Santos Palomo Viniegra (Mérida,
01/11/1841;16/04/1902) ha pasado a la historia de la ciudad por ser su primer
hijo predilecto, nombrado por el Ayuntamiento en sesión ordinaria el 2 de
diciembre de 1895, bajo la presidencia del alcalde, D. José Domínguez Rollán, y con la asistencia de los concejales Presidente Márquez, Sánchez Tena, Becerra, Sáez Ozores, Ayala, Galán, González y Puig. [1]
En aquella sesión, según se dice en el acta, “queriendo
dar testimonio de gratitud al hijo esclarecido de Mérida D. Santos Palomo Viniegra, residente en Barcelona, por lo dignamente
que ha desempeñado la representación que en nombre de este pueblo el Municipio
le confiriera, de entregar al Batallón de Cazadores que ostenta el nombre
ilustre de esta histórica ciudad, el obsequio que los emeritenses le dedican,
así como por la despedida que le ha hecho, también en nombre de Mérida, en el
momento de su embarque en el vapor Colón, el día 23 de noviembre último, con
destino a Cuba, para luchar por la
integridad de la patria, y teniendo además en cuenta las especiales
circunstancias que concurren en dicho Sr.
Palomo que le hacen acreedor del cariño de todos sus paisanos, el
ayuntamiento por unanimidad acuerda declarar Hijo Predilecto de esta ciudad a D. Santos Palomo Viniegra”.
Santos Palomo
Viniegra fue bautizado el 03/11/1841 en la iglesia parroquial de Nuestra Señora
Santa Olalla, “extramuros de esta ciudad”, por don Antonio Ramírez y Jiménez, teniente vicario de la citada iglesia
parroquial. Había nacido a las 06:00 de la mañana en la casa número 21 de la
calle Cárdenas; se le impuso por nombre Santos
Julián. Era hijo de Bartolomé Palomo,
natural de la ciudad, y de Fernanda
García Viniegra [2],
natural de Montenegro, vecinos de la ciudad. Sus abuelos paternos fueron Bartolomé Palomo, natural de la ciudad,
y Josefa Pérez Pulido, natural de
Alcuéscar; y los maternos, José Viniegra
y Juana Pelayo, ambos naturales de
Montenegro. Su madrina fue Juliana
Viniegra, tía del bautizado. [3]
“Nació de familia campesina muy humilde. Su padre fue
aguador, oficio que consistía en ir por los cortijos sin pozo transportando
agua en su burrito; pero su hijo Santos,
desde muy pequeño, dio muestras de una inteligencia y aptitudes para el estudio
poco comunes, por lo que, con alguna ayuda de las instituciones, pudo darle
estudios que, después de su formación escolar, lo llevaron a Barcelona, donde
llegó a ser un dirigente de relieve en su puerto. En Barcelona se enamoró de mi
bisabuela Matilde Fort, casada con
un hombre, parece ser que de muy escaso valor humano y económico. Mi bisabuelo
para librarse de él, le pagó el viaje en nave a Argentina, donde pocos meses
después murió. Una vez llegada a manos de D.
Santos su esquela funeraria, pudo casarse con doña Matilde.” [4]
José Álvarez Sáenz de Buruaga (Vitoria, 1916;
Mérida, 1995), arqueólogo e historiador, director del Museo Nacional de Arte
Romano de Mérida e Hijo Adoptivo de Mérida en 1979, le calificó en una ocasión
de “embajador emeritense” en Cataluña a finales del XIX. En su obra “Materiales
para la historia de Mérida (de 1637 a 1936)” [v] refiere dos citas de Santos Palomo Viniegra. En la primera,
según cita de las actas municipales, recuerda que en Barcelona existía un
“Batallón de cazadores de Mérida que en 1895 se disponía a marchar a Cuba y se
acordó abrir una suscripción pública para obsequiarles y por ello se designó a
don Santos Palomo Viniegra como
representante de la ciudad en el acto… Él contribuyó con cincuenta duros. El
obsequio fue una corbata para el estandarte que llevaría la imagen de Santa
Eulalia y un ejemplar de la Historia de Mérida, además de 2.000 pesetas para
convidar a los integrantes del Batallón. Palomo
redactó una carta dando cuenta del desarrollo del acto. A continuación se
le nombró Hijo Predilecto de la ciudad”. (Pág. 260).
Por otra cita de las actas capitulares tenemos la fecha
de su fallecimiento: “Se lamenta la muerte de Don Santos, ocurrida el 16 de abril de 1902. D. Juan Bautista Saussol dio las gracias en nombre de la familia.”
(Pág. 281).
El exministro Alberto
Oliart Saussol (Mérida, 1928;
Madrid, 2021), bisnieto de don Santos y
primo de José María Saussol, en sus
memorias publicadas en 1998, hace referencia varias veces a su bisabuelo Santos Palomo. Al referirse a sus
abuelos, Juan y Fernanda, afirma: “Aunque llegó casada a Mérida (Fernanda) a los 19 años y su padre, don
Santos Palomo, era también de
Mérida, nunca perdió del todo, bajo el deje extremeño, esa modulación de las
vocales y los giros del habla de Barcelona, donde había nacido y había vivido
hasta que se casó”. Dice de su abuela: “Tan atildada siempre, tan repeinada su
larga cabellera gris y rubia, con su traje hasta los pies, entallado porque
llevaba los corsés de cuerpo entero de la época, y su gargantilla negra en el
cuello”, que le reprobaba al abuelo: “Juan,
no asustes al niño y no te comas su desayuno.” [6]
Oliart se
refiere también a su bisabuelo, Santos
Palomo, padre de su abuela Fernanda,
como “hijo de un modestísimo yuntero; es decir, de un hombre que tenía una
yunta y se alquilaba con ella para ganarse la vida. El cura que le enseñó a
leer se dio cuenta del talento natural de aquel muchacho y tanto le
impresionaría que, por recomendación suya y por el interés que se tomó, le
colocaron en Sevilla como aprendiz y chico para todo los García Vinuesa, que tenían, entre otras cosas, barcos y un negocio
de consignación de buques. Muy joven, don
Santos se fue a Barcelona y empezó a trabajar por su cuenta como consignatario
de barcos; y al cabo de unos años amasó una fortuna considerable. Fortuna de la
que hizo partícipe a sus padres y hermanos, a los que compró casas y tierras en
su pueblo de Mérida. Llegó a comprar para él y los suyos seis o siete de las
mejores casas del pueblo, y muchas fanegas de tierra de labor, todas, que yo
sepa, dentro del término municipal, quizá las mismas que él labró con su padre
para su anterior propietario. Solo la finca que le compró a su hija, Las Macillas, estaba fuera del término
de Mérida, en el término de Calamonte. En la guerra de Cuba costeó los
uniformes de todo el regimiento que estaba de guarnición en su pueblo y tenía
que embarcar para Ultramar. Por esa razón le pusieron su nombre a una calle de
Mérida, y por su nombre se llamó hasta que, hace pocos años, otro nombre más
reciente lo desplazó, olvidados los méritos de mi bisabuelo emeritense. Sic transit gloria mundi.” [7]
Relata también su bisnieto Oliart que en, Barcelona, don
Santos conoció a una señora casada y con dos hijas, doña Matilde Fort, “una señora muy guapa, y
según decía con un poco de retintín, muy divertida. Se enamoró perdidamente de
ella, pero no podían casarse ni eran posibles, en aquel entonces, divorcios o
anulaciones porque la sociedad no los toleraba. Afortunadamente, el marido de
mi bisabuela se fue a la Argentina, generosamente ayudado por don Santos, y al poco tiempo apareció en
los periódicos su esquela de defunción. Se casaron, en 1872 nació Fernanda y después de ella cuatro hijos
varones más. Doña Matilde Fort murió
en Barcelona. El bisabuelo Santos
acabó viviendo sus últimos años en Mérida, con su hija, y en nuestra casa
murió. Él y su mujer están enterrados en nuestro panteón de Mérida”. [8]
Por último, el bisnieto de Santos Palomo se refiere a su abuelo Juan Bautista Saussol Toresano, hijo, nieto y sobrino único de
varios tíos, “entre otros del tío abuelo don Rafael Martínez Toresano, padrino de su madre, que le dejó en
herencia, en su recuerdo la finca que él agradecido llamó San Rafael”. Añade
que le crio la abuela francesa, que le hizo de madre. Estudió Bachillerato en
Madrid y después marchó a Barcelona a estudiar Ingeniería Industrial,
encomendado a don Santos Palomo, que
era la persona encargada de pagar sus gastos y en cierto modo de tutelarle… [9]
El primer hijo predilecto de Mérida falleció el
16/04/1902, a los 60 años de edad, a las 03.00 de la madrugada, en la Plaza de
la Constitución, número 6. El funeral fue oficiado en la iglesia de Santa María
al día siguiente por don Tomás Pozuelo
Sierra, coadjutor de la citada iglesia por ausencia de su cura ecónomo y
arcipreste, don Pedro Gómez Cortés. Era
viudo de doña Matilde Fort Cordón, natural
de Barcelona, de cuyo matrimonio dejó cuatro hijos: Fernanda, Víctor, Carlos y
José. [10]
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[1] Vid.: Libro de
Actas del Ayuntamiento Bienio 1895-97, págs. 65-70.
[2] Vid.: Acta
de defunción de don Santos Palomo Viniegra, en Registro Civil de Mérida, tomo
191, pág. 130.
[3] Vid.: Partida
de nacimiento de Santos Palomo Viniegra, en parroquia de Santa Eulalia, Libro
XII, pág. 215.
[4] Vid.:
Carta-testimonio del Dr. José María Saussol, catedrático emérito de
Lingüística y Literatura Española de la Universidad de Trieste (Italia),
bisnieto de Santos Palomo Viniegra, dirigida al Dr. José María Álvarez Martínez
el 23/06/2021. El Dr. Saussol es autor, entre otras obras, de “Eulalia”, obra
de género teatral publicada sobre la Mártir (Editorial Círculo Rojo, 2018),
estrenada en el Teatro Romano de Mérida en 1964, y primo hermano del exministro
Alberto Oliart (Mérida, 29/07/1928; Madrid, 13/02/2021). En la presentación de
la segunda edición de la obra, el Dr. Álvarez Martínez subraya que su obra
“Eulalia” “es un auténtico regalo de este ilustre emeritense a su ciudad y, por
su estructura, contenido y sencillez, no pierde actualidad y por ello
consideramos un acierto su reciente edición que sirva para que pueda ser representada
en el pórtico de la festividad eulaliense como una de las señas de identidad y
religiosidad augustana”.
[5]
Vid.:
Álvarez Sáenz de Buruaga: “Materiales para la historia de Mérida (de 1637 a 1936”, Los Santos de Maimona, Ayuntamiento de Mérida, Grafisur,
1994.
[6] Vid.: Oliart,
Alberto: Contra el olvido,
Tusquest Editores, Barcelona, 1988, 353 págs. (Pág. 25).
[7] Vid.: Ob. cit.
pág. 38.
[8] Vid.: Ob.
cit. págs. 38-39.
[9] Vid.: Ob.
cit., pág. 42.
[10] Vid.:
Partida de defunción de Santos Palomo Viniegra, en parroquia de Santa María la
Mayor de Mérida, Libro XVIII, pág. 171.