miércoles, 31 de agosto de 2022

MARCELIANO SAYANS CASTAÑO, DOCTOR EN MEDICINA E HISTORIADOR

Escultura del Dr.. Sayans en la Plaza de la Salud
 (Plasencia, en esculturayarte.com)

Marceliano Sayans Castaño (Cabezuela del Valle, 29/07/1910; Casas del Castañar, 03/11/2001), doctor en Medicina e historiador, hijo predilecto de su localidad natal, hijo adoptivo de Plasencia en 1995 y de la localidad donde pasó los últimos años de su vida y falleció, perteneció a una estirpe de origen gallego, cuyo abuelo, Manuel Sayans, llegó a Jerte a finales del siglo XIX, donde se estableció como médico de la villa. Años después será su padre, Francisco Sayans, el que se establezca como médico en Cabezuela del Valle y después en Malpartida de Plasencia, donde entronca con otra familia de médicos al casarse con María Castaño, médica de Cabezuela del Valle. Fruto de esa unión matrimonial, nace en Cabezuela Marceliano Sayans Castaño.

Vive en Malpartida de Plasencia niño y queda huérfano de padre. Su madre decide trasladarse a Plasencia, donde Sayans realiza sus primeros estudios en la popular escuela de don Boni, el Bachillerato en la ciudad y en el Colegio de los Salesianos de Salamanca, Los estudios de Medicina los realiza en las Universidades de Salamanca y en la Central de Madrid, donde los finaliza. Con anterioridad, había sido alumno interno de Patología Médica con el doctor Jiménez Díaz.

Finalizados sus estudios de Medicina, oposita a médico titular y obtiene la plaza de El Egido en Dalias (Almería). Se traslada a Plasencia en 1942, donde desarrolla toda su actividad profesional hasta su jubilación en 1980. Muy pronto, su fama se extendió por toda la provincia y en su consulta atendía a todos los pacientes de numerosos pueblos.

Su labor profesional fue reconocida por su pueblo natal, que le nombró Hijo predilecto de la villa; en 1995, Plasencia le otorga el título de Hijo Adoptivo, al igual que Casas del Castañar, donde pasó los últimos años de su vida. Igualmente, fue presidente del Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Cáceres durante doce años, cargo en el que sucedió al doctor Juan Pedro Rodríguez Ledesma y a él le sustituyó el doctor José Raimundo García Arroyo. El Colegio de Médicos de Cáceres ha tenido doce presidentes en sus 120 años de vida (1900-2020). El doctor Sayans Castaños fue también académico de número de la Real Academia de Medicina de Salamanca y ocupó el cargo de vicepresidente en 1977. Fue condecorado con la Cruz Azul de Plata de la Seguridad Social y la Medalla al Mérito en el Trabajo.

De gran interés para la historia local de Plasencia fue la publicación de su tesis doctoral centrada en la edición del manuscrito del médico placentino Luis de Toro, en el que alude a una serie de inscripciones latinas, aún conservadas en el pensil de la casa de los marqueses de Mirabel, que fueron traídas desde Roma por Luis de Zúñiga en el siglo XVI. Asimismo, el doctor Sayans cultivó el análisis de las costumbres y fiestas populares de los alrededores de Plasencia, como el Jarramplas, en Piornal.

Fue comisario local de Excavaciones Arqueológicas en Plasencia y escribió diversos trabajos sobre esta área, entre los que destacan “Artes y pueblos primitivos de la Alta Extremadura” (1957), en cuyo prólogo el crítico de arte José Camón Aznar señalaba que sus descubrimientos “son de gran interés regional y proporcionan material de la mayor importancia para nuestra cultura, rebasando lo regional para difundir luz sobre muchos aspectos de nuestra Eo-historia y Proto-historia”. Otra de sus publicaciones es “Nuevas aportaciones y distinto enfoque clasificatorio de las losas sepulcrales extremeñas” (Actas del V Congreso Nacional de Arqueología, Zaragoza,1957), anticipándose en nueve años a los especialistas de la manifestación cultural conocida como “Estelas decoradas del Suroeste Peninsular” (1961). También destaca su obra sobre la transcripción y comentarios del manuscrito “Placentinae urbis et eiusdem episcopatus descriptio” (Descripción de la ciudad y obispado de Plasencia) (Plasencia,1961), prologada por el académico Pedro Laín Entralgo, quien decía de él que “Sayans, con su inteligencia y originalidad muy personales, ha renovado todo nuestro saber acerca de Luis de Toro, ha descubierto el importante manuscrito en el que el gran médico describe su ciudad de Plasencia (que constituye la primera historia escrita sobre Plasencia). Todos los aficionados a la verdad de España debemos a Sayans gratitud sincera”.

Otras obras del doctor Sayans son: “Petroglifos de la Alta Extremadura” (revista Alcántara, 102-104 (1956), págs. 57-60; “Un documento del siglo XVI sobre la vida de Plasencia” (revista Alcántara, 136 (1960), págs. 81-85; “Joyas celtas de Serradilla” (Plasencia, 1966), “El Jarramplas y el Ramo de Piornal o Hércules y Caco”, en Etnología y Tradiciones Populares, I Congreso Nacional de Artes y Costumbres Populares, Zaragoza, 1969) y “Sepulcro esculturado de Santa María de Plasencia: Arte románico del siglo XIII (Plasencia, 1984).

Coleccionista de antigüedades y objetos curiosos relacionados con la etnología regional, fue durante muchos años centro de un grupo de inquietos intelectuales e investigadores placentinos a los que alentó en el progreso de sus trabajos. Parte de sus objetos personales y colección pueden ser contemplados en su museo de Casas del Castañar. En junio de 2020, la Diputación Provincial de Cáceres concluyó las obras de adecuación del Museo del Dr. Sayans en Casas del Castañar, centradas en la mejora de la accesibilidad, funcionalidad y seguridad, así como la reparación de patologías existentes en el edificio.

Bibliografía consultada: Cerrillo y Martín de Cáceres, Enrique: Marceliano Sayans Castaño, en Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia; web Museo-legado Dr. Sayans, Casas del Castañar (junio, 2018); Escuela Médica, revista de la Fundación del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Cáceres, 120 aniversario (1900-2020); y web de la Diputación Provincial de Cáceres.


miércoles, 24 de agosto de 2022

ANTONIO GUTIÉRREZ SÁNCHEZ, DE AGENTE FORESTAL A LA LITERATURA


La pasión por la conservación de la naturaleza y el ejercicio de la literatura han marcado la trayectoria de Antonio Gutiérrez Sánchez (Mérida, 25/03/1964), quien vio la luz con la ayuda de una comadrona, como sus padres y abuelos, en la calle Calderón de la Barca de la capital extremeña.

Sus inquietudes por la conservación de la naturaleza le llevaron a trabajar durante cinco años, a principios de los 80, como cuidador en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre Accidentada de Badajoz, por entonces perteneciente al Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA). En abril de 1987 aprobó las oposiciones a funcionario de agente de Medio Ambiente, de la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura. En la actualidad, ejerce como agente del Medio Natural en la Unidad Territorial de Vigilancia 07 (Badajoz Oeste) y es presidente de la Asociación Española de Ayuda a los Huérfanos de Agentes Forestales y Medioambientales fallecidos en acto de servicio ((AMINTA). Asimismo, es miembro de la junta directiva de la Asociación Profesional de Agentes del Medio Natural de Extremadura (APAMNEX) y de la junta directiva de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA).

Sus vivencias con la recuperación de la fauna silvestre y como agente de Medio Ambiente las comparte en tres volúmenes: “Oak, vivencias de un agente forestal” (Ediciones Guardabosques, 2008), “Crónicas de un agente forestal en Extremadura, Oak II” (Editorial Círculo Rojo, 2011) y “Vivencias y confesiones de un agente forestal, Oak III”, publicada en la anterior editorial en 2017. “Son veintitrés relatos muy variopintos que, aunque no lleven una continuidad cronológica, marcan la etapa de una vida de un profesional… Algunos relatos me costó escribirlos, pues eran vivencias tristes que habían dejado una huella que me costaba volver a recordar… Nombres y lugares ficticios excepto cuando quiero poner de relieve los autores y escenarios por el hecho tan importante narrado… Además, fue con este seudónimo Oak, Oakgreen, como intérprete, como autor de los relatos, pues si bien reflejan mis vivencias propias, también pueden ser análogas a las de otros agentes que ejercen esta profesión con mi misma pasión e intensidad. Fue con este seudónimo (Oakgreeen, roble verde, si queremos castellanizar el alias) con el que me di a conocer en el foro de Guardabosques (www.agentesforestales.es).” [1]

En “Crónicas de un agente forestal en Extremadura, Oak II”, “a través de anécdotas y vivencias frescas, cotidianas, contadas de forma amena, desenfadada, y con todo lujo de destalles, el lector irá conociendo la variedad de tareas que desempeña y las diferentes situaciones que ha de afrontar un agente forestal, y también alguna cosa sobre otros colegas que comparten su espacio físico de trabajo: los guardias civiles del Seprona y guardas fluviales de Confederaciones Hidrográficas, en este caso la del Guadiana”. [2]

Finalmente, en “Vivencias y confesiones de un agente forestal, Oak III”, el autor lucha por dar a conocer una profesión ninguneada, casi escondida por los gobernantes. Oak sabe que las vivencias, los peligros y las inquietudes de un agente del Medio Natural en Extremadura son las mismas que sus colegas de cualquier otra parte del Estado, aunque existan ahora diecisiete cuerpos autonómicos y once denominaciones distintas. [3]

Es autor, asimismo, de dos novelas: “Cariyárbur (2011) [4], un árbol mágico que se alimentaba del cariño y del amor de los hombres de la Naturaleza, pero que en tiempos atávicos fue traicionado por estos últimos y desapareció  de la faz de la tierra, y en la que “pretende dar rienda suelta a su instinto narrador a través de relatos que propongan a la Naturaleza como protagonista”. En “Caballo blanco (2014), “su segundo hijo literario de ficción, “está presente el amor, la guerra, la compleja dialéctica entre la razón y los sentimientos” [5].

 “Simón el Verderer”, ambientada a mediados del siglo XIII, es una novela histórica de un detective en la Edad Media extremeña, cuya acción transcurre en 1256, en una Extremadura que hacía dos décadas había sido tomada por los cristianos a los musulmanes. Su protagonista es un hombre que vive en contacto directo con la naturaleza, dueño de una intuición y sentido común innatos que le servirán para resolver un misterio que podría haberle costado la cabeza solo por el hecho de encontrarse cerca. “De todos los personajes de esta novela, el que más me ha impresionado, por supuesto como debía de ser, es el protagonista de la misma. Se trata de Simón Blázquez Ambroz, “El Verderer”, que traducido literalmente del inglés significa “Guardabosques”, custodio de todo aquello que existe y habita en los mismos”. [6]

En la actualidad prepara la tercera parte de “Simón el Verderer”, cuyo escenario trascurre en la comarca de Sierra de Gata; revisa otra novela ambientada en las Highlands escocesas (“Un castillo en las Hidlands”) y tiene en borrador la segunda parte de “Simón el Verderer” y también la segunda de “Caballo blanco”.

-----------------------------------------

[1] Vid.: Gutiérrez Sánchez, Antonio: Oak, vivencias de un agente forestal, Guardabosque Ediciones, 2008. Fragmento del discurso del autor en la presentación del libro en el Ateneo de Mérida. Véase www.oakgreen.es. (https://oakgreen.es/libro/oak-ii-cronicas-de-un-agente-forestal-en-extremadura/).

 [2] Vid.: Almansa Martínez, José Fernando, presidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales, en Prólogo a Crónicas de un agente forestal en Extremadura, Oak II, Editorial Círculo Rojo, 2011.

 [3] Vid.: Coll i Riba, presidente de la Asociación Profesional de Agentes Rurales de Cataluña, en el Prólogo a Vivencias y confesiones de un agente forestal, Oak III, Editorial Círculo Rojo, 2017.

 [4] Vid.: Corchete Gonzalo, Santiago, en Prólogo a Cariyárbur, Editorial Círculo Rojo, 2011.

 [5] Vid.: Armero, Antonio: en Prólogo a Caballo blanco, Editorial Círculo Rojo, 2013.

 [6] Vid.: Contreras Sánchez, Vicente, arqueólogo de la Unidad de Protección del Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, Dirección General de Archivos, Bibliotecas y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, en el Epílogo de Simón el Verderer, Editora Regional de Extremadura, 2020. 


lunes, 15 de agosto de 2022

15 DE AGOSTO DE 1944 EN PARÍS:78 AÑOS DE `EVASIÓN O VICTORIA´

Imagen de los aliados en la película “Evasión o victoria”

    Al comienzo de la Liga española 2022-2023, cuya primera jornada se ha disputado este fin de semana, los aficionados apenas recuerdan algunos partidos de fútbol desde que fuere inventado por los ingleses hace 158 años. Para los españoles, su partido del siglo fue el España-Países Bajos, disputado en Johannesburgo el 11 de julio de 2010, que les diere su primer y único Campeonato del Mundo en la prórroga con un tanto de Iniesta. No hay que olvidar tampoco que España había ganado la Copa de Europa anterior y la posterior al Mundial de Sudáfrica. El 29 de junio de 2008, en el Prater vienés, la Roja ganaba su segunda Eurocopa al vencer a Alemania por 1-0, con gol de Torres. Y el 1 de julio de 2012, en Kiev, en la Eurocopa Polonia-Ucrania, vencieron a Italia por 4-0. Fue un triplete histórico, al alcanzar a Alemania tras conquistar un Mundial y dos Eurocopas de manera consecutiva. Antes, el 21 de junio de 1964, España ganó por 2-1 su Copa de Europa ante la Unión Soviética de Yashin, en el estadio “Santiago Bernabéu”. La de 2012 fue, por tanto, su tercera Copa de Europa de Selecciones.

    Sin embargo, todo el mundo recuerda hoy, más de cuatro décadas después de su estreno, “Evasión o victoria”, la única película de fútbol que todos los cinéfilos tienen en su memoria, más allá del otro partido del siglo: la semifinal de la Copa del Mundo 1970 en México entre Italia y Alemania Federal (4-3), cinco goles marcados en la prórroga. El Estadio Azteca de la capital recuerda con una placa de bronce el que fue calificado como el “partido del siglo”. También en los últimos años del siglo XX, otros encuentros deportivos, como los disputados por el Real Madrid y el Barcelona, fueron conocidos como “el partido del siglo”, una hipérbole del término “El Clásico”, como son conocidos hoy.

      El 15 de agosto de 1944, en el estadio de Colombes de París, con un lleno absoluto de los aficionados de la Francia ocupada (50.000 espectadores, según apunta Carlos Marañón en su libro sobre el partido, aunque fueron 25.000 en el estadio MTK Stadion de Budapest, en el que la película fue rodada, dado el mal estado en el que se encontraba el viejo Colombes) [1], la selección alemana disputa un partido contra un combinado aliado, cuyos jugadores vieron truncadas su carrera por la llamada a filas en plena guerra.

    El guionista, Yablonsky, coescribió el guion de la película con Evan Jones tras leer el artículo “La muerte antes que la derrota”, publicada en el “New York Times” en 1969, en el que se detallaba la leyenda del Dinamo de Kiev durante la II Guerra Mundial, que daría para otro libro aparte, como hoy. La historia se repite.

   Hay varias frases definitorias de la importancia del deporte-rey en la película. El mayor Karl von Steiner (Max von Sydow), exjugador de la selección alemana antes de la guerra, ve jugar a los prisioneros de guerra aliados al fútbol. Su afición le puede. Y se dirige al capitán aliado John Colby (Micael Caine):

--“Son muy entusiastas”, señala Steiner a Colby.

--“Malísimos, pero sí, muy entusiastas."

--“¿Juegan partidos?”

--“Sí, tenemos Liga. Cuatro divisiones, Y hasta partidos internacionales”.

--“¿Partidos internacionales?”

--“Sí. Inglaterra, Irlanda, Gales y Escocia”.

--“¿A eso llama partidos internacionales? Sería internacional si jugasen contra Alemania”.

--“Les arrasaríamos”.

    La guerra ha destrozado su deporte. Steiner se siente culpable.

--“Qué pena que la guerra haya acabado con su carrera”.

--“Interrumpido”.

--“Esperemos que sea sí”.

    “Evasión o victoria” es algo más que una película sobre el fútbol o sobre prisioneros de guerra que entretienen su encierro jugando al balompié. Steiner dice otra frase lapidaria:

--“Los países deberían resolver sus diferencias en un campo de fútbol”, afirma.

    Da cuenta al comandante del campo de la conversación mantenida con el capitán Colby y le asegura que “Alemania no ha ganado nunca a Inglaterra en fútbol”. Lo recuerda perfectamente. Y aquel le da vía libre para organizar el partido. Sería un efecto propagandístico para Alemania.

    Para darle credibilidad a las escenas de fútbol, encargaron a Pelé la coreografía sobre el terreno de juego e iniciaron un proceso de captación de futbolistas profesionales. La búsqueda comenzó en Inglaterra, donde contactan con el legendario Bobby Moore (viejo amigo de Pelé). Después se sumarían figuras como Ardiles o Deyna. El equipo de los aliados lo componen Robert Hatch (Sylvester Stallone, EE UU); Michel Filieu (Paul van Himst, Bélgica), Jhon Colby (Michael Caine, Inglaterra), Pieter van Beck (Coo Prins, Holanda), Doug Clure (Russell Osman, Inglaterra), Terry Brady (Bobby Moore, Inglaterra), Arthur Hayes (Jhon Wark, Escocia), Carlos Rey (Oswaldo Ardiles, Argentina), Sid Harmor (Mike Summerbee, Inglaterra), Luis Fernández (Pelé, Brasil), y Erik Borge (Soren Lindsted, Dinamarca). Solo dos actores formaban parte del equipo. El resto eran futbolistas profesionales sin dotes interpretativas.

    Al descanso del partido, Alemania ganaba por 4-0 a la Selección Aliada. Se produce, entonces, la duda de los aliados. La Resistencia francesa ha logrado abrir por las alcantarillas de Colombes el camino hacia la evasión. Algunos dudan. “Si te vas tú, tenemos que irnos todos”. Otros apelan a la épica: “Les podemos ganar.” Al final retornan al campo tras el descanso. El coronel Waldron, militar aliado de mayor graduación en el campo de los prisioneros, al verles salir, se lleva las manos a la cabeza. El partido termina en empate a cuatro goles, tras un gol de chilena de Pelé, que aplaude el mayor Steiner ante la estupefacción de los jefes y oficiales alemanes que llenan la tribuna. Los espectadores estallan con gritos pidiendo la victoria: “¡Victoire, victoire!”, que corean los mandos del campo de los prisioneros. El público comienza a cantar “La Marsellesa”. Prisioneros, pero con dignidad. Su patria es la suya y no la que desean imponerles. “Háganles callar…”, grita un jefe alemán. Al final, el árbitro suizo (neutral, según el locutor) pita un penalti contra los aliados. Hactch, el portero aliado, que había preguntado al capitán Colby dónde se colocaba cuando tiraran un córner contra su portería, se dirige con mirada desafiante al portero alemán. El estadio enmudece. Hatch para el penalti, da brincos de alegría y tira el balón al centro del campo. El partido ha concluido. El público invade el estadio y la evasión se consuma. Los soldados, arrollados por la multitud, nada pueden hacer. El mayor Steiner mira asombrado el espectáculo, mientras el resto de jefes y oficiales alemanes desaparece del estadio. Su objetivo no se ha cumplido. Los aliados eligieron la victoria, antes que la evasión y Alemania continuaba sin ganar a Inglaterra en fútbol (ahora, a la Selección Aliada)… En los cines españoles, tras el empate de Pelé, hasta las espectadoras, sumidas en la película junto a sus compañeros, le pedían a voces que les marcara otro…

---------------------------------

[1] Vid.: Marañón, Carlos: Un partido de leyenda. Historias de `Evasión o victoria´, la película de fútbol más mítica de todos los tiempos, Edit. Ocho y Medio. Libros de cine, Madrid, primera edición, 2011; 233 págs.

domingo, 14 de agosto de 2022

“SANTA MARÍA, DETÉN TU DÍA”


Durante el reinado de Fernando III el Santo (1217-1252), los cristianos libraban una batalla contra los musulmanes. Ganaban estos, pero no bastare. El maestre de la Orden de Santiago, Pelay Pérez de Correa [1], pidió ayuda a la Virgen: “Santa María, detén tu día”. El Sol se detuvo milagrosamente y las tropas cristianas lograron la victoria y acabaron con el enemigo. “Detén tu día; deténte, día…; Tentudía”…

    En agradecimiento por la intercesión de la Virgen, se construyó el eremitorio de Santa María de Tudía, regentado por la Orden Militar de Santiago. [2] Situado en la sierra de Tentudía, en el punto más alto de la provincia, a 1.104 metros sobre el nivel del mar, dista de Mérida 110 kilómetros y 111 de Sevilla. Construido en el siglo XIII, está considerado como una de las mejores muestras del mudéjar español. Fue declarado monumento histórico-artístico, perteneciente al Tesoro Artístico Nacional, mediante decreto de 3 de junio de 1931 [3] y es Bien de Interés Cultural.

    Enrique II el de las Mercedes (1334-1379) donó dos mil maravedíes al vicario y capellanes de la iglesia de Nuestra Señora de Tentudía. Alfonso X el Sabio (1252-1284) dedicó cinco de sus cantigas a ensalzar los milagros de la Virgen de Tentudía, que prueba el gran predicamento que tenía esta advocación mariana. El papa León X, a petición de Fernando el Católico, elevó el eremitorio a rango de monasterio, que continuó regentado por la Orden de Santiago, llegando a ser uno de los más importantes de la Orden.

    Mañana, festividad de Nuestra Señora de la Asunción, Calera de León (Badajoz) detiene su día al celebrar la bajada de la Virgen. Tras pasar el día junto al monasterio, acompañan a su patrona en peregrinación al pueblo, donde permanecerá en su iglesia parroquial hasta el 8 de septiembre. Durante estos días, los calereños le ofrecen a su patrona cultos, novenario y procesión. La celebración de esta romería se remonta a la segunda mitad del siglo XIII, manteniéndose hasta hoy. Las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de Tentudía tienen lugar del 7 al 11 de septiembre. El día 7, la Virgen procesiona por las calles del pueblo y al día siguiente retorna de nuevo a su monasterio, donde se celebra la misa de romeros y después, la romería.

Revista anual de Tentudía

    Como es tradicional, la Hermandad y el Ayuntamiento, ante la proximidad de las fiestas, han sacado a la luz un nuevo número de la revista “Tentudía”, cuando se cumplen 70 años del inicio de la publicación, el 75 aniversario de la Hermandad de la Santísima Virgen de Tentudía y nos encontramos en vísperas del Año Jubilar para el santuario mariano, por Decreto pontificio de la Penitenciaría Apostólica del 20 de mayo del presente año, según recoge el editorial con que se inicia la misma.

    La revista acoge en sus páginas diversas colaboraciones de estudiosos y especialistas en torno a la patrona, entre las que destaca el artículo “Humanismo a la sombra de Tentudía”, del profesor y académico de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, Manuel Pecellín Lancharro, que defiende la tesis de que no existe en la Península Ibérica ningún entorno geográfico donde hayan visto la luz tantos cultivadores del Humanismo como el de Tentudía durante el siglo XVI ; Felipe Lorenzana sobre el Priorato de San Marcos en la Calera; la Desamortización en la localidad, sobre la que escribe Miguel Ángel Naranjo Sanguino, o el artículo perdido del académico Andrés Oyola Fabián, escrito para la revista de 2013, siete años antes de su fallecimiento.

-----------------------------------------

[1] Pelayo Pérez de Correa (Monte de Fralães, Portugal, 1205; 1275) fue un notable conquistador medieval portugués, que, a finales de noviembre de 1242, fue nombrado en Mérida maestre de la Orden de Santiago (1242-1275). Recibió sepultura en el claustro del Hospital en Talavera de la Reina. En 1511, sus restos fueron trasladados por orden de los Reyes Católicos al monasterio de Tentudía, en Calera de León (Badajoz), que él mismo había fundado como una pequeña capilla en 1240, y que fue sede de la encomienda de Santiago. Véase la tesis doctoral La Orden de Santiago y el maestre Pelay Pérez Correa, de Manuel López Fernández, sede de la UNED en Madrid, de 19/06/2002.

 [2] La Orden de Santiago es una orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el reino de León, que debe su nombre al patrón de España, Santiago el Mayor. Su objetivo inicial era proteger a los peregrinos del camino de Santiago y expulsar a los musulmanes de la península Ibérica.

 [3] Vid.: Decretos del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, de 3 de junio de 1931, por los que declaran Monumentos histórico-artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los siguientes en la provincia de Badajoz: Monasterio de Tentudía, Convento de Calera de León, Catedral de Badajoz, ruinas romanas de Zalamea, Baños de Alange, Alcazaba de Mérida, ruinas romanas de Santa Marta, dolmen del Prado de Láncara, en Mérida; dolmen de Toniñuelo en Jerez de los Caballeros; Alcázar, Torre de Espantaperros y recinto de Badajoz; castillo de Medellín, Alcázar de Zafra y Alcazaba de Reina, en Gaceta de Madrid, número 155, de 4 de junio de 1931.


jueves, 11 de agosto de 2022

GUADALUPE PUBLICA EL CORPUS BIBLIOGRÁFICO DE LA REVISTA DEL MONASTERIO



El Ayuntamiento de Guadalupe acaba de publicar “Guadalupe, el mayor corpus bibliográfico. Cien años al servicio de la cultura”, obra del cronista oficial de la Puebla y villa, Antonio Ramiro Chico,[1] que recoge las revistas publicadas desde su nacimiento en 1916 en la revista “Guadalupe” hasta hoy, “con el objetivo de difundir los valores culturales, históricos y religiosos del Real Monasterio e impulsar la devoción universal a la imagen de Santa María de Guadalupe”, como afirma en la Presentación su alcalde, Felipe Sánchez Barba.

Fray Antonio Arévalo Sánchez, director de la revista, se refiere en el prólogo a las edades de la publicación y los avatares desarrollados a lo largo de su dilatado centenario, a los directores y colaboradores, la periodicidad (de quincenal a mensual), los números extraordinarios dedicados al quinto centenario de los Reyes Católicos, las bodas de plata de la Coronación y el I Centenario de la Declaración Dogmática de la Inmaculada Concepción (1854-1954), a la Provincia Bética en el LXXV aniversario de su restauración, a Zurbarán en el tercer centenario de su muerte, el cincuentenario de la coronación (1978), el centenario de la restauración de la Provincia Bética (1981), la visita del papa Juan Pablo II (1982), el V Centenario del Descubrimiento de América (1992), la declaración del monasterio como Patrimonio de la Humanidad (1994) y el V Centenario del bautizo de los indios en Guadalupe (1996). La revista se digitaliza en 2016, con motivo de su centenario.

El autor de la obra, Antonio Ramiro Chico, recuerda en la Introducción cómo el 2 de enero de 2013 comenzó a realizar el vaciado de la revista El Monasterio de Guadalupe con motivo de su centenario (1916-2016), ochocientos setenta y un números publicados en ciento cuatro años de vida cultural y religiosa del monasterio, que la convierten en una de las publicaciones decana de Extremadura. El proyecto incluyó también su digitalización, cuyo disco duro se conserva en el Monasterio esperando ver su publicación. Ramiro Chico recuerda que fue el 18 de octubre de 1982 cuando pisó por primera vez la revista Guadalupe como auxiliar administrativo para hacerse cargo de la secretaría y de la contabilidad y cómo en estos treinta y ocho años la revista le ha permitido asomarse al mundo y formar parte de su universalidad. Hace la crónica de la revista desde su aparición, denominada Guadalupe a partir del número 545 de la publicación; ahonda en los fines y contenidos de la publicación a lo largo de los años, como la restauración de Guadalupe en el aspecto material, cultural y espiritual y la difusión de sus valores artísticos; recuerda a los dieciséis directores de la revista, a los columnistas e iluminadores (más de mil seiscientas firmas recogidas), sus iluminadores y dibujantes, así como los estudios, reportajes y bibliografías, y la aportación hispanoamericana y la proyección de Guadalupe y Extremadura hacia Iberoamérica y Filipinas; las incidencias, números extraordinarios de la revista y acontecimientos vividos en el Real Monasterio, a lo que el autor añade un listado de personajes guadalupenses, la mayoría recogidos en la revista.

Finalmente, el bibliógrafo y académico numerario de la Real Academia de Extremadura, Manuel Pecellín Lancharro, suscribe un epílogo titulado “Guadalupe, mina Bibliográfica”, en la que subraya que “la revista constituye un tesoro de noticias, reflexiones, estudios y análisis e imágenes para los interesados en la historia de nuestra región. Llama la atención sobre los estudiosos extremeños que han enriquecido la publicación, a los que hay que añadir colaboraciones esporádicas de firmas nacionales como Ramiro de Maeztu, José María Pemán y Ernesto Giménez Caballero. Destaca también el corpus bibliograpficum y la reproducción de textos clásicos referidos al monasterio.

La obra se cierra con el corpus bibliograpficum de todos los autores y personajes que aparecen en la revista, con indicación de los números, años y páginas.

-------------------------------------------------------------

 [1] Vid.: Ramiro Chico, Antonio y otros: El mayor corpus bibliográfico. Cien años al servicio de la cultura, Ayuntamiento de Guadalupe, San Antonio Impresores, Sevilla, 2022, 336 págs.


domingo, 7 de agosto de 2022

A PROPÓSITO DE LOS MARIDAJES


Alguna vez me invitaron a un maridaje. No pensé entonces en el que une al vino con la comida. Alimento básico en la mesa, el maridaje es el arte de combinar con los alimentos, de crear sensaciones nuevas. No todo el mundo es un sumiller. Acota este las combinaciones de vino y comida, la textura y el sabor. Hay maridajes de blancos y tintos. Cada uno con su plato: los alimentos ácidos, con vinos ácidos, frutosos y persistentes, semisecos; los grasos, con vinos ácidos de sabor graso y lleno; los magros, con vinos de cuerpo; los salados, con magros suaves; los ahumados, con blancos maderizados; los especiados, con tintos afrutados; los dulces, con vinos dulces de azúcar, igual o superior al alimento; un plato fuerte, con vino delicado.

Las `estrellas´ y los `soles´ han fructificado más aún la cultura del vino y sus maridajes; pero no son definitivos. La mayoría son complementarios: quien se asemeja, se junta. También los hay de contrastes.

Extremadura va creciendo en vinos y maridajes. No tanto la cultura del maridaje. No pida usted vinos rosados, aunque los hubiere, porque no los tienen. Les dice dos marcas de Extremadura y no parecieren conocer ninguna. “Es que nadie lo pide, señor.” Le replico: “Yo se lo estoy pidiendo, señora. Anote usted: Ribera del Guadiana y las subzonas: Cañamero, Matanegra, Montánchez, Ribera Alta, Ribera Baja y Tierra de Barros.” Se asombra la camarera: “Nadie me ha pedido eso, caballero.” “Bien cerca lo tiene: ahí enfrente. Pregunte y pídalo. ¿No tendrá, acaso, un blanco de pitarra de Salvatierra.” “No señor…”  No todo el mundo hubiere en Extremadura sus productos estrella. Tampoco sumilleres que te orientaren en el maridaje. Los pinchos, que no falten; pero siempre los mismos. Algunos, en invierno y en verano. ¿Qué decir del maridaje? En todos los bares de la ciudad no pida usted una copa por la noche. Solicite cerveza o vino. De lo contrario, le servirán de pincho `frutos secos´; “pero, ¿qué es esto, señora?” “Es lo que marida con la copa…” En todos los sitios, lo mismo. No hay cultura del maridaje en los bares extremeños. Hay incultura del vino y sus maridajes. Apenas unos cuantos hosteleros, y los cultivadores, entienden de la cosa…

El maridaje no sólo es del vino y el producto; es de la pareja humana. En cierta ocasión, pregunté a una señora de al lado quién era el señor que estaba con otra… “Es su marido… “¿A que no le viene bien?”, por no decir, “¿a que no le marida”, me apostilló. ¡Qué le importaría a ella! En la pareja, “el maridaje es el enlace, unión y conformidad de los casados; la analogía o conformidad con que algunas cosas se enlazan o corresponden entre sí; es unir o enlazar; casarse o unirse en matrimonio…”, según la RAE. Como con los vinos, los maridajes no son definitivos.  O, más bien, nos equivocamos al elegirlos, por nesciencia, o por no hacer caso al sumiller. Somos incultos y no tenemos sumiller. No elegimos el vino, sino lo que hay; menos aún la combinación. La mayoría de los camareros carecen de la cultura de la barra y de la mesa. Solo unos cuantos afortunados disfrutan del maridaje en la mesa y en casa. Cada día más observamos a unos y a otros cómo no maridan ni en la mesa ni en casa. Los maridajes no son eternos. Siempre hay contrastes que dan al traste con la buena mesa, el vino y el matrimonio… Como la vida misma. 


sábado, 6 de agosto de 2022

LA COMUNICACIÓN PERDIDA



En el mundo de la comunicación global, pareciere que hemos perdido el habla. La íntima comunicación de nuestros afanes ya no la hacemos por correo postal. Ha pasado a la historia aquella comunicación esperada, cuando familiares, amigos, novios, parejas… se encontraban lejos unos de otros. El correo electrónico ha sustituido al postal; el wasap, a la comunicación telefónica. El teléfono fijo ha pasado a ser un elemento casi decorativo, por necesario, en la casa. Hoy, todo el mundo lleva encima un móvil. El telefonino ha acabado, para muchos, con el habla, con la conversación más allá de las preguntas de rigor con que se iniciaren las cartas de otros tiempos. El wasap ha matado incluso a los primeros de la serie. Ya no hace falta hablar: nos comunicamos por wasap. Enviamos mensajes para comunicarnos. A veces recibimos la respuesta con frases escuetas: “Me alegro”, “muy bien”…

Las nuevas tecnologías están cambiando el mundo y la escritura. No hablamos ni nos hablan. Pareciere que el habla estuviere apagada. Hemos perdido la comunicación verbal. Que hablen otros por nosotros. Les escuchamos y nada nos dicen. A la hora de la verdad, vemos a todo el mundo con su móvil. Están solos en el bar e, inmediatamente, lo sacan de sus bolsos o bolsillos, repasan los mensajes y wasap recibidos, pero apenas algunos, para terminar antes, reciben un mensaje de voz. Creíamos que habían perdido el habla; pero no: han perdido la comunicación. Aquel deseo siempre soñado de recibir y escuchar la voz amada, querida, ansiada… Hemos trocado la comunicación escrita íntima y verbal por la escrita en un teléfono que nos cabe en el bolsillo…

Va pasando la vida, y ahora por el calor, después por nuestros quehaceres, apenas nos vemos y, así, tampoco nos hablamos ni comunicamos. Como si no necesitáramos comunicarnos ni hablar. A veces pedimos el habla: dime algo, pero con tu voz; deseo oírla, porque hace tanto tiempo… Me contesta que le da vergüenza hablar; pero ha accedido a enviarme un mensaje con su voz. Cuando me escribe, en lugar de la palabra escrita, estoy oyendo su voz, me parece oír lo que solo viere escrito. ¡Hace tanto tiempo que, aunque la recuerde, he perdido su voz, su habla, su comunicación…! ¿Quién de los dos la hubiere perdido si cada día algo hablamos…? ¡Que me llame él si lo desea…! Y nadie llama, ninguno habla, nadie se comunica, ni siquiera por el telefonino que todo hubiéramos.

Vivimos en un mundo de portavoces que hablan por quienes no hablamos nada. Y nada nos dicen. Deseamos hablar con quienes no nos hablan. Pedimos una información por la vía ordinaria y no nos contestan; mandamos mil y un wasap y no nos responden. Insistimos y ciertos medios parecen mudos; como si no vieren el mensaje que espera respuesta al otro lado.

Antes –no hace mucho tiempo-- en las playas había colas ante grandes cabinas telefónicas para llamar a familiares y amigos. Han desaparecido ya las cabinas. ¿Para qué, si nadie las usaba ni necesita?

Toda pasa, pero lo nuestro no es pasar. Quienes dicen que pasan de todo, en realidad no pasan de nada. De lo único que pasan es del habla, como si fueren mudos de ocasión y no hubieren medio alguno para hablar y comunicarse. Y lo nuestro es el habla, la comunicación, no solo escrita, sino verbal. Lo recuerda san Juan: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios… Por medio de Él se hizo todo, y sin Él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres…” ¿Dónde está Él? Estamos sin Verbo y no hallamos el habla. Hacemos cada día el camino buscando a quien nos trajo el Verbo y nos hallamos ni a uno ni otro. ¿Dónde está Dios, padre; dónde su palabra de vida? Llamo a su puerta y no me contesta; les escribo y tampoco; les llamo y no responden… En el mundo parece reinar la guerra permanente, las enfermedades que no cesan, los fuegos que destruyen la tierra y la vida, el agua que no llega, la palabra que da vida, la vida que se apaga…

Hoy volveré a escribir a esa amiga dolorida, de quien nada sé. Tampoco me responderá, porque su preocupación ahora es otra. Su correo electrónico y su telefonino están saturados. Con nadie quiere hablar ni a nadie responde. Sola, en su mundo, con su corazón roto, no quiere saber nada de nadie; solo de los suyos. Cuando muchos más la recordaren, le escribieren, quisieren oír su voz, comunicarse con ella, hablar con él… La palabra ha enmudecido; la comunicación se ha cortado, roto, silenciada sin el habla. Cómplices del silencio de los más, quién nos impide hablar… si se nos dio lengua para ello…