domingo, 25 de agosto de 2013

INVESTIGADORES FUERA, POLÍTICOS DE PASEO

          
            Resulta decepcionante que, mientras nuestros investigadores hacen las maletas para emprender viaje a Estados Unidos u otros países que les den la oportunidad de trabajar que no hubieren en el suyo, que les formare, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se permita dar un paseo, acompañado por toda su guardia pretoriana gallega, para poner fin ante los españoles a su cortas vacaciones de verano. El paseo discurre por una ruta fluvial en Ribadumia. Los periodistas le siguen a dos minutos de distancia, vigilados por un miembro del equipo de seguridad y, naturalmente, no pueden hacer preguntas, aunque los medios gráficos sí pudieron tomar imágenes de la comitiva, que es de lo que se trataba. Y es que el presidente se incorpora mañana lunes 26 a la actividad oficial. Nos recuerda este paseo las fotos del Generalísimo Franco en el Pazo de Meirás y pescando desde el Azor porque, también como hoy, de declaraciones, de lo que nos ocupa y preocupa, nada de nada. Ya empezará el curso político...
 
              Mientras aquí nos distraemos con el inicio de la Liga y el comienzo de la Vuelta, que el jueves 29 y el viernes 30, vuelve a Extremadura, esperando el Europeo de Baloncesto, que se desarrollará entre el 4 y el 22 de septiembre en Eslovenia..., subyacen en silencio mil y una preocupaciones a las que nadie parece dar respuesta. No salimos de una y entramos en otra. A un mes ya del accidente ferroviario de Santiago, entra de nuevo Gibraltar en escena --la espina siempre clavada en el zapato de España--, asunto al que la diplomacia y la política españolas no han sabido dar la respuesta adecuada, para provecho propio y detrimento del pan de nuestros pescadores y del comercio de La Línea. Sólo la Guardia Civil parece ser el único Cuerpo que, cumpliendo órdenes, sabe hacer cumplir la ley, que otros parecieren ignorar.
              A los españoles les preocupa el paro galopante, la sanidad y la educación que nos esquilman; la corrupción política que hace perder la fe en los políticos como vehículo para solucionar los problemas que nos afligen: los derechos perdidos, los impuestos y tasas de todo orden que impiden el ejercicio de esos derechos constitucionalmente reconocidos, pero no protegidos y amparados por el Gobierno; los niños que han de ir al colegio en verano para poder comer; los mayores que, cada día en mayor número, acuden a los comedores de caridad para poder subsistir; los estudiantes que disminuyen porque no pueden pagarse ni la matrícula y ya no tienen beca ni aun obteniendo sobresaliente; los mayores abandonados, y la juventud española en silencio, haciendo la maleta para irse a buscar la vida fuera... Y el Gobierno calla, como si pareciere otorgar ante una situación que nos retrotrae a tiempos que creíamos olvidados.
              Indigna la carta sin respuesta de Amaya Moro-Martín,  investigadora del CSIC y promotora de la Plataforma Investigación Digna, al presidente Rajoy, publicada en "El País" el pasado día 19, cuando se encontraba haciendo las maletas para irse a trabajar a la NASA, en la que le decía: Sepa usted que "cuando emigre próximamente, la ciencia que haga ya no será española, ni será gracias a España; seguiré haciendo ciencia a pesar de España".  Nos indigna que Leticia Díaz Beltrán, que llevaba más de un año y medio trabajando gratis en la Universidad de Jaén, haya tenido que emigrar también a la Harward Medical School, que le ha ofrecido un contrato de un año, que le permitirá concluir su tesis doctoral, y que clame, como tantos investigadores, que "es frustrante que el Estado gaste dinero en nuestra formación para que sean otros países los que recojan los frutos".
              Ya Amaya Moro había advertido en marzo pasado que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha perdido 1.208 puestos de investigación en los últimos quince meses, y el Gobierno ofreciéndoles cursos de crupier para que no emigren.
              A qué seguir... Mientras predican la excelencia de la innovación y de la investigación para avanzar en el desarrollo de un país, una generación llamada a ser el presente y el futuro de aquella en España, tiene que dejar el suyo, ante las escasas perspectivas existentes,  y marcharse a otros que les ofrecen trabajo, consideración y buena remuneración. No hablamos ya de los simples licenciados, que ningún futuro tienen, sino de los investigadores a quienes les cortan la financiación para sus proyectos y las alas de realizar aquí una investigación que le sea de utilidad a su país.
           ¿A qué venir, pues, a hacerse el último posado de sus cortas vacaciones, porque mañana lunes nos incorporamos al despacho para seguir trabajando por España...?, mientras los investigadores y los licenciados huyen fuera, la lista de parados no mengua, y los políticos de paseo, sin admitir preguntas... Hay muchas preguntas por responder, porque la lista de los parados se alarga y la de los investigadores se acorta. Y, mientras, los políticos de vacaciones y de paseo, viendo pasar a los ciclistas... ¡Qué país, qué tropa...!

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