domingo, 29 de mayo de 2022

JUAN ANTONIO DE LUIS GALÁN, COMISARIO DE LAS EDADES DEL HOMBRE EN PLASENCIA



Juan Antonio de Luis,
comisario de Las Edades del Hombre
(Oficina de Comunicación de la Diócesis de Plasencia).

Juan Antonio de Luis Galán (Talayuela, Cáceres, 10/12/1950), comisario de la XXVI edición de Las Edades del Hombre que, bajo el título de “Transitus”, tiene lugar en las catedrales de Plasencia entre mayo y diciembre próximos, es vicario económico de la diócesis y delegado del Patrimonio Diocesano.

Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Plasencia y fue ordenado sacerdote el 10 de octubre de 1982 por el entonces obispo de la diócesis (1976-1987) monseñor Antonio Vilaplana Molina (Alcoy, 1926; Quart de Poblet, Valencia, 2010), más tarde obispo de León (1987-2002).

Desarrolló su actividad pastoral en las parroquias de Valdehornillos, Vivares y Casar de Miajadas desde el 11 de noviembre de 1982. Elegido rector del Seminario Menor de Plasencia el 18 de septiembre de 1987, posteriormente fue párroco de Santa María y El Salvador, de Béjar, y párroco de Nuestra Señora de la Asunción en Candelario (Salamanca).

Elegido miembro de la Comisión Teológica del X Sínodo Diocesano el 24 de octubre de 2001, desempeñó después los cargos de vicario parroquial de San Miguel y párroco de Guadalupe y San Miguel de Plasencia desde el 15 de agosto de 2004. Fue vicario episcopal de la zona Norte de la diócesis desde el 26 de abril de 2004 y delegado de Pastoral Vocacional Diocesana desde agosto del mismo año. El 11 de junio de 2006 fue elegido canónigo director del Museo de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia.

El comisario de Las Edades del Hombre ha sido miembro de la Subcomisión de Patrimonio de la Junta de Extremadura e Iglesia Católica desde noviembre de 2006 y miembro del Consejo Diocesano de Economía desde el 12 de septiembre de 2007. Administrador del Seminario Diocesano desde el 25 de noviembre de 2011; miembro del Colegio Diocesano de Consultores, y cronista oficial de Talayuela desde junio de 2001. Fue Premio San Fulgencio del Ayuntamiento de Plasencia en 2017.

Antonio de Luis es autor de libros y artículos sobre su localidad natal para poner de relieve su historia: “Talayuela tal como somos” (Editorial España, 1988), una recopilación de datos sobre el pueblo; “De Talayuela a Tordesillas: la criada de Juana la Loca”, que trata sobre la vida de Prudencia y Juana la Loca y su relación con la localidad; “El arenal del muerto” (Editorial Cuatro hojas, 2018), lugar donde tuvo lugar una batalla entre portugueses e ingleses en la Guerra de Sucesión, en la que murieron unos 300 hombres de Casatejada; “Los cuadros que llegaron a Talayuela” (2010), que narra el intercambio de cartas entre dos primos, la vida de Madrid y Talayuela en el siglo XVII y la creencia de cuadros firmados por Velázquez en la habitación de una conocida familia de la localidad y “El amargo sabor de la quinina” (Editorial Cuatro Hojas, 2021), una historia real en la que refleja la crítica situación sanitaria vivida en el Campo Arañuelo, y de manera especial en Talayuela, desde 1920 hasta mediados de 1923, año en que el doctor Sanguino viajó a Barcelona para rescatar los 8 a 10 ejemplares de gambusias, pequeño pez originario del sur de Sudamérica, que se distribuyeron por toda la cuenca mediterránea para erradicar el paludismo. [1]

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[1] Vid.: González, C.: Antonio Luis Galán: Talayuela fue famosa en la guerra contra el paludismo en España, en la web de Radio Interior de Moraleja, de 24/11/2021.


sábado, 28 de mayo de 2022

DOS AÑOS SIN `EL HOMBRE DE LA PAJARITA´

Hace dos años que se nos fue el `hombre de la pajarita´, como fuere conocido, reconocido como Pepe Higuero (Alcuéscar, Cáceres, 10/07/1946; Cáceres, 28/05/2020). Un estilo en el vestir y un estilo en las formas. Van pasando los días, los meses y los años. Dejamos en el camino a compañeros, amigos y conocidos. Nos legan su imagen en la retina y su recuerdo en el corazón. Esclavos, a veces, del pasado, tornamos a recordarlos en aniversarios o cuando vemos a sus descendientes. Quizá solo oteamos su figura en el horizonte, pero no su obra. Y esta es lo que perdura y no las pajaritas todas que luciere como corbatas anudadas en lazo corto sin caídas.

En vísperas del centenario de El Periódico Extremadura, diario decano de la región, que está aquí por él y sus predecesores y cuantos lo hicieron posible, recordamos al hombre y su obra toda. En noviembre de 1985 hacía doce años que hubiéremos abandonado el palacio de La Generala (1923-1973). Estábamos en una barriada nueva, expansiva, del Cáceres moderno: La Madrila, desde septiembre de 1973 hasta el 21 de diciembre de 1987. Higuero seguía en Radio Popular, donde ingresare en 1968, desde su inauguración. El Diario Extremadura era, entonces, vespertino. Una tarde de noviembre nos citaron para un anuncio importante. El consejero delegado, Luis González Cascos, primer alcalde democrático de Cáceres (abril de 1979-junio de 1980), fallecido a los 89 años el 07/04/2016, nos anunciaba que el entonces director de Radio Popular sería nuestro director general. Daniel Santos Jorge estaba tras esa elección.

No perdió el tiempo quien salvare una cadena de obstáculos para ello. Enseguida dimos un salto al nuevo mundo: de la linotipia y la máquina de escribir, pasamos al ordenador y al offset, el sistema de impresión indirecto con el que transitamos a la era moderna. Todo el mundo en ello, pero hubiere diarios nacionales que llegaron después. Hizo frente a una ampliación de capital de 50 millones de pesetas, que se llevaron la nueva rotativa y los ordenadores. El diario pasó de ser provincial a regional (el 26 de octubre de 1985), con delegaciones en Badajoz, Mérida, Vegas Altas, Plasencia y Almendralejo. Amplió su paginación a 24 y 32 páginas un tiempo después. Extremadura toda en una sola edición. Reorganizó la Administración y sus departamentos de Publicidad, Comercialización y Distribución. Amplió la Redacción por la nueva dimensión del periódico. En 1996 creó los Premios Extremeños del Año, que continúan celebrándose ininterrumpidamente desde ese año y que se han convertido en el mayor referente de la economía y del mundo empresarial de la región. En marzo de 1987 propuso una nueva ampliación de capital, considerada necesaria para ampliar horizontes. No la aprobó el consejo y, de acuerdo con su contrato, se incorporó a la Caja como director de la Obra Social. El 29 de marzo de 1987 me encontraba en Roma en la beatificación de Marcelo Spínola, obispo de Coria (1884-1886), de Málaga (1886-1896) y cardenal arzobispo de Sevilla (1896-1906) por el papa Juan Pablo II. A mi regreso, Pepe Higuero ya nos había dejado como director general y era el consejero delegado. En mayo de ese año se prejubiló mi predecesor Germán Sellers de Paz (director desde el 21 de julio de 1971). Amador Rivera fue nombrado director general (septiembre de 1987-diciembre de 1988) y el que suscribe, director en funciones y director titular en septiembre del mismo año. El 11 de noviembre de 1988, el Grupo Zeta adquiere el Diario Extremadura que, al año siguiente, pasa a denominarse El Periódico Extremadura. Amador Rivera es nombrado director hasta mayo de 1989.

Tras su marcha a TVE, fue designado director Francisco Pérez de Torres (1989-1994), que fallece a los 42 años el 10 de mayo del citado año. La nueva editora propietaria del periódico nombra de nuevo a Pepe Higuero director el 15 de septiembre del mismo año, cargo en el que permaneció durante cuatro años (1994-1998). En septiembre es nombrado nuevo director del diario “Córdoba”, también perteneciente al Grupo Zeta, para el que logra la mayoría de acciones del diario, su objetivo principal. Antes de marcharse por última vez, Pepe Higuero dejó listas las nuevas instalaciones del periódico en la céntrica calle Doctor Marañón de Cáceres, estrenadas el 12 de enero de 1999, en las que se localizan la Redacción central y el resto de los servicios del diario, que supuso una inversión de 300 millones de pesetas. También fue director general de Promoción Cultural de la Junta de Extremadura (1989-1993) y jefe de Control de Calidad de Caja Extremadura (1993-1994).

Dejó escritos dos libros: “Ayuntamientos cacereños” (1979), reeditado en 2011, treinta años después de las primeras elecciones municipales; “Sorprendente Cáceres, sorprendente”, en colaboración con su amigo, el fotógrafo Luis Casero; colaboró en el libro “La movida cacereña”, coordinado por Paco Lobo y Alfonso Pinilla García, en 2021, con el artículo “Música 60-70”, en el apartado de música. Realizó múltiples exposiciones de fotografía en Cáceres, Ferrol, Córdoba y Bruselas.

Lo fue todo: radiofonista, director de periódicos, gestor cultural, fotógrafo, director de empresa…; pero, por encima de todo, lideró la reconversión tecnológica y la regionalización del periódico. Las pajaritas volaron al cielo, pero su obra perdura en su tierra.

martes, 24 de mayo de 2022

"HISTORIA Y PATRIMONIO DE CALZADILLA Y SU TERRITORIO”


Vista panorámica de Calzadilla

Calzadilla es un municipio de la provincia de Cáceres, perteneciente a la comarca de Vegas del Alagón, un valle fértil y abierto, que toma el nombre del río que atraviesa sus vegas. Su término presenta un amplio abanico de paisajes: desde la dehesa arbolada en la que pastan algunas de las más reputadas ganaderías de reses bravas del país hasta las llanas y ricas huertas en las que se cultivan tabaco, pimientos, pepinos, coles y una variada gama de hortalizas y frutas. Está rodeado de embalses periféricos: Borbollón, Montehermoso, Valdeobispo, Portaje y Torrejoncillo, y de caudalosos ríos, en los que, además del Alagón, hay que citar el Árrago, Jerte y Ribera de Fresnedosa. Calzadilla fue conocida antiguamente por Calzadilla de la Cuesta por los restos de la antigua calzada romana que unía Coria y Guijo de Coria y de la que existen restos en la zona del Sierro y la calleja del Guingao. El lugar recibe su nombre de la calzada de la Dalmacia que, partiendo de la mansio o estación de la Vía de la Plata, localizada en el paso o vado de Alconétar, seguía hasta Coria, continuaba hacia Calzadilla siguiendo aproximadamente el trazado de la actual carretera EX­-109, se encaminaba, según algunos, hasta Laconimnburgo, poblado de origen prerromano que ciertos autores sitúan en la confluencia de los ríos Árrago y Tralga, en el término de Villa del Campo, cruzaba Sierra de Gata por Valdárrago y, ascendiendo a Robledillo de Gata por el llamado Puerto Viejo, se introducía en tierras salmantinas para finalizar en Miróbriga (Ciudad Rodrigo).

 “Historia y patrimonio de Calzadilla y su territorio” [1] es una de las últimas aportaciones a la historia de los pueblos de la provincia del historiador del arte y cronista oficial de  oficial de Trujillo, además de académico correspondiente de la Historia y de la Academia de Extremadura, José Antonio Ramos Rubio,  y Raúl Gómez Ferreira, doctor en Ciencias Sociales y Jurídicas e  ingeniero civil de formación base. En esta obra abordan el estudio del medio natural, la historia, las manifestaciones artísticas y las tradiciones populares, además de la leyenda del lagarto gigante escrita por Florentino Escribano Ruiz.

Calzadilla pertenece a la Mancomunidad Integral San Marcos-Valle del Alagón, fundada en julio de 1975, y compuesta por Calzadilla, Guijo de Coria, Guijo de Galisteo y Villa del Campo. Al año siguiente se unió también Pozuelo de Zarzón, municipio sede de la Mancomunidad. En 1985 se sumó Aceituna; en 1995 se integra Morcillo. En mayo de 2006, la Mancomunidad de San Marcos se unió a la Mancomunidad Valle del Alagón, compuesta por los municipios de Aldehuela del Jerte, Carcaboso, Galisteo, Huélaga, Montehermoso y Valdeobispo. De esta fusión nació la Mancomunidad Integral Valle del Alagón, con una extensión territorial de 635 kilómetros cuadrados, que se encarga del abastecimiento del agua y la recogida de basuras de los municipios miembros, el mantenimiento de los caminos rurales, el fomento del deporte y la coordinación de la oferta de empleo y los servicios sociales. La localidad tiene una superficie de 7.634 hectáreas, está bañada por el río Árrago, que limita el término por el oeste y da lugar al embalse de Borbollón, que abastece a los regadíos cercanos.

Los primeros pobladores que se asentaron en la tierra de Calzadilla fueron los vettones, de los que se han hallado interesantes restos arqueológicos. El municipio sufrió una romanización completa y profunda desde el 197 a. C. Su llegada supuso un gran impulso en los primeros momentos de la conquista. Por las cercanías de Calzadilla pasaba la calzada romana que unía la Vía Dalmacia con la Vía de la Plata. Los árabes utilizaron desde el 713 la Vía de la Plata como arteria de comunicación que unía la cornisa cantábrica con el sur de Hispania. Entre los siglos VIII y XIII, este territorio situado entre Coria, Sierra de Gata y Plasencia, era fronterizo y, como tal, muy inestable y la zona sufre avances y retrocesos tanto por parte musulmana como cristiana. En 1604, el castellano Fernando I comienza la reconquista de Lusitania. Alfonso VI hace una incursión rápida por la Sierra de Gata y toma Coria en 1077.

Durante la reconquista cristiana, la Vía de la Plata jugó un papel esencial. El asentamiento cristiano en Extremadura se produce tras la reconquista de Coria en el año 1142 por el rey Alfonso VII de Castilla y León, restaurándose la sede episcopal con el obispo Íñigo Navarrón, El control cristiano de Coria permite establecer en el río Tajo la frontera entre la Extremadura cristiana y la musulmana. Calzadilla, debido a su construcción en lugar elevado, fue conocido con el nombre de Calzadilla de la Cuesta y sus términos entregados con los de Coria y los lugares de su Sexmo por el propio rey Alfonso VII, reservándose un tercio del Señorío al clérigo Navalón, al poco de ser consagrado como obispo de dicha ciudad, el 30 de agosto de 1142.

La fundación de Calzadilla, al norte del río Alagón, está ligada a Coria, cuando esta ciudad recibió Fuero en el primer tercio del siglo XII, permitiéndole repoblar los terrenos que le habían sido asignados. El predominio de los bosques en la zona permitió encaminar la economía de estos nuevos asentamientos hacia la explotación de terrenos adehesados para aprovechamiento ganadero. La dedicación ganadera y la continua influencia castellano-leonesa está presente en la Baja Edad Media en Calzadilla. La localidad perdió su condición de realengo cuando en el siglo XV pasó a depender de la Casa de Alba, marqueses de Coria, continuando la vinculación en el siglo XVIII.

Tras el descubrimiento de América en 1492 y el proceso de conquista, colonización y evangelización, son varios los misioneros del municipio que marcharon a Indias, entre ellos el padre dominico fray Tomás Ortiz, que desempeñó su labor misionera en Colombia, nombrado primer obispo de Santa Marta en 1528; fray Juan de Román, de la Orden de san Agustín, fue otro destacado; fray Juan Santos Antequera, nacido a mediados del XVIII, embarcó para Guatemala en 1766, llevando a cabo el proyecto  evangelizador-colonizador entre los mayas.

El siglo XIX fue escenario de la Guerra de la Independencia contra los franceses, Calzadilla sufre saqueos y robos por parte de las tropas francesas entre los años 1808 a 1814 y una gran parte de su patrimonio cultural sufre los atropellos de las tropas. La Guerra de la Independencia sume a la Tierra de Coria en una situación de auténtica depauperación demográfica y económica.

La población experimentó un constante crecimiento desde principios del siglo XX hasta 1960, fecha en la que comenzó un descenso de la misma. En dicho año tenía 1.636 habitantes; en 1970, 1.000 habitantes, y, en la actualidad, 463.

Manifestaciones artísticas. El pósito fueron depósitos donde se guardaba la reserva de trigo de la población y era una institución tradicional de crédito rural, en su origen para regular el precio del grano. Calzadilla tuvo su pósito municipal para almacenar grano y realizar préstamos de cereal en condiciones módicas a los vecinos necesitados. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Consolación es una soberbia construcción de mampostería de planta rectangular. Es obra del siglo XVI y está construida de mampuesto y sillares. La ermita del Cristo de la Agonía es una construcción sólida, de factura de influencia italiana, con planta de cruz latina, posiblemente construida por el maestro Pedro de Ybarra, en el tercer cuarto del siglo XVI. Conserva varios retablos clasicistas del siglo XVII con imágenes modernas de la Virgen de Fátima o san Cristóbal.

Tradiciones populares. Entre las tradiciones populares de Calzadilla destaca la del milagro del Cristo y el lagarto. A los vecinos de Calzadilla se les llama popularmente “lagartos”, un apodo que les viene de un hecho milagroso que le atribuyen a su Cristo de la Agonía: la aparición de un monstruo por los campos de la localidad, que mataba a rebaños y pastores. Uno de ellos se encomendó a Él y convirtió su cayado en un trabuco cargado, que le permitió eliminar al monstruo. En recuerdo a esta hazaña, a la entrada del pueblo se realizó un monumento de bronce de un lagarto y el pastor, inaugurado en 1994, que representa la tradición popular. En Calzadilla existe otra tradición, la tradición del pozo, que tiene como protagonista a una niña que es salvada por intercesión del Cristo.

Fiestas locales. La romería se celebra el segundo lunes de Pascua en la dehesa El Rebollar, a la cual se llega en procesión con la imagen de Nuestra Señora de la Bellota, tras la cual se oficia una misa mayor que da paso a un gran día de animación y convivencia. La festividad en honor del Cristo de la Agonía se celebra el tercer fin de semana de septiembre. Son las fiestas patronales de la localidad. Verbenas, celebraciones religiosas, competiciones deportivas, festivales taurinos, hacen de estas fiestas unos días apetecibles para visitar la localidad. Santa Catalina se celebra el 25 de noviembre, aunque algunos años se suele retrasar para hacerlo coincidir con el fin de semana más próximo. En la plaza tiene lugar la quema del capazo, en la que los quintos los queman y luego ofrecen dulces típicos y licores. Tras la misa mayor y una procesión con la santa, tiene lugar la matanza extremeña en la plazuela de pueblo.

La obra se cierra con “La leyenda del lagarto gigante de Calzadilla”, escrita por Florentino Escribano Ruiz.

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1.   Vid.: Ramos Rubio, José Antonio y Gómez Ferreira, Raúl: Historia y patrimonio de Calzadilla y su territorio, TAU Editores, Cáceres, 2022, 200 págs.

viernes, 20 de mayo de 2022

MANUEL NÚÑEZ CHAMORRO, HIJO ADOPTIVO DE MÉRIDA 1998


Manuel Núñez Chamorro (Plasencia, 10/03/1927; Mérida, 18/03/1998) dedicó su vida al transporte como profesión, a su familia por obligación y devoción, al mundo taurino por afición y a Mérida por querencia, desde que llegare a la ciudad con 11 años, de la que fue nombrado Hijo Adoptivo en 1998.

    Cuando llegó a la ciudad que sería su residencia hasta su fallecimiento, lo primero que le impresionó, en plena Guerra Civil, fue una mujer muerta tirada a las puertas del cementerio. Cada día hacía cuatro kilómetros para ir a la escuela, dos de ida y dos de vuelta, desde la huerta de su abuelo, en la carretera de Alange. Antes, a las 6:00 de la mañana, salía a repartir leche por las calles. A los 13 años deja la escuela y se puso a trabajar con su abuelo en la huerta. Allí permanece hasta los 21 años, en que se marcha a la mili.

    Al regreso, vive los años duros de la posguerra, en que la gente fallecía de hambre por la calle. Cuando moría una mula, la cargaban en un carro y la tiraban por la zona del puente de hierro, donde se tiraba todo, y detrás del carro se formaba una fila de gente en procesión, para repartirse la carne, tras abandonarla, declaraba en una entrevista a El Periódico Extremadura.[1]

      Contrajo matrimonio con su mujer el 10 de agosto de 1951, él con 23 y ella con 19 años, “Sus padres tenían una huerta junto a la de mi abuelo. Empezamos a salir cuando tenía 15 años y ella, 11.” Con su esposa, María Eulalia Domínguez Amores, tuvo tres hijos: Francisco, Pepe y Manuel.

     Su abuelo había vendido la huerta. Hizo un examen para policía y sacó el número 1. Tenía que entrar en la academia de Sevilla un mes después; pero, en el intervalo, adquirió un carro y un burro por 1.800 pesetas y se fue a la estación. El primer día ganó 60 pesetas. Cuando llegó la hora de ir a la academia, se quedó trabajando con su hermano. “Mérida había empezado a poder conmigo y me quedé trabajando con mi hermano.” A los ocho días de casarse, se le murió el burro y tuvo que comprar la peor mula del mercado, porque no tenía más dinero. Su primer camión fue un Chevrolet del 29, matrícula M-43044, en 1955, que le costó 35.000 pesetas. A la vuelta de Madrid, donde lo adquirió, se quedó sin gasolina en Miajadas; pero consiguió que le prestaran 25 duros: 20 para gasolina (a duro el litro) y cinco para comprar una lata de sardinas y pan, porque venían sin comer. En el 58 compra otro camión por 125.000 pesetas y, en 1961, cuando se abrió la Barreiros, se compró uno y luego otro y otro, hasta seis, y así fue sacando a su familia adelante, con trabajo y poco a poco.

     En 1988 comienza a tener problemas con la voz. Fumaba muchísimo y le detectan un cáncer de laringe. Tiene que dejar el trabajo y una de sus mayores aficiones: un programa de radio en la SER que se llamaba “Desde el Cerro de san Albín”; pero entonces se produce un cambio radical en su vida: Fernando Delgado y Juan Manuel Cañamero me llaman para escribir en El Periódico Extremadura. “Siempre fui un lector incansable de periódicos y de pronto me veo en uno. Esto me hizo revivir.”

  Recuperado de la operación, organiza la Asociación de Laringectomizados. “Quizá fueron los años más rentables de mi vida, sacando a la luz un colectivo desconocido y del que nadie se ocupaba. Esta tarea me hizo feliz y me enseñó a valorar a las personas.”

  Manuel Núñez fue también cronista taurino. “Vi la primera corrida de toros a los 6 años, cuando mi abuelo me llevó a Salamanca. Me impresionó tanto que nunca pude despegarme de ese mundo; sin embargo, me gusta más leer de toros que ir a verlos.”

    De su ciudad de residencia y de adopción, Mérida, afirma que “dio un gran salto con el Plan Badajoz, al convertirse en punto de referencia para todo. Luego vino una crisis industrial, que se solapó con el alza como ciudad administrativa. Si la gente de aquí mirase con perspectiva, vería que la ciudad es extraordinaria, porque tiene de todo y hay que valorarla en lo que es.”

      “Hombre bueno, de talante optimista y gran conversador. Tuvo una infancia marcada por la muerte de su madre y fue acogido por su abuelo, que nos sacó a mi hermano y a mí del arroyo. Su vida fue una entrega al trabajo. Cuando todo estaba encauzado (empresa, familia…) le llegó la enfermedad que le priva del trabajo y su afición por la radio con sus crónicas taurinas, Sin embargo, se levanta, recupera un ejemplar único para la historia de Mérida y lo dona a la ciudad. En la riada del 67 salva personas y enseres; se ofrece para traer con su camión las obras que Ávalos dona a la ciudad. Crea la asociación de laringectomizados, ayudándoles a superar sus cautelas.”

      El 27 de enero de 1998, Manuel Núñez, `el cronista de lo cotidiano´, como lo definiera el entonces director del Museo Nacional de Arte Romano (MNAR), José María Álvarez Martínez e Hijo Predilecto de la ciudad, recibió el título de Hijo Adoptivo de Mérida con el apoyo de todos los partidos políticos que reconocieron su trabajo y cariño por la ciudad. El alcalde, Pedro Acedo, dijo que no sabía de dónde sacaba fuerza para trabajar de forma infatigable. “Ya puedo morir tranquilo, porque este reconocimiento a mi labor me ha llenado tanto de ilusión que más no os puedo querer.” [2]

  Manuel Núñez falleció a los 71 años, apenas dos meses después de ser elegido Hijo Adoptivo de la ciudad. Su funeral tuvo lugar en la Basílica de Santa Eulalia y el entierro el día 19 de marzo de 1998.

  En El Periódico Extremadura realizó numerosos reportajes sobre Mérida, creando un estilo propio y rescatando del olvido la memoria colectiva de un pueblo, obtenida de su propia experiencia. Sus trabajos sobre la Semana Santa le valieron el reconocimiento de la Junta de Cofradías. Sus últimos artículos estuvieron dedicados a la cocina romana.

    El cronista oficial de Mérida, José Luis Mosquera Müller, afirmó que “reflejó una parte de la historia de Mérida que nadie se atrevió: la intrahistoria”.[3]

   Dejó publicados dos libros: Plazas de toros de Mérida (Institución Cultural Pedro de Valencia, Badajoz (1982), y Mil y cien años de la fiesta taurina emeritense (Colección Pata Negra, Mérida, 1990). Asimismo, presentó numerosas comunicaciones sobre temas taurinos a los Coloquios Históricos de Trujillo, como la titulada “Entre la primera y la tercera, lógicamente la segunda plaza de toros de Mérida”. [4]

    Su hijo mayor, Paco Núñez, proyecta donar unos 800 libros y documentos sobre temas taurinos, entre ellos la fotocopia de los certificados de las muertes de Manolete y Lillo, además de carteles de feria y el libro Morfología del toro de lidia, con apuntes a lápiz de su padre.

 

*El autor es académico correspondiente de Extremadura de las Letras y las Artes por Plasencia.

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[1] Vid.: Zambrano, Juan Carlos: Hay que mirar con perspectiva a Mérida para saber valorarla, en El Periódico Extremadura de 29/01/1998.

 [2] Vid.: Vigario, David: Manuel Núñez entra por la puerta grande en la historia de Mérida, en El Periódico Extremadura, de 27/01/1998.

 [3] Vid.: Peguero, César: Mérida despide a Manuel Núñez, en El Periódico Extremadura, de 20/03/1998.

 [4] Vid.: Núñez Chamorro, Manuel: Entre la primera y la tercera, lógicamente la segunda plaza de toros de Mérida, en La Asociación Cultural Coloquios Históricos de Extremadura, 1981. (https://chdetrujillo.com/tag/manuel-nunez-chamorro/).

  

domingo, 15 de mayo de 2022

LA DOBLE X SOLIDARIA


    La Iglesia recibe el 0,7 por ciento de aquellos que marcan la casilla correspondiente en la Declaración de la Renta. La Iglesia no tiene ninguna asignación en los Presupuestos Generales del Estado: 250 millones de euros (dato de 2015), una aportación libre y voluntaria de los ciudadanos, que crece o decrece en función de la coyuntura económica. La Iglesia española tiene más de 13.000 misioneros repartidos por el mundo, 2.600 centros educativos y 15 universidades, 9.000 centros sociales que ayudan a personas empobrecidas, especialmente durante la crisis, a inmigrantes, drogodependientes, mujeres maltratadas…

    Esta ingente tarea social y cultural no se sostiene sola. Necesita la ayuda social para poder devolver a la sociedad lo que recibe libremente. Desde hace unos años, nos han enseñado que la doble X solidaria en la Declaración no es solo para la Iglesia. De los fondos procedentes de la casilla “Fines sociales”, solo le llegan a Cáritas los destinados a los proyectos concretos que presenta. La generosa aportación de los fieles solo cubre el 25 por ciento de las necesidades. El resto procede de donativos y colectas organizadas por cada parroquia.

    No es verdad que la Iglesia no pague el IBI. La Ley de Mecenazgo regula esa exención para oenegés y otras asociaciones que realizan labores beneficiosas para la sociedad. La Iglesia no es la única que no paga el IBI. No lo pagan las federaciones deportivas, las sedes de los partidos políticos, las comunidades hebreas y musulmanas, los sindicatos, la SGAE… La modificación en el sistema de asignación tributaria y los acuerdos firmados a finales de 2006 recogían que la Iglesia pagaría el IVA de todas sus compras. Así viene ocurriendo desde entonces. El 25 por ciento es la cantidad total que recibe la Iglesia a través de la X en la Declaración de la Renta. De esa cantidad se benefician 5 millones de personas. La Iglesia ahorra al Estado 2.692 millones por su labor educativa y genera 359.000 empleos por sus actividades en sus 9.000 centros asistenciales.

    Marcar la X para la Iglesia es sencillo y gratis, porque no te cobran más por tu Declaración y demuestra el compromiso y adhesión a la Iglesia para apoyarla en su labor. Si la dejamos en blanco, es el Estado el que decide por nosotros el destino de la citada cantidad. Marcar con una X la casilla de Fines Sociales, será destinado a organizaciones no gubernamentales (ONG) de acción social y de cooperación al desarrollo para la realización de programas sociales. Es la X que ayuda a las personas vulnerables. No cuesta nada ayudar X dos. Pueden marcase las dos casillas conjuntamente. Cada casilla marcada genera el 0,7 por ciento. No cuesta nada: usted decide el 1,4 por ciento de sus impuestos. Si no marca ninguna, Hacienda destina el importe correspondiente a otras partidas. Por qué es bueno marcar la X para la Iglesia: porque así destina un porcentaje de sus impuestos a colaborar con las necesidades de la Iglesia. Por qué marcar también la casilla de Fines Sociales: porque, de este modo, un porcentaje de sus impuestos se destina a proyectos sociales en España y en países desfavorecidos. Desde X Solidarios.com recuerdan que si el contribuyente suma las dos casillas, tanto a la Iglesia como a ayudas solidarias, computa una ayuda doble, puesto que Hacienda suma 0,7% (X Solidaria) + 0,7% (Iglesia) = 1,4 % del IRPF presentado, la doble X solidaria.

    Al inicio de la pandemia, 4.5 millones de personas vivía en situación de pobreza severa, que están fuera del sistema y no reciben ayuda alguna del Estado. ¿Quién ayuda a las personas que esperan de madrugada a las puertas de las iglesias para desayunar?: la Iglesia Católica, Cáritas, la Obra Social de la Fundación La Caixa…

lunes, 9 de mayo de 2022

EN LA MUERTE DE VÍCTOR CHAMORRO

Revista Grada 128. Foto: Carlos Criado

El escritor extremeño Víctor Chamorro (Monroy, 1939; Plasencia, 2022) falleció ayer en la ciudad del Jerte a los 83 años de edad tras una larga vida dedicada a la enseñanza y a la escritura. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, cursó también estudios de Filosofía y Letras. Fue profesor de Bachillerato desde 1969 en Hervás  (Colegio Libre Adoptado) y en el colegio “Destino” de Madrid hasta su jubilación..

Novelista, ensayista, historiador y poeta, se descubrió como novelista en la década de los sesenta al quedar finalista por dos veces consecutivas en el Premio Planeta con El santo y el demonio y El adúltero y Dios. Fue finalista del premio Blasco Ibáñez en 1966 con Amores de invierno. Premio Úzquiza con La venganza de las ratas; premio de novela corta “Ateneo Jovellanos” de Gijón con El seguro. Otras novelas suyas están basadas en crímenes acaecidos en Extremadura: El muerto resucitado y El pasmo.

Como ensayista tiene una importante obra sobre temas extremeños. Entre 1981 y 1984 lanzó su Historia de Extremadura en siete tomos, en los que aporta los textos fundamentales para la historia de la región y, a través de ellos, historia la intrahistoria, especialmente desde un punto de vista económico y cultural.

La crítica le ha visto como el escritor extremeño más acorde con la fórmula del realismo social, que los manuales aplican a los novelistas que denuncian las estructuras sociales desde una concepción dialéctica.

Víctor Chamorro centró gran parte de su obra en Extremadura, cuya temática está presente en la mayoría de sus trabajos: un total de veintisiete de treinta y seis de sus escritos, entre novelas y ensayos, discurren y se centran en Extremadura. Al libro de viajes Las Hurdes, tierra sin pan (1969) le sigue Sin raíces (1971), biografía de Agustín Sánchez Rodrigo; Guía secreta de Extremadura (1976), Extremadura, afán de miseria (1979), Por Cáceres de trecho en trecho (1981), Historia de Extremadura (1981-1984) en ocho volúmenes; Érase una vez Extremadura (2003). Las obras Pasión extremeña en 13 actos (2009) y Calostros (2010) fueron publicadas en la editora familiar Planteamiento.[1]

Con la novela El pasmo (Seix Barral 1987), la obra de Chamorro adquiere un cambio de estilo. Sus personajes ganan complejidad psicológica y las atmósferas se complican. Reunión patriótica (1984) y El pequeño Werther (1987) son ejemplos de esa etapa.

Su obra se encuentra en los catálogos de las editoriales españolas más prestigiosas: Plaza & Janés, Espasa Calpe, Planeta, Al Borak, Círculo de Lectores o Acantilado.

Alejado de cenáculos y grupos mediáticos, tuvo que optar por el camino de la independencia para salvar su obra del cedazo del mercado. Su hija Maite decidió montar la editorial Planteamiento, en la que ha publicado Guía de bastardos (2007), Los Alumbrados (2007), Pasión extremeña en 13 actos (2009) y Calostros (2010).

    Asimismo, Chamorro escribió guiones para TV en los programas Esta es mi tierra de TVE o Extremadura desde el aire, de Canal Extremadura TV.

    Entre sus premios literarios caben destacar: finalista del Premio Planeta 1963 con la novela El santo y el demonio; finalista del mismo premio en 1964 con la obra El adúltero y Dios, publicada con el título Amores de invierno tras quedar finalista en el premio Blasco Ibáñez en 1966. Fue finalista en los premios Nadal, Planeta, Alfaguara o Ateneo de Sevilla, entre otros. Con La venganza de las ratas (1967) ganó el premio Urriza y se convirtió en un best seller, encabezando la lista de ventas de ese año. Con El seguro (1968) gana el Ateneo Jovellanos de novela corta. Fue Premio Café Gijón 2002 con La hora del barquero. Premio de Periodismo "Dionisio Acedo"1988 por su artículo “Cráteres en la memoria”.

    En 2012 le fue otorgada la Medalla de Extremadura. “Víctor Chamorro es uno de los extremeños más conocidos y reconocidos fuera de Extremadura y el único que figura recogido en el exclusivo Who´s Who de la Universidad de Cambridge. Es también el escritor extremeño más citado en publicaciones en revistas y publicaciones científicas sobre historia y folclore extremeño y el que cuenta con mayor presencia en los principales buscadores de internet”, decía el Decreto de concesión de la Medalla. [2]

    En una entrevista concedida al autor de este artículo en agosto de 1991, Víctor Chamorro afirmaba: “Ya es hora de que se mosqueen los catalanes por los extremeños. Además, digan lo que digan, el confort de determinadas autonomías –los planes de desarrollo de López Rodó y tal…-- se hicieron pensando en Madrid, País Vasco y Cataluña, y Extremadura aportó a Cataluña ahorro, a través de las cajas; mano de obra barata, energía y materias primas; es decir, que hemos sido durante mucho tiempo un territorio semicolonial de Cataluña, País Vasco…  y todos hemos estado igualmente oprimidos por el franquismo. Lo que pasa es que unos estaban oprimidos y comía un chuletón de carne de buey de un kilo, y aquí no se comía carne. En una democracia no debe haber autonomías de primera, segunda y tercera, porque eso es antidemocrático.”[3]

*El autor es académico correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes por Plasencia. 

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[1] Vid.: Robles, Feliciano: Extremeños ilustres. Literatura, enciclopedia virtual extremeña.

 [2] Vid.: Diario Oficial de Extremadura (DOE), Decreto 166/2012, de 17 de agosto, de concesión de la Medalla de Extremadura a don Víctor Chamorro Calzón.

 [3] Vid.: Pinero, Félix: Víctor Chamorro, escritor. La salvación del escritor es el arte, en Diario Extremadura, de 1 de septiembre de 1991.


sábado, 7 de mayo de 2022

MEDALLAS DE EXTREMADURA

        

    El honor es una cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo; es una gloria o buena reputación que sigue a la virtud, al mérito y a las acciones heroicas, que trasciende a las familias, personas y acciones mismas de quien se las granjea. El honor es un conjunto de obligaciones que, de no cumplirse, hace que se pierda. La Guardia Civil sitúa el honor como su divisa. Por eso el Cuerpo es tan reconocido por la sociedad. Su código se traduce en una serie de cualidades basada en ideales de lo que constituye un comportamiento honorable.

    Siempre ha habido personas y profesiones con honor, que hacen de él, de su profesión y trabajo, un ideal de lo que entendemos como comportamiento honorable. Muchos pasan su vida entregados a su trabajo con honor, pero sin distinciones; otros, en cambio, reciben distinciones no por la causa de su honor como divisa, sino por razones diversas que no vienen al caso. La entrega al trabajo con lealtad no tiene ya como divisa el honor, si no es la recompensa moral del que recibe la satisfacción por sus ideales satisfechos.

    Una sociedad que aspira a la justicia social como bandera no debe permitir la falta de reconocimiento a quienes entregan su vida no solo a su trabajo y a sus ideales, sino que trascienden con ellos algo más que los valores que le son propios. Hacen lo que debieren y más. Esos son hoy quienes no reciben distinciones ni medallas en su casa, en su tierra, sino quizá fuera de ella. En casa son más las bases aborregadas que no cumplen por la causa del honor, sino por el honor de la causa.

    De cuando en cuando, oímos decir a un alcalde que reconoce a un hijo adoptivo de su ciudad más como predilecto que como lo que en realidad fuere. Es tal su dedicación a su afición favorita (la pintura, y la escultura, en menor medida) que ha convertido esta bella arte en algo que ha trascendido a su propia profesión de la que viviere durante años en Canarias y Madrid. Es el caso ocurrido el pasado viernes en Plasencia. El pintor Enrique Jiménez Carrero era reconocido en su ciudad adoptiva por su alcalde, al inaugurar dos exposiciones que amplían la de Las Edades del Hombre como espacios culturales. Fernando Pizarro reconocía como alcalde lo que su ciudad adoptiva y las principales autoridades de la región allí presentes le han reconocido ya hace tiempo. Embajador extraordinario de su ciudad, ha paseado por toda España y por Oriente la pintura que hace soñar, que nos eleva el espíritu y que hace llorar en ocasiones. Recibiere todos los honores, pero no la máxima de su propia Comunidad, la Medalla de Extremadura, en la que sus padres vivieron hasta su muerte, desterrados de su pueblo, y en la que él sigue creyendo y creando.

    Muy cerca de él, y siempre apoyándole en Plasencia, se encontraba su primo Félix Pinero, también hijo adoptivo de Plasencia, periodista, académico correspondiente por la ciudad de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, que hizo de su profesión un culto al honor como divisa, a la entrega a su trabajo con dignidad, lealtad y honradez; pero también desterrado varias veces en su propia tierra, y aquí sigue, batallando cada día, sin más distinciones que la satisfacción por el deber cumplido y alguna que otra de aquí.

    Honores y distinciones, que se otorgan muchas veces a quienes solo cumplieron con su trabajo o fueron aduladores del poder, siempre reñido con el honor y con las cualidades que adornan la independencia creativa, la profesionalidad o el honor como divisa.

    Para estos dos hijos de Granadilla pedimos la Medalla de Extremadura porque han sido en su vida profesional y en su jubilación un ejemplo de entrega a su profesión, sin otra aspiración que servir a su tierra desde la honradez y la profesionalidad y no marcharse fuera donde quizá, como otros muchos, han sido más reconocidos que en su tierra. Para que esta, en fin, no convierta en realidad el dicho: “Nacer en Cáceres y morir en cualquier parte”, como escribió Gonzalo Correas, catedrático cacereño en Salamanca en el siglo XVII, al referirse a los segundones que se marchaban fuera en busca de fortuna. Como hoy mismo con los científicos y artistas, como ayer siempre con el trabajo… (Publicado como editorial en Diario de Mérida el día 6 de mayo de 2022).