domingo, 30 de octubre de 2022

FELIPE FERNÁNDEZ GARCÍA, EL PLACENTINO SOBRINO DE DON CEFERINO, OBISPO DE ÁVILA Y TENERIFE



Felipe Fernández García (San Pedro de Trones, León, 30/08/1935; San Cristóbal de la Laguna, 06/04/2012) fue un sacerdote placentino, obispo de Ávila entre el 22/10/1976 y el 12/06/1991 y obispo de San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) entre el 12/06/1991 y el 29/06/2005.

Fue ordenado sacerdote en Plasencia el 28 de julio de 1957 y recibió la consagración episcopal el 28 de noviembre de 1976 en la catedral de Ávila, para la que fue designado por el papa Pablo VI. Cuando fue nombrado obispo, todos en Plasencia decían: “Han nombrado obispo de Ávila al sobrino de don Ceferino.” Se referían a don Ceferino García Vidal (1912; 2001), tío carnal suyo, nacido en su mismo pueblo, pero unido a la diócesis de Plasencia de por vida, donde fue canónigo y deán. [1] Plasencia se encontraba en sede vacante y él era vicario de Pastoral.  Así lo contaba: “·El día 23 de octubre llamé a un tío mío, cura de Plasencia, para que viniese a mi casa a las doce, porque quería hablar con él. Pedí una conferencia con mi pueblo para esa hora. Cuando llegó mi tío, a las doce, estaba yo al teléfono y le hice señas para que escuchara lo que iba a decir en aquel momento: Madre, el Papa me ha nombrado obispo de Ávila.” Don Felipe tenía cinco hermanos sacerdotes y su madre estaba persuadida de que el pequeño, él, llegaría a ser obispo. Fue, además, el primer obispo nombrado por la Santa Sede tras la renuncia ofrecida por el rey Juan Carlos I al Vaticano de la presentación de obispos en una terna, que antes había asumido el Jefe del Estado y Generalísimo Franco. [2]

Ya como obispo de Ávila, fue el primer obispo español en recibir a un papa en la diócesis de su titularidad el 1 de noviembre de 1982. Ante el reclamo de santa Teresa de Jesús, recibió a Juan Pablo II en las puertas de la ciudad amurallada y ambos logran por primera vez en España reunir a un millón de personas en la conocida como Segunda Jerusalén.

El Papa había estudiado desde muy joven las vidas de santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz y por eso quiso visitar Ávila y Alba de Tormes en su primer viaje a España. Como él, padeció la enfermedad del Parkinson. No fue el único punto en común. Durante una de sus visitas ad limina (una de las visitas al Papa que todos los obispos han de realizar al Vaticano cada cinco años), el Santo Padre se sorprendió al reconocerle como obispo de Ávila entre el grupo español, según contaba la revista Vida Nueva, y que sería una de sus anécdotas más recordadas.

--“Santidad –respondió el obispo--, pero no soy el obispo de Ávila.

--¿Cómo? ¿Qué no eres el obispo de Ávila?

--Efectivamente, Santidad, soy el obispo de Tenerife desde 1991.

--Pero, ¿quién te ha mandado allí?

--Usted, Santidad…

--¡Yoooooooo…!” [3]

Otra de sus anécdotas durante su estancia en Ávila ocurrió en los días previos a la muerte de Claudio Sánchez-Albornoz y Menduiña (Madrid, 1893; Ávila, 1984), historiador y político español, ministro durante la II República y presidente de su Gobierno en el exilio entre 1962 y 1971. Regresó a España por dos meses en 1976 y se asentó definitivamente en ella durante 1983. Antes de su muerte, el 10 de julio de 1984, el obispo, que oficiaría su funeral, le visitaba diariamente en el hospital y le confortaba. Don Claudio le dijo un día: “Señor obispo: pido a Dios que me perdone mis pecados y que me llame con Él, porque aquí ya no hago nada…” [4]

El 12 de junio de 1991, el papa Juan Pablo II le nombra obispo de Tenerife, El 24 de julio toma posesión por poder, haciendo su entrada en la diócesis el 11 de agosto de 1991. En su pontificado, destaca principalmente la convocatoria y realización del I Sínodo de la Diócesis Nivariense (referido a la diócesis de Tenerife y lo relacionado con ella). En 2001 instituyó los traslados septenarios (cada siete años) de la imagen de la Virgen de la Candelaria, patrona de las Islas Canarias, a las ciudades de Santa Cruz de Tenerife (capital de la isla) y San Cristóbal de la Laguna (capital de la diócesis). El traslado de la Virgen a Santa Cruz comenzó en 2002 y continuó con el traslado a La Laguna en 2009 y así sucesiva y alternativamente cada siete años entre ambas ciudades.

En el verano de 2002, tuvo que cerrar la catedral de San Cristóbal de La Laguna debido a su deterioro y pasar la sede catedralicia provisional a la cercana iglesia de la Concepción de la ciudad. La catedral permaneció cerrada durante casi doce años y reabrió sus puertas en 2014, que el obispo Fernández no vería ya restaurada.

Durante su pontificado, el 30 de julio de 2002 tuvo lugar la canonización en Guatemala del Hermano Pedro de Betancur, quien se convirtió en el primer canario en ser canonizado por la Iglesia Católica, ceremonia presidida por el papa Juan Pablo II, y a la que acudió al frente de una nutrida representación canaria.

El 29 de junio de 2005 fue nombrado administrador apostólico de la diócesis al ser aceptada su renuncia por razones de salud, que había presentado en septiembre de 2004. Cesó el 4 de septiembre, pasando a ser obispo emérito de Tenerife. En su pontificado ordenó 68 presbíteros diocesanos, 5 religiosos y 2 diáconos permanentes.

Monseñor Felipe Fernández García falleció el 6 de abril de 2012, a los 76 años de edad, a consecuencia de graves problemas respiratorios. Tras ser velado en el palacio episcopal y en la iglesia de la Concepción de San Cristóbal de la Laguna, fue enterrado en la propia iglesia el 10 de abril de 2012.

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[1] Vid.: Entrevista a Felipe Fernández García, obispo de Ávila, en La nueva Iglesia. (https://digital.march.es/fedora/objects/linz:R-47027/datastreams/OBJ/content)

 [2] Íbíd.

 [3] Vid.: El asombro de Juan Pablo II con el obispo de Tenerife, en San Juan Pablo II. Noticias y reportajes.

 [4] Vid.: Pinero, Félix: La catedral de Ávila, otro enigma histórico de España, en su blog Puerta de la Villa, de 26/03/2014.


lunes, 24 de octubre de 2022

BRUNEGILDA, LA PRINCESA VISIGODA EMERITENSE O TOLEDANA, REINA DE LOS FRANCOS DE AUSTRASIA


Brunegilda (Mérida, alrededor del 543; Renève, Francia, otoño del 613) [1] fue una princesa visigoda, hija de Atanagildo y Gosuinda,  que llegó a ser reina de Austrasia por matrimonio con el rey de los francos. Durante decenios se convirtió en la figura central de la política franca, especialmente en el reino de Austrasia, donde fue reina, y en el de Borgoña, de donde fue regente. Participó en los conflictos y guerras contra Neustria, causados por el asesinato de su hermana Galswinta, también conocida como Galsuinda o Galesvinta. Fue regente en Austrasia y Borgoña.

    Cuando su padre Atanagildo (510-567) fue elegido rey visigodo de Hispania, Brunegilda tenía 11 años.  Era la menor de las dos hijas del matrimonio real. Fue educada en la corte de Toledo, capital del reino visigodo, que gozaba de cierto prestigio en la época y profesaba la fe cristiana arriana. Es el primer monarca godo del que consta su muerte en la ciudad del Tajo. Sin duda se habría debido a él la definitiva consolidación de la misma como capital de la Monarquía goda, una elección estratégica a la vista de los principales centros de poder godo: Sevilla, Mérida, Barcelona y Narbona. De capital romana, Mérida pasó a ser capital del reino suevo en el siglo V, para convertirse en la Urbs Regia del reino visigodo, antes de su traslado a Toledo.

    Las difíciles relaciones políticas entre francos y visigodos habían mejorado y, alrededor de 565, Sigeberto I, rey de Austrasia, solicitó a Brunegilda en matrimonio. Él tenía 30 años y ella, 22. Este matrimonio beneficiaba los intereses de ambos reinos. Al visigodo Atanagildo lo libraba de los problemas con los francos y le permitía concentrar sus luchas contra bizantinos y suevos; y al merovingio Sigeberto I lo reforzaba en los conflictos con sus hermanos. Sigeberto I era uno de los cuatro hijos de Clotario I, cuyo reino había sido dividido a su muerte.

    Brunegilda aceptó cambiar su fe arriana por la fe católica y, aportando una buena dote, celebró su matrimonio en la ciudad de Metz, capital del reino de Austrasia, en el año 566 y fue confirmada.

    Brunillda y Sigeberto I formaron un feliz matrimonio hasta el punto de que el hermano, Chilperico I de Neustria, se puso celoso y confabuló para tener una esposa visigoda para él. Chilperico descartó a su anterior amante, una mujer de baja cuna llamada Fredegunda, para casarse con la hermana menor de Brunilda, Gaswilnta, que, descontenta con la situación de la corte, hizo que su marido se deshiciera de sus concubinas y amantes y ambos decidieron eliminar a Galswinta, mientras que Chilperico convirtió a Fredegunda en su segunda esposa.

    Indignadas por la conspiración contra su hermana, Brunilda y Fredegunda se convirtieron en feroces rivales. Las intervenciones de Guntram I de Orleans y del obispo Germain de París solo pudieron evitar las hostilidades temporalmente. Mientras, Neustria y Austrasia entraban en guerra y los hombres francos luchaban en el campo de batalla, la verdadera guerra se libraba entre las dos reinas.

    Hacia el año 570, Austrasia estaba ganado la guerra contra Neustria. Mientras los neustrios juraban lealtad a Sigeberto, Chilperico se escondía en Tournai. El obispo Germain escribió a Brunilda y le pidió que calmara la ira de su marido para que pudiera perdonar la vida de Chilperico; pero Brunilda, en su camino de venganza, ignoró las cartas del obispo. La marea cambió cuando Fredegunda envió a dos asesinos que mataron a Sigeberto con dagas envenenadas.

    Sin su marido, Brunilda se encontró trabajando junto a un príncipe merovingio llamado Meroveo, destituido por Fredegunda, ya que la reina neustriana quería asegurar el trono para sus propios hijos y Meroveo no encajaba en el plan. Brunilda se casó con Meroveo y ambos conspiraron contra Fredegunda durante un tiempo hasta que los neustrianos asediaron a la pareja en la iglesia de san Martín. Meroveo se rindió y fue enviado a trabajar a un monasterio para convertirse en sacerdote. El matrimonio de Meroveo con Brunegilda fue declarado inválido. Meroveo acabaría escapando de su prisión sagrada antes de que acabara un intento de golpe de estado en el año 578 e hiciera que su sirviente lo matara en desgracia.

    En el año 575, el hijo de Brunilda y Sigeberto, Childeberto II (reinante entre 575-596), ascendió al trono a los 5 años. Brunilda actuó como regente y se convirtió en el verdadero poder en el trono de Austrasia. Los nobles se resistieron a su gobierno, pero esta convenció al rey Guntram de Orleans para darle legitimidad. Brunilda se dedicó a reparar los antiguos caminos de la época romana, a construir iglesias y fortalezas, a reorganizar el presupuesto del reino y a restructurar el ejército austríaco. Aunque la nobleza austríaca se opuso a ella en todo momento, la adopción por parte de Guntram de Chidelberto II como heredero no hizo más que aumentar su legitimidad.

    En el año 584, Childeberto había alcanzado la mayoría de edad, pero Brunilda mantenía aún cierto poder tras el trono. Tres duques austríacos se opusieron a la influencia de Brunilda y decidieron asesinar a Childelberto. Descubierto el complot, uno de los duques fue asesinado y los otros dos se retiraron a una fortaleza, pero fueron aplastados por las fuerzas de Orleans.

    Guntram murió en el año 592 y, de acuerdo con el Pacto de Andelot, Chidelberto II se convirtió en el rey de Orleans, que poco a poco fue conociéndose como Borgoña, el nombre de un reino germánico que se encontraba en la región. Austrasia y Borgoña se declararon la guerra la primera, títere de Brunilda, y Neustria, títere de Fredegunda. En el año 593, la batalla de Droyzi decidió la guerra, en la que Fredegunda dirigió directamente las fuerzas de Neustria a la victoria contra los soldados de Austrasia-Borgoña.

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[1] Nota.-Su nacimiento en Mérida no está del todo claro. Mientras, unos autores lo dan por seguro y su educación en Toledo, otros se limitan a poner las fechas de su nacimiento y muerte, sin especificar el lugar de origen. Así, la escritora Monserrat Cano Guitarte la da como nacida en Toledo en el número 83 de “Revista con a” (22/09/2022). Wikiwand fija su nacimiento en Mérida. Mariano Calvo escribía en ABC “la Brunegilda de Toledo” (08/07/2013). Diario de Castilla-La Mancha, de 06/03/2020, se inclina por Toledo. La web “La France pittoresque” solo ofrece los años de nacimiento y fallecimiento. La Biblioteca Nacional de España ofrece como año de su nacimiento el 545 en Mérida (https://datos.bne.es/persona/XX5646433.html). La web wikiz la da por nacida en Mérida en el 543.

sábado, 15 de octubre de 2022

EL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO


Muchos padres están sufriendo ya el síndrome del nido vacío. Lo esperaban, pero nunca lo deseaban. Los retoños han aprobado la selectividad y buscan otro horizonte. Siempre hay una esperanza de que no se vayan; pero los adolescentes no se deciden hasta que llega la hora. No saben qué hacer. Lo que desearen no se encuentra en casa. Sus padres tampoco están seguros de qué es lo que prefieren. Los estudios que elijan marcarán su futuro profesional y laboral. O quizá no.
    
    Los padres temen que llegue septiembre: la madre por su hijo; el padre por la hija. Son conscientes de que una parte del nido quedará vacía. No se harán sin ellos, como estos sin sus padres. Han vivido siempre juntos y ha llegado la hora de la partida. La madre no se hará sin él; el padre, sin ella. El cambio será total para ellos: de un pueblo a una ciudad; de tu pequeña ciudad a otra mayor. La vida cambiará para todos, especialmente para quienes abandonan el nido. Ya no tendrán a mamá que les dará la comida, les lavará y planchará su ropa, les hará su cama… Papá no podrá darle la fuerza necesaria a su hija cuando lo precisare. Se verán solos, tendrán que administrarse por sí mismos; no contarán con el apoyo de sus progenitores, a quienes recurrían cuando los necesitaren.

    “Solo pensar que voy a perderlo, me da algo…”, dicen las madres. “No podré vivir sin mi niña”, se lamenta el padre al ver su cama vacía y no hallarla en casa cuando vuelve. Es ley de vida. Lo saben, pero no lo asumen. Ahora, al menos, hablan por teléfono, pueden verlos por videoconferencia. Los tienen más cerca que antes. Tampoco se van a la mili ni a la guerra, en que las despedidas en las estaciones parecían duelos… Una madre me preguntó en cierta ocasión si su único hijo tendría que hacer la mili. No podría soportar su ausencia. Se barruntaba ya la supresión del servicio militar obligatorio y le dije que no lo creía. Y así fue. Años después, cuando le pregunté por él, me dijo que trabajaba en Madrid, tras finalizar la carrera. Ahora se sentía más satisfecha, aunque le echara de menos.

    El síndrome del nido vacío es más moral que físico. El vacío en el nido produce tristeza, abandono, desmotivación… Han luchado los padres para que llegaran hasta esta meta; pero hay otra superior por alcanzar: prepararse para una profesión fuera de casa.  Lo que debiere ser motivo de orgullo y satisfacción es de tristeza, al no superar el vacío que dejan quienes siempre, desde que vinieron al mundo, estuvieren en el nido familiar. El vacío físico se palpa cada día, a determinadas horas. El vacío moral se lleva por dentro, como si nos hubieren arrebatado una parte de nuestra vida, ahora ausente.

    Pasarán los años, vendrán las vacaciones, el nido volverá a estar lleno y las familias celebrarán sus días como siempre. Habrá, empero, otro retorno al nido porque, aun mayores y formados, no hallan empleo ni pueden pagarse un piso para vivir independientes de sus padres. Volverán al nido familiar por necesidad. Es también otra ley de vida que, como expresare el filósofo italiano Giambatistta Vico (1668-1744), el acontecer humano no camina en forma lineal, sino por ciclos, que implican avances y retrocesos, idas y venidas (corsi e ricorsi), los meandros del transcurrir de la historia. No hay vacío indefinido, porque el síndrome del nido lo llenan los pensamientos, los recuerdos diarios de quienes lo abandonaron por necesidad y quienes permanecen in situ, pero que un día volverán a llenarlo.

viernes, 14 de octubre de 2022

PLASENCIA: 83 OBISPOS EN CASI NUEVE SIGLOS


Ernesto Brotons

Con la ordenación y toma de posesión mañana de su cátedra de monseñor Ernesto Jesús Brotons Tena (Zaragoza, 20 de febrero de 1968), [1] la diócesis de Plasencia, erigida canónicamente por el papa Clemente III, a instancias del rey Alfonso VIII de Castilla en 1189, año de la fundación de la ciudad, censa 83 obispos, por lo que el actual prelado es el octogésimo tercero en números ordinales en los 883 años de existencia de la diócesis.

    El que fuere canónigo-archivero de la catedral de Plasencia, Francisco González Cuesta, sostiene que la fundación de la diócesis está solo a casi tres años de distancia del acta fundacional de la ciudad y añade que “en 1189, Alfonso VIII ganó a los moros el antiguamente llamado Ambroz, en el cual edificó la ciudad de Plasencia”. En el Privilegio fundacional de la ciudad, tres años después del nacimiento de la misma, se dice que “Por lo cual, yo, Alfonso, por la gracia de Dios rey de Castilla y de Toledo, para gloria de Dios, en el lugar que antes se llamaba Ambroz, edificó una ciudad a la que puso el nombre de Plasencia, para que agrade a Dios y a los hombres (ut placeat Deo et hominibus), por lo que la creación de la diócesis tendría lugar entre el 7 de junio y el 3 de diciembre de 1190. [2] Desde su fundación, hace ahora 883 años, perteneció a la archidiócesis de la Iglesia Primada de Toledo, hasta la creación de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz por el papa Juan Pablo II que., junto con la metropolitana, la conforman las diócesis de Coria-Cáceres y Plasencia.

    En sus casi nueve siglos de existencia, la diócesis placentina ha dado a la Iglesia Católica dos cardenales: Juan Carvajal (1446-1469) y Bernardino López de Carvajal (1521-1523); tres arzobispos: Francisco de Pera y Porras (1715-1720), designado arzobispo de Granada; Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón (1765-1766), promovido al arzobispado de México; y Santiago Martínez Acebes (1988-1992), elevado a la metrópoli de Burgos. Otros obispos placentinos fueron designados para regir otras diócesis: Gonzalo de Zúñiga (1415-1422), nombrado obispo de Jaén; Gonzalo de Santa María (1423-1446), obispo de Sigüenza; Alonso Henríquez de Santo Tomás (1664-1665), obispo de Málaga; José Ávila y Lamas (1853-1857)  obispo de Orense; Bernardo Conde y Corral (1858-1863), obispo de Zamora; Ángel Regueras López (1915-1924), obispo de Salamanca; Antonio Vilaplana Molina (1976-1987), obispo de León; Carlos López Hernández (1994-2003), obispo de Salamanca; Amadeo Rodríguez Magro (2003-2016), hijo adoptivo de la capital diocesana , designado obispo de Jaén; y José Retana Gonzalo (2017-2022), obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, esta última in persona episcopi.  El 8 de enero de este año, el papa Francisco nombró al obispo emérito de Albacete,  Ciriaco Benavente Mateos, que antes había sido obispo de Coria-Cáceres entre 1992 y 2006, administrador apostólico de Plasencia. No hay que olvidar a monseñor Cipriano Calderón Polo (Plasencia, 1927; Roma, 2009), licenciado en Filosofía y Teología y diplomado en Periodismo, fue vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina; hijo predilecto de Plasencia en 2006; sirvió a seis pontífices y fue director del diario vaticano L´Osservatore Romano. [3] Fue inhumado en la parroquia placentina de El Salvador, donde recibió el bautismo.

    Juan Carvajal (Trujillo, 1440; Roma, 1469, aunque otros historiadores sitúan su nacimiento en Bonilla de la Sierra, Ávila), fue obispo de Coria en 1443 y de Plasencia entre 1446-1469. El papa Eugenio IV le impuso el capelo cardenalicio en 1446 y le dio el título de cardenal de Sant´ Angelo in foro piscium. [4]

    Bernardino López de Carvajal y Sande (Plasencia, 1456; Roma, 1523), doctor en Derecho y Teología, maestro y rector de la Universidad de Salamanca (1481), marchó pronto a Roma con el patrocinio del cardenal Mendoza. Residió en España entre 1485 y 1488, como nuncio y colector de Inocencio VII, quien le nombró obispo de Astorga (1488-1489), de Badajoz (1489-1493) y de Cartagena (1493-1495). El papa Alejandro VI le nombró cardenal en 1493, con el título de la Santa Cruz en Jerusalén, y obispo de Sigüenza en 1495, aunque nunca viajó a la diócesis. Fue obispo de Plasencia (1521-1523) y decano del Colegio Cardenalicio (1521-1523).

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[1] Ernesto Jesús Brotons Tena fue nombrado obispo de Plasencia el 16 de julio de 2022. Natural de Zaragoza, su vocación se fraguó y creció en la parroquia de san Lorenzo Mártir de la capital aragonesa. En el Seminario Mayor de la capital realizó los estudios eclesiásticos en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA) entre 1986 a 1992. Fue ordenado sacerdote el 2 de octubre de 1993. Fue administrador parroquial y párroco de Cerveruela, Torralbilla, Langa del Castillo, Mainar, Villareal de Huerva, Romanos, Lechón, Anento y Fombuena. En 1997 fue enviado a Salamanca para estudiar Teología Dogmática, por la que obtuvo la licenciatura en 1999 y el doctorado (2002). A su regreso a Zaragoza en 2002 fue consiliario adjunto (2002-2004) y consiliario de Pastoral Juvenil (2004-2008), párroco de El Buen Pastor (2008-2017) y profesor del Colegio Diocesano (2004-2017), arcipreste del arciprestazgo Torrero-La Paz (2015-2017). Fue miembro del Consejo Presbiteral, del Colegio de consultores y del Consejo Diocesano de Pastoral. Fue profesor de Filosofía de la Religión y de diversas materias de Teología sistemática en el CRETA, del que fue subdirector y director.

 [2] Vid.: González Cuesta, Francisco: Los obispos de Plasencia, T. I y II. Edit.: Caja de Extremadura, Cáceres, 2013, págs. 57 y ss. Prólogo de Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia.

 [3] Vid.: ec. Aciprensa.com, enciclopedia católica online.

[4] Vid.https://es.frwiki.wiki/wiki/Sant%27Angelo_in_Pescheria_(titre_cardinalice)  antigua denominación medieval de la Región XI de Roma, por la iglesia más importante del rione, Sant´Angelo in Foro Piscium (“Sant´Angelo en el mercado de pescado”).

 

domingo, 9 de octubre de 2022

PEDRO GORDILLO Y SÁNCHEZ, EL EMERITENSE AUDITOR DE FERNANDO VI


Rey Fernando VI, del que
Gordillo fue auditor general

    
    Pedro Gordillo y Sánchez (Mérida, 26/04/1705; Madrid, 24/06/1762) fue un alto funcionario del rey Fernando VI, contralor (auditor) general de la Real Casa, Cámara y Capilla de Su Majestad.


    Fue hijo de Andrés Gordillo Zambrano y de Ana Sánchez Ortiz, naturales de Zarza de Alange, actual La Zarza (Badajoz).

    En 1741 obtuvo merced de hábito de caballero de la Orden de Alcántara. Años más tarde sería comendador de la Encomienda de Hornos en la misma Orden. En marzo de 1761, Carlos III le otorgó el título de marqués de Zambrano [1], libre de lanzas y media anatas [2] en recompensa a sus servicios, en especial el de contralor real de las Casa Reales.

    El 8 de octubre de 1756 contrajo matrimonio con Paula Petronila González Fernández de las Cuevas, dama madrileña, hija del caballero toledano Pedro Manuel González y de María Magdalena Fernández de las Cuevas y hermana del intendente Domingo García González. Tras el fallecimiento del rey Fernando VI en 1759, su hermano y sucesor, el rey Carlos III, le otorgó el 13 de marzo de 1761 el Marquesado de Zambrano, con el Vizcondado previo de San Pedro.

    Su primer servicio en la Administración de la Monarquía data del año 1718 en el puesto de oficial meritorio de la contaduría del Consejo de Órdenes Militares. En 1733-1736 tomó parte en la expedición a Nápoles en calidad de comisario de guerra, siendo nombrado en diciembre de 1743 tesorero del ejército de campaña en la guerra de Italia, cargo en el que cesó en 1747 a causa de su falta de salud. Retornado a Madrid, le fueron concedidos los honores de intendente del ejército y, en febrero de 1749, con motivo de la reforma de los cargos de la Casa Real, fue nombrado con carácter interino contralor grefier [3] general de las Reales Casas. Nombrado intendente de Ejército y provincia de Extremadura en septiembre de 1750, pasó al Consejo de Guerra en calidad de secretario en septiembre de 1754. En septiembre de 1760, una nueva reforma de las Casas Reales le llevó de nuevo al cargo de contralor grefier de la Real Casa y de la Cámara y Capilla Real. Ese mismo año abandonó la Secretaría del Consejo de Guerra para ascender al rango de consejero y al año siguiente fue recompensado con el título nobiliario. [4]

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[1] Vid.: Marquesado de Zambrano fue un título nobiliario español creado por el rey Carlos III el 13 de marzo de 1761 a favor de Pedro Gordillo y Sánchez, un alto funcionario del anterior monarca, el rey Fernando VI, que lo mantuvo durante 1761-1762; le sucedió en el título su viuda, Paula Petronila Fernández de las Cuevas (1762-1814); le siguió su hijo, Miguel de Ibarrola y González de las Cuevas (1814-1848); a este, su primogénita, María de la Encarnación de Ibarrola (1848-1857) y el V Marqués de Zambrano fue Miguel Orlando de Ibarrola (1857-¿). El título fue rehabilitado en 1923 por el rey Alfonso XIII a favor del bisnieto del III Marqués, Francisco de Ayguavives y de León, en Atienza, J: Nobiliario heráldico de apellidos españoles y de títulos nobiliarios, Madrid, Aguilar, 1959.

 [2] Vid.: Web de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino. El impuesto de la Media anata o annata gravaba los nombramientos para empleos retribuidos o mercedes que se hacían. Se devengaba cuando el interesado entraba en posesión de la merced o empleo, y recibía ese nombre porque la deuda tributaria se fijaba en la mitad de lo que el empleo retribuido o la merced concedida rentase en un año. Felipe V dispuso en 1727 que los Grandes y Títulos no pudieran entrar ya en posesión no ya de estas mercedes, sino ni siquiera de las rentas y señoríos que tuvieran sin haber acreditado el pago de la Media annata o su exención. El pago del servicio de Lanzas, en cambio, se hacía todos los años. (https://www.diputaciondelagrandezaytitulosdelreino.es/lanzas-y-media-annata/).

 [3] Vid.: Diccionario de la lengua española: Grefier:  Oficio honorífico de la Casa Real, según la etiqueta de la de Borgoña, auxiliar y complementario del de contralor.

 [4] Vid.: Andújar Castillo, Francisco, en Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia. (https://dbe.rah.es/biografias/43534/pedro-gordillo-sanchez)


sábado, 8 de octubre de 2022

ROMÁN DE SAN JOSÉ REDONDO, MÚSICO, ESCRITOR Y MILITAR ESPAÑOL PLACENTINO

Román de San José
El Globo de Madrid (24/06/1922)


Román de San José Redondo (Plasencia, 09/08/1877; década de 1940) fue un músico y militar español. Ingresó en el Ejército en 1894 en la banda de tambores en el Regimiento de Infantería Castilla número 16, con guarnición en Badajoz. En 1895 asciende por oposición a músico de 3ª y, tras una breve licencia, ingresa en el Regimiento de Infantería San Fernando número 11 en Madrid. Tres años más tarde se presenta a las oposiciones para cubrir la vacante de músico mayor de su propio regimiento. En el año 1900 asciende a director de orquesta. En 1914 dirige la banda del Regimiento de Artillería Asturias número 31 y en 1915, la de la Academia de Intendencia Militar, en Ávila, donde permaneció hasta 1928. En 1937 se retira del Ejército al alcanzar la edad reglamentaria.

En 1909 se trasladó con su Regimiento a Melilla para tomar parte en las operaciones de la guerra de Marruecos, donde obtiene por su comportamiento la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. En 1913 es de nuevo destinado a Marruecos, participando en diversas acciones militares contra el enemigo, por lo que es condecorado con la Cruz del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo rojo.

Es autor de la popular marcha “El turuta” y de otra titulada “Todo son nubes”. Otras obras suyas fueron: “El 13 de septiembre “(1923, marcha), “A la verbena” (1921, cuplé), “Adiós, Ronda” (1908, pasodoble), “Amarguras” (pasodoble), “Los cojos” (marcha), “Dulzuras (pasodoble), “Einzoren” (marcha árabe), “Flor trianera (pasodoble), Himno de la Academia de Intendencia (1919), “Monte Arruit” (marcha), “La Santa Cena” (marcha de procesión) y “El Complutense” (1911, pasodoble), “Todo por ella” (canto a la bandera), “Todo son nubes” (marcha alabardera).

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Bibliografía consultada: Mena Calvo, Antonio, en Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia (https://dbe.rah.es/biografias/77361/roman-de-san-jose-redondo).

miércoles, 5 de octubre de 2022

HISTORIA Y TRADICIONES DE ABERTURA


Abertura es un municipio de la provincia de Cáceres, con una extensión de 6.160 hectáreas, bañado por los ríos Búrdalo y Alcollarín, situado sobre materiales pizarrosos y graníticos. El clima es de tipo mediterráneo subtropical, con veranos calurosos, con una temperatura media anual de 17 ºC. La localidad se surtía de pozos como recursos de agua, que sirvieron de abastecimiento de la población.

Los autores y la alcaldesa, Olga Tello

María del Carmen Gil Durán, concejala de la localidad, había escrito hace ocho años un libro sobre el pueblo. Ahora ha contado con el investigador José Antonio Ramos, cronista oficial de Trujillo, para dar a conocer las investigaciones que ambos han descubierto en los últimos años, recuerda la alcaldesa, Olga María Tello Muñoz, en el prólogo. [1]

Abertura es esencialmente un pueblo ganadero. Su término está atravesado por la Cañada Real Leonesa Occidental. La mayoría de sus habitantes se dedicaba hasta poco al campo y al ganado y algunos, a oficios artesanales. En los años 40 y 50 del siglo XX hubo bastantes porqueros y cabreros, que se dedicaban a sacar por las mañanas los cerdos y las cabras para pastar. También hubo un vaquero cuidando de las vacas. En el “corral del concejo” del ayuntamiento reunían a los animales que se extraviaban; después se convirtió en una pista de baile y, finalmente, es el centro médico del municipio. Las primeras escuelas locales estaban en la plaza, de niños y niñas. En 1970 las aulas pasaron a ser mixtas, con la denominación de Agrupación Escolar Nuestra Señora del Rosario, hasta el curso 1994/1995 que pasa a agruparse con Alcollarín, Campo Lugar, Pizarro y Villamesías para formar el Colegio Rural Agrupado “Llanos de la Vega”.

La arquitectura popular se basa en la vivienda unifamiliar adosada desarrollada en una o dos plantas con muros de mampostería enfoscados en su mayoría con morteros de cal. Es una arquitectura esencialmente funcional, creada para satisfacer las necesidades vitales familiares de sus moradores. Entre las edificaciones destaca el ayuntamiento que, tras sucesivas reformas, ha conservado una interesante dependencia utilizada antiguamente como cárcel. En la zona de “El Venero” nos encontramos con un conjunto de pilas de granito para lavar, de un importante valor arqueológico. El lavadero era también lugar de reunión de los vecinos del pueblo, alrededor de cuarenta pilas de granito con dos pozos de agua. En las inmediaciones se encuentra una presa de 1830, así como las ruinas de un molino hidráulico, que supuso un gran avance para el municipio y para los pueblos cercanos. También hubo hornos para cocer barro entre finales del XIX y principios del XX.

El Pósito se encontraba en la calle Positillo. Fue un depósito donde se guardaba la reserva de trigo de la población y una institución tradicional de crédito rural, en su origen para regular el precio del grano.

En el terreno histórico, los restos más antiguos localizados en la población corresponden a la dominación romana, monedas e inscripciones, en el yacimiento de la dehesa. Hay constancia de la existencia de varias villas romanas en el territorio circundante. El pasado prerromano está constatado en varios lugares del término municipal. Varios han sido los autores que se han ocupado de la historia del lugar. A comienzos del siglo XX, el investigador Mario Roso de Luna realizó las primeras prospecciones. A finales de los 70, Martín Almagro Gorbea, en su obra emblemática sobre la Protohistoria extremeña, se hacía eco del hallazgo de un enterramiento del periodo Orientalizante que dos décadas atrás había descubierto el maestro de la localidad Antonio Mena Ojea. En los 90 del siglo pasado, Ana María Martín Bravo estudiaba los poblados existentes en el extremo norte de la Sierra. En los años 20, Mélida analizaba los abundantes restos de edificaciones musulmanas y, recientemente, la profesora Sophie Gilotte dirigía también sus investigaciones sobre los vestigios de época musulmana.

Vista de la iglesia parroquial de Abertura

Respecto al patrimonio artístico, sobresalen la iglesia de san Juan Bautista, de finales del siglo XV, el edificio más importante de la población; y la ermita de santa Ana, patrona de la localidad, cuya festividad se celebra el 26 de julio, y que es del siglo XVI.

Retablo de la iglesia parroquial

Entre las cruces de término y cruceros hay que destacar la cruz del Pilar, a la salida del municipio; la cruz de la ermita de santa Ana, situada en el sendero “El Venero”; la cruz o crucero de la Vega; la cruz en el camino a Alcollarín; la cruz en el camino a Santa Cruz de la Sierra y la cruz en la iglesia parroquial, obra de principios del XX.

Las principales fiestas y tradiciones populares de Abertura son: los Carnavales, que finalizan el Miércoles de Ceniza; el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección; las fiestas en honor a san Gregorio, patrono de la feria en su honor; las fiestas en honor a Santiago y santa Ana, el 25 y 26 de julio; la fiesta del emigrante, en el mes de agosto; “Los quintos”, el 1 de noviembre; la fiesta de la Inmaculada: las campanilladas, cuando se celebraba algún matrimonio, en el cual uno de los cónyuges era viudo, los dos viudos o cuando se separaba algún matrimonio.

El traje típico de Abertura es el refajo multicolor picado en negro, bordado en varios colores con grandes cenefas, también de picado.

En la gastronomía destacan los alimentos elaborados a base de pan, como las migas, el gazpacho de tomate y vegetales, el gazpacho blanco o de ajo, el gazpacho de espárragos, las sopas de ajos, de tomate y de espárragos y las populares sopas de trapo.  En tiempos de caza sobresalen el arroz con liebre, el conejo con tomate, la perdiz en salsa, la tórtola escabechada…; entre los postes, las natillas, el arroz con leche, los flanes, membrillo, peras y melocotón en almíbar. En dulces, las perrunillas, las bollas, las galletas, los borrachos, los pestiños, los escaldillos enmielados, las roscas fritas, flores de miel, roscas de muédago, brazos de gitano, tarta de almendras, galletas de coco.

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[1] Vid.: Gil Durán, María del Carmen y Ramos Rubio, José Antonio: Abertura, historia y tradiciones populares, Diputación de Cáceres, 2022, 221 págs.

lunes, 3 de octubre de 2022

FRANCISCA DE OVIEDO Y PALACIOS, LA PLACENTINA FUNDADORA DEL CONVENTO DEL CRISTO DE LA VICTORIA



Estatua de Francisca de Oviedo
 en el convento de Serradilla

Francisca de Oviedo y Palacios (Plasencia, Cáceres, 1588; Serradilla, Cáceres, 1659) fue una monja agustina recoleta que, en 1656, fundó en Serradilla el convento del Cristo de la Victoria.

Recibió el bautismo en la iglesia parroquial de san Pedro de su ciudad natal. Fallecidos sus padres, fue trasladada a Trujillo y, a los 20 años, llegó a Serradilla, donde tenía unos parientes, localidad en la que permaneció el resto de su vida hasta su muerte.

    En esta villa promovió la construcción de un hospital dedicado a los pobres. Uno de sus biógrafos cuenta el porqué surgió este centro asistencial, recogida por el P. Eugenio Cantera:

    “Cierto día ocurría una cosa que produjo penosa impresión en su alma. Avisaron a Francisca que estaba muriendo una buena mujer llamada Catalina Alonso. Voló allá la Sierva de Dios en alas de su celo y ayudó a la enferma a morir; mas, al amortajarla, presentóse a sus ojos un espectáculo que le traspasó el corazón. Yacía el cadáver sobre una pobre estera, único lecho que había utilizado la enferma, y tenía esta tan pegada la espalda a ella, que no fue posible desprenderla de la estera sin que se desgarrara la piel, apareciendo entonces el cuerpo completamente llagado y lleno de gusanos. Transida de pena, Francisca, ante aquel cuadro desgarrador, dispuesta a que no se repitiera de nuevo, concibió la idea de fundar un hospital donde pudiesen los enfermos ser atendidos y cuidados.” [1]  Para acopiar fondos para la obra, se marchó a Madrid en 1630.

    La Beata, como fuere conocida por haber vestido el hábito de san Francisco, aunque no hay reconocimiento oficial por parte de la Iglesia Católica, impulsó también la concepción de la imagen del Santísimo Cristo de la Victoria, obra del escultor Domingo de Rioja, realizada en 1635, que fue venerada en la iglesia de san Ginés de Madrid, en la capilla del Palacio Real y en Plasencia, hasta llegar a Serradilla en 1641.

    “La historia comenzó en Madrid en 1631, cuando Francisca de Oviedo viaja a Madrid para recabar limosnas con las que construir un hospital en Serradilla (Cáceres). Logra que Domingo de Rioja, conocido artista de la corte, esculpa, siguiendo sus directrices, una original imagen de Cristo. La impresionante escultura, de tamaño natural, representa al Señor resucitado, triunfador de la muerte, hollando la serpiente principal y la calavera, mostrando dramáticamente todas sus llagas, abrazando con su brazo izquierdo amorosamente la cruz y acercando su diestra mano a su corazón.

    Muchas dificultades tuvo que sufrir la fervorosa mujer, dada la devoción con que cortesanos y pueblo, honraban a la santa imagen hasta que pudo llevarla a Plasencia y definitivamente a Serradilla en 1648 [2], donde fue acomodada en la parroquia y posteriormente en la pequeña iglesia que se erigió. La imagen era ya muy conocida y atraía a sus devotos de toda clase social que acuden en piadosa peregrinación. Y es en 1655 cuando se decide transformar el pequeño hospital en convento de agustinas recoletas, para lo que se tramitan durante cinco años los larguísimos trámites necesarios”, se afirma en la web de los agustinos recoletos [3], en la crónica del 350 aniversario de su fundación del 12 al 15 de mayo de 2010.

    El citado biógrafo cuenta el periplo de la estatua hasta su llegada a Serradilla:

    “La imagen del Cristo de la Victoria fue expuesta en la iglesia de san Ginés de Madrid, cundiendo tanto la devoción que llegó a conocimiento del rey Felipe IV, que quiso también admirarla, por lo que fue llevada a la capilla real. El monarca colocó en exvoto, la corona real que tiene la cruz.”

    La imagen fue trasladada por la Beata a Plasencia, en tránsito para Serradilla, con licencia del obispo de la diócesis, que, la sazón, era don Plácido Pacheco. Plasencia se opuso al traslado. Francisca marchó a Madrid para dar cuenta al Consejo Supremo, sin resultado positivo alguno. En un segundo viaje a Madrid para lograr el traslado de la imagen, sucedió algo que el P. Cantera considera intercesión divina.  Era entonces oídor del Consejo Real de Castilla don Diego de Arce y Reinoso, a quien se presentó la Beata Francisca para que le devolvieran su imagen: “¡Váyase de aquí! ¿Cómo quiere que yo haga esto, ni qué poder tengo para hacerle volver al Santísimo Cristo? Ella le respondió: Pues deme Su Señoría palabra de que si Nuestro Señor le hiciera Obispo de Plasencia, me la mandará volver.” Don Diego le respondió: ¿No digo yo que es loca? Miren qué traza tengo yo de obispo de Plasencia” Ella replicó: Yo no le digo a Su Señoría otra cosa, loca o no loca, sino esta palabra.” Diósela don Diego y ella regresó muy contenta a la ciudad del Jerte. Fue un hecho cierto que el año 1640 era promovido don Diego de Arce a obispo de la diócesis de Plasencia [4], a quien se le recordó su promesa por la beata, cumpliéndola en 1641, al tomar posesión de la silla episcopal.” [5]

    En Serradilla, hay una estatua suya en bronce delante de la fachada del convento de las Agustinas Recoletas que ella fundare, así como una calle en su honor.

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[1] Vid.: Gutiérrez Macías, Valeriano: Mujeres extremeñas I. Vidas de perfección, mujeres de recio temple y damas de América, Gráficas Cervantes, Salamanca, 1971, págs. 54-55.

 [2] Nótese que unos autores señalan que la talla llegó a Serradilla en 1641 y otros en 1648.

 [3] Vid.: Monasterio del Santísimo Cristo de la Victoria: una historia de 350 años.

(https://agustinosrecoletos.org/actualidad/12646/monasterio-del-santisimo-cristo-de-la-victoria-una-historia-de-350-anos).

 [4] Nota: Diego de Arce y Reinoso fue obispo de Tuy (1638-1640) y de Plasencia (1640-1642), inquisidor general en 1643 y consejero de Estado en 1664.

 [5] Vid. Ob. cit. de Gutiérrez Macías, págs. 56-57.