jueves, 25 de febrero de 2010

UN CAMPESINO DE LAS HURDES

A primeros de mes sembró las patatas tempranas y un puñado de lechugas. A la espera de la primavera, los días se estiran y aprovecha para arreglar la huerta y cavar las fresas. De mañana, muy temprano, sale con su perrita “Luna” a podar sus olivos. Ha sembrado romero y madroñera entre ellos, porque desea un olivar vivo con especies autóctonas, entre cuyos bancales el conejo juegue con la perdiz y el zorro con su camada.

No será conocido este campesino hurdano por sus labores, pero sí por su quehacer en la comarca toda. No le conozco, pero le reconozco en su prosa poética salida del corazón. Vive la tierra y por la tierra; ama la naturaleza y a los animales. Ha fundado una “sencilla familia campesina” en un rincón perdido de Extremadura, desde la que me transmite sus sentimientos profundos y los saberes del campesino.

Arranca su jornada al alba, tras encender su chimenea de leña y tomarse un frugal desayuno. Duermen aún su compañera Ana María y sus hijos Alba y Carlos. Sale de casa y camina despacio por el bosque. “Luna” retoza contenta por su libertad, por los olores y mil colores que desprende. Ve en su caminar una cigüeña negra y piensa que, si ha llegado, ya viene la primavera. Las grullas preparan sus maletas y, mientras unos vienen y otros se van, la tierra permanece para amamantar a todos.

Te cuenta el campesino que, a finales de mes, los ciervos adultos dejarán caer su cuerna y él tendrá más tiempo para ir de paseo por los bosques del norte de Extremadura, perdiéndose entre robledales, castañares, encinares, disfrutando de una variada fauna y flora que, con el agua cercana en gargantas y arroyos, convierte su espacio en rincones aún sin expoliar.

En sus reflexiones por el camino le distraen dos patos que salen del arroyo en vuelo. Ha empezado su celo, te cuenta, y en abril o mayo pondrán los huevos y podrá ver patitos jugando en el arroyo con las nutrias. Su perrita les ladrará emocionada. El campo es para él un teatro en el que los actores danzan, dando color y calor en sus acciones.

De vuelta al hogar, se acerca a la chimenea y el fuego cierra sus cicatrices mentales y una sonrisa cómplice con las sombras le invita a sonreír. Compartirá con su compañera e hijos los avatares de la jornada. La felicidad –me hacer ver- es lograr una satisfacción pequeña en la que el objetivo te atrape a ti antes de que tú le atrapes a él. Torna a dar un paseo con “Luna” antes de acostarse. Reflexiona, piensa, medita; no ve la televisión para no pensar en las miserias del mundo cercano que le rodea: el derroche de los recursos naturales, por el que los pobres y humildes como él, siempre son los paganos de la crisis.

Le ennoblece ser campesino; echar un semillero para ver crecer las futuras plantas; plantar con ilusión lo que otros siembran en la lotería. ¡Ay de él si esperara ser rico!, cuando se conforma con lo que tiene, con lo suficiente para estar satisfecho, luchando con la voz dormida y la sonrisa cómplice de su obra. Es feliz con poco porque, con demasiado, degradaría su sencilla personalidad.

No es ilusionista ni grande orador nuestro campesino de Las Hurdes, Maneja la azada como quien maneja el ordenador a través del cual intercambia sencillos mensajes con sus amigos. Besa el aire en sus paseos por las calles de su pequeño pueblo y, por toda firma, suscribe: “Desde un rincón de la Extremadura rural, una sencilla familia campesina.”

Promueve campañas de plantación de especies autóctonas en la comarca. Enseña a los escolares el amor por la naturaleza y los animales. Maestro de la naturaleza, la difunde y propaga. Es un ecologista en estado puro, que transmite los saberes que le ha proporcionado el campo.

Invita Azorín en su libro “El Político” a que estos amen el campo. “Siempre que pueda –les dice- húrtese a los ciudadanos de la Corte o del Gobierno, y vaya a airearse a la campiña. Ame las montañas; suba a ellas; contemple desde arriba los vastos panoramas del campo. Mézclese en la vida menuda de los labriegos y aprenda en ella las necesidades, dolores y ansias de la nación toda.” Como él, Carlos Pino, campesino en Cerezo, presidente de la Asociación Ecologistas de Granadilla, por cuya labor el antiguo Señorío de Villa y Tierras de Granadilla es más señorío, desde su tierra labrantía, desde sus montañas de pinares, olivares y monte mediterráneo, las aguas de ríos y arroyos en sus valles como arterias de plata, saltarinas ahora por las lluvias caídas…, como “Luna” entre los canchales.

miércoles, 17 de febrero de 2010

TIRAR LA PIEDRA Y ESCONDER LA MANO

El 19 de noviembre pasado escribí en estas mismas páginas un artículo titulado “El agente 007, con licencia para reír…”, a raíz de la denuncia presentada por la puesta en marcha de la campaña presentada por el Consejo de la Juventud de Extremadura sobre educación sexual “El placer está en tus manos”, tan jaleada por algunos medios y por el PP, que trataba de enseñar lo mismo que nos negaron en nuestra adolescencia, pero que la sabia naturaleza se encarga por sí misma de encauzar.

Ni ha habido corrupción de menores, ni malversación de fondos ni ataque a la moral, como pretendía Manos Limpias y jaleó el PP, frotándose las manos “electorales”, ya que “ese placer sí está en sus manos”, y sobre todo en su boca, cada vez que se le presenta un asidero para machacar el honor de personas e instituciones, que no hicieren otra cosa que enseñar al que no sabe.

La portavoz del PSOE regional, Ascensión Murillo, invitó el lunes a la Junta de Extremadura a la interposición de una querella, ya anunciada ayer, contra Manos Limpias por las calumnias de sus acusaciones, archivadas por la Fiscalía, y solicitó al PP que tuviera “el coraje político y la ética de salir a pedir disculpas”.

Lejos de eso, el secretario general del PP salió el mismo día para responder que “nosotros no tenemos que pedir perdón de nada, porque si tuviéramos la responsabilidad de gobernar, el dinero no lo hubiéramos gastado ahí”, y se lanza a continuación al monte para echar un discurso político para insistir en tesis reiteradas por los suyos, a falta de otros argumentos de su partido.

Como siempre, el PP “tira la piedra y esconde la mano”, una expresión castellana que quiere decir que se lanza una acusación, se “calienta el ambiente” o inicia una pelea y…. después, se retiran, desaparecen, no se responsabilizan de las repercusiones que tuviere el lanzamiento de la piedra para que no le involucren en ello. A fin de cuentas, ellos tienen las manos limpias, porque no fueron los acusadores, sino que se aprovecharon con fines partidistas de la acusación.

“Tirar la piedra y esconder la mano” es la especialidad de los cobardes, que son capaces de originar determinadas crisis donde no existieren solo porque alguien cree un rumor, la mayoría de las veces falso, y sobrevenga el conflicto. Si se dice algo, hay que aceptar las consecuencias, porque “tirar la piedra y esconder la mano” suele ser, a la larga, contraproducente porque, como dice otro dicho castellano, “quien siembra vientos, recoge tempestades”. ¡Cómo va a pedir perdón él si no hubiere cometido pecado alguno!; si, además, “no tiene conocimiento oficial del tema”, refiriéndose al archivo de la denuncia, ya hecha pública.

El secretario general del PP, como otros de sus camaradas, son especialistas en “tirar la piedra y esconder la mano”; “tocar el timbre y salir corriendo”, como se dice en Argentina, para que no se sepa quién ha sido; además, declara libre de culpa a quienes jalearon, por activa, media y pasiva, lo mismo que ahora pretende negar, porque él no ha cometido pecado alguno y, por tanto, no necesitare pedir el perdón que se le solicita. Son, a la postre, “como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer”; pero el placer de herir y desprestigiar sí está en sus manos. “Por sus frutos les conoceréis…” (Mt.. 7:15), se dice en el Evangelio que ellos pretenden predicar, aunque no fueren ministros del Señor en la tierra. La Biblia nos enseña qué hemos de juzgar, que debe entenderse como juicio no condenatorio (Mt. 7:1), sino como dice el Levítico (19:15), “con justicia juzgarás a tu prójimo”, lo que de ninguna manera ha ocurrido en este caso, porque no está prohibido el ejercicio del debido juicio en determinados casos (Mt. 18:15), sino la crítica indebida que no tiene en cuenta las debidades de uno mismo. Como él mismo, incapaz de reconocer su condena y de arrepentirse para lograr la absolución.

domingo, 14 de febrero de 2010

AMOR POR ESPAÑA


Me da miedo amarte, España,
No por la tierra que me diste
Sino por la otra España que no te ama
Aunque toda clame en tus entrañas.

Siento temor en mi mucho amor
Que me da cada día el dolor que provoca
La triste locución del acosador
Y la voz del abjurador de tu nombre en su boca.

Todo mi amor en mi alma esperanzada
Es vivencia de amor por ti sentida
Que no hay más pena en mí abnegada
Que el oprobio de tu voz ceñida.

Con mi amor por mi tierra siento y no abarco
Tu luz, tu alma y corazón de embargo
Que toda pena por suspiro ilumina
Tus ansias todas de tu fuerza herculina.

Cual desamor por ti sufrido
Es la esperanza que me embarga
Tu nombre y tu bandera en ti henchidos
Por quienes labran con fe tu recarga.

Mas no sé, España, si con tino
Quienes por ti juran que te aman
Darán con su verso alejandrino
El empuje de tus aires cervantinos.

No escuches las palabras que entrañan
Los miedos y el temor que enganchan
Los hombres y mujeres que con mil patrañas
En lisonjas mil confunden y te engañan.

España, bandera del amor
En la Extremadura de tu corazón.

domingo, 7 de febrero de 2010

PRUDENCIA E INSENSATEZ


No pareciere que vivimos tiempos para la prudencia, sino para la insensatez. La prudencia es lo contrario de ésta, la falta de sentido o de razón. La virtud cardinal de la prudencia consiste es distinguir lo que es bueno o malo para seguirlo o huir de ello. La prudencia es templanza, cautela, moderación, la sensatez, el buen juicio.
El hombre prudente es el que más calla, porque todo lo dice en su silencio; el insensato es el que más habla, pero nada dice. Recuerda un proverbio chino: "El gran arquitecto del Universo hizo al hombre con dos orejas y una boca, para que escuche el doble de lo que habla." Y hablamos más que escuchamos. El ruido ambiente no nos permite escuchar ni las palabras de tantos agoreros ni las pocas y sabias de los prudentes. En una civilización dominada por el ruido y la palabra, hemos de saber discernir lo bueno de lo malo. Quienes escuchan más que hablan no se equivocan tanto como los charlatanes de feria; quienes hablan más que escuchan ni siquiera oirán los latidos de su propio corazón. "No hables si lo que vas a decir es más hermoso que el silencio", afirma un proverbio árabe. No hablare tanto el hombre como la mujer y, por ello, su corazón es un pozo sin fondo de secretos.

Observad y no habléis durante una asamblea. Tomad buena nota de lo que dijeren y escuchéis. Sobrare la mayor parte de lo que dijeren todos por obvio; pero el insensato no hubiere la virtud de la cautela y la templanza y desea hacer oír su voz para convencer a todos de su discurso. "Mejor pocos truenos en la boca y más rayos en la mano", sentencia un dicho apache. Llegare entonces la palabra del sabio moderador y viniere la sensatez y, con un solo vocablo como conclusión, sentencia un debate, que subsumiere una sola palabra.

Hubiere un día un despacho rápido con mi jefe, en pocas palabras. Solícito, me pidió que tomare asiento. Le transmití lo que acababan de decirme por teléfono. Y él, cauteloso, moderado, sensato y de buen juicio, me dio una lección de ética política, a la que no pude por menos que asentir. Torné a mi lugar de trabajo y recordé las palabras de Benavente: "Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos."

Los insensatos, que hablan mucho pero poco dicen, pretenden que consideremos malos a los buenos y buenos a los malos; lo suyo es mejor que el presente, como si con sus palabras quisieren hacernos olvidar su pasado y el nuestro. En un tiempo de incertidumbres, pretenden hacernos perder la esperanza en lugar de acrecentar nuestra fe. No hubieren caridad porque sus palabras solo reflejaren envidia y animadversión, todo lo opuesto a la virtud cristiana que predican, porque no amaren al prójimo como se aman a sí mismos. "Dum vita est spes est" (mientras hay vida, hay esperanza).

Los políticos insensatos nos recuerdan cada día la parábola de los dos cimientos (Lc 6: 47-49): la de los hombres prudentes, que edificaron su casa sobre la roca, y jamás cayere; y la de insensatos, que la edificaron sobre la arena: descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y dieron con su ímpetu contra aquella casa, y cayó, y fue grande su ruina... Y cuando Jesús terminó estas palabras, todos se admiraban de su doctrina, porque les enseñaba quién tiene autoridad, y no como los escribas y fariseos de hoy.

Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces, decía el Maestro (Lc 6: 43-44). Huid de los insensatos que os venden el paraíso terrenal porque con ellos retornaréis al pasado; de quienes predican que "nunca tan pocos hicieron tanto daño", porque ellos fueron miles y ningún bien hicieron; al contrario, nos legaron con su insensatez y sus palabras lo que hoy no hubiéremos deseado.

La prudencia no está nunca en la palabra de los insensatos que, en lugar de predicar la esperanza, atizan el brasero de la discordia, sino en la prudencia de quienes mantienen la templanza, virtud de los poderosos, "porque lo que es mal de éstos, de mal procede". (Mt. 5: 37).

jueves, 4 de febrero de 2010

MORIR POR ESPAÑA Y NO CABER EN ELLA

No ha podido ser más explícito y claro en su exposición el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) de España, Pedro Castro, al solicitar hoy al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y a la presidenta del PP en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, que cuando dieran su pésame a la familia del soldado español muerto en Afganistán, Felipe Romero, de origen colombiano, le explicaran cómo es posible que pueda "morir por España y no caber en ella".
En plena campaña electoral, el 4 de mayo de 2008, en un debate televisivo entre Zapatero y Rajoy, éste había dicho solemnemente: "La economía española va muy mal. No caben tantos inmigrantes. Usted ha negociado con ETA...

Le respondió Zapatero:

--Quiero asumir un compromiso. Sea cual sea el resultado del día 9, el PSOE apoyará al Gobierno en la lucha antiterrorista. Me gustaría oírle decir lo mismo, señor Rajoy.

--No se preocupe...

Pero cuando le tocó el turno al candidato del PP, su respuesta fue:

--Sea cual sea el resultado, apoyaré al Gobierno si quiere luchar contra el terrorismo. Pero no apoyaré una negociación con los terroristas..." (Véase El País del 4-3-2008).

El coordinador de Política Autonómica y Local del PP, Juan Manuel Moreno, ha calificado hoy mismo de "falta de respeto" e "insulto" las palabras del presidente de la FEMP y le ha invitado a defender los intereses de los municipios, como si sus competencias no fueren de todos y los pueblos no formaren la España entera.

De todos es sabido que si no hubiere sido por la incorporación de la mujer a la Fuerzas Armadas y de los inmigrantes con doble nacionalidad, refrendada en el juramento a la bandera nacional, los ejércitos no hubieren podido cumplir el cupo con el que soñó Aznar al suprimir, por bandera electoral, el servicio militar obligatorio.

Al recibir el pasado 27 de enero la Gran Cruz del Mérito Militar, el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, dijo en sus palabras de agradecimiento una frase que, en su boca, y en la de todos los que hubimos de cumplir obligatoriamente con la Patria ese servicio, no sonaren a cuento chino, sino a una realidad: "Tras dos años como soldado, salí con la expresión 'el valor se le supone'´, y ahora, al recibir esta cruz, ‘el valor se reconoce'.´"

El ex presidente extremeño añadió, además, otra frase para titular, al afirmar que "él y otros presidentes autonómicos se merecen la Medalla al Mérito Civil, por haber impedido 'brotes nacionalistas´, que hubieren hecho ingobernable España´." Él se consideró a sí mismo "un soldado más de un pueblo, el extremeño, que había logrado una aventura, que era situar a Extremadura en el mapa de España".

El valor "que se le supone" a un soldado es preciso probarlo, aunque "la blanca" que lo afirmare, tan deseada por la leva, fuere tan solo una presunción de inocencia que no va más allá de la realidad del juramento o promesa de "entregar vuestra vida en defensa de España".

La muerte de John Felipe Romero, soldado de España, de 21 años, y de origen colombiano, muerto en Afganistán el estallar una mina anticarro al paso del BMR en el que viajaba, desdice a quienes, intentan aprovecharse de una situación real, tratando de sacar réditos políticos de la propia muerte de un soldado de España.

"Nuestro ejército está en Afganistán -ha dicho la ministra de Defensa, Carme Chacón, en su despedida al soldado en la base española de Herat, "porque su presencia es necesaria, al igual que los más de 80.000 soldados de 43 países de la misión ISAF de Naciones Unidas, liderada por la OTAN, hasta que este país se valga por sí mismo y deje de ser una amenaza para el mundo", y ha reflejado, además en otra frase, la dura misión de nuestros soldados en el exterior: "Para una misión dura se necesita corazón; para una misión compleja, inteligencia; y para una misión arriesgada, valentía."

El valor no solo se le supone, sino que las virtudes de las mujeres y de los hombres que forman en las filas de nuestros ejércitos, hacen honor a su juramento a la bandera, sean nacionales o inmigrantes con nacionalidad española, porque en su juramento o promesa a la bandera expresaron, ante el jefe de su unidad, si preciso fuere, "entregar su vida en defensa de España", como John Felipe Romero, inmigrante sí, pero que dio su vida por España porque tuvo cabida en ella, no como los políticos que se dedican a poner ruedas en el carro que ha conducirnos al futuro a todos, a ellos y a sus descendientes, hijos del futuro de España.