la inocencia. La voracidad humana de los maltratadores acaba con la inocencia de quienes, abrazándola,  caen las redes de aquellos porque, frente a la inocencia nunca perdida, se superpone la maldad inhumana que busca culpables donde solo hubiere inocentes.



domingo, 25 de diciembre de 2011

HUMILDAD, ÉTICA Y FIRMEZA EN EL DISCURSO DEL REY

           En su tradicional mensaje navideño a los españoles, el Rey ha subrayado en su esperado discurso de Nochebuena la humildad para reconocer los errores que hayamos podido cometer ante la “severa crisis económica”; la ética “a la que no se ajustan conductas irregulares”, ante la que ha defendido que “ cualquier actuación censurable deberá ser  juzgada y sancionada con arreglo a la ley”, porque “la justicia es igual para todos”; Y, finalmente, la firmeza del Estado de Derecho ante el terrorismo, a cuyos seguidores ha invitado a “que desaparezcan para siempre de nuestras vidas”.

            En su felicitación navideña, en la que transmite a los españoles sus “mejores deseos de paz y felicidad”, el monarca ha expresado sus preocupaciones, que son las de todos, “con sinceridad y realismo, sin  rehuir los problemas que nos aquejan como sociedad”.

            La primera de ellas, la crisis económica, ante la que “hemos de reconocer con humildad cuáles han sido los comportamientos en los que, como individuos y como grupo, hayamos podido equivocarnos” y ha apelado a los responsables políticos y a los agentes económicos sociales a trabajar “sumando voluntades, no restándolas; acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas”. Se ha referido el Rey, en este sentido, al desempleo “como objetivo último y cierto”; ha calificado la cifra de parados como “inaceptable”, especialmente entre los jóvenes que buscan su primer empleo, y ha rendido un homenaje de agradecimiento y admiración  a las familias, primera cuna de la solidaridad y entrega, por su contribución a mantener “los actuales niveles de estabilidad social”.

            No ha obviado el monarca referirse a un problema extendido y preocupante en toda la sociedad española, al que se ha referido como “conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética”, ante las que ha defendido que “cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley”, porque “la justicia es igual para todos”. En una clara alusión, sin citarla, a la conducta de su yerno, el duque de Palma, y a los casos de corrupción que salpican la sociedad, el Rey ha sido firme y tajante en advertir, sin embargo, que “no deben generalizarse los comportamientos individuales, que podrían causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad”. Dejemos actuar a la Justicia, ha venido a decir, sin que nadie juzgue y condene de antemano a quien no debiere, como los intolerantes y algunos medios parecen solicitar de antemano.

            La tercera parte de su intervención la ha dedicado Juan Carlos I al terrorismo y, con igual firmeza, ha defendido que “los proyectos totalitarios no tienen cabida en la España democrática”. Ha recordado que “frente a la intolerable pretensión de los terroristas de tratar de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia, la sociedad vasca y el conjunto de la sociedad española han defendido su libertad y sus instituciones desde la legalidad, con el sacrificio y la eficacia de las fuerzas de seguridad, la permanente y decidida acción de la justicia y la generosa cooperación internacional”, y ha apelado a los terroristas a entregar “sus armas asesinas” y a desaparecer de nuestras vidas, teniendo, además, “un recuerdo emocionado” a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo, cuyo sacrificio “no ha sido en vano”.

            Sobre una mesilla, a la izquierda del Rey, se había colocado una foto no por casualidad: el monarca con los presidentes del Gobierno entrante y saliente, queriendo dar a entender que la soberana voluntad del pueblo español, a la que el mismo monarca está sujeto, ha decidido en elecciones generales libres la alternancia política, que la madurez política del pueblo español acepta con la naturalidad debida en un Estado democrático y de Derecho. “En este nuevo escenario, ha subrayado, la Corona, símbolo de la unidad y permanencia del Estado, seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios a favor de una convivencia integradora”, y ha apelado, finalmente, a la unidad, “porque España lo merece y lo necesita”.

            Un discurso preciso, sincero y realista, firme y convencido, humilde y abierto, prudente y apelativo a las conciencias; en el momento preciso, para todos, porque nuestros problemas fueren también los suyos, en tanto que rey de todos los españoles.




jueves, 22 de diciembre de 2011

LOS SUEÑOS IRREALIZABLES

           Soñamos a diario porque el sueño es un reposo obligado para evitar la fatiga del cuerpo; pero los sueños trascienden el acto simple de dormir, cuando en la fantasía se representan sucesos e imágenes mientras se duerme. Hay sueños de vigilia y vela y otros sueños de día, que abrigan proyectos, deseos o esperanzas sin posibilidad de realizarse. Tenemos la cabeza llena de sueños. Quizá nunca como en el día de hoy se abrigan tantos sueños dorados, los mayores anhelos de la persona. Soñamos con la esperanza de eludir para siempre aquello que nos quitare el sueño, las grandes preocupaciones diarias, que no nos quitamos ni en sueños, porque se proyectan muy lejanas de ser como deseamos.

            Los proyectos, los anhelos, aspiraciones o ambiciones, devienen muchas veces en desengaños. Nos coge el sueño eterno sin hacer realidad los sueños de vida porque antes de dormir el sueño de los justos, soñamos demasiados sueños que, ni en sueños, pudiéramos alcanzar. Freud mantiene que todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador, incluso los sueños de pesadilla. “El sueño --afirma-- no es solamente una mera actividad somática, sino un acabado fenómeno psíquico de realización de deseos.”

            Los sueños de noche son subjetivos porque conectan con la propia realidad; los sueños de día terminan como los de hoy, en una mañana, o en un instante, como el sueño eterno. Calderón nos legó la definición más conocida de la vida y de sus sueños, al preguntarse: “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”; pero ya apuntaba Antonio Machado que “si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar”. En nuestra consciencia, constatamos la vida, los sueños irrealizables, pero también la salud que nos toca, imprescindible para seguir soñando.




miércoles, 21 de diciembre de 2011

“COITUS INTERRUPTUS” EN LA ASAMBLEA

           El “coitus interruptus” o coito interrumpido, también conocido como retirada o marcha atrás, es un método contraceptivo que, aunque documentado desde hace al menos 2.000 años y que fuere utilizado por 38 millones de parejas en todo el mundo hace diez, resulta poco fiable, y las autoridades sanitarias advierten de la nula eficacia de esta práctica como método anticonceptivo, al no proteger tampoco de posibles infecciones de transmisión sexual.

            Sin embargo, todo parece indicar que esta práctica viene siendo utilizada por la coalición de los “tres mosqueteros” de la Cámara regional que, aun “sin mucho entusiasmo” por la utilización del método, les asegura una “contención” al PP que, además, les “está concediendo cosas”, como si la práctica resultare efectiva al cien por cien, aunque la ciencia diga que no lo fuere.

            “Teníamos que elegir entre Guatemala o guatepeor”; es decir, “optar por la prórroga de los presupuestos, lo cual sería una decisión peor para Extremadura, o intentar corregir estos presupuestos, consiguiendo de hecho unos 140 millones más”, según declarare el portavoz de IU-Verdes-Siex, Pedro Escobar.

            El caso es que la coalición había anunciado su oposición al citado método contraceptivo, porque no fuere el suyo y por su nula eficacia práctica; pero, al optar finalmente por el “coitus interruptus” con su pareja “in pectore” de la derecha, engendrare “ipso facto” una criatura que naciere con 140 millones virtuales más, pero que aún no vieren la luz, a no ser que Madrid efectuare una cirugía de mínima invasión para poder inyectarle la cantidad solicitada y aceptada antes de que el nasciturus llegare a este mundo.

            El portavoz socialista, Fernández Vara, médico de profesión, acusado de no dar la cara en el debate, sostiene que “IU se ha vendido a cambio de nada”, porque días antes les habían ofrecido lo mismo, y por no ser parte del “engaño” escenificado por los socios de la retirada y cómplice de una situación que desprestigia a la clase política y conduce al engaño a la ciudadanía.

            Escobar cree haber conseguido un “balón de oxígeno” e inversiones productivas para generar empleo. El concejal de la  coalición en Badajoz, Manuel Sosa, se muestra de acuerdo con Vara en que se retiró la enmienda “a cambio de nada”. El coordinador nacional, Cayo Lara, considera la práctica anticonceptiva como “una contradicción más en la que IU va a caer mientras siga manteniendo a un gobierno de la derecha”. Siex, uno de los socios de la coalición, anuncia la ruptura por la retirada de la enmienda a la totalidad anunciada. Sosa se había retirado voluntariamente de la Presidencia  colegiada y Escobar no le concede crédito a quien utiliza el mismo método contraconceptivo que él mismo escenifica en el “teatro de los sueños” para el PP, que ahora espera pacientemente el embarazo deseado a pesar del “coito interrumpido” y previamente no anunciado. No está “muy confiado” don Pedro,  “porque no son sus presupuestos” y afirma que “tiene que poner los pies en la tierra”. Quizá, por ello, deja embarazada a quien no debiere, y cuya luz ya se verá cuándo sale por el horizonte, si es que saliere el Sol para todos.  ¡Tantos esfuerzos de don Antonio Fernández para explicar la coyuntura para que su pareja la dejara abandonada sin hacer la encarnación del verbo, ante la retirada de la coyunda...! (de coniuncta, unida), tan desunida por una retirada tan escasamente convincente como nítidamente inexplicable por no explicada.

            Mientras, los desheredados de la fortuna solo confían en la suerte millonaria de mañana, cuando lo único que les tocare será más sangre, sudor y lágrimas.

lunes, 19 de diciembre de 2011

ADIÓS AL MÁS POLÍTICO DE LOS SUBDELEGADOS DE CÁCERES


        Fernando Solís Fernández, el más político de los tres subdelegados que hubiere la provincia de Cáceres hasta la fecha, se ha despedido de los suyos, que fueren todos los cacereños, “lleno de satisfacción por el privilegio y honor de haber sido el subdelegado del Gobierno de España en la provincia de Cáceres” desde mayo de 2004 hasta la fecha.

         Fernando ha sido el más político por vocación y profesión; el más parecido a la antigua figura del gobernador civil que todo lo fuere en  una provincia, pero que solo salieren de su despacho de la Avenida de la Montaña para hacer las preceptivas inauguraciones del 18 de julio. Solís supervisó todas las obras del Plan E del Gobierno en todos los pueblos.

         Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid, diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Extremadura, gestor administrativo, agente y corredor de seguros, jefe de la empresa Grupo Michelín (1984-1986), asesor de Presidencia de la Junta de Extremadura, jefe de Servicio de Promoción y Gestión de Programas Educativos, jefe de Servicio de Gestión Académica y Política Científica, jefe de Servicio de Régimen Universitario, director general de Enseñanzas Universitarias de Investigación (2011-2004) de la Junta de Extremadura, y subdelegado desde 2004 hasta la actualidad, se marcha con más bagaje político del que llegó, con la satisfacción de haber servido a su provincia en nombre del Gobierno de España, con reconocimientos y premios en su haber (premio “Fernando Palacios, premio nacional a la donación altruista de sangre 2010), con la satisfacción del deber cumplido y por haber dado a Cáceres una nueva comisaría tan esperada como necesaria; pero, sobre todo, Fernando Solís ha ejemplificado el prototipo del político cercano a todos, accesible a todo el mundo, por todos conocido y reconocido.

         Dejó a su padre en el camino, sufrió la incomprensión de llevar a los tribunales a unos malos funcionarios que no cumplieren con su deber, y que fueren condenados por ello; recibió en su despacho a plebeyos y lacayos; hizo honores a la Fundación Valhondo que presidiere; fue un cacereño más a los que sirvió con dedicación y entrega… Fernando se va, pero se queda, para seguir sirviendo como funcionario público, aunque como político no contare con el favor de los llamados compañeros, pero sí de los amigos y ciudadanos.

         Fernando fue el político, como Carlos Rovira fuere el técnico administrativo y José Diego Santos el intelectual. Rovira, subdelegado entre 1996 y 2002, un magnífico técnico de la Diputación hasta que Saponi le llamó para ser su primer concejal de Hacienda. Fue subdelegado entre 1996 y 2002. Remodeló el Edificio Múltiple, inició las obras de la nueva Comandancia de la Guardia Civil, inauguró el Centro de Salud “Manuel Encinas”. Murió poco después de jubilarse a los 76 años. Negocié con él un convenio, en el que me admitiere una enmienda humana, que me negare una derecha más extrema. Perdió a un hijo en el camino y, a su muerte, solo sus hijas le recordaren. Como yo, en una cena a mi lado, hablando de sus hijos,  o viéndole tomar vinos en la cantina de la antigua Comandancia de la Guardia Civil que visitare a menudo.

         José Diego Santos, doctor en Filosofía y Letras, catedrático jubilado de Instituto, fue subdelegado entre 2003-2004. Había sido presidente local del PP y continuó en política tras su retirada profesional, en la que fue concejal y diputado provincial. Fuere el primero en promover con el equipo de Saponi la candidatura de Cáceres 2016, que hiciere suya toda Extremadura. Nadie tampoco le recuerda, como le recordare cuando me lo presentaron, hablando de amigos comunes, una tarde de primavera en los jardines de Pedrilla…

         Pasará la vida; pero los políticos de todos nunca mueren.
    


jueves, 15 de diciembre de 2011

LA TRAMPA SADUCEA DE LOS PRESUPUESTOS

          La trampa saducea es una manipulación capciosa que tiende a conseguir que el adversario dé un paso en falso o cometa un grave error. Tendida esta, resulta difícil salir airoso de ella, puesto que, cualquiera que sea la respuesta que se dé, siempre podrá ser atacado. La trampa saducea está recogida en el evangelio, en la que se cuenta que los saduceos planteaban a Jesucristo una serie de preguntas para ponerlo en una situación difícil. Así, le presentaron un día a una mujer sorprendida en adulterio y le recordaron que la Ley de Moisés ordenaba el apedreamiento de las adúlteras. “¿Qué hacemos con esta? Si dice que la dejen en paz, le podrán acusar de no respetar la Ley de Moisés y castigarlo por ir en contra de la ley; pero, si dice que la castiguen, entonces le podrán acusar de condenar a muerte a una mujer.” Otro día le preguntaron: “¿Es lícito pagar el tributo al César o no? Si dice que sí, le dirán que está en contra de los pobres y oprimidos, a quienes el Emperador explota con sus impuestos; pero, si dice que no, le podrán acusar de estar en contra de la autoridad romana.” Una última, en fin, es cuando le preguntaron al Maestro: “Si una mujer ha tenido siete esposos, cuando todos resuciten, ¿de quién será esposa?” Jesús les hizo callar, haciéndoles comprender que el Dios vivo sea un Dios de muertos. “Muy errados andáis.” (Mt., 22, 23-33 y Mc, 12, 18-27).

            No hay nada nuevo bajo el sol. La pinza resucitada del PP e IU ha obligado al PSOE a apoyar en el Pleno de la Cámara que tiene lugar esta mañana la enmienda a la totalidad de IU al proyecto de Presupuestos regionales para 2012 presentado en la Asamblea por la Junta de Extremadura “de la única manera que se les ha permitido”

 La Ejecutiva Regional del PSOE, junto a sus socios coaligados del PREX-CREX, adoptó anoche esta decisión teniendo en cuenta el acuerdo de la Junta de Portavoces de la Cámara que, con los votos del PP y la abstención de IU, había adoptado el acuerdo de que no podían debatirse las dos enmiendas a la totalidad de los Presupuestos ni votarse, ni conjuntamente ni por separado, tras el debate completo de las mismas. Comoquiera que la coalición había expresado su intención de no votar la enmienda a la totalidad socialista, la trampa saducea tendida por la abstención de IU, “algo inaudito en los anales del parlamentarismo español”, les obliga a debatir y votar en contra de la presentada por IU-Verdes-Siex por “los efectos negativos que sobre la sociedad, el empleo y la economía de Extremadura producen los Presupuestos”, ante la imposibilidad de hacerlo mediante enmiendas parciales.

El presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Fernández Vara, y su portavoz, Valentín García, han explicado convincentemente las razones por las cuales se ha llegado a esta situación, tan distinta y distante de la del 12 de diciembre de 1996, en la que la pinza PP-IU votaba conjuntamente la enmienda a la totalidad presentada por las dos formaciones y echaba para atrás los Presupuestos presentados por la Junta, que obligaron a Ibarra a prorrogarlos por vez primera.

Ya dijo Vara que “un partido profundamente democrático como IU no debería consentir en ningún caso que la enmienda de un partido se pueda debatir”, y lo consintieron. Valentín García, por su parte, apuntaba días pasados cómo el PP e IU habían acordado que el PSOE debía elegir entre su enmienda o la de IU, que presentare la suya a la totalidad para lavar la cara ante la rebelión interna que ha sufrido; “pero a la hora de la verdad siempre ha apoyado al PP”.

La trampa saducea tendida por los dos socios “in pectore” de la Cámara han sido denominadas ayer como “malabarismos” y ejercicios de táctica del PSOE “para sacar rendimiento a la situación derivada del bloqueo presupuestario” por el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, quien no hubiere en cuenta lo que tanto su partido como la coalición que le apoya en las distancias cortas hicieren en el pasado cuando, derrotadas sus enmiendas a la totalidad, hubieren de conformarse con el debate de las parciales, que no caben en un presupuesto ideológicamente alejado de los propios del primer partido de la oposición.

Ahora dirán, como los saduceos, que el PSOE no hubiere sentido de Estado ni espíritu de consenso, ni altura de miras, a los que han apelado, ni enmiendas parciales con las que aliviar unos Presupuestos a los que diere su bendición Madrid, pero no Mérida, que siempre pagare sus tributos al César desde su fundación en el año 25 a. d. C. por nuestro primer señor en la tierra, el emperador Octavio Augusto.




viernes, 9 de diciembre de 2011

LA DAVIS LLEGABA POR NAVIDAD…

Cuando la “Armada Española” acaba de conquistar en el Estadio Olímpico de Sevilla su quinta Ensaladera de plata, máximo trofeo por equipos del tenis mundial, lo que la ha situado como el país más dominante en la competición en los últimos tiempos, conviene echar un vistazo atrás y recordar las dos primeras finales disputadas frente a Australia en 1965 y 1967.

            Australia, campeona veintiocho veces frente a las treinta y dos de Estados Unidos en primer lugar, reunía una pléyade de jugadores como la “Armada” desde comienzos de este siglo que, si fuere imbatible en tierra batida, aquellos lo fueren sobre hierba, terreno no abonado para los españoles. Emerson, Newcombe, Roche y Stolle se enfrentaban al fenómeno Santana, Juan Gispert, José Luis Arilla y Juan Manuel Couder, a los que en el 67 se uniría el joven Manuel Orantes.

            La final del 65 se disputó en Sidney, y la del 67, en Brisbane. Eran tiempos en los que no era posible la televisión en directo. Las dos finales se disputaron a finales de diciembre (entre el 26 y el 28), lo que añadía a todo el equipo una dificultad aún mayor que la hierba: estar fuera de casa por Navidad. Santana pidió a la Federación que su esposa pudiera acompañarle. Quizá sensible a aquella petición, las finales se disputan hoy a primeros de diciembre.

            Sin televisión en directo, a pesar de que el tenis comenzaba a ser considerado y seguido cada día más por millones de españoles gracias al “fenómeno Santana”, solo nos quedaba una voz que, en la madrugada rompía nuestro sueño, por el que empezamos a luchar: la del maestro Matías Prats padre quien, al final de los golpes, decía: “Informaron los equipos especiales de RNE enviados a Sidney…” o a Brisbane, según los casos. La televisión en diferido, días después, de poco valía. No había otra; pero fuere suficiente para ver cómo Santana rompiere el saque a Emerson y lograre una rotunda victoria en cuatro sets: 6-2, 3-6, 4-6 y 13-15, en el 65.  Los españoles allí residentes le auparon a hombros como el gran campeón que ya fuere: dos veces en Roland Garros, el Open de Estados Unidos y de Wimbledon. Después vendría el “entró, entró”, de Juan José Castillo, sin medios técnicos que nos permitieren verificar al instante si la pelota dio en la raya, salió fuera o “entró, entró….”

            España comenzó el siglo ganando su primera Ensaladera frente a Australia por 3-1 en el Palau Sant Jordi de Barcelona. En 2003 volvimos a perder frente a Australia en Melbourne por 3-1. En 2004 ganamos la segunda frente a EE UU en el Estadio Olímpico de Sevilla por 3-2. En 2008, la primera frente a Argentina en Mar del Plata (3-1); en 2009, la cuarta frente a la República Checa de nuevo en  el Palau Sant Jordi de Barcelona (5-0); y finalmente, la quinta, otra vez frente a Argentina, en el Olímpico de Sevilla (3-1).

España ocupa el sexto lugar en el ranking de trece campeones y el primero en número de puntos. Nadal, campeonísimo sucesor de Santana, fue el niño abanderado en el 2000. Santana llenó de pistas de tenis España desde finales de los sesenta como Severiano Ballesteros hizo lo propio con el golf, convirtiendo lo que fueron deportes de élite en deportes populares por practicantes y seguidores, que hace caballeros en la cancha y en las gradas, algo de lo que debieren aprender la clase política y los espectadores de deportes de masas.

            Por ello, la “Armada Española” comenzó a animarse a sí misma y a los espectadores con un himno que hizo furor en el Olímpico de Sevilla el pasado día 4, con letra compuesta por Albert Costa y Feliciano López y la sintonía de la canción “Yo te quiero dar”, de “La Mosca”, estrenada en la eliminatoria ante Serbia, disputada en Benidorm en el 99:

            “Pasan los años, pasan los jugadores,
            Es por un sueño que vamos a luchar,
          Vale la pena, la Roja es lo más grande,
            El público que cante gritando sin parar.

            Por eso yo… te quiero dar
            España mi corazón
            Yo te sigo a todas partes
            Gracias por ser español.

            La, la, la, la, la…”

           


jueves, 8 de diciembre de 2011

EL AÑO EN QUE IBARRA PRORROGÓ LOS PRESUPUESTOS

El 12 de diciembre de 1996, la pinza formada por PP e IU votaba conjuntamente la enmienda a la totalidad presentada por ambas formaciones y echó para atrás el proyecto de Presupuestos para 1997, cifrado en 236.868 millones de pesetas. Ibarra se vio obligado por vez primera a prorrogar los Presupuestos.

Aquella pinza había llevado a la presidencia de la Asamblea a Teresa Rejas, de IU, en un intento del PP de aquilatar el poder de Ibarra y dar un mayor relieve al poder de control del legislativo.

Quince años después, con un tablero totalmente distinto, sin mayoría absoluta del partido en el gobierno, PSOE e IU presentan sendas enmiendas a la totalidad de los Presupuestos ofertados por el PP sin que antes hayan sido negociados, dando por sentado lo que no se debiere.

Aquella prórroga presupuestaria del 97 hubo de cubrirse con la Ley 9/1997, de 18 de junio, de concesión de Créditos Extraordinarios y Suplementos de Créditos para financiar gastos no contemplados  en el Presupuesto presentado para 1997 (BOE de 7 de agosto de 1997).

Hubo un detalle significativo en aquella ocasión que no hubiere el denominado “Gobierno de Extremadura” en esta: Ibarra vino a Cáceres una mañana para tomar un café con el entonces rector de la Universidad, César Chaparro, y asegurarle que la prórroga presupuestaria no afectaría a la financiación de la Uex. Ahora, el actual rector, Segundo Píriz, se entera por la prensa que el proyecto de Presupuestos presentado por la Junta le quitaba 22 millones, que le hizo poner el grito en el cielo, ante tan inmenso ejercicio de austeridad.

En 1995, Ibarra había perdido por primera vez su mayoría absoluta de siempre: 31 escaños, por 27 para el PP y 6 para IU. El 15 de diciembre de ese año se entrevista en sede parlamentaria, y no en la de la Junta, como se hizo ayer, con el entonces jefe de la oposición, Juan Ignacio Barrero, y pactan los presupuestos para 1996 a cambio de incrementar inversiones en las principales ciudades de la región gobernadas por los populares. El Pacto tuvo un precio a favor del PP.

En el nuevo escenario de Extremadura, España y Europa, de nada vale echarse las culpas unos a otros y solicitar “responsabilidad” y “altura de miras” a los demás,  y no asumirlas por sí mismos. La primera ronda de contactos, iniciada ayer, concluyó con las posiciones enfrentadas. La Junta asume que retirar los Presupuestos para incrementar ingresos es encaminarse a un déficit mayor. Vara ya dejó claro que “la austeridad no es el fin” y que “no se puede hacer de ella una política porque ella dura lo que dura. El discurso de la austeridad está muy bien, pero no puede ser solo recortes si hay posibilidad de aumentar los ingresos”. El portavoz socialista, Valentín García, sostiene que, cuando la mayoría de la Cámara está en contra, solo hay una salida: retirar los Presupuestos.

 El pasado es una lección que sirve para iluminar el presente. La contención del déficit no pueden pagarla siempre los mismos, que nada hubieren, y los réditos, si los hubiere, fueren, como en el pacto del 95, para ellos. Eso no es austeridad: es peaje y chantaje.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

GOBIERNO Y PARLAMENTO

        La memez nacional de carecer del sentido del ridículo y creerse en posesión de la verdad absoluta, conlleva a la clase política a hacer de su capa un sayo, obviando la terminología utilizada en la Constitución y en las leyes orgánicas. Un “cambio por el cambio” que no supone cambio alguno sino fuere el de cambiar los nombres que debieren ser utilizados por mandato legal.

     Al comienzo de la transición era frecuente utilizar la expresión “este país” en lugar de llamarlo por su nombre propio: España. Cuando los nacionalistas se referían a “este país” no aludían, evidentemente, a España, sino al que consideraren el suyo propio, ya fuere Euskadi, Cataluña o Galicia; si los nacionalistas españoles decían lo mismo, era España al país que aludían.

      Devino posteriormente la mezcla y confusionismo entre Estado y nación, que perdura, como si el primero fuere una nación y el segundo, el Estado. No debe decirse “al acto acudieron representantes de todo el Estado”, porque no los hubiere presentes en el mismo, porque el Estado es el conjunto de las instituciones que gobierna una nación, mientras que la nación, patria o país llamado España, es, por un lado, un sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado, y como una comunidad humana con ciertas características culturales comunes, a las que dota de un sentido ético-político. El artículo 2 de la Constitución Española de 1978 afirma que esta se fundamenta “en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”.

     Cuando se redactaba el nuevo Estatuto de Autonomía de Extremadura, el anterior presidente de la Asamblea, Juan Ramón Ferreira, propuso cambiar el nombre por el de Parlamento, de uso en otras comunidades autónomas. La propuesta fue respondida por el primer presidente de la Asamblea de Extremadura, Antonio Vázquez, al considerar suficientemente asentado y conocido el nombre por el que se conociere a la institución. No se volvió a hablar más del asunto.

      La Ley Orgánica 1/2011, de 28 de enero, de reforma del Estatuto de Autonomía de Extremadura (DOE de 29 de enero de 2011), afirma en el Título II, De las instituciones de Extremadura, punto 1, que “la Comunidad Autónoma ejercerá sus poderes a través de la Asamblea, del Presidente y de la Junta de Extremadura.”. En el capítulo I, De la Asamblea de Extremadura, punto 1, se recoge que “la Asamblea, que representa al pueblo extremeño…”; y en el Capítulo II, Del Presidente de Extremadura, punto 1, se dice que “el Presidente ostenta la más alta representación de la Comunidad Autónoma, ejerce la representación ordinaria del Estado en la misma y preside la Junta de Extremadura”; y en el artículo 26, referido a sus atribuciones, punto 3, se afirma que “como Presidente de la Junta de Extremadura…”

      En ningún punto del Estatuto se habla, pues, ni del Presidente del Gobierno de Extremadura ni del Parlamento de Extremadura. Son vocablos “ex novo” nacidos de la voluntad caprichosa de quien deseare cambiar de nombres como de pupitres en cosas que, como los símbolos, son sagrados y obligan a todos, incluidos, en primer lugar, a los titulares de las instituciones. La reiteración por estos de los nuevos nombres que les han dado, su constante difusión por los medios de comunicación, pueden hacer creer al pueblo que se llamaren así, cuando en la ley no hubieren tales nombres.

      Propongan el cambio de la ley, si quisieren, y entonces podrían utilizar con propiedad lo que la ley no les autoriza. La corriente posmodernista que arrincona los nombres de España o nación, por los de país o Estado, puede llevarnos un día a hacernos creer que nuestra nación no se llama España (de Hispania) y el Estado fuere la nación. No puede sustituirse, de otro lado, por Decreto, lo que se dice en una ley orgánica, sin antes modificarse aquélla. Ya solo nos falta por ver que a la Academia Española, que no es otra que la Real Academia Española de la Lengua, se la denomine Academia Estatal de la Lengua como al anterior Instituto Nacional de Meteorología se le denomina hoy Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y cambiemos también de nombre a los otros Institutos nacionales: de la Seguridad Social, de Estadística, de Seguridad e Higiene en el Trabajo…, incluidos quizá los nombres propios con que figuraren en el Registro los titulares que así se hacen llamar.  Dice el sabio refranero español que “poner nombres propios en escritos ajenos podría dar lugar a pensar que ajos comes y por eso te picas”…, esnobistas de la lengua…          




sábado, 26 de noviembre de 2011

UNA BATA BLANCA

    Llega a su estancia con su espíritu de siempre. Da los “buenos días” a los pacientes que ya la esperan. Hay pacientes impacientes que no le dan tiempo a ponerse su bata blanca; pero ella sabe a quiénes ha de atender hoy, porque guardare sus citas en el ordenador. Les conoce a todos y les llama por su nombre. Desde primera hora, va de un despacho a otro a por instrumentos o pomadas que necesitare. Toca laboratorio en los empieces; baja deprisa mientras la sala de espera va adquiriendo volumen. Antes de entrar, ya tranquiliza a los suyos: “Ahora mismo te veo, fulanito.” Torna a entrar, enciende el ordenador, dispone su instrumental, abre la puerta, los ve a todos y dice un nombre: “Pasa, Miguel.” Tranquiliza su voz, su bata blanca abierta sobre sus pantalones, que zurea como una paloma blanca a su paso. Esperan pacientes los impacientes, mientras se preguntan unos a otros con quiénes hubieren cita, si con el doctor o con la enfermera y así, hacen cuentas y cábalas sobre el tiempo que hubieren de esperar. Pareciere que todos tuvieren que ir al trabajo, al mercado o a otros quehaceres; pero son los que nada hubieren que hacer los más impacientes pacientes. Entran algunos sin llamar. Preguntan y les dices. “No se preocupe, señor: el doctor y la enfermera llaman.” Insisten: “Y usted, a qué hora tiene…”, como si en ella le fuera la vida. Leen otros la lista situada en la puerta y van pasando revista hasta que hallaren al que estuviere delante de su nombre.

            La enfermera que porta la bata blanca tranquiliza con su palabra y maternal ejercicio de la profesión. Ora toma la tensión, ora pesa al paciente, ora le hace la prueba de la glucosa, ahora hace un electro que pasará al doctor. Toma los datos en su expediente. Le tranquiliza; le orienta; le advierte sobre los peligros; le muestra el camino de la vida.

            Ha estado nuestra enfermera en lugares remotos desde sus comienzos en la profesión. Ha tornado ahora a casa; pero todo sigue igual: las curas de las heridas, las inyecciones, las vacunas, las analíticas… No desea una espera más allá de lo deseable. Por ello, no descansa; entra y sale del despacho como si hubiere una competición. A todos atiende por igual. Te pide perdón cuando el teléfono interrumpe la consulta. Ante el dolor ineluctable de la muerte, se aparece la vida, la esperanza, la dulzura en la breve visita.

“No se preocupe, señora: ya le llamará.” Zozobra la inquietud de la espera que, en sus manos, concluye. Hasta las doctoras consultan a  nuestra enfermera por su saber, y aceptan su diagnóstico sobre la curación de una herida. “Hay que esperar más”, les advierte precavida. Sobre la pared, las fotos de sus niños, y un dibujo con una leyenda: “Mamá, te quiero.” Como todos tus pacientes, Maite Fábregat Domínguez, por quien la sanidad extremeña brilla tan blanca como las que formaren tu compañía. ¿O acaso tu blancura no curare como una pomada blanca, extendida sobre el blanco apósito que la cubriere…?

DIMITIR Y CESAR

          No parece que los resultados del 20-N traigan una ola de dimisiones o ceses. En un país en el que nadie dimite si no fuere cesado, no se conjugan ninguno de estos verbos por parte de los actores que, arropados en el aparato, se escudan en las decisiones congresuales que parece ser que mandaren más que las de las urnas. Cuando estas han hablado tan claramente, si los políticos caídos hubieren dignidad, tendrían que dimitir, sin esperar un nuevo cese de quienes les auparon al cargo. 

            Dimitir es un verbo transitivo, del latín  transire, en el que la acción pasa de un lado a otro, mientras que los intransitivos no prolongan la acción, sino que la enmarcan, y la acción se agota en sí misma.

            Hay un confusionismo conceptual y gramatical en la política, que generaliza un cargo no como una carga, sino como institución que a alguien se le otorgare de por vida. Por eso, los políticos se aferran tanto al poder y se alían con el diablo con tal de no dejar el sillón que un día se les otorgare por delegación. Es frecuente leer y oír: “O dimites o te dimito” (en lugar de “te destituyo); “A mí solo puede destituirme quien me nombró: el congreso”, como si por encima de la conjunción de esa fuerza delegada de poderes no hubiere otra mayor que la bendijere.

            Nadie acepta, por lo general, que un cargo está cesante desde el momento mismo de su nombramiento en los boletines oficiales y su toma de posesión. El mismo que otorga la confianza, puede retirarla “ipso facto” al día siguiente de aquella.  La conjugación de “dimitir” puede no ser aceptada por quien nombró al dimisionario, del mismo modo que quien nombra puede destituir de su cargo y funciones al designado. Hubiere otros casos en el que político deja su cargo sin que lo supiere quien le nombrare. Renuncia, abdica, se va, se despide a sí mismo, sin que previamente le fuere comunicado su cese. Otros son destituidos  sin más explicaciones que el decreto publicado en el boletín.

            Cuando tras un proceso electoral, un partido pierde las elecciones, nadie se da por aludido, como si no fuere con ellos la nota. Los ganadores piden su dimisión, como si de ellos dependiere, cuando ya le ha sido otorgada por quienes correspondiere: la soberanía popular, de la que emanan todos los poderes del Estado, y de la que todos se olvidan, como si fueren césares elegidos por el pueblo a perpetuidad, una palabra ya desaparecida de los cementerios por falta de espacio físico, pero aprehendida y comprada por los políticos para su previo “eterno descanso” en la tierra antes que en el cielo, donde ya nada necesitaren.

            No conjugamos la transitividad, que no da réditos, si no nos fuere impuesta la intransitividad, en el que la acción del cese agota la acción verbal en sí misma.

            La redefinición del nuevo proyecto de izquierdas por la que algunos abogan no puede hacerse de la noche a la mañana, con la remoción de todos los aparatos perdedores, porque supondría un vacío de poder, que impediría sentar las bases del mismo con la tranquilidad necesaria; pero tampoco solo desde los aparatos sin contar con las bases que lo sustentan, que abriría aún más la brecha existente entre las élites del partido y la militancia de base.

            No se puede diseñar un proyecto en la definición de perfiles para después ponerles nombre a los mismos, porque el diseño del vestido les viene grande a los nombres para quienes se diseñare. Primero el proyecto; después, los nombres, los líderes. Ni se puede decir que “hay que dar paso a otros” cuando lo que quieren decir es que se postulan para un cargo superior y, perdido aquel en elecciones, resulta valedora la experiencia, pero no la juventud.

            Es preciso meter la cuchara mucho más hasta dejar el tazón vacío de políticos aferrados al sillón de por vida. No pueden seguir quienes perdieron; no deben alzarse como padres de la patria quienes condujeren a los suyos a la sima electoral. “Quien pierde paga”, ha dicho Ibarra; pero aquí no: quien pierde, gana, y los de siempre, a trabajar y callar. Quienes antes otorgaron, piden ahora “salud y rebeldía”, como si la última fuere complementaria de la primera, sin trabajo abnegado de por medio, sino el de figurar por figurar.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

CAMBIO DE TERCIO, SIN BANDERILLAS

España ha decidido cambiar de tercio electoral, pero eludiendo el segundo tercio, las banderillas, al considerar notoriamente evaluada en el primero la bravura del adversario que, pese al castigo y al quebranto recibido, no ha arrojado la toalla. El vencedor en buena lid ha perdonado la segunda suerte, la que persigue reanimar al toro sin restarle fuerzas. Podría haberlo hecho de poder a poder, el uno frente al otro, la suerte encarnada por Luis Francisco Esplá, realizando un cuarteo para clavar. Hay que ser humilde en la victoria y generoso en la derrota, más aún con el partido que ha gobernado la nación durante veintiún años frente a los ocho de la derecha con dos presidentes excepcionales, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

            El PP ha sido humilde en la victoria y generoso con la derrota de su adversario. No están los tiempos para triunfalismos y así lo hicieron los derrotados con el vencedor, felicitándole, y el vencedor con los vencidos, sin hurgar más en las heridas inflingidas en el primer tercio de la lidia, la suerte de varas, en la que ya midieron su bravura. Los discursos institucionales del presidente electo y el del candidato vencido han mirado por encima de la filosofía partidista y han apelado a la unidad de los españoles en una legislatura en la que podemos jugarnos el futuro de varias décadas. Rajoy ha sido un señor y Rubalcaba, más señor al reconocer la derrota sin paliativos y llamar a todos a seguir luchando por la defensa de los valores que encarna el PSOE, más necesarios que nunca en esta hora de España.

            No ha logrado el PP batir aún los dos records socialistas: el del número de diputados logrados en unas elecciones legislativas: 202 en 1982, y el de votos obtenidos en las elecciones de 2004: 11.288.698, con 164 escaños; pero, además, tampoco hay por qué afligirse: el PSOE ha obtenido casi siete millones de votos y 110 diputados, erigiéndose el primer partido de la oposición, lo que asegura, con la mayoría popular, una colaboración leal con el poder para alejar los fantasmas que se ciernen sobre el horizonte. La lealtad de los dos partidos mayoritarios al proyecto de España es indiscutible y su disposición a colaborar, tan necesaria como su sentido de Estado y democrático.

            El PP gana porque pierde el PSOE. Cómo explicarse que mejore sus resultados en comunidades con políticos en tela de juicio. Sencillamente, porque a los españoles les han tocado el bolsillo y con él vacío, del que culpan al presidente en funciones, han ido a votar, mientras que a los fieles del PP les da igual los escándalos de corrupción. La crisis ha espoleado una abstención de 971.775 españoles; 317.886 votos nulos y 333.095 en blanco en el conjunto nacional. En Extremadura se abstuvieron 216.439 votantes; 9.482 introdujeron en las urnas votos nulos, y 7.780 votaron en blanco. Son los votos del desencanto, los votos de la crisis, de los desafectos a la política de uno y otro bando, porque en todos los sitios cuecen habas, hartos de un sistema que mina, además de los bolsillos, sus propias fuerzas físicas, al no perdonar ninguna de las tres suertes o tercios en la plaza. Son demasiados los abstencionistas; muchos los que se molestan en acudir a las urnas en día lluvioso para mostrar su descontento votando en blanco o con votos nulos. Cuando el país más nos reclama, le damos la espalda con esos votos perdidos y le damos la victoria a quien no la mereciere ni la buscare con ahínco, porque ya se la brindaron en bandeja los desmemoriados obreros de la patria, como para recibir ahora al toro “Ratón” a porta gayola, de rodillas y a pecho descubierto, como en los fusilamientos del 2 de mayo de Goya.

            No estamos para eso. No hemos aprendido las lecciones de Portugal, Grecia o Italia. Los dos últimos no necesitaron elecciones para cambiar de gobierno: se los han impuesto. Los vecinos lusos cambiaron para peor. Ojalá los españoles sepamos mirar por encima de nuestros hombros y parar la embestida de la crisis, sin pases de farol, que no está el morlaco para lucimientos vanos en la fiesta nacional, con una prima de riesgo cercana a los 500 puntos.



martes, 22 de noviembre de 2011

DOS FOTOS EN LA NOCHE DEL 20-N


    Hay dos fotos en la noche del 20-N que llaman la atención tanto o más que los discursos institucionales del vencedor y el derrotado en las elecciones: la foto del beso en la boca de Rajoy a su esposa Elvira Fernández, la más reproducida en los periódicos del lunes, y la foto de Rubalcaba, solo, pero arropado por su equipo de trabajadores de campaña que, ni aun en la derrota, pierde la sonrisa, y besa y abraza después a su líder.

     Dos fotos y dos lecturas. Ha esperado y aguantado Elvira Fernández lo suyo para casarse con el presidente electo, que ya hubiere 41 años al matrimoniar con ella, y al que ha dado dos hijos. El patrón Fraga le dijo un día, como a Hernández Mancha: tienes que casarte como Dios manda y después, aprender gallego. Ha esperado paciente; estuvo en ese balcón a su lado, como consorte de un aspirante dos veces derrotado, triste, alicaída, como queriendo pasar inadvertida. Apenas lograron alzar sus brazos para saludar a los suyos; pero, ahora sí: ha salido primero el triunfador; después, ella; a continuación, sus más íntimos colaboradores, Saludan a los suyos, que cantan, gritan, más patrióticos que nunca, como si el patriotismo fuere exclusiva de los vencedores. Pide Rajoy un “minutillo” para las gracias. Prosiguen los saludos. Concluye su breve parlamento de gratitud. De pronto, su brazo derecho atrae hacia sí a Elvira, la mira a los ojos y dirige su boca a la suya, y se dan un ósculo de amor y de símbolo de la victoria. Inmortalizan las cámaras ese beso ya bendecido por las urnas y que no dependieren a esa hora de ellas, sino de las actas rubricadas.

     La foto de Rubalcaba pareciere más aleccionadora y agradecida en la derrota que la del triunfo, en el que los besos, cánticos y aplausos se suponen. Alfredo ha preferido estar solo, dando la cara, como el atleta que siempre ganó, pero que alguna vez pierde. En una esquina, sin aparecer en la foto, su jefa de campaña, Elena Valenciano; a la izquierda, en última fila, tampoco aparece en la foto su esposa, Pilar Goya. Cuatro plantas más arriba sigue la intervención por TV el secretario general y presidente en funciones, Rodríguez Zapatero; pero no está solo Rubalcaba, aunque falten este y los miembros de su equipo.
    
    Muestra su agradecimiento a los siete millones de españoles que han votado a su partido, a quienes se lo agradece de corazón. Y a trabajar para “recuperar la mayoría social y política”, con tres objetivos: la recuperación del empleo, la cohesión social sin la pérdida de derechos y la igualdad entre hombres y mujeres. No dimite Alfredo de las obligaciones contraídas. Su candidatura ha concluido. Ahora, le da el relevo al secretario general y le pide que adelante el congreso para evitar la orfandad.

     No está solo Rubalcaba. Detrás de él, le arropan los empleados de su Oficina Electoral: hombres y mujeres, jóvenes y veteranos de muchas campañas, con una sonrisa en los labios, pese a la derrota, que lo han dado todo por él y que, por nada del mundo, desean ver a su líder alicaído. Su segundo equipo, el obediente, el de los obreros fieles al partido obrero, al que muchos de los suyos ni votaren porque no fueren tiempos de vacas gordas y nada hubiere que repartir, sino de imponer sacrificios. Y apenas concluidas sus palabras, por primera vez leídas para no decir ni más ni menos que lo que hubiere de decir, sus mujeres le besan, su hombres le abrazan, trasmitiéndoles, a su vez, la entereza del perdedor que lo hace con la dignidad de quien también hubiere servido durante treinta y siete años de su vida a España y los españoles. El perdedor temido, el tejedor de pactos, el azote de terroristas, el profesor didáctico, el hombre que “ponía” a las mujeres, el subcampeón de España de los cien metros, el premio Fin de Carrera en Químicas…

     Veo a esas mujeres que le abrazan y le besan, a él acariciándoles su cara, agradecido por su apoyo; los abrazos de sus obreros que no han perdido tampoco su dignidad, porque trabajaren para él, para el partido y para España, y anoto: al ganador solo le besó su mujer porque él se lo solicitó; al perdedor se lo comen a besos sus obreras y obreros; aunque la sintonía de “Carros de fuego” se haya apagado, el fuego interior de los desheredados de la tierra no se cierra con una derrota, que nunca será eterna mientras no existiere la igualdad, el Estado del bienestar se fracturare o la pérdida de derechos adquiridos se fuere a parar al Sahara. Por ello, en la derrota recibió más besos el perdedor que el vencedor, porque muchos son los llamados, pero pocos como él los elegidos; muchos lo que se apuntan a caballo ganador y bastantes los que no se merecieren ni ser candidatos, porque no hubieren perfil para ello, sino tan solo el de seguir en el tajo sin estar en él, pero cobrando de todos para nada.




jueves, 17 de noviembre de 2011

PARTICIPIOS DE LA PRIMERA CONJUGACIÓN EL 20-N

     El 20-N subsume los participios de la primera conjugación, terminados en ado e ido, y los de la segunda y tercera, en ido. El participio es la forma no personal del verbo que este toma para funcionar como adjetivo sin perder su naturaleza verbal. Antes y después del participio se alinean siglas y nombres de personas, no terminados quizás en ado e ido, pero que al final del día subrayarán el resultado final de la jornada electoral. Los participios de la primera conjugación pueden definir la incógnita mejor que los de       la segunda y tercera.

    Reina hoy el participio de indignar, indignado, que califica a quienes se sienten irritados y enfadados sobremanera por la situación; pero a esa indignación de los indignados puede sobrevenirle la desconsolación del desconsolado y afligido. Una ministra del Gobierno de España ha pedido un esfuerzo para que, en el 20-N, España no pase de la indignación a la desolación en horas veinticuatro, como si previese que, llegado el caso, viniere a continuación el adviento del participio de la segunda y tercera conjugación, terminado en ido: olvido, molido, confundido, malherido…

   La liturgia del Adviento nos prepara para el que ha de venir, que no hubiere nada que ver con el resultado electoral, porque el Niño llegare todos los años y el participio de la segunda y tercera conjugación pudieren durar años, antes de que los indignados y desolados volvieren a ocupar su lugar tras el olvido.

     El 20-N es un buen día para no pasar de la indignación a la desolación y para no sentir el olvido “a posteriori”. Por encima de los participios están el presente y futuro verbales, en forma de siglas, nombres y programas, alejados de las prédicas de quienes no anunciaren más que males del infierno, que adjudicaren a su vez a los anteriores, y no al que ha de llegar, símbolo de esperanza y futuro para un pueblo que hubiere todavía más fe en el que ha de venir que esperanza en los políticos y mercados que nos amenazan por doquier.

    Hay motivos para estar indignados, pero no desolados, y menos aún afligidos. El voto es la herramienta democrática para no pasar de la indignación a la desolación, y menos aún al olvido. En nuestras manos está construir un nuevo futuro con otras formas verbales que no sean los participios indeseados. “Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran” (Mt, 7-13), nos enseñó el Maestro que ha de volver. Entremos, pues, por “esa puerta angosta”, aunque “estrecho fuere el camino”. Votad, abstencionistas, votad, porque vuestro será el triunfo o la perdición, Ni un solo voto perdido, ni en blanco ni nulo, porque otros vendrán que los harán suyos por vosotros, y entonces será el llanto y crujir de dientes, porque “nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión al uno y amor al otro”. (Mt 6, 2-34).



martes, 15 de noviembre de 2011

EXTREMADURA EN LA CABEZA, ESPAÑA EN EL CORAZÓN

  Vara habla con el corazón en la mano, porque le pueden los afectos. Se defiende porque le atacan. Cuando los otros hablan, dicen dicterios; cuando él habla, lleva Extremadura en la cabeza y a España en el corazón.

            En su discurso de Plasencia, Guillermo ha dicho que el “PP no tiene metida la cabeza en Extremadura” y ha aducido para ello que la defensa del Eje 16 pasa por Lisboa, Badajoz y Puertollano, pero no por Cáceres. Se olvidan de media Extremadura, porque no la tienen en su cabeza ni en su corazón. Pretenden construir una región sobre media región. No saben cómo gobernar Extremadura y pretenden hacerlo en España entera. Se olvidan de la casa propia y se van a la que hubieren. Cierran puentes para acercarse al pueblo; se cambian de sitio como estudiantes rebeldes y salen en su tele, la de todos, más de lo que debieren, para insultar a los ministros de España que visitan la región y que solo hablan de futuro. Pues, qué hacen ellos sino la política del victimismo, achacando todos los males al pasado, como si aquellos hubieren nacido solo aquí y tuvieren necesidad de un premio gordo para tapar agujeros y seguir adelante.

            No se les otorgó el poder para quejarse permanentemente y no hacer nada. Nadie les obligó a jurar fidelidad a Extremadura y a España, a la Constitución y al Estatuto y, como lo hicieron, se lo demandamos. El Estado no se construye llorando y lamentando un pasado del que fueren parte, aun como oposición, en España y en Extremadura. Extremadura es España y no puede concebirse la una sin la otra, como una hija no puede concebirse sin su madre. Al poder se llega llorado, sin mirar atrás más de lo preciso y mirando al futuro por encima de los mandatos. Y qué futuro nos aguarda, a la espera…, sin presupuestos que guíen la acción política, la esperanza del pueblo, la frustración de los parados; el paro de los jóvenes, la generación más formada de la historia de España, pero perdida, sin rumbo, sin futuro, con parias que no se creen ni lo que hacen porque nada hicieren más que visitas de cumplidos y tebeos de ocasión para distracción de la realidad.

            Extremadura merece más cabeza y España, más corazón. No se puede aspirar a gobernar España si nos olvidamos de una de sus hijas que es responsabilidad, por encima de todos, de quienes fueron elegidos para gobernarla. No se puede perder la cabeza en la plaza y llevar a España en las vísceras y no en el corazón. No se puede abordar el futuro con miradas al pasado. No se debe derruir lo construido para caminar para atrás.

            El lamento es el sino de quienes dicen lo que no debieren; de quienes predican una cosa y hacen la contraria; de aquellos que miran solo por su parentela y se olvidan de los hijos pródigos; de quienes también olvidaren su pasado de pecados inconfesables para los que no hubiere penitencia bastante para que les fueren perdonados.

            Extremadura y España necesitan cabeza y corazón, lealtad y entrega, compromiso y eficacia; pero no se debe llevar a España en el corazón sin tener a Extremadura en la cabeza. Una lección todavía no aprendida por políticos advenedizos y por votantes absentistas, ignorantes de lo que se juegan el 20-N, como si no lo hubieren vivido y no se les reconociere por su pelaje. Al menos Vara lo intentó, aunque no pudiere, porque llevó a Extremadura en la cabeza y a España en el corazón, pese a que le confundieren en sus perfiles.