El próximo domingo, día
20, España no se juega la Liga 2015-2016,
sino algo más importante: los próximos cuatro años; su futuro quizá. La
Liga es una sola campaña, hasta mayo, en que se dilucide, como la Eurocopa de
Selecciones 2016 se diligenciará en tan solo un mes (10 de junio-10 de julio).
Las elecciones legislativas, sus resultados y coaliciones determinarán las
políticas que a todos nos atañen, nos ocupan y preocupan. El 20-D supondrá
posiblemente el fin del bipartidismo y las mayorías absolutas de gobierno, que
abocarán al pacto como norma y no como excepción.
Por encima de los diversos bloques temáticos de los
programas de partidos y coaliciones, que se vienen explicando en campaña, las duodécimas
elecciones a Cortes Generales en España y las primeras del reinado de Felipe
VI, abrirán la XI legislatura desde las iniciales del 15 de junio de 1977 que
dieron pie a la legislatura constituyente de la Monarquía Parlamentaria, que no
serán ya las de la transición, señaladas por los politólogos en otras ocasiones,
pero que se presentan como las más reñidas y ajustadas. No entran en liza ahora,
como antes, solo los dos partidos principales que se alternaban en el poder
(UCD, AP-PP, PSOE), unas veces con mayoría simple (Suárez las dos veces con
UCD, en el 77 y en el 79; Calvo-Sotelo, con la misma coalición, en el 81;
Felipe González logró dos mayorías absolutas con el PSOE en el 82 y 86 y otras
dos simples, en el 89 y 93; Aznar (PP) gobernó con mayoría simple en el 2000 y
con mayoría absoluta en 2004; Zapatero (PSOE) consiguió mayorías simples en
2004 y 2008, y Rajoy (PP) ha gobernado con mayoría absoluta desde 2011). En el
panorama electoral español han irrumpido unas fuerzas emergentes que se han apropiado
del voto de unos electores desencantados de unas políticas que han devenido en
una menor calidad de vida, en la que la crisis, el paro y la corrupción, han
hecho mella en una sociedad que postula un cambio en el fondo y en las formas
de hacer política, al objeto de constituir una nueva sociedad más justa e
igualitaria, en la que el trabajo y el beneficio se repartan a partes iguales y
no volver a la antigua división entre ricos y pobres.
Hace años, la televisión pública convocaba un concurso para
condensar en una breve frase un lema turístico para una España emergente entonces
en una industria, que, en mayo pasado, lideraba por vez primera el Índice
de Competitividad Turística de Viajes y Turismo
(véase hosteltur.com, de 13/12/2015),
elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM). Pues bien, el lema elegido
expresaba con rotundidad lo que los datos han venido a demostrar: "España,
un lujo a su alcance". Por extrapolación a ese lema turístico, podríamos
sintetizar el que, sin duda, habría de marcar los programas y agendas de los
partidos democráticos: "España, lo único importante."
Los lemas de campaña buscan, en un compendio de imagen,
frases y logos, llamar la atención del elector sobre las preocupaciones o
deseos más imperiosos del momento, aunque unos se aproximen más que otros a la
realidad y, en algún caso, no se entienda muy bien esa apelación al voto.
El PP se presenta con un lema que ofrece diversas
lecturas: "España en serio". Para el partido proponente, se trata de
no cambiar el rumbo actual, porque "España
se la juega" (véase huffingtonpost.es, de 30/11/2015) y para no hacerlo, la experiencia
del candidato, Mariano Rajoy, es un
valor frente a la inexperiencia de sus rivales. Otros, empero, pueden
entenderlo al revés: "¡Ah, es ahora cuando de verdad vamos en serio...!"
Ya se ve, ya, que es tanto como ignorar la crisis, tapar la corrupción, los
recortes, la liquidación de la clase media, las rebajas de derechos que
parecían consolidados y que se perdieron...
El PSOE cambió su primer lema electoral --"El
cambio que une"--, presentado en el primer
aniversario de la elección de su candidato. Pedro Sánchez, como secretario general del partido, que subsumía
los principales mensajes de su primer año de mandato orgánico (véase abc.es/españa, de 26/07/2015)-- por el
de "Un futuro para la mayoría", en el que el partido apela a tener un
gobierno "que garantice un
futuro para la mayoría" (Véase huffintonpost.es, de 01/12/2015). Sin embargo, los vaivenes de las
encuestas, interesadas o no, le han conducido a cambiar su lema electoral: en
lugar de "Un futuro para la mayoría" por el de "Un presidente
para la mayoría", que intenta realzar la figura del líder tras el bajón
del debate a cuatro de Atresmedia, celebrado el pasado 7 de diciembre, con la
clara intención de mostrar a su candidato como "figura
de consenso" y "candidato mayoritario para la sociedad"
(Véase larazon.es, de 09/12/2015).
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C´s), fundado el
01/06/2006 en Barcelona, se ha extendido a toda España y tiene ya
representación en diversas comunidades autónomas, en el Parlamento Europeo y en
diversos municipios del país. Segunda fuerza política de Cataluña en las
elecciones del 22/09/2015, al pasar de los 9 diputados que tenía en el
Parlament desde 2012 hasta los 25 actuales,
logró en las autonómicas de mayo pasado un representante en la Asamblea
de Extremadura (Victoria Domínguez). Su líder, Albert Rivera, se vende como plataforma
civil frente a los partidos tradicionales (véase elmundo.es/españa, de 04,/12/2015) y se
presenta con un lema --"Con ilusión"-- como un proyecto
esperanzador para el electorado. (Véase lavanguardia.com, de 10/12/2015).
Podemos, la otra fuerza emergente, liderada por Pablo Iglesias, presenta un lema "Un
país contigo, Podemos" en el que resaltan las dos primeras palabras y la
tercera, unidas: "Un país Podemos", mientras que "contigo"
aparece entre ambas, separada por una coma del nombre del partido. Se trata, en
palabras de su jefe de campaña, de que "más allá de cambiar de color
político, nos jugamos reconstruir un
país que no deje a nadie atrás". (Véase abc.es/españa, de 23/11/2015).
La imagen y la palabra unen conceptos como país, cambio,
progreso, mayoría, España..., pocas veces el nombre del candidato; si acaso, su
foto. UPyD, por ejemplo, se nos oferta
con el lema "Más España" que para su líder, Andrés Herzog, sintetiza una preocupación política de estos últimos
años: el
desafío soberanista (lavanguardia.com/política,
de 02/12/2015), mientras que IU-Unidad Popular apuesta, con Alberto Garzón, "Por un nuevo
país", que traduce por un cambio radical en España (Íbid.).
Veremos el próximo domingo si, como rezaban los antiguos
lemas electorales ("Vamos a más", del PP en 2000; o "Por el
pleno empleo", del PSOE en 2008), los deseos de los españoles matrimonian
con los lemas de los aparatos de los partidos.
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